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Reflexiones Teológicas: Algunos Dilemitas
Reflexiones Teológicas: Algunos Dilemitas
Reflexiones Teológicas: Algunos Dilemitas
Libro electrónico249 páginas3 horas

Reflexiones Teológicas: Algunos Dilemitas

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Dr. Pablo S. Snchez

Es una garanta para nuestra vida tener una Biblia, y ms si estamos seguros de su origen, de su trayectoria, de su unicidad y de su relevancia actual. Mientras que la ciencia que parece ser lo mximo en lo que al saber se refiere, aclara que la verdad cientfica es relativa, la Biblia habla de la verdad absoluta. Existen muchos libros en el mundo, de los cuales se puede decir que algunos son de suma importancia, casi sin excepcin se traducen de idioma en idioma, tambin la Biblia se ha traducido ms que todos, si esto ocasionara algn problema debido a la dinmica de los idiomas, y a los diferentes usos de los vocablos que en cada idioma necesariamente se producen, esto no justifica relegarla ni considerarla anacrnica, o anticuada por el hecho de que data de mucho tiempo. La evidencia histrica y su relevancia actual son suficientes para considerarla no solo como importante sino tambin como segura, vers y ntida. No tiene contradicciones ni misterios ocultos, lo que se considere misterio es una revelacin. Deuteronomio 29:29
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento15 ene 2013
ISBN9781463346348
Reflexiones Teológicas: Algunos Dilemitas

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    Reflexiones Teológicas - DR. PABLO S. SÁNCHEZ

    Copyright © 2013 por DR. PABLO S. SÁNCHEZ.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:     2012923984

    ISBN:                     Tapa Dura                                                   978-1-4633-4636-2

                                    Tapa Blanda                                               978-1-4633-4635-5

                                    Libro Electrónico                                       978-1-4633-4634-8

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

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    Fax: 01.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    426162

    ÍNDICE

    Prologo

    Prefacio

    Introducción

    I        Nuestra Biblia

    II       ¿Cuánto Estudiar Y Cuánto Tiempo?

    III      Algo Del Desarrollo De La Teología

    IV     ¿Podremos Definir A El Ser Eterno?

    V       ¿Quién Es El Ser Eterno

    VI     El Origen De El Ser Eterno

    VII    La Naturaleza De El Ser Eterno

    VIII   El Estudio De Los Atributos De Dios

    IX      La Inmutabilidad De Dios

    X       El Nombre De Dios

    XI      La Existencia De Dios

    XII     La Creencia En Dios

    XIII   La Naturaleza Del Hombre

    XIV   El Divorcio

    XV    Religion Y Algunos Aspectos Litúrgicos

    Bibliografia

    INCLUYE TRABAJO DE INVESTIGACIÓN

    POR

    DR. PABLO S. SÁNCHEZ

    PRESENTADO A

    HAWAII CHRISTIAN UNIVERSITY

    CAMPUS OKLAHOMA CITY

    ATTENTION

    DR. TOLSOM

    AGOSTO 10, de 1997

    PO Box 270034, Oklahoma City, OK 73137

    REVISADO Y REEDITADO Y AUMENTADO PARA EFECTOS DE PUBLICACIÓN

    POR EL MISMO INVESTIGADOR

    JULIO 12, 2011

    2205 Yellow Rose Dr

    Edinburg, TX 78539 E. U. A.

    PROLOGO

    Dios en su infinita misericordia me ha dado la oportunidad de conocer grandes, insignes y fieles consiervos; líderes, maestros y leales amigos que hacen de este espacio en mi vida ministerial un gozar permanente de amistad. He leído elste trabajo de mi gran amigo Dr. Pablo Sánchez, que por años hemos compartido la cátedra sagrada y hemos convivido en un ambiente de respeto y compañerismo, inclusive mi familia y la suya. Lo admiro porque es un hombre apegado al estudio y preparación en todos los órdenes, aunque siendo adulto y con familia el Señor le permitió prepararse; desde su primaria, a pesaar de los escasos recursos, hasta llegar a alcanzar una profesión secular, y además elevarle en un plano superior a nivel ministerial. Lo más importaante en esto es que no conforme con adquirir conocimientos para sí, se ha propuesto ayudar a quien desee superarse en el ministerio, para que pueda obtener su licenciatura, su maestría y porqué no, su doctorado en teología, en ministerios y otros. La época en que nos toca vivir lo exige, en medio de tantos cambios que se avisoran, quién puede asegurar que de un momento a otro no se nos exijan títulos acreditados para ejercer el ministterio, además, ya tenemos en nuestras iglesias personas con un nivel de preparación superior, lo que en muchas casos no se ha logrado en la preparación ministerial.

    Estos son, se obseva con tda claridad, los motivos que impulsan al Dr. Pblo Seanchez, para que ahora nos ofrezca un trabajo de investigación de gran valor, porque no sólo contiene conceptos teológicos asimilados de otros grandes e importantes escritores, sino que también nos vierte en forma sencilla y práctica sus propias concepciones teológias, y además, de manera muy singular nos abre su corazón desde el que se puede sentir y casi palpar cómo se disfruta la presencia del Todopoderoso en las vidas sencillas pero consagradas.

    A medida que usted recorre su vista por las lineas del escrito, puede observar la euritmia y sentir el efluvio de la inspiración, por lo que no queda más que decir: gracias Señor por la inspirada pluma de tu siervo. El varón toca temas profundos como: ¿Podemos definir al Ser Eterno? ¿Quién es el Ser Eterno? El origen del Ser Eterno. Así como también, la Naturaleza del hombre, el divorcio, la religión y algunos aspectos litúrgicos.

    No cabe duda que será un excelente libro que vendrá a ocupar un lugar muy especial no sólo en su biblioteca sino en su corazón, porque al comenzar a leerlo se sentirá prendado de su contenido y su inspiración.

    Al Dr. Pablo Sánchez y a su esposa la Dra. Elizabeth Posada de Sánchez, Dios les ha bendecido rodeándolos de una familia eminentemente ministerial, y en cuya amistad se respira un ambiente de sinceridad y limpieza doctrinal. Tal vez por eso disfruto en gran manera la cercanía con esta familia.

    En hora buena, mi gran amigo y consiervo Dr. Pablo Sánchez, Dios quiera que tus ojos no se cierren antes de que nos llenes de tus conocimientos que brotan de tu inspirada pluma.

    Felicidades.

    Dr. Arturo Reyes M

    PREFACIO

    Generalmente entre algunos cristianos se escuchan comentarios en contra del estudio que, hablando con todo respeto, a mí me parecen meramente negativos; tal vez porque siempre he sido amante del estudio. He oído decir que para predicar no se necesita estudiar, y se citan predicadores que han alcanzado éxito, y de algunos de ellos se dice que mucho éxito. Mis respetos para esos predicadores, y para los que reconocen el mensaje de Dios a través de ellos, eso es bueno, y no me atrevo a ponerlo en tela de duda. Sin embargo, creo que se pueden ampliar un poquito más las observaciones; simplemente pienso que deben incluir algunas aclaraciones, y reflexionar sobre algunos hechos muy importantes al respecto. Debo confesar con toda sinceridad que, en parte, me uno a tales sentimientos, porque no dejan de incluir verdad.

    Sinceramente, creo que para servir a Dios no se necesita, diríamos tanto estudio, que basta con tomar en cuenta lo que dijo el apóstol Pedro (1Pedro 3:15) … y estad simpre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.

    Pienso que para servir a Dios como debe ser, se necesita tener una buena comunicación y muy buena relación con Él, una profunda experiencia espiritual, que se tiene que conocer muy bien lo que se cree y se enseña, y además, que debemos también aprender cómo conducirnos entre nuestros discípulos, a quienes servimos. A la vez es importante conocer las bases para tratar con toda clase de personas, para poderles servir mejor de parte de Dios.

    Por otra parte, en términos deportivos, es necesario disfrutar honrando nuestra camiseta, saber a dónde pertenecemos y de quién dependemos, me refiero al servicio que queremos ofrecer para Dios y para nuestros semejantes. Esto nos puede ayudar a mantener nuestra buena relación con nuestros consiervos, y a ser más eficientes en el trabajo que hacemos para el Reino de los cielos.

    Debo decir también que siempre he pensado en el porqué Dios preparó a Moisés en toda la cultura y los conocimientos de su época, y lo utilizó para escribir el Pentateuco. Y cómo utilizó a Daniel, un joven que estaba preparado en todas las letras de su pueblo y las letras de los caldeos, y que fue un ejemplo de fe para su mundo contemporáneo, y no sólo para eso, sino para que también pudiera escribir un libro, un documento que demuestra cómo el mundo está bajo el gobierno de su Creador. ¡Maravilloso conocimiento! que hasta nosotros ha llegado. ¿Por quién fue escrito eso? por alguien que había estudiado y sabía cómo escribir un libro.

    Muchas veces, pensando acerca de toda la Biblia me digo: si todos hubieran pensado que no es necesario estudiarla, no la tendríamos. Dios no tenía para qué utilizar a nadie para escribir algo que no era necesario, si su plan es que nada más oremos para predicar y enseñar, no tiene que proveernos de ningún escrito. ¿Por qué no pensar mejor? Pensemos que Dios estimó necesario, que conociéramos sus planes, programas y propósitos para este mundo y sus creaturas, y que por eso nos entregó el informe consignado en lo que conocemos como la Biblia. Para ello escogió a hombres que supieran leer y escribir, y que conocieran bien el idioma en el que el escrito sería leído por las personas que lo recibieran.

    Por otra parte, también debemos reconocer a todos los que han tenido que estudiar mucho, y aprender otras lenguas para poder traducir ese informe a más de 1600 idiomas y dialectos. Además, aquellos que a través de la historia se han empeñado en el estudio para poder desarrollar el pensamiento teológico, y a todos los que se esfuerzan estudiando para ayudarnos con seminarios, con programas de entrenamiento y de superación para el trabajo en la obra del Señor.

    En todo esto, cada vez que se ofrece, pregunto: ¿Por qué Dios nos ha proporcionado la Biblia si no quiere que la estudiemos? ¿Por qué la misma Biblia nos habla de escudriñar, si escudriñar significa buscar y rebuscar en documentos, y examinarlos? Eso significa estudiar. Me parece entonces que debemos revisar nuestras creencias, por aquello de que pudiéramos estar equivocados. En Lamentaciones 3:40, dice que escudriñemos nuestros caminos, o sea, cómo vivimos. Tengamos en cuenta que vivimos lo que creemos. A sus conciudadanos, Cristo les recomendó que para que hicieran buen juicio de su persona escudriñaran las Escrituras, que ellos ya las tenían, que las habían leído, y que les parecía que en ellas tenían la vida eterna. Sin embargo, no las habían estudiado, no se dieron cuenta de que ellas testificaban de Él (Juan 5:39)

    Por falta de escudriñar, los judíos que oyeron a Jesús, incluyendo a sacerdotes y fariseos, no se dieron cuenta de que Él era descendiente del rey David. (Juan 7:40-52)

    Los judíos de Berea eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la Palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las escrituras para ver si estas cosas eran así. (Hechos 17:11)

    Escuche por favor lo siguiente: Si los que vivieron más cerca de donde se desarrollaron todos los acontecimientos bíblicos, necesitaban escudriñar, es decir, estudiar para entender, cuánto más nosotros que vivimos en otra época y en otras regiones distantes de aquellas, allá donde se hablaban otras lenguas que para nosotros son perfectamente desconocidas. En su primera epístola, Pedro 1:10-12, leemos que los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron, esto es investigaron, y diligentemente indagaron, esto es buscaron, acerca de esta salvación, escudriñando qué persona, y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. ¿Entendemos bien ésto? ¿Verdad que dice que el Espíritu de Cristo estaba en ellos? En el versículo 12, dice que a estos profetas, se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo… Observemos que les fue revelado, pero que también escudriñaron.

    Si ellos que estaban más próximos a los hechos escriturarios, que pertenecían a la misma cultura y hablaban los mismos idiomas, tenían que estudiar para entender y poder explicar las Escrituras, ¿Qué diremos de nosotros?

    Cristo en la tierra, ha sido el más grande Maestro del cual el mundo ha tenido conocimiento, y Él mandó que se enseñe, que se hagan discípulos en todo el mundo, y para enseñar tenemos que estudiar.

    Por último, pienso que Dios nos diseñó con las capacidades necesarias para todo lo que Él quiere que se haga, y que a nosotros nos toca desarrollar esas capacidades que tenemos. Todo esto pienso, y cuando en librerías cristianas me encuentro con personas que han dicho que no es necesario estudiar, creo que ellos no encontrarían los libros que buscan si nadie los hubiera escrito. Ahora, para escribir un libro serio y bien documentado, se necesita estudiar, de lo contrario diríamos que quienes adquieren un libro para buscar algún material, o ideas qué exponer, si dicho libro no ha sido escrito a conciencia y con la mejor intención de seriedad; con investigación y verdadero celo por la verdad, existe el riesgo de trasmitir errores que distorsionen la fe de los oyentes. Inclusive me preocupa, que esas personas que dicen que no es necesario el estudio, citan de un libro que leyeron, y lo citan para reforzar las cosas que están enseñando a sus oyentes. ¡Qué confusión! Tales incongruencias, lamentablemente, se observan muy a menudo en muchas de nuestras congregaciones. Lo peor radica en la difusión acelerada de las ideas en nuestro tiempo, especialmente las ideas negativas, y que muy pocas veces sabemos a quién responsabilizar.

    Entonces, ¡a estudiar compañeros, no tenemos opción! Si queremos enseñar, cuidemos de no enseñar lo que no se nos ha mandado que enseñemos.

    En el desarrollo de estos temas se requiere un poco de paciencia, meditación, comparando y revisando pasajes bíblicos, reflexionando sobre cuestiones filosóficas, y algunos datos históricos que ayudan a la mejor comprensión de algunos de estos históricamente polemizados temas.

    Dr. Pablo S. Sánchez

    INTRODUCCIÓN

    En este trabajo no existe la pretensión de convencer a nadie, ni mucho menos la de hacer adeptos, y ni la mínima idea de poner en evidencia a alguien. Al abordar estos interesantes y polémicos temas, como La Naturaleza del Hombre, y otros, trataré de hacerlo con toda la precaución, el cuidado y la delicadeza que exigen estas cuestiones que estamos tratando. Con todo respeto a quien corresponda, haré las confrontaciones necesarias entre un punto de vista y otro, y la postura ecléctica correspondiente, y a mi alcance, estableceré mis propias conclusiones sobre cada tema, sin que eso signifique rebatir el punto de vista de ninguno de los expositores citados que nos han precedido, y que nos han ayudado abriendo camino para continuar con la investigación.

    Mi motivación para este trabajo, está basado en mi firme convicción acerca de la veracidad, la autenticidad y la claridad de la Revelación Divina consignada en las Santas Escrituras, en el Libro de los libros, la Biblia. Nunca he aceptado, y ahora menos, que existan contradicciones o errores en este importantisísimo Libro. Antes simplemente no podía creer eso, pero ahora, después de tanto tiempo revisando trabajos de investigación de los grandes eruditos, y razonar sobre la veracidad y la autenticidad de la Biblia, considero incongruente creer que la Biblia es la Palabra de Dios y a la vez creer que tiene errores o contradicciones. Es imposible que el Dios omnisciente, el Padre del conocimiento, la inteligencia y la sabiduría, quien de su buena voluntad confiere al hombre su Palabra escrita, que es lo más importante para que conozca sus propósitos, sus planes y programas para la redención, tanto de la humanidad como la de todo el planeta, y ¡que cometiera errores o contradicciones que causaran confusión! La verdad es, que yo no creo en tales confusiones bíblicas. Lamentablemente es verdad que existen las confusiones teológicas, eso sí, pero eso es lo que el hombre piensa de lo que la Biblia dice.

    A la vez, hablando con honestidad y buen sentido cristiano, no podemos descartar las deficiencias de traducción. Precisamente, es por eso que debemos escudriñar las Escrituras. Los traductores hacen hasta lo imposibe para presentar un buen trabajo de traducción, sin embargo, no es nada fácil lidiar, mínimo, con cuatro idiomas muy distintos. Por la misma razón los teólogos también batallan para hacer su trabajo, y además algunas de sus teologías sufren la contaminación del medio en la época que se desarrollan.

    Eso nos indica que es prudente asegurarnos de que una teología elaborada y sistematizada por un ser humano, se apegue hasta lo máximo a la Palabra de Dios revelada en el Libro de los libros, la Biblia, ese es el trabajo nuestro. Las interpretaciones de los teólogos cristianos son el resultado de filosofar sobre las verdades divinas registradas en ese Santo Libro, y no podemos desconocer la importancia de esas teologías, lo que sí necesitamos es analizarlas con buena fe para asegurarnos de su apego bíblico, y si se detectan fallas, no olvidar que somos humanos y por lo tanto imperfectos, al mismo tiempo lograremos captar los principios contenidos en ellas. Los teólogos cristianos en su mayoría son personas muy bien intencionadas, pero son humanos, y cada uno expresa su punto de vista, lo que alcanza a comprender.

    Por otra parte, aunque hablar de teólogos tendenciosos no corresponde a este tema, ni quiero abundar en ello, sin embargo, me parece importante que reconozcamos que también existen, y que sutilmente se están infiltrando en el ámbito teológico cristiano. Esto nos estimula a la revisión de las distintas interpretaciones teológicas y a realizar un análisis comparativo que nos permite, inclusive, distinguir aquellas interpretaciones convencionales, y más que todo, las ideologías tendenciosas de parte de quienes se han declarado enemigos del cristianismo.

    En consecuencia, considerando que hay cristianos que no han tenido la oportunidad ni los medios a su alcance, para investigar de manera minuciosa y concienzuda la doctrina que profesan y practican, me parece que es un deber nuestro poner al alcance de ellos, temas que los induzcan a una investigación que les permita asegurarse del verdadero contenido de su muy estimada Biblia.

    Ahora, con respecto a las deficiencias de traducción, los traductores se empeñan en que el mensaje del Señor llegue a toda creatura por todo el mundo. Entonces, una de las cosas que tenemos que hacer al estudiar es comparar las diferentes versiones, (Traducciones) para encontrar su relación entre ellas, y consultar las obras exegéticas que nos han proporcionado los que ya tanto han trabajado documentándose, y también los distintos diccionarios de los idiomas en que fueron escritos los documentos originales.

    Desafortunadamente las referidas confusiones y aparentes contradicciones que se han manejado, en algunos medios y por algunas personas, de una manera, diríamos un tanto irresponsable, y en algunos casos en forma atrevidamente grotesca, se han venido trasmitiendo a los cristianos legos, quienes por la razón que sea, carecen de un conocimiento bíblico bien estructurado, y muchas veces un tanto plagado de incertidumbres, de tendencias y legalismos empanizados de religiosidad, debido a la cruenta lucha entre la información correcta y la perniciosa y nociva desinformación. También cuenta la falta de profundización espiritual debido a muchos factores, y sin descartar también, que pudiera haber algunos motivos de mala fe. Estas son las sinceras preocupaciones, que a nosotros nos motivan al trabajo de la investigación teológica.

    Con base en mi palabra empeñada al principio, me siento comprometido, responsable y a la vez motivado para tratar estos temas, nada nuevos, pero interesantes, que forman parte de la historia del desarrollo de la Teología Cristiana. Lo haré, aunque sea desde mi modesto puesto de siervo del Señor, consciente de que sólo resultará lo que me permitan mis muchas limitaciones, pero creyendo que pueden tal vez servir de motivación para alguien que quiera seguir consultando con la visión de llegar a la unidad de la fe y del conocimiento pleno de la

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