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El condenado por desconfiado
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El condenado por desconfiado
Libro electrónico147 páginas2 horas

El condenado por desconfiado

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Por su gravedad y calado filosófico, El condenado por desconfiado ha sido considerada de otro autor, pero su valor y la ausencia de certezas respecto de otra autoría la hacen digna de mención. Ciertamente, este gran drama se aleja del común de la obra de Tirso de Molina. Refleja el principal asunto de debate teológico y filosófico entre las diversas corrientes católicas y protestantes del momento.
Se trata de una puesta en escena del problema de la predestinación y el libre albedrío del ser humano. Tirso defiende aquí el mayor peso que tiene la voluntad humana, frente a lo fatalista del concepto de destino divino protestante, y lo hace con un texto dramático humanísimo en el que los personajes muestran sus facetas de fortaleza y debilidad ante un Dios de infinita misericordia.
Se trata de un tema que proviene de los más antiguos textos clásicos y que indaga en los territorios insondables del alma humana desde el punto de vista de los conceptos y actitudes religiosas.
El argumento, sucinto de El condenado por desconfiado, sería éste:

- el ermitaño Paulo se pregunta cuál será su destino
- y, al no poder responderse, recela y desconfía de su fe.
- El diablo toma ventaja de esta debilidad,
- hace creer a Paulo que su destino eterno va unido al del bandido Enrico,
- el cual se arrepiente una vez en el patíbulo.Al final de El condenado por desconfiado la gracia y el perdón divino intervendrán en este orden caótico.
IdiomaEspañol
EditorialLinkgua
Fecha de lanzamiento31 ago 2010
ISBN9788498972115
El condenado por desconfiado

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    El condenado por desconfiado - Tirso de Molina

    9788498972115.jpg

    Tirso de Molina

    El condenado

    por desconfiado

    Barcelona 2024

    Linkgua-ediciones.com

    Créditos

    Título original: El condenado por desconfiado.

    © 2024, Red ediciones S.L.

    e-mail: info@linkgua.com

    Diseño de cubierta: Michel Mallard.

    ISBN tapa dura: 978-84-1126-259-0.

    ISBN rústica: 978-84-9816-498-5.

    ISBN ebook: 978-84-9897-211-5.

    Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

    Sumario

    Créditos 4

    Brevísima presentación 7

    La vida 7

    La salvación 7

    Personajes 8

    Jornada primera 9

    Jornada segunda 53

    Jornada tercera 99

    Libros a la carta 141

    Brevísima presentación

    La vida

    Tirso de Molina (Madrid, 1583-Almazán, Soria, 1648). España.

    Se dice que era hijo bastardo del duque de Osuna, pero otros lo niegan. Se sabe poco de su vida hasta su ingreso como novicio en la Orden mercedaria en 1600 y su profesión al año siguiente en Guadalajara. Parece que había escrito comedias, al tiempo que viajaba por Galicia y Portugal. En 1614 sufrió su primer destierro de la corte por sus sátiras contra la nobleza. Dos años más tarde fue enviado a la Hispaniola (actual República Dominicana), regresó en 1618. Su vocación artística y su actitud contraria a los cenáculos culteranos no facilitó sus relaciones con las autoridades. En 1625, el Concejo de Castilla lo amonestó por escribir comedias y le prohibió volver a hacerlo bajo amenaza de excomunión. Desde entonces solo escribió tres nuevas piezas y consagró el resto de su vida a las tareas de la orden.

    La salvación

    Por su gravedad y calado filosófico, El condenado por desconfiado ha llegado a ser considerada de otro escritor, pero su valor y la ausencia de certezas respecto de otra autoría la hacen digna de mención. Ciertamente, este gran drama se aleja del común de la obra de Tirso de Molina y refleja el principal asunto de debate teológico y filosófico entre las diversas corrientes católicas y protestantes del momento. Se trata de una puesta en escena del problema de la predestinación y el libre albedrío del ser humano. Tirso incide aquí en el mayor peso que tiene la voluntad humana, frente a lo fatalista del concepto de destino divino protestante, y lo hace con un texto dramático humanísimo en el que los personajes muestran sus facetas de fortaleza y debilidad ante un Dios de infinita misericordia. Se trata de un tema que proviene de los más antiguos textos clásicos y que indaga en los territorios insondables del alma humana desde el punto de vista de los conceptos y actitudes religiosas.

    Personajes

    Albano, viejo

    Anareto, padre de Enrico

    Bandoleros

    Caminantes

    Carceleros

    Celia

    Cherinos

    El Alcaide de la cárcel

    El Demonio

    El Gobernador de Nápoles

    Enrico

    Esbirros

    Escalante

    Galván

    Lidora, criada

    Lisandro

    Octavio

    Pedrisco

    Porteros

    Presos

    Pueblo

    Roldán

    Un Juez

    Un Pastorcillo, un ángel

    Villanos

    Jornada primera

    (Selva, dos grutas entre elevados peñascos.)

    Paulo (De ermitaño.) ¡Dichoso albergue mío!

    Soledad apacible y deleitosa,

    que en el calor y el frío

    me dais posada en esta selva umbrosa,

    donde el huésped se llama 5

    o verde yerba o pálida retama.

    Agora, cuando el alba

    cubre las esmeraldas de cristales,

    haciendo al Sol la salva

    que de su coche sale por jarales, 10

    con manos de luz pura,

    quitando sombras de la noche oscura

    salgo de aquesta cueva,

    que en pirámides altos de estas peñas

    naturaleza eleva, 15

    y a las errantes nubes hace señas

    para que noche y día,

    ya que no otra, le hagan compañía.

    Salgo a ver este cielo,

    alfombra azul de aquellos pies hermosos. 20

    ¿Quién, oh celeste velo,

    aquesos tafetanes luminosos

    rasgar pudiera un poco

    para ver?... ¡Ay de mí! Vuélvome loco.

    Mas ya que es imposible 25

    y sé cierto, Señor, que me estáis viendo

    desde ese inaccesible

    trono de luz hermoso, a quien sirviendo

    están ángeles bellos,

    más que la luz del Sol hermosos ellos, 30

    mil gracias quiero daros

    por las mercedes que me estáis haciendo

    sin saber obligaros.

    ¿Cuándo yo merecí que del estruendo

    me sacarais del mundo 35

    que es umbral de las puertas del profundo?

    ¿Cuándo, Señor divino,

    podrá mi indignidad agradeceros

    el volverme al camino

    que, si no lo abandono, es fuerza el veros 40

    y tras esa victoria

    darme en aquestas selvas tanta gloria?

    Aquí los pajarillos,

    amorosas canciones repitiendo

    por juncos y tomillos, 45

    de Vos me acuerdan, y yo estoy diciendo:

    «Si esta gloria da el suelo,

    ¿qué gloria será aquella que da el cielo?»

    Aquí estos arroyuelos,

    jirones de cristal en campo verde, 50

    me quitan mis desvelos

    y son la causa a que de Vos me acuerde.

    Tal es el gran contento

    que infunde al alma su sonoro acento.

    Aquí silvestres flores 55

    el fugitivo viento aromatizan

    y de varios colores

    aquesta vega humilde fertilizan.

    Su belleza me asombra;

    calle el tapete y berberisca alfombra. 60

    Pues con estos regalos,

    con aquestos contentos y alegrías,

    ¡bendito seas mil veces,

    inmenso Dios, que tanto bien me ofreces!

    Aquí pienso servirte, 65

    ya que el mundo dejé para bien mío;

    aquí pienso seguirte,

    sin que jamás humano desvarío,

    por más que abra la puerta

    el

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