CARTAS VAN GOGH POR SÍ MISMO
Estoy hasta tal punto embadurnado de colores que hasta los hay en esta carta”.
Con esta frase escrita a su hermano Theo, Van Gogh resumió inconscientemente la percepción que se tiene hoy en día de sus misivas: unos preciados testamentos de su pensamiento que siempre estuvo salpicado por la pintura. Su epistolario cubre ampliamente su carrera como artista y, además, nos retrata de forma parcial la situación de los pintores europeos situados en los márgenes del foco mediático: aquellos excluidos de las academias y los salones, en ocasiones, por decisión propia. Unos creadores que en su mayoría vivieron en condiciones muy precarias por sus escasas ventas, pero que ahora son –paradójicamente– los ejemplos más famosos del periodo. Además, las cartas de Vincent van Gogh son en especial ricas porque su autor fue monopolizando poco a poco sus comunicaciones con asuntos personales y su contenido fue paulatinamente copado por asuntos casi en exclusiva referidos a él mismo, su cultura visual y su pintura.
Van Gogh, el escritor
Antes de comenzar, es necesario reconocer la calidad de Vincent como escritor. El lenguaje empleado en sus cartas alcanza niveles altamente evocativos y revela
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