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Mi... Conejo enano
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Libro electrónico81 páginas30 minutos

Mi... Conejo enano

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¿Te gustan los animales? ¿Te gustaría tener un conejo enano para que sea tu mejor amigo? Entonces lee con atención este libro. Aprenderás a: Conocer las diferentes razas de conejos para saber cuál prefieres. Escogerlo en el momento de comprarlo. Recibirlo adecuadamente en casa. Prepararle las comidas más adecuadas. Conocer sus costumbres y cuidarlo cuando está enfermo. Entender su lenguaje y poder comunicarte con él... Siguiendo todos los consejos de este libro lograrás que sea un amigo afectuoso.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 oct 2018
ISBN9781644615966
Mi... Conejo enano

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    Mi... Conejo enano - Bruno Tenerezza

    razas

    3.000 años en compañía del hombre

    Despierto y afectuoso, el conejo enano ocupa hoy en día el quinto lugar en la lista de animales de compañía. Está en la lista justo después de los peces, los perros, los gatos y los pájaros. Pero no siempre ha sido así.

    Su antepasado

    El conejo común europeo apareció hace aproximadamente un millón de años, y es el «abuelo» de todos los conejos contemporáneos. Al principio vivía en el norte de Europa, pero el riguroso clima le empujó muy pronto a cambiar de «lugar de residencia» hacia las regiones mediterráneas de Italia y España, así como las islas. El documento más antiguo en donde se hace referencia a los conejos es un papiro, donde se puede ver un hombre que sujeta a un conejo común por sus largas orejas.

    Pero los fenicios relatan en sus escritos que cuando llegaron a los Pirineos, hacia el año 1100 a. de C., encontraron muchos conejos salvajes. Los fenicios, que llamaban al conejo shepam, lo difundieron por otros países para poder consumir su carne.

    Grabado del siglo XVIII, obra del naturalista francés Georges-Louis Leclerc, conde de Buffon, que representa a dos conejos de angora

    Los orígenes de la cría de conejos

    Se cree que los romanos fueron los primeros en acoger conejos en sus casas, ya que algunos escritos describen los recintos en los que se criaban a estos animales. También se sabe que hacia el año 44 d. de C. los conejos salvajes eran una plaga de tal magnitud, debido a los daños que causaban en la vegetación y en las plantaciones de los humanos, que los romanos recurrieron a los hurones para alejarlos.

    Pero en esa época el ser humano no criaba conejos para disfrutar de su compañía; la suerte reservada a este animal era reinar en las mesas de los banquetes.

    © Marta Avanzi

    De los marineros…

    A continuación fueron los marineros los que difundieron los conejos por toda Europa y otras tierras lejanas. Ya en la Edad Media, los marineros tenían la costumbre de abandonar estos animales en las islas que encontraban a lo largo del camino, ya que, al multiplicarse, el conejo se convertía en una reserva de carne que podía consumirse en los largos viajes de regreso. Así fue cómo, gracias a los navegantes portugueses, el conejo alcanzó rápidamente las islas Canarias, Madeira y las Azores, y conquistó Inglaterra gracias a los marineros normandos.

    Todas las razas de conejos pertenecen a una misma especie: Oryctolagus cuniculus. © Marta Avanzi

    ... a los monjes

    Pero su verdadera domesticación no vio la

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