Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Intervenciones y recepciones de Marx. Actuel Marx 21
Intervenciones y recepciones de Marx. Actuel Marx 21
Intervenciones y recepciones de Marx. Actuel Marx 21
Libro electrónico292 páginas4 horas

Intervenciones y recepciones de Marx. Actuel Marx 21

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Este número posee dos secciones centrales. Bajo el subtítulo "Intervenciones de Marx", el volumen se abre a la posibilidad de encontrar a Marx en diversos lugares de la discusión contemporánea, sobre todo en lugares aparentemente contradictorios o ajenos a él. Bajo el subtítulo "Recepciones de Marx", se da pie a otra relación con Marx, a partir de la posibilidad de un nuevo ciclo del marxismo que está en cierto modo posibilitado por factores que, de un lado, el marxismo ya no puede solo rechazar sino más bien tomar en cuenta y asumir, y de otro lado, implican el retroceso de ciertas formas históricas en las que el marxismo cifraba las claves del éxito y eficacia de su influencia.
IdiomaEspañol
EditorialLOM Ediciones
Fecha de lanzamiento6 ene 2017
ISBN9789560008312
Intervenciones y recepciones de Marx. Actuel Marx 21

Lee más de María Emilia Tijoux

Relacionado con Intervenciones y recepciones de Marx. Actuel Marx 21

Libros electrónicos relacionados

Política para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para Intervenciones y recepciones de Marx. Actuel Marx 21

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Intervenciones y recepciones de Marx. Actuel Marx 21 - María Emilia Tijoux

    María Emilia Tijoux (Directora)

    Intervenciones y

    recepciones de Marx

    LOM PALABRA DE LA LENGUA YÁMANA QUE SIGNIFICA SOL

    © LOM Ediciones

    Primera edición, 2016

    ISSN Impreso: 0718-0179

    ISBN Digital: 978-956-00-0885-5

    Imagen de portada: Lenguaje y marxismo

    Autor: Juan Riveros Barrios

    Diseño, Composición y Diagramación

    LOM Ediciones. Concha y Toro 23, Santiago

    Fono: (56-2) 688 52 73 • Fax: (56-2) 696 63 88

    www.lom.cl

    lom@lom.cl

    Presentación

    El problema de la actualidad de Marx parece haber dejado atrás esa modalidad de intervención tan peculiar y aparentemente sombría que en 1993 Jacques Derrida, inspirando a muchos e irritando a no pocos, se atrevía a hacer aparecer bajo el signo de una intempestividad espectral que, sin pertenecer al tiempo, lo sacaba no obstante de quicio. Hay rasgos de la actualidad de Marx hoy que, en efecto, dan a entender que se trata de un resurgimiento y que señalan hacia lo que sería un nuevo ciclo, si no un cambio de época. De una manera bastante distinta, como se verá, los textos reunidos en el presente número de Actuel Marx/Intervenciones parecen orientarse o moverse bajo la exigencia o bajo el presentimiento de un cambio de época.

    Pero esta exigencia, o este presentimiento, no parecen darse del todo fuera de ciertos aspectos que todavía pertenecen a la época pensada por Espectros de Marx. Nos arriesgamos a cernir lo que todavía puede ser esta época, en primer lugar bajo el subtítulo: Intervenciones de Marx. Damos entender con ella la posibilidad de encontrar a Marx en diversos lugares de la discusión contemporánea, sobre todo en lugares aparentemente contradictorios o ajenos a él.

    Comenzamos con Raza, población, clase: discurso histórico-político y biopolítico del capital de Foucault a Marx, conferencia ofrecida en Santiago de Chile el 26 de agosto de este año y que Guillaume Sibertin-Blanc gentilmente ha aceptado que la traduzcamos y la incluyamos aquí. En esta conferencia Sibertin-Blanc sugiere que Foucault nos abre, sin quizás darse cuenta, a una relectura de Marx que lo muestra como teórico de una biopolítica del capital. Esta intervención de Marx en la problemática biopolítica planteada por Foucault tiene además, como contrapartida, esclarecer algunos equívocos presentes en lo que ha sido su concepto. Enseguida, Francesco Maniglio, en su artículo La gran ilusión: crítica y praxis del intelectual multitudinario, hace intervenir a Marx contra el proceso de descentramiento del conocimiento y del trabajo a través del cual el Capitalismo cognitivo logra capturar, en una disuelta oposición, a su enemigo. Así, envolviendo a los movimientos sociales y a las izquierdas radicales, son transformadas las instancias de libertad en apologías sin límites del neo-liberalismo. Luego, en el artículo Las paradojas de lo político: Jacques Rancière y el secreto último de lo social, Juan Riveros muestra en qué sentido Marx, para Rancière, constituye ese pensamiento metapolítico a través de cuyo concepto de ideología es declarado el fin de lo político y la consumación de la filosofía política. Concluimos este conjunto de intervenciones de Marx con un escrito de Livio Boni: "Gramsci y Freud: Entre los Cuadernos y las Cartas: dos vertientes de una recepción indirecta". El trabajo de Boni nos entrega, entre otras cosas, un interesante análisis de la manera en que Gramsci busca, más allá del irracionalismo en el que es confinado el psicoanálisis por el marxismo oficial de su época, discernir en qué medida el psicoanálisis puede descifrar el impacto y la forma de las nuevas alienaciones provocadas por el comunismo por venir. Ahora bien, no tratándose ya de Marx sino del marxismo de Gramsci, ni tampoco ya de una pura intervención del marxismo sino de la recepción de Freud, situamos el trabajo de Boni como una transición a la segunda sección del presente número de nuestra revista.

    Bajo el subtítulo Recepciones de Marx, consideramos en segundo lugar otra relación con Marx. Esta vez intentamos situar a Marx en lo que es tan sólo un guiño a algunos futuros números de nuestra revista dedicados a ello, en el plano de lo que acertadamente Horacio Tarcus llama los marxismos. En esta sección, lo que hemos llamado el resurgimiento de Marx muestra que la posibilidad de un nuevo ciclo del marxismo o una nueva época está en cierto modo posibilitada por factores que, de un lado, el marxismo ya no puede solo rechazar sino más bien tomar en cuenta y asumir, y de otro lado, implican el retroceso de ciertas formas históricas en las que el marxismo cifraba las claves del éxito y eficacia de su influencia. En nuestro bosquejo, las recepciones de Marx son de diverso estilo aunque representativas. Comenzamos con el artículo de Enzo Traverso: Marx, la historia y los historiadores: una relación a reinventar. Tomándole el peso a lo que ha sido el problema de la demora de los historiadores marxistas de un posible regreso a Marx, Traverso le sale al paso al diagnóstico de Hobsbawm en el sentido que para éste los últimos 25 años, tras el centenario de la muerte de Marx, habrían sido los años más sombríos en la historia de la herencia de Marx. Rechazando que los historiadores hayan asumido una postura puramente defensiva ante un supuesto irracionalismo posmodernista y que hayan sido arrastrados por él, Traverso alega que la crítica histórica del posmodernismo ha sido fuerte y ha demostrado ser más fecunda cuando lo ha visto más como un desafío que como un enemigo. Argumentando que el retroceso del marxismo tiene causas más bien políticas, Traverso relativiza tanto la hegemonía de la historiografía marxista de las décadas precedentes, como su retroceso en las décadas siguientes. Tomando distancia de una visión totalizante del marxismo, propia de sus primeros años de formación intelectual, y que hacía del marxismo una especie de ciencia de las ciencias, Traverso liga su labor de historiador a un Marx dialéctico, anti-positivista, adversario del eurocentrismo y del colonialismo, crítico de la explotación capitalista y de la civilización burguesa en su conjunto, partidario de la auto-emancipación de los oprimidos más que del progreso técnico. Es el Marx que se ubica en las antípodas de la teleología, formulando una visión de la historia como resultado de una acción humana sometida a una compleja red de obstáculos materiales y culturales al mismo tiempo. Tras 1989, en cambio, la teleología parece definitivamente haber abandonado el marxismo para instalarse con fuerza en el campo de las apologías del mercado y del liberalismo. Sin que Traverso lo mencione aquí, esto bien puede aplicar también a Francis Fukuyama, quien, como se sabe, es una pieza clave de la discusión de Derrida con el liberalismo en su Espectros de Marx. En el artículo, El marxismo en Brasil, de Armando Boito y Luiz Motta, la recepción de Marx en Brasil es vista también en el periodo correspondiente al que Hobsbawm consideraba como un estancamiento historiográfico. Se trata de distinguir las características de la actual fase de interés por la obra de Marx en Brasil, fase que habría comenzado a mediados de los años noventa y que difiere de las fases precedentes. Estas características, en efecto, distan de lo que sucedía en Brasil en las décadas de 1930, 1940 y en las que las siguen, ya que, por ejemplo, durante estas décadas las producciones de los marxistas brasileros se daban a través de los aparatos culturales vinculados al partido comunista brasilero, y no en las universidades. En la fase actual, entonces, es característica la aproximación entre activistas e intelectuales, siendo el grupo intelectual el predominante y la universidad el centro de la actividad. En el marco de la expansión de la universidad brasilera, Boito y Motta dan cuenta de la profusa eclosión del número de encuentros, centros y asociaciones, así como también de las traducciones y publicaciones de Marx y sobre Marx. El resurgimiento del marxismo en Brasil se da, así, fuera de los aparatos del partido comunista y fuera del alcance del mundo obrero ligado al PT, reacio y hostil al marxismo. En el siguiente artículo, No cae un rayo en cielo sereno: dos episodios del marxismo en México, Jaime Ortega y Víctor Hugo Pacheco repasan algunos de los temas más importantes de los años dorados del marxismo en México, localizados entre los año 1962 y mediados de los años ochenta. Los autores considerados son José Revueltas en el campo de la filosofía y Enrique Semo y Roger Bartra en el campo historiográfico. Ortega y Pacheco nos muestran que es tras las insubordinaciones de obreros y campesinos en contra de un estado autoritario y corporativo que el marxismo eclosionó de manera más creativa en todas las ramas del saber humano. A lo que se suma una oleada de exiliados que contribuyó a la construcción de un discurso marxista que fue considerado como hegemónico en el mundo de la cultura hasta los años ochenta, es decir, hasta antes del advenimiento de un neoliberalismo que, enseguida, se volvió hegemónico en el discurso académico. Para ambos autores, abocados a la tarea de la recuperación de las tradiciones sofocadas por dicha hegemonía, la historia del marxismo en México se ancla en la historia de la democratización del Estado y de la sociedad. Concluye esta segunda sección con el artículo Anotaciones en torno al uso de la mediación socioanalítica marxista en la teología de la liberación latinoamericana, de Juan Pablo Espinosa. En este artículo la recepción de Marx corre por cuenta de la teología latinoamericana de la liberación. Mostrando en primer lugar el desde dónde de la teología de la liberación, ésta es presentada enseguida como teología de la praxis, definición que explica la introducción de la mediación socioanalítica marxista como fundamento interno de la misma. La teología latinoamericana de la liberación puede entonces también ser considerada como una teología de la historia en cuyo centro se halla el pobre como signo de los tiempos.

    Alcanzamos así la tercera y última sección de este número de Actuel Marx Intervenciones: Estado y figuración en Marx. En el artículo Cuerpo y Estado en el joven Marx: Una revisión teórica, Tomás Torres analiza la tan poco estudiada relación entre cuerpo y Estado en la teoría marxiana. Los escritos del joven Marx están en el centro de su indagación. Enseguida, en El porvenir de El Capital, Claudio Aguayo analiza el estatuto teórico de la filosofía de Marx. Una multiplicidad de figuraciones teóricas y no una lógica universal, esencial, repetitiva y explicativa de todo el El Capital de Marx es la hipótesis de este autor.

    Cierra este número una reseña del libro Racismo en Chile. La piel como marca de la inmigración, reseña a cargo de Ernesto Feuerhake, quien además ha desarrollado un inmenso trabajo de traducción que el comité editorial de Actuel Marx / Intervenciones no hace más que agradecer.

    Iván Trujillo

    Santiago de Chile, septiembre 2016.

    I

    Intervenciones de Marx

    Raza, población, clase:

    discurso histórico-político y biopolítica del capital de

    Foucault a Marx

    Guillaume Sibertin-Blanc¹

    Resumen

    En esta conferencia, pronunciada en Santiago de Chile en agosto de 2016, el autor lleva a cabo una revisión del concepto de biopolítica, propuesto por el filósofo Michel Foucault. Pero no se trata tanto de explicar en qué consiste, como de concentrarse en la historicidad de su formación, y particularmente en una ambigüedad notable. La oposición foucaultiana entre lo bio-político y lo histórico-político puede verse complicada, y enriquecida, si se tienen en cuenta los análisis marxistas de la sobrepoblación, que dan cuenta de la existencia entre ambas posibilidades de una articulación paradójica, diferencial, entrevista pero no profundizada por Foucault. La conferencia termina proponiendo plantear en este contexto el problema del racismo de Estado, que bien podría constituir el fondo de la cuestión.

    Palabras claves: Marx, Foucault, Malthus, biopolítica, lucha de clases, racismo de Estado

    Abstract

    In this conference, given in Santiago, Chile, in august 2016, the author carries a discussion of the concept of ‘bio-politics’, as proposed by the philosopher Michel Foucault. But it isn’t so much about defining it, as to focus in the historicity of its formation, and above all in one particular ambiguity. Foucault’s opposition between the bio-political and the historical-political might find itself complicated, and enriched, if we have in mind Marx’s analysis of overpopulation, which account for the existence, between both possibilities, of a paradoxical, differential articulation, glimpsed but not deepened by Foucault himself. The conference ends by proposing to situate in this context the question of State’s racism, which might as well constitute the basis of the problem.

    Keywords: Marx, Foucault, Malthus, bio-politics, class struggle, State’s racism

    Me gustaría proponerles algunas reflexiones sobre la categoría de biopolítica, introducida por Foucault a mediados de la década de 1970. Se trata de una categoría tan famosa como equívoca, tal vez en razón de su éxito y de las apropiaciones tan dispares de que ha sido objeto (Negri, Agamben, Esposito). Pero me gustaría llamar la atención sobre los equívocos que trabajan el concepto de biopolítica ya en Foucault mismo, y que explican la inestabilidad de sus diferentes formulaciones en textos no obstante casi contemporáneos (entre comienzos de 1976 y 1978). Y una de las maneras de hacer esto es recomenzando por la manera en que el mismo Foucault lo historizó: me refiero particularmente a un pasaje del curso de 1978 en el Collège de France, Seguridad, territorio, población, en que Foucault identifica en Malthus una de las fuentes del concepto, y lo contrasta con la perspectiva de Marx. Mi punto de partida será una lectura sintomal de este pasaje, para mostrar la manera en que Foucault abre, tal vez sin darse cuenta, una relectura de Marx que lo muestra como teórico de una biopolítica del capital, y que podrá esclarecer, a la inversa [en retour], los equívocos del concepto foucaultiano de biopolítica. El núcleo del asunto me parece estribar en la ambigüedad de la relación que establece Foucault entre el objeto discursivo población y la emergencia de un racismo institucional o racismo de Estado. Ahora, también pretendo apoyarme sobre esta hipótesis para volver luego a interrogar [reinterroger] retrospectivamente [en retour] la singularidad de la gramática política de Marx, es decir, para preguntarme qué implica, para el esquema histórico-político de la lucha de clases, el hecho de que se lo articule con una racionalidad biopolítica que no se limita meramente a instituir la noción de población como nuevo objeto del arte de gobernar, sino que ha de suplementar constantemente el objeto población mediante procedimientos (institucionales, discursivos) de racialización.

    Preguntarse, a la luz de un concepto marxiano de biopolítica, qué es lo que dice Foucault sobre la lucha de clases, supone avanzar a contrapelo respecto del modo en que, en 1978, en un pasaje del curso Seguridad, territorio, población, Foucault formulará el lugar de la intervención de Marx en el campo de la biopolítica:

    Sea como fuere, la prueba de que el problema de la población tiene un lugar central en todo el pensamiento de la economía política hasta el siglo XIX inclusive sería la famosa oposición de Malthus y Marx, pues ¿dónde está su punto de división [partage] a partir de un fondo ricardiano que les es absolutamente común? Uno, Malthus, pensó esencialmente el problema de la población como un problema de bioeconomía, mientras que Marx intentó soslayarlo [contourner] y erradicar [évacuer] la noción misma de población, pero para encontrársela [la retrouver] en una forma ya no bioeconómica sino histórico-política de clase, enfrentamiento de clases y lucha de clases. Sin duda es eso: o la población o las clases, y ése es el punto de ruptura [fracture], a partir […] de un pensamiento de la economía política que sólo fue posible como tal en virtud de la introducción del sujeto población².

    Ya por sí mismas, estas afirmaciones de Foucault son particularmente alambicadas [contournées]. Ante todo sorprende que Foucault, en una misma frase, pueda evocar la oposición abierta de Marx frente a Malthus, y sostener que Marx soslaya el problema y la palabra misma (población), siendo que su crítica es justamente un motivo mayor de la reconstrucción tanto de dicha noción como de la idea de ley de población. Esto es así desde los Grundrisse hasta el Capital (que le dedica un capítulo del que se puede decir lo que se quiera, salvo que sea un capítulo menor³), pasando por los manuscritos de 1862-1863 sobre las teorías del plusvalor editados por Kautsky⁴. Habría que examinar, pues, y por sí misma, la manera en que Marx traza la demarcación que lo separa de Malthus, dentro de lo que Las palabras y las cosas ya había establecido como un fondo ricardiano común, y habría que hacerlo dándole múltiples significaciones. Una significación teórica, por supuesto, en el terreno de la economía política, frente a la confusión malthusiana entre capital y mercancía, su concepción banal del plusvalor, su re-adaptación de ciertos motivos fisiocráticos que suponían que la tierra como tal tenía virtudes productivas intrínsecas ([…] lo que digo es que el poder multiplicador de la población es infinitamente más grande que el poder que tiene la tierra de producir la subsistencia del hombre⁵). Una significación de clase, igualmente, pues se identifica en Malthus a un ideólogo activo, no de la burguesía en general sino de una fracción rentista, para la cual el pensamiento malthusiano, que se muestra inconsecuente cuando se aplican sus teoremas al plano de las estructuras del capital industrial, halla sin embargo una paradójica actualidad allí donde se reactivan las técnicas de acumulación primitiva para aumentar la renta, actuando directamente sobre las estructuras de la propiedad de la tierra y, con ello, sobre las condiciones de explotación y habitación de ésta. Y se añade además un tercer registro de significación, político-estilístico, que considera conjuntamente la actividad teórica malthusiana y los intereses de clase a los que sirve, pues Malthus es rentista hasta en su práctica teórica, donde invariablemente revela ser un plagiario teóricamente nulo pero ideológicamente temible, que no inventa nada por sí mismo pero que tiene una habilidad impresionante para sacar provecho de lo que otros han producido y utilizarlo para sus propios fines: una práctica rentista de la teoría⁶.

    En todos estos aspectos, bien parece que el problema es la significación de la bio-economía malthusiana desde el punto de vista histórico-político de la lucha de clases. Lo que Foucault ve es que Marx soslaya la problemática biopolítica; lo que ve Marx es que, en la bio-economía de Malthus, hay una bio-política en la medida en que Malthus no soslaya para nada una lucha en la que, por el contrario, interviene de la manera más declarada. Es por eso que no sólo presta atención a los escritos de Malthus, sino al discurso malthusiano como fuerza política. Sus dos principales lugares estratégicos serán siempre, desde la encuesta de Manchester de Engels hasta el Capital: en primer lugar la ofensiva conducida desde fines del XVIII contra la legislación de asistencia a los pobres heredada de la época isabelina y, en la prolongación del Reform Act de 1832, su culminación en la promulgación en 1834 de la Nueva Ley sobre los Pobres, que instituye la creación de las workhouses que Engels describiría diez años más tarde como la más brutal declaración de guerra de la burguesía contra el proletariado⁷. En segundo lugar, la política conducida en Irlanda durante la crisis y la hambruna de 1846-1852, en una situación de colonización económica que hace de ese distrito agrícola de Inglaterra, el Edén del principio de población malthusiano, y que esclarece retrospectivamente [en retour] la política de clase del sicofante profesional de la aristocracia rentista y fiel adepto de la Iglesia de Estado de Inglaterra….

    Pero este pasaje de Seguridad, territorio, población también resulta sorprendente si se lo considera desde el punto de vista del trabajo del mismo Foucault. Algunos investigadores (pienso particularmente en Luca Paltrinieri) han puesto en evidencia recientemente el hecho de que la introducción de la categoría de biopolítica, y más en general las reflexiones de Foucault sobre el biopoder, formaban parte de una coyuntura histórica bien precisa: formuladas en la época inmediatamente posterior a las guerras de descolonización, estas reflexiones están marcadas por una maraña compleja constituida por una serie de debates historiográficos sobre la transición demográfica, por la emergencia de los primeros planes de ajuste coyuntural y pronto estructural impuestos a los países del Sur, y por la inflación, en los discursos académicos, mediáticos y políticos, de las prospectivas sobre la crisis demográfica y la sobrepoblación en el Tercer mundo, que hará que economistas y antropólogos marxistas vuelvan a enfrentarse con los neomalthusianos, albergados en el Club de Roma⁸. Con este trasfondo en mente, lo que yo querría interrogar es la forma misma que le da Foucault en 1978 a la oposición de Marx a Malthus, que es la forma de una alternativa entre dos discursividades instaladas simultáneamente en continuidad y en disimetría en relación al objeto que tienen –aunque de manera desigual– en común. Releamos, pues, para comenzar, el pasaje citado de Foucault: no solo dice que Marx soslaya la problemática de la biopolítica, en beneficio de la problemática histórico-política de los antagonismos de clase, sino que además dice que Marx se encuentra con el problema de la población bajo un nombre que no es el suyo (el de clase), de modo tal que la población parece ser específicamente lo que el concepto de clase no puede pensar [l’impensé spécifique]. Pero, ¿qué significa encontrarse con una cuestión biopolítica en un discurso que no lo es? ¿Y qué significa, a la inversa, que Malthus, pensando la población en su discurso propio –la bio-economía– no se encuentre con la cuestión histórico-política de la lucha de clases?

    Unos meses antes, Foucault había avanzado al menos otras dos formulaciones de esta alternativa (en la medida en que siga siendo la misma). En octubre de 1976, en el primer capítulo de La voluntad de saber, cuando se trata de estabilizar conceptualmente la noción de biopolítica que había introducido hacía muy poco, Foucault se muestra sobre todo preocupado por hacer notar la articulación interna de este concepto con el proceso de acumulación del capital, pues la biopolítica es el nombre de la contraparte colectiva y poblacional de lo que la genealogía de las técnicas disciplinarias había explorado desde 1972 en el plano de la individualización de los cuerpos, técnicas agrupadas aquí bajo la

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1