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La enciclopedia de la educación del perro
La enciclopedia de la educación del perro
La enciclopedia de la educación del perro
Libro electrónico409 páginas2 horas

La enciclopedia de la educación del perro

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¿Su perro destroza el piso cuando usted no está? ¿Se le tira encima y le ensucia la ropa? ¿Es imposible controlarlo durante los paseos? ¿Gruñe cuando alguien se acerca? Si no tiene ni el tiempo ni los medios para contratar los servicios de un adiestrador, Raymond Barthel, educador canino, le explica en este libro cómo educar a su animal, con disciplina pero sin violencia, ya sea cachorro o adulto, dedicando sólo unos minutos cada día. Una obra imprescindible que le ofrece un gran número de prácticos consejos que le permitirán hacer frente a todas las situaciones que se le puedan plantear: Cómo elegir un perro; Su llegada a la casa; Su alimentación; Dónde debe dormir; Los perros y los niños; Sus salidas; Sus ladridos intempestivos; Su agresividad.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 oct 2018
ISBN9781644615829
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    La enciclopedia de la educación del perro - Raymond Barthel

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    INTRODUCCIÓN

    Hoy en día la gente no tiene tiempo para dedicar la debida atención a sus perros. Esto es deplorable cuando el perro es adulto, pero es una auténtica catástrofe cuando es un cachorro, porque su comportamiento futuro, su vida de adulto y, por tanto, la de sus amos, dependen de los primeros meses que se dedican a su educación.

    En una sociedad que va deprisa, en la que incluso ya no estamos obligados a hacer el rodaje del coche, todo el mundo quisiera que todo estuviese listo para usar. ¡Qué ilusión, un perro ya educado desde su nacimiento! Y, ya puestos, ¿por qué no un bebé de tres meses que ya tenga la madurez de un adolescente? Todo eso no existe —de momento, ya que nunca se sabe— y como educador, cada vez tengo más clientes que solicitan mis servicios porque, como no han educado a su perro, la convivencia no va bien. Me llaman para reparar los daños, lo cual normalmente es posible, pero necesita tiempo y por tanto cuesta mucho dinero. Otra solución es que los propietarios de perros, con más previsión, busquen a un educador —no soy el único que ejerce esta bonita profesión— y le pidan que vele por la educación de su animal. Son amos que ya saben lo que hay que hacer, pero no saben cómo arreglárselas y entonces requieren la ayuda de un profesional. En esos casos, a veces se tardan varias semanas, el amo debe desplazarse una vez por semana, bastante lejos de su domicilio, con su perro, para asistir a las clases. Algunos optan por que el educador venga a casa (es la opción más cara), otros dejan a su perro interno durante dos periodos de quince días o tres semanas.

    Sea cual sea la solución escogida, será bastante cara. Sin contar con que antes de dirigirse a un educador (mucha gente sigue llamándoles «adiestradores») hay que desembarazarse de algunos tópicos. Los adiestradores no tienen necesariamente una buena reputación, porque se cree que algunos maltratan a los perros o se muestran violentos con ellos. Seguro que algunos amos también vienen buscando, no una educación, sino un adiestramiento de su perro. Los hay que quieren transformar al perro en un arma potencial, sometida a su voluntad y apta para manifestar, llegado el caso, su propia agresividad. Personalmente me niego a trabajar para gente así, pero obviamente no todos los educadores opinan como yo.

    Por otra parte, la violencia de algunos educadores puede asustar a los propietarios que asisten a las sesiones de trabajo. Deben saber que esos educadores se equivocan: educar a un perro es hacerlo comprender, no someterlo. A nadie se le ocurre pegar a un niño de dos años porque no sabe qué responder cuando se le pregunta cuánto son uno más uno. Con un perro, es lo mismo: hay que enseñarle que cuando se dice «Aquí», se espera que venga y se siente a nuestro lado. Tirar de él violentamente gritando «Aquí» es una manera de forzarle con violencia a algo que no entiende en absoluto. No niego que existe este tipo de educadores; simplemente, no hay que tomarlos como ejemplo.

    El método que yo defiendo exige un mínimo de disciplina, lo cual no es del agrado de todo el mundo porque la mayoría no saben enfadarse con su perro, ni enfrentarse a él, excepto cuando están fuera de sí, que evidentemente es el peor de los momentos. Después de todo, poco importa cómo es mi método sobre el terreno puesto que, si lee bien este libro, si toma nota de mis consejos, si está atento a todo lo que explico sobre la psicología de su perro, nunca tendrá que venir a verme: logrará tener éxito por sí mismo y con un mínimo esfuerzo.

    Mientras adiestraba el perro de Laurent Pascuito se me ocurrió la idea de escribir este libro, para responder a todas sus preguntas, que son las que se hacen todos los amos.

    Por tanto, usted se va a convertir a su vez en educador, impulsado, estoy seguro, por la voluntad de comprender y de hacer comprender. En ello radica el secreto y es lo que le permitirá, en seguida, saber hablar a su perro con la suficiente claridad para que él pueda responderle.

    EL MOMENTO DE ELEGIR

    Es una consigna que reitero a todos los que vienen a pedirme consejo: la elección del perro ha de hacerse ante todo con sentido común. Sobre todo no debe ser nunca una decisión irreflexiva o emocional. La adquisición de un perro no es un acto que deba tomarse a la ligera, sino al contrario, es un compromiso muy importante, del cual deben conocerse y sopesarse todas las consecuencias.

    Un perro nos atará durante una quincena de años, más o menos, durante los cuales se van a tejer vínculos de todo tipo: afectivos, sólidos y recíprocos. Adquirir un perro es encontrarse investido de un día para otro de muchas responsabilidades que no siempre son agradables. Y, como ocurre en la mayoría de las relaciones, si se empieza mal, las cosas seguirán yendo mal en el futuro.

    Otro punto crucial es que nunca hay que olvidar que el perro es ante todo un animal, un ser vivo, y no un simple objeto decorativo.

    Al adquirir un cachorro, hay que considerar bien ciertos puntos: estos tres ejemplares de rottweiller, dentro de un año, pesarán 30 kg cada uno

    El perro, una vez en casa, sigue actuando como si estuviese en una manada: debe tener claro quién es el jefe

    ¿CUÁLES SON LOS CRITERIOS QUE HAY QUE TENER EN CUENTA AL ELEGIR UN PERRO?

    Perros hay para todo el mundo, para todas las personalidades, para todas las situaciones. Según nuestro carácter, nuestro modo de vida o temperamento, se nos aconsejará orientar la elección hacia animales de tamaño pequeño o más grande, hogareños o que reclaman una actividad regular, juguetones con los niños o que necesitan calma y tranquilidad... Las opciones que se nos presentan son muchas, lo cual no nos tiene que asustar ni desviarnos de nuestro primer objetivo: que nos guste. Si es así, haremos feliz al perro y, en consecuencia, no nos causará preocupaciones. Sin embargo, hay que insistir en que el que nos guste no implica hacer cualquier cosa.

    No es bueno estar continuamente pendientes del recién llegado

    Los primeros paseos serán un ejercicio muy útil de socialización

    EL ESPACIO NO ES LO MÁS IMPORTANTE

    Por este motivo es importante tener cuenta algunos criterios como, por ejemplo, el tipo de vivienda que pronto vamos a compartir con el perro. Es evidente que una casa grande o un gran apartamento serán ideales para un pastor alemán. Por el contrario, un estudio de 25 metros cuadrados puede ser demasiado exiguo y opresor para la masa imponente que representa el San Bernardo. Hay que considerar este tipo de criterio, pero tampoco hay que hacer de ello una regla absoluta. Cuando se desea vivir con animales, es importante no generalizar.

    El espacio y el confort no lo son todo. La necesidad prioritaria de un perro es mantener una muy buena relación con su amo. Conozco a un dogo y un pastor alemán mucho más felices en un piso pequeño con un amo que les dedica mucha atención, que otros perros que disponen de un terreno de 200 metros cuadrados y que se pasan el día atados en el jardín. Del mismo modo, he tenido que trabajar para clientes de París que tenían huskies. Cada fin de semana los llevan al campo para que tiren de un trineo, con gran felicidad de los animales.

    ¡Esta mamá husky no pierde de vista a sus pequeños!

    El perro es el que debe adaptarse

    El espacio y el confort no lo son todo

    ES EL PERRO EL QUE DEBE ADAPTAR SU VIDA A LA DEL AMO Y NO AL CONTRARIO

    La superficie que se pone a su disposición tampoco es tan importante como el tiempo que pueda dedicársele.

    Otra cosa que hay que saber es que todos los perros pueden adaptarse a la ciudad o al campo. Todo depende del entorno que rodea al animal. No tiene sentido renunciar a una raza de perro por vivir en la ciudad porque alguien nos haya dicho que la raza en cuestión está hecha para vivir en el campo o en la montaña. No hay perros de ciudad y perros de campo. Ocúpese de él como se merece, procure que se sienta bien y, después, ya se encargará él de jugar. Es el perro el que debe adaptar su vida a la del amo y no al contrario.

    Pero antes de aplicar este principio tan saludable, recuerde que, sea cual sea el tipo de perro que elija, sólo se adaptará si el amo ha hecho antes frente a sus obligaciones. Lo que más le gusta al perro sobre todo es pasar tiempo con su amo. Aquel que pueda dedicar a su animal un paseo por la mañana, al mediodía y por la noche, no tendrá de qué preocuparse.

    Si no cuenta con mucho terreno, siempre podrá arreglárselas para encontrar un espacio verde en el que el perro pueda hacer sus necesidades y hacer ejercicio. En cambio, si está poco en casa, reconsidere la adquisición de un perro. Muchas veces me he preguntado por qué determinadas personas tienen un perro, cuando quien realmente se ocupa de él es la mujer de la limpieza...

    Husky siberiano

    Posición incorrecta durante un ejercicio: al perro se le debe hablar con autoridad

    Aunque estemos jugando, no es bueno dejarnos someter por el animal

    LA ELECCIÓN DE LA RAZA ES DETERMINANTE

    Aunque a cada raza le corresponden unas características propias, el perro se adapta a todos los estilos de vida y a todo tipo de entorno social. Todo depende de la educación que se le dé. Por este motivo aconsejo no prestar atención a las ideas preconcebidas: por ejemplo, «tal raza de perro es conocida por ser nerviosa y no le conviene a una pareja con un niño pequeño». Del mismo modo, que la célula familiar esté compuesta por una o cinco personas no supone ningún problema.

    El pittbull, que no se recomienda para según qué tipo de personas, a menudo aporta felicidad a jubilados. El pittbull no es más malo que otros perros, todo es cuestión de establecer una manada (los educadores caninos llamamos así al núcleo familiar), instaurar una jerarquía y educar al animal. El perro debe comprender cuál es su lugar en su nueva casa.

    El caso del rottweiler es muy significativo. Se sabe que es un perro muy apegado al amo y que, si este no lo controla, el animal puede causar accidentes. Muchos de los accidentes se han producido porque el perro ha querido defender a su amo simplemente porque ha creído que estaba amenazado, aunque en realidad no había ningún peligro. Eso demuestra, no sólo un desconocimiento de su animal y de sus reacciones por parte del amo, sino también una falta de control.

    El pastor belga malinois posee un potencial de trabajo muy superior al del golden retriever, es muy impetuoso y juguetón y aprende bien.

    El boyero (bouvier o sennenhund) es un perro muy allegado al amo y a todo lo que le rodea, pero también hay que considerar que reacciona mucho a la afectividad. Hay que tener en cuenta todas estas características antes de elegir para no verse desbordado más adelante.

    El terrier es un perro pequeño, lo cual no impide que muestre un fuerte carácter. Mucha gente cae en la trampa de los cachorros pequeños: creen que cuanto más pequeño es un perro, más «bueno» y maleable será. ¡Grave error! Hay caniches que hacen vivir auténticas pesadillas a su amo...

    Al leer esto, quizá piense en personas mayores porque muchas veces tienen perros pequeños, especialmente caniches, ya que se comenta que estos se adaptan mejor a ellos.

    Pastor alemán en actitud de alerta

    El terrier es un perro pequeño, pero con un gran carácter

    La buena educación se convierte en imprescindible en determinadas razas

    En efecto, pero una vez más es un gran error: el caniche, al contrario de lo que suele creerse, es muy exigente, a veces tiene mal carácter, no es sociable con los demás perros, no le gusta demasiado la gente y tampoco jugar con niños. El resultado es que plantea muchos problemas

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