El golden retriever

Por Valeria Rossi

Dulce y cariñoso, el golden retriever ha nacido para el cobro. Es muy apreciado como perro de compañía, puesto que es alegre y juguetón. En esta guía práctica encontrará todo lo que necesita saber sobre su carácter, su historia y sus orígenes, así como toda la información para que lo acoja en su familia en las mejores condiciones posibles. Encontrará consejos muy útiles para educarlo respetando sus necesidades. Dispondrá, en definitiva, de toda la información que necesita para mantenerlo en forma.

• Idioma: Español
• Editorial: Parkstone International
• Fecha de lanzamiento: 30 mar 2020
• ISBN: 9781644618691

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EL ORIGEN DE LA RAZA

Mucha gente cree que el golden retriever es simplemente un labrador «de pelo largo» o «con mechas». También, entre los que tienen más conocimientos sobre razas caninas y, por tanto, saben perfectamente que se trata de dos razas totalmente distintas y diferenciadas, hay personas que creen que estas dos razas tienen un origen y una historia comunes.

En realidad, el labrador procede de las costas canadienses, mientras que el golden tiene un origen inglés.

Concretamente, el golden procede de una zona limítrofe entre Inglaterra y Escocia, aunque durante mucho tiempo se ha creído que procedía de Rusia.

Existe una teoría —que luego se demostró que no es más que una leyenda—, aceptada hasta los años cincuenta, según la cual el golden se habría originado a partir de dos perros rusos de pelaje dorado —algunos iban más lejos y afirmaban que eran perros pastores del Cáucaso— que trabajaban en un circo. Hasta ese momento se decía que lord Tweedmouth, el creador de la raza, los había descubierto cuando ese circo, que efectuaba una gira por Europa, se instaló en Brighton (Reino Unido). Cuentan que le causaron tal fascinación que inmediatamente compró la pareja e hizo que le enviaran otros seis ejemplares (ocho, según otras versiones) de los mismos propietarios, que eran cazadores dedicados al comercio de pieles.

El golden retriever procede de Gran Bretaña

Si dejamos de lado la posibilidad de que realmente fueran perros pastores del Cáucaso, lo cual es bastante remoto, la teoría del origen ruso podría alcanzar cierta credibilidad, ya que en Rusia existían perros retriever de pelaje dorado, tal como cita Oliver Goldsmith en el 1847.

También hay referencias de un setter ruso que se criaba en dos versiones: a) dorado marrón, de pelo raso, y b) de color hígado, de pelo rizado. Al parecer, la variedad dorada se parecía bastante al golden retriever actual.

Sin embargo, las teorías y las leyendas chocaron con la realidad en el año 1952, cuando el bisnieto de lord Tweedmouth encontró los libros genealógicos pertenecientes a su bisabuelo, con apuntes relativos a todos los apareamientos y los nacimientos.

Así, se descubrió que la raza se había originado mediante el cruce de Nous, un retriever amarillo de pelo ondulado, con Belle, una hembra tweed water spaniel.

De esta antigua raza —actualmente extinguida— hay una descripción que data del año 1815. Un libro de Richard Lawrence los describe como perros «spaniel muy grandes, muy hábiles en la caza del pato, usados en la zona limítrofe de Escocia e Inglaterra».

Estos perros alcanzaron una gran difusión en la desembocadura del río Tweed y, según Lawrence, habían sido cruzados con el newfoundland (un nombre que en aquella época se usaba indistintamente para referirse tanto al perro terranova como al labrador) para lograr más resistencia al agua.

El apareamiento entre Nous, que era un ejemplar amarillo hijo de dos wavy coated retriever negros (el wavy coated es el progenitor del flat coated actual) y Belle, que era de color hígado, tuvo lugar en 1868. De aquí nacieron cuatro cachorros, todos amarillos, a los que podemos considerar los primeros golden de la historia, si bien todavía faltaba mucho para que se produjera la fijación de la raza.

Lord Tweedmouth regaló el único macho, Crocus, a su hijo y él se quedó con dos perras, Cowslip y Primrose. La tercera hembra, Ada, la regaló a su nieto, que inició una nueva línea de sangre.

Desde 1868 hasta 1890, toda la familia de lord Tweedmouth se dedicó a la cría, con criterios indudablemente modernos: trabajaban en linebreeding (consanguinidad colateral y no directa), con algún outcross, es decir, con aportaciones de sangre totalmente externas. El outcross a veces se realizaba con otras razas, como el tweed water spaniel y varios retriever negros (probablemente wavy coated).

Todos los primeros golden, de principios del siglo XX, descendían de los ejemplares de lord Tweedmouth, pero todavía se trabajaba para mejorar la raza con cruces externos. Así, por ejemplo, lord Ilchester utilizó el setter irlandés y el bloodhound de color arena con el propósito de seleccionar perros con un alto instinto venatorio. Sin embargo, obtuvo como resultado perros muy grandes y, en algunos casos, agresivos.

Hasta el año 1913, los futuros golden se registraban como flat coated amarillos; más tarde, el Kennel Club inglés realizó el primer Libro de los orígenes de la raza, a la que denominó golden o yellow retriever. Finalmente, en 1920 quedó fijado el nombre de golden retriever.

Aquel mismo año se redactó el estándar y se registraron los primeros criaderos especializados, de los cuales recordamos los más famosos: Culham, Ingestre y Noramby.

A partir de entonces, hubo que esperar cincuenta años, hasta 1960, para que la raza fuera oficialmente reconocida.

El golden se ha convertido en un perro de moda, casi como su primo el labrador. Cada año, en España se registran más de 4000 inscripciones en el Libro de Orígenes Español y esto comporta serios problemas a la raza. Por desgracia, este increíble aumento del número de ejemplares no tiene únicamente consecuencias positivas, como tendremos ocasión de ver más adelante.

El golden no fue reconocido oficialmente hasta 1960

¿REALMENTE TENGO UN BUEN GOLDEN?

Cuando se elige a un perro de raza, sería oportuno estudiar su estándar. Sin embargo, los estándares no son documentos para neófitos, ya que no siempre resulta fácil entenderlos e interpretarlos.

Dado que este no es un libro técnico, no nos adentraremos excesivamente en los meandros de la cinología, por lo que remitimos a los interesados a textos más específicos. De todos modos, echaremos un vistazo a cómo debe ser la morfología del golden, porque todos los propietarios (incluso