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Mayordomos De Dios
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Libro electrónico81 páginas1 hora

Mayordomos De Dios

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Al nacer ya traemos una tarea asignada por Dios, quien no solamente nos da la asignacin, sino que nos equipa para que la llevemos a cabo. Nos otorga, para hacerlo, de lo que la Biblia llama talentos, que se pueden definir como las habilidades especiales con las que nacemos, y que se caracterizan por ser una serie de actividades para las cuales tenemos gusto y facilidad en su ejecucin.

Algunos deciden dedicarse durante su vida a esas actividades, y tienen el gusto, incluso, por desarrollarlas, por estudiarlas y esmerarse ms en perfeccionar esos talentos, y ven, encantados, como las cosas parecen drseles con suma facilidad. A esas personas se les ve trabajar con gusto, y su vida entera siempre parece distinguirse por la felicidad, por la entrega placentera a lo que hacen.

ste libro pretende explicar el porqu algunas personas parecen triunfar tan fcilmente en la vida, mientras que a otras se les dificulta absolutamente todo, y de hecho terminan su vida sin haber probado el sabor del triunfo.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento31 ene 2013
ISBN9781463346775
Mayordomos De Dios
Autor

Ernesto Müdespacher Martens

Ernesto Müdespacher Martens es Médico Veterinario Zootecnista por la Universidad Nacional Autónoma de México, y fundador, pastor y ahora miembro de la Iglesia Bíblica Bautista Elim, en la ciudad de Querétaro, Oro., México. Ha participado en varios ministerios evangelísticos durante su vida, en áreas donde la gente absorbe ávidamente la palabra de Dios, como en los Centros de Readaptación Social (cárceles), así como en los grupos de Alcohólicos Anónimos. Después de sufrir un infarto al miocardio, sintiendo que Dios le había concedido, como al rey Ezequías (Isaías 32), algún tiempo adicional de vida, se ha entregado especialmente a escribir libros que alaben al Señor.

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    Muy buen libro, lo recomiendo para aquellos que quieren valorar el trabajo que Dios nos permite llevar a cabo

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Mayordomos De Dios - Ernesto Müdespacher Martens

Copyright © 2013 por Ernesto Müdespacher Martens.

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.

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ÍNDICE

Prólogo para el libro Mayordomos de Dios

Prólogo a éste libro

Capítulo uno: Mayordomos somos

Capítulo dos: La mayordomía y el justo

Capítulo tres: Mayordomando los bienes materiales

Capítulo cuatro: Mayordomando la verdad

Capítulo cinco: Mayordomando el amor

PRÓLOGO PARA EL LIBRO MAYORDOMOS DE DIOS

La lectura de Mayordomos de Dios, antes de que apareciera como libro, me bendijo en gran manera y volvió a inspirar mi alma tocante al tema inagotable de la mayordomía, (o administración cristiana), ya que en mi opinión, la mayordomía es todo. Ningún cristiano que no se adentre en este tema tan vital podrá tener una vida cristiana robusta, estable y fructífera. En la Biblia se nos da a los cristianos nombres que designan privilegios y deberes; y uno de los nombre más importantes que designan e implican un deber es el de Mayordomos (administradores). 1ª Co. 4:2. …Ahora bien, se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel.

Esta exposición de Mayordomos de Dios la encuentro muy completa. Hasta el evangelio está descrito claramente y como puesto en una mesa atractiva con su invitación; inspira a creer y practicar la mayordomía de Dios, como la solución a cada alma necesitada de una relación ajustada con Dios.

Tengo el gran privilegio de conocer al autor y quiero aquí expresar lo que le he dicho siempre; que me enriquece el oírlo comentar sobre la vida y puntualizar los lados positivos de los demás con toda sinceridad. Pero, ahora agrego: aprecio el hecho de que haya tomado la pluma y plasmado en este valioso libro los conceptos bíblicos prácticos de tan importante tema.

Oro al Señor que un ejemplar como éste pueda estar en muchísimas manos, y aún más, que sus enseñanzas se puedan ver reflejadas en muchas vidas

Pastor Enoc Gutiérrez López

PRÓLOGO A ÉSTE LIBRO

¿Qué? ¿Otro libro que me quiere enseñar a diezmar?

Claro que al hablar de ser Mayordomos de Dios tiene que tratarse el tema del dinero. Pero el autor de éste libro pronto nos muestra que es mucho más amplio el asunto de ser mayordomos, que Dios nos ha hecho responsables de mucho más que las cosas materiales.

Y la mejor recomendación del contenido de éste libro es que el mismo autor, mi amigo de más de quince años, vive de acuerdo con lo que aquí escribe. Espero que éste libro sea usado por nuestro Señor para enseñarnos a ser verdaderamente Mayordomos de Dios.

Jimmy H. Lee

Misionero Bautista del Baptist

Bible Fellowship International

CAPÍTULO UNO

MAYORDOMOS SOMOS

La base de la mayordomía

Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da por herencia, y tomes posesión de ella y la habites, entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que Jehová tu Dios te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre.

Y te presentarás al sacerdote que hubiere en aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a Jehová tu Dios, que he entrado en la tierra que juró Jehová a nuestros padres que nos daría.

Y el sacerdote tomará la canasta de tu mano, y la pondrá delante del altar de Jehová tu Dios. Entonces hablarás y dirás delante de Jehová tu Dios: Un arameo a punto de perecer fue mi padre, el cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y allí creció y llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa; y los egipcios nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre.

Y clamamos a Jehová, el Dios de nuestros padres; y Jehová oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión; y Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, y con señales y con milagros; y nos trajo a éste lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel.

Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y lo dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios. Y te alegrarás en todo el bien que Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, así como el levita y el extranjero que está en medio de ti. (Deuteronomio 26)

Tu, hombre, ¿qué está produciendo tu tierra? El hombre se encuentra disfrutando constantemente de un sinfín de bienes, grandes y notorios algunos, pequeños los otros, y deslucidos éstos últimos, por muy conocidos. Es frecuente que nos alegremos por los bienes que tenemos, y nos gusta que otros vean la comodidad, el status, la distinción o la riqueza de lo que vamos adquiriendo. Nos gusta invitar a nuestros amigos a que vean la nueva propiedad que nos compramos, y gustosos pasamos por ellos a sus casas para ir a comer, por mostrarles nuestro nuevo auto.

Disfrutamos también de algunos bienes que no nos son tan notorios, debido a que los gozamos constantemente, y no nos percatamos de su invaluable esencia, hasta que peligra su permanencia. Quién no disfruta de una buena bocanada de aire fresco, por ejemplo. Y cómo se nos hace presente su ausencia, cuando por la ventanilla de nuestro auto entra intempestivamente una voluta procedente del escape de uno de esos muy frecuentes camiones materialistas o suburbanos que tienen la ocurrencia de pararse junto a nosotros, en algún embotellamiento de

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