AGUDEZA Y RIGOR FORMAL
EN LA DÉCADA DE LOS 70, Alemania asumió una de las señas de identidad que la caracterizaría para siempre en el ámbito del diseño: la evolución económica que el país experimentó en la década previa se detuvo, y tanto las empresas como la sociedad entendieron que el frenesí consumista debía calmarse. Así, muchos diseñadores industriales sustituyeron la idea de usar y tirar por una mentalidad más ecológica. En vez de diseñar más, decidieron diseñar mejor. Los nuevos materiales y el desarrollo tecnológico ayudaron a aguzar el ingenio de esos profesionales alemanes, que en los años siguientes sorprenderían con sillas, estanterías y demás mobiliario icónico. Christoph R. Siebrasse, Wolfgang Laubersheimer o Frank Hans Georg Schreiner sentarían las bases de una nueva manera de concebir objetos, que en los años 90, con el Muro de Berlín hecho pedazos, obtendría un tono más meticuloso, riguroso y reflexivo. Konstantin Grcic (Múnich, 1965) es el mejor exponente de esa nueva filosofía. Formado en el Royal College of Art de Londres, en 1991 fundó el estudio Konstantin Grcic Industrial Design, hoy Konstantin Grcic Design. Y su trabajo es digno de admiración.
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