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Manuales Parramón: Aerógrafo
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Libro electrónico434 páginas2 horas

Manuales Parramón: Aerógrafo

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Toda la información sobre la técnica y práctica de la pintura recogida de manera clara y concisa, en volúmenes básicos, de consulta ágil y fácil manejo, para que usted pueda conocer los secretos de la pintura con cualquier medio.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento5 jun 2019
ISBN9788434242029
Manuales Parramón: Aerógrafo

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    Manuales Parramón - Equipo Parramón Paidotribo

    Repaso

    MATERIALES Y UTENSILIOS

    INTRODUCCIÒN GENERAL

    Históricamente, el uso del aerógrafo se limitaba al retoque de fotografías y al arte comercial, pero la gran expansión de los medios visuales y, en particular, de la publicidad, produjo un trasvase de ideas creativas del campo de los medios de masas a las Bellas Artes.

    En la actualidad, el aerógrafo se ha impuesto como herramienta habitual de los artistas, aunque su aceptación en el campo de la pintura considerada importante ha sido lenta.

    Antecedentes históricos

    Los orígenes del aerógrafo se remontan a 1893, cuando el estadounidense Charles L. Burdick fundó en Londres una sociedad llamada Fountain Brush Company dedicada a la fabricación de los primeros aer ógrafos. Burdick era un consumado acuarelista que realizó las primeras obras a la acuarela utilizando el aer ógrafo. Envió algunas de ellas a la exposición anual de la Real Academia de las Artes, y fueron rechazadas por ser producto de un instrumento mec ánico. El aerógrafo debía aún recorrer un largo camino hasta ser aceptado como medio artístico por derecho propio. El también estadounidense Man Ray, miembro de los grupos dadaístas y surrealistas de principios del siglo XX, fue el primer artista continental (Man Ray realizó toda su obra en Europa) en utilizar el aerógrafo en la realización de obras vanguardistas. El artista describió su experiencia con el aerógrafo en estos t érminos: Los resultados son asombrosos, tienen calidad fotográfica aun cuando mis temas no son nada figurativos... Es apasionante pintar una obra sin apenas tocar su superficie, como si se tratara de un acto puramente cerebral, por así decirlo. Pero el entusiasmo de Man Ray no fue compartido por la cr ítica del momento, ésta recriminó al artista el utilizar medios mecánicos.

    Miquel Ferrón, Tubo de color. Colección particular. El aerógrafo es un medio pictórico que destaca por la extrema precisión de sus resultados.

    Man Ray (1890-1976), La Voliére. Fundación Roland Penrose, Chiddingly. Posiblemente, ésta es la primera obra artística realizada al aerógrafo. Su autor fue un miembro destacado de las vanguardias artísticas de los años treinta del siglo xx.

    Durante muchos años el aerógrafo sobrevivió en el campo de la ilustraci ón y el arte comercial; se utilizaba para retocar fotografías y en la realización de carteles y anuncios. La completa aceptaci ón del aerógrafo como herramienta artística llegó con el arte pop, una tendencia pictórica aparecida en 1960 que reivindicaba las imágenes publicitarias de consumo. Creadores como Andy Warhol, Tom Wesselmann o Roy Lichtenstein irrumpieron en el primer plano de la escena artística internacional con obras inspiradas en la publicidad y en el c ómic, realizadas con medios mecánicos. Los británicos Peter Phillips y Allen Jones fueron los primeros artistas pop en utilizar el aerógrafo en obras de gran formato.

    Tras la irrupci ón de estos artistas, el aerógrafo tuvo un momento de m áximo esplendor en 1972, cuando en la Bienal de París se exhibieron las obras de los pintores hiperrealistas, pintores que producían cuadros de grandes dimensiones realizados con un realismo absoluto, frío, mecánico y aparentemente fotográfico: imágenes nítidas, retratos gigantescos, detalles ampliados de una motocicleta o un automóvil, paisajes urbanos reflejados con el m ás mínimo detalle. En este tipo de obras, el aerógrafo se revel ó como un instrumento insustituible, capaz de una precisi ón inalcanzable por cualquier otro medio tradicional.

    Peter Phillips (1939), Pintura para cliente. Colección Binoche, París. El uso del aerógrafo se impuso en el campo del arte de la mano de los nuevos estilos pop, inspirados en la imaginería de la publicidad y el consumo.

    El aerógrafo cuenta hoy con plena aceptación dentro del mundo de las Bellas Artes y es utilizado tanto por artistas comerciales como por experimentadores vanguardistas. Para los primeros, es un utensilio imprescindible para realizar imágenes de alta precisión, para retocar fotografías y trabajar en encargos publicitarios; para los segundos se trata de un medio que encierra posibilidades nuevas y que, solo o combinado con otros procedimientos, amplía el campo de la creación pictórica llevándolo hacia nuevos territorios.

    Allen Jones (1941), Encaje perfecto. Galería Sammlung Ludwig. El colorismo desenfadado es típico de la aerografía del arte pop.

    Cartelismo y publicidad

    Desde su aparición, el aerógrafo se reveló como el medio ideal para la realización de carteles y de originales publicitarios, como ya se ha apuntado. Los acabados del aerógrafo son especialmente aptos para la reproducción y los efectos cromáticos tienen una calidad y claridad gráfica difícilmente alcanzable por otros medios pictóricos. Contornos precisos y superficies de color uniforme son las características más acusadas de esta técnica radicalmente moderna.

    Charles Angrave (1892), Póster. Colección particular. Se trata de un póster de 1932. Aunque entonces el aerógrafo todavía no se había introducido en el ámbito de la pintura artística, muchos ilustradores comenzaban a descubrir sus posibilidades gráficas.

    MÁS SOBRE ESTE TEMA

    Características y sistemas p. 8

    Aerógrafos p. 10

    CARACTERÍSTICAS Y SISTEMAS

    El aerógrafo permite pintar mediante un chorro de color líquido pulverizado de manera semejante a los aerosoles, aunque con mucha mayor precisión. El control de ese chorro depende de la presión del aire, de la consistencia de la pintura y de la distancia del aerógrafo al soporte. El primero de estos factores puede controlarse de diversas maneras según el modelo de aerógrafo. En estas páginas se estudian las características de cada uno de ellos.

    Mecanismo básico

    El aerógrafo es, básicamente, un tubo acabado en una boquilla por el que circula aire a presión; este aire arrastra a su paso el color contenido en un depósito situado cerca de la boquilla y lo pulveriza, extendiéndolo sobre el soporte. El sistema de control del aerógrafo se basa en un pulsador que permite regular el paso del aire. Al presionar el pulsador, el aire invade el cuerpo del aerógrafo y succiona el color del depósito, que se mezcla con el aire y es pulverizado y expulsado por la boquilla. La distinción entre aerógrafos se funda en los diversos sistemas para controlar la presi ón del aire y el grosor del chorro de pintura.

    El aerógrafo funciona por un principio elemental de arrastre, idéntico al que se aplica a las boquillas de pulverización de líquidos (normalmente fijadores). Al soplar por la boquilla, el aire hace ascender el líquido desde el depósito y lo pulveriza sobre el soporte.

    El resultado de la dispersión de color mediante la boquilla es un punteado, suficiente para algunos trabajos pero muy tosco para la mayoría de obras.

    Visto en detalle, el mecanismo de la boquilla se basa en dos conductos en ángulo recto que suministran aire y líquido respectivamente.

    El aerógrafo suministra aire a alta presión, lo que hace que el color se disgregue en finas partículas e impregne la superficie del papel de manera uniforme.

    Aerógrafos de acción sencilla

    En estos modelos el pulsador sólo tiene la funci ón de regular el chorro del aire. Al presionar la palanca, se abre la admisión de aire y éste se mezcla con la pintura en el exterior o en el interior del cuerpo del aerógrafo, según se trate de aerógrafos de atomizaciones externa o interna.

    Los aerógrafos de atomización externa son los de funcionamiento más sencillo, la mayoría de ellos no permiten regular el paso del aire y se utilizan para pintar amplias zonas de color plano. Algunos modelos incorporan una aguja que coincide con la salida de aire del aerógrafo y permite regular el chorro de color pulverizado, aunque para ello es necesario interrumpir el rociado.

    En los aerógrafos de atomización interna, la mezcla de aire y color se efectúa en el interior del cuerpo del aerógrafo. Al presionar el pulsador, se abre la válvula de admisión de aire y éste atomiza el color y lo expulsa a través de la boquilla en mayor o menor cantidad según la posición de la aguja, y ésta puede regularse mediante un tornillo situado en la parte posterior del mango. Cuanto más retrasada esté la aguja, más grueso será el chorro.

    Aerógrafo de atomización externa sin aguja. Se trata de un aerógrafo de acción sencilla cuya palanca sólo regula el paso del aire, sin control directo sobre el color.

    Aerógrafo de atomización externa con aguja, también de acción sencilla, que permite un cierto control del chorro de color mediante el ajuste manual de la aguja en la boquilla.

    Aerógrafos de acción doble

    Los aerógrafos de doble acción fija permiten controlar simultáneamente la abertura de la válvula de aire y la posición de la aguja mediante un pulsador de doble movimiento. Los modelos más sofisticados (y también más empleados por los profesionales) son los de doble acción variable, con ellos puede controlarse por separado el caudal de aire y el flujo de color. Al empezar a aerografiar, se puede proyectar únicamente aire y hacer que el color salga de forma progresiva para evitar las salpicaduras que puedan producirse con los aerógrafos de acción sencilla y los de doble acción fija.

    El aerógrafo de atomización interna con aguja permite el control mecánico del flujo de aire y de color, pero obliga a interrumpir el rociado y ajustar la aguja en cada ocasión.

    Aerógrafo de doble acción fija. La aguja retrocede cuando se mueve la palanca hacia atrás y se abre la válvula de aire. La relación entre caudal de aire y color pulverizado es fija.

    Aerógrafo de doble acción independiente. Al bajar la palanca se abre la válvula de aire, y al moverla hacia atrás, se desplaza la aguja y sale progresivamente el color pulverizado.

    Aerógrafo Paasche AB Turbo. Es el más sofisticado de los aerógrafos y también el más difícil de manejar. Una turbina de alta velocidad impulsa la aguja con un movimiento de vaivén, la cual recoge el color que penetra por gravedad desde el depósito y lo atomiza con el aire que sale de la boquilla.

    Aerógrafo Aztek 3000 S. Aerógrafo de alta calidad y de manejo sencillo, incorpora un juego de cuatro boquillas intercambiables: de uso general, de rociado amplio, de rociado grueso y de salpicado.

    Nuevos diseños

    Los avances técnicos inciden directamente sobre instrumentos de precisión como el aerógrafo. Uno de los últimos modelos, el Aerostat de la marca Fischer, ha introducido una novedad en la palanca que abre el paso del aire; el control del flujo del aire y del color es de una gran precisión, mayor que en cualquier otro modelo. Este aerógrafo está equipado con cinco boquillas intercambiables, incluyendo una de 0,1 mm, que lo convierte en el más completo del mercado.

    El aerógrafo Aerostat, de Fischer, es el modelo más avanzado del mercado, con especiales innovaciones en el control de flujo de aire y de aportación de color. Incluye un juego de cinco boquillas intercambiables.

    MÁS SOBRE ESTE TEMA

    Aerógrafos p. 10

    Componentes del aerógrafo p. 12

    Accesorios y suministro de aire p. 14

    AERÓGRAFOS

    A continuación se muestran los aerógrafos más representativos de la amplia gama existente en el mercado. Los nuevos modelos cada vez son más estilizados y sofisticados e incorporan mecanismos más perfeccionados que permiten una gran precisión. Entre los diversos modelos, el profesional debe elegir el que mejor se adapte a sus necesidades, sin dejarse tentar por aerógrafos muy sofisticados de los que no vaya a obtener un rendimiento total.

    Para el no iniciado, lo lógico es comenzar por un modelo sencillo y económico para pasar a aerógrafos de mayor envergadura cuando sus necesidades realmente lo requieran.

    Hansa modelo 381 línea negra. Aerógrafo de doble acción independiente, con depósito superior de 7 cm³ de capacidad y boquilla de 0,3 mm.

    Iwata modelo HP-C. Aerógrafo de doble acción independiente, con un depósito superior de 7 cm³

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