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El círculo virtuoso: Lo que buscas ya está en ti; libéralo
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El círculo virtuoso: Lo que buscas ya está en ti; libéralo
Libro electrónico298 páginas3 horas

El círculo virtuoso: Lo que buscas ya está en ti; libéralo

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Si sientes que dentro de ti tienes un tesoro por explorar y estás cansado de que tus miedos te impidan desplegar tus alas y compartirlo con el mundo, deja de dar vueltas en el mismo lugar… e ingresa ¡al círculo virtuoso!

¿Por qué algunas personas que parecen tenerlo todo a su favor se quedan a mitad del camino mientras otras que han nacido en circunstancias adversas alcanzan cada objetivo que se proponen?
La respuesta a esta pregunta la encontrarás en El Círculo Virtuoso, una obra reveladora que explora cuáles son las creencias y los hábitos de aquellos que logran resultados extraordinarios en tiempos de incertidumbre. Escrito por la comunicadora Gaby Natale tras diez años de entrevistas con grandes personalidades de la cultura, el deporte y la ciencia, El Círculo Virtuoso plantea una premisa provocadora: el talento o la fortuna no predicen el éxito. Las personas que logran sus sueños lo consiguen desarrollando una habilidad que puede aprenderse: la de ver más allá de lo aparente para trascender los límites de nuestras propias circunstancias particulares. A través de siete arquetipos que trazan el camino desde la concepción hasta la consumación de un sueño, El Círculo Virtuoso te enseñará a:

• Identificar y cultivar tu propio potencial de grandeza.

• Desarrollar un plan de acción, paso a paso, a fin de lograr que tu visión se haga realidad.

• Entender qué habilidades debes desarrollar para lograr resultados extraordinarios.

• Convertir al entusiasmo en combustible de modo que puedas superar los tiempos de adversidad.

• Desarrollar un sentido de propósito para en un agente de cambio positivo.

Este es un libro para los soñadores, los rebeldes de corazón que ven más allá de las circunstancias que los rodean, aquellos que sospechan que algo maravilloso está esperándolos, pero aún no se han animado a dar ese primer paso que los lleve a su nuevo destino. El Círculo Virtuoso te desafía a comenzar la conquista másdifícil y más satisfactoria: la de ti mismo.

IdiomaEspañol
EditorialHarperCollins
Fecha de lanzamiento25 jul 2017
ISBN9780718096007
El círculo virtuoso: Lo que buscas ya está en ti; libéralo
Autor

Gaby Natale

Gaby Natale is a businesswoman and media personality awarded on several occasions with the Emmy Award. She is the executive producer and host of the tv show Superlatina that is syndicated throughout the United States by PBS in Spanish (VmeTV). In May 2016, Gaby and her show Superlatina won two national Emmy Daytime awards in the categories "Best host in Spanish" and "Best entertainment program in Spanish", an event that had happened in the history of the Emmys to an independent show dedicated to the Hispanic community. Gaby Natale is also confounder and president of AGANARmedia, a marketing company focused on Hispanic audiences. AGANARmedia customers include companies such as Ford Motor Co., AT&T, Ebay and Amazon.

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    El círculo virtuoso - Gaby Natale

    Prefacio

    El Círculo Virtuoso es un libro para los soñadores, los rebeldes de corazón que ven más allá de las circunstancias que los rodean, aquellos que sospechan que algo maravilloso está esperándolos, pero aún no se han animado a dar ese primer paso que los lleve a su nuevo destino.

    ¿Por qué algunas personas que parecen tenerlo todo a su favor se quedan a mitad de camino y otros que han nacido en circunstancias adversas logran alcanzar cualquier objetivo que se proponen? Esta es la pregunta que me llevó a escribir El Círculo Virtuoso tras diez años de entrevistas con grandes personalidades y «campeones» de diferentes disciplinas.

    Aquí encontrarás herramientas de superación, historias personales y testimonios de figuras internacionales —como Deepak Chopra y Carlos Santana— que revelan el asombroso poder del entusiasmo a la hora de trasformar vidas.

    Si sientes que tienes dentro de ti un tesoro por explorar y estás cansado de que tus miedos te impidan desplegar tus alas y compartirlo con el mundo, deja de dar vueltas en el mismo lugar… ¡y súbete a El Círculo Virtuoso!

    Introducción

    HACIENDO LAS PACES CON LA INCERTIDUMBRE

    ¿Realmente sabes lo que eres?

    Tú eres el manuscrito de una carta divina.

    Tú eres un espejo reflejando una cara noble.

    Este universo no está afuera de ti.

    Mira dentro de ti,

    todo lo que deseas,

    realmente ya lo eres.

    —RUMI

    Este libro comenzó con un pequeño acto de valentía que fue recompensado por el universo. El Círculo Virtuoso es resultado de una increíble cadena de sucesos que desataron un efecto dominó y solo pueden explicarse como una obra del destino.

    La primera ficha de este domino cayó una noche lluviosa de invierno en la forma de una revelación.

    Cada diciembre me gusta hacer un ejercicio. Cierro los ojos, reflexiono sobre el año que se acaba, y comienzo a visualizar el que está por comenzar. Pienso qué puedo hacer para que el año próximo sea mejor que el que se va. Esta es una práctica que me ayuda a tener más claridad sobre lo vivido y me recuerda que estoy frente a una hoja en blanco en la que puedo reescribir mi historia.

    Como comunicadora, he entrevistado a cientos de personas y sé por experiencia propia que las mejores conversaciones ocurren cuando mi invitado se olvida de la cámara y habla con el corazón abierto. Sin poses, sin libretos y con honestidad brutal. Así fue como ese día yo también hablé conmigo misma.

    Al reflexionar sobre el año que estaba llegando a su fin, descubrí algo que no me gustó: me percaté de que en los últimos trescientos sesenta y cinco días no había salido de mi zona de confort. Me había mantenido más o menos yendo a lo seguro. Se hizo evidente que —a fin de seguir creciendo en el año siguiente— necesitaba darme permiso para asumir más riesgos y avanzar más allá de lo conocido. Precisaba hacer algo aterrador: abandonar el lugar de una persona que solo hace preguntas para buscar yo también mis propias respuestas. Necesitaba compartir mi historia.

    Tac... había caído la primera ficha del dominó, y sin que yo lo supiera ya estaba comenzando a escribir un nuevo capítulo de mi vida.

    Los días pasaron y comenzaron las carreras típicas del mes de diciembre: llegaron mi suegra Marta y mi hermano Francisco de visita, planeamos juntos el menú festivo a base de pura pasta casera, y disfrutamos de todos los reencuentros de la temporada. Por algunos días casi no tuve oportunidad de continuar reflexionando sobre la revelación que había tenido al hacer el ejercicio de fin de año.

    Sin embargo, el 21 de diciembre llegó a mi casilla un correo que me pondría a prueba. Sepultado entre todos los mensajes de fin de año, encontré un correo electrónico que llamó mi atención. Anunciaba que ese era el último día para presentarse en un concurso llamado StoryTellers [Narradores de historias] organizado por YouTube.

    La consigna del concurso era simple: había que mandar un vídeo de dos minutos contando una historia de tu vida. Los organizadores del certamen elegirían cinco de esas historias y los ganadores tendrían la posibilidad de compartirla frente a un público en vivo durante una conferencia en Los Ángeles.

    Un detalle más llamó mi atención. El nombre de la conferencia era por demás sugestivo: WeAllGrow [Todos crecemos]. Eso era justo lo que yo me había propuesto hacer al año siguiente. ¿Sería una coincidencia?

    Algo muy adentro de mí me dijo que debía dejar a un lado cualquier prejuicio y presentarme al concurso. Era la voz del entusiasmo que insistía una y otra vez como un tábano molesto en que registrarme al concurso sería una idea genial.

    Hace tiempo tienes ganas de enfrentar un desafío así. Es una oportunidad de experimentar algo nuevo. Esto no será como cuando haces una entrevista en el show o conduces un evento como maestra de ceremonias. Aquí no hay guión preestablecido ni un tema del día. No hay un contenido correcto o incorrecto. Se trata de la historia de tu vida.

    Y mientras la voz del entusiasmo intentaba seducirme, mi mente estaba llena de prejuicios y me daba mil razones por las que no debía hacerlo.

    ¡Qué ridiculez! ¿Por qué una profesional se va a exponer a contar experiencias de su vida que la pueden avergonzar? ¿Qué ganas con presentarte a un concurso que ni siquiera es de periodismo? ¿Qué es eso de subirse a un escenario a contar tu vida? ¡Si te pones nerviosa y lo haces mal vas a quedar como una principiante! ¡Destrozarás en cinco minutos una reputación que te llevó años construir, y ahí sí que tendrás una historia para contar!

    Y así, con una guerra teniendo lugar entre la voz del entusiasmo y la voz del miedo que me hablaban como en estéreo, me pasé todo el 21 de diciembre hasta que llegó la noche. Ese era el día en que mi esposo Andy y yo celebrábamos el aniversario número catorce de nuestro primer beso y teníamos reservaciones para ir a comer a un restaurante.

    A las siete y media de la noche, cuando bajé las escaleras de mi casa para salir a cenar, caí en la cuenta de que era ahora o nunca. O grababa el vídeo del concurso en ese momento o dejaba pasar la oportunidad por no haberme animado. Me acordé del ejercicio de fin de año y no quise que el miedo decidiera por mí.

    Así que le pedí a mi marido que tomara mi teléfono y me grabara. Le advertí que iba a mandar lo que quedara capturado en la primera toma. Sin pensarlo mucho, hablé durante tres minutos frente a la cámara y mandé el vídeo antes de salir rumbo al restaurante.

    Tac... había caído la segunda ficha del dominó y el destino de este libro que hoy estás leyendo comenzaba a gestarse.

    Las fiestas de fin de año pasaron sin sobresaltos y la primera semana de enero retomé mi trabajo tras el breve receso de año nuevo. La rutina laboral volvía a la normalidad con reuniones, grabaciones, propuestas, guiones y más o menos lo mismo de siempre.

    De pronto, una llamada interrumpió el bullicio de la oficina. ¡Eran los organizadores del concurso StoryTellers y me informaban que había sido elegida entre los ganadores! ¡Qué emoción! En dos meses estaría frente a una audiencia en vivo y tendría la posibilidad de compartir con todos alguna historia personal de mi vida.

    Esta vez no iría a lo seguro. En lugar de hablar de las alfombras rojas, las celebridades que he entrevistado o las satisfacciones que he disfrutado en mi carrera, decidí remontarme hacia atrás en el tiempo. Tomé la decisión de contar por primera vez y con lujo de detalles uno de los momentos más vulnerables de mi vida. Hablaría del año y medio que pasé desempleada en Argentina justo al terminar mis estudios.

    Durante las semanas siguientes, el fondo de mi casa se convirtió en mi campo de entrenamiento. Cada fin de semana me sentaba con mi mate y una libreta. Anotaba frases, ideas e historias que pudieran servir para mi discurso.

    El próximo paso fue ensayar en voz alta. Estoy segura de que verme dar un discurso vehemente con los árboles del jardín como mi público era una escena digna de un hospital psiquiátrico. No obstante, por suerte, tengo vecinos muy discretos (¡o muy sordos!) y no llamaron al 911 para denunciarme por loca.

    Lo último que hice antes de subirme al avión rumbo a Los Ángeles fue tomar a Andy de rehén durante varias horas a fin de que escuchara cada pequeño cambio de último momento que le había hecho al relato. Practicar una y otra vez siempre me ha hecho sentir más segura. ¡Creo que el santo de mi marido se ganó el cielo ese día, porque cuando me marché hasta él se sabía el discurso de memoria!

    Mientras viajaba en el avión hacia Los Ángeles, no sospechaba que del otro lado del país una misteriosa desconocida que marcaría mi destino estaba haciendo lo mismo. Muy pronto, nuestros caminos se cruzarían.

    Al llegar a Los Ángeles, me encontré con los organizadores del evento. Descubrí que StoryTellers sería el «broche final» de toda la conferencia WeAllGrow y que se llevaría a cabo en el salón más grande de todo el hotel. Me explicaron que cientos de personas esperaban este evento de cierre y que tenían algo más que decirme: de todas las ganadoras, me habían asignado a mí la responsabilidad de ser la primera en subir al escenario y darle inicio a la actividad.

    Se me hizo un nudo en el estómago.

    Aquí quiero hacer una aclaración: bajo circunstancias normales, nada de esto hubiera sido atemorizante. He trabajado en la televisión y realizado eventos en vivo durante años, con frecuencia me toca ser maestra de ceremonias en galas o entregas de premios, he conducido noticieros, reportado desde el lugar de la noticia, y hace casi diez años que tengo mi propio show de entrevistas. Sin embargo, esto resultaba diferente. En esta ocasión, a diferencia de todas las anteriores, la «noticia» era mi propia vida. Y eso cambiaba todo para mí.

    Esa noche al irme a dormir, la voz de mis miedos volvió al ataque con su monólogo incesante.

    ¿Quién te crees que eres para que otros escuchen tu historia? ¿Qué van a pensar tus colegas o tu público cuando sepan más acerca de tus inicios? Tú solita te metiste en este lío. ¿Quién te manda a exponerte así sin motivo?

    Mis miedos estaban haciendo un último y desesperado intento a fin de hacerme renunciar. Me puse la almohada en la cabeza como si así pudiera acallarlos y me quedé dormida.

    Al día siguiente, el eco de mis miedos persistía en mi cabeza.

    ¿Sería yo lo suficiente buena como oradora? ¿Sería mi historia bastante interesante para conectar con la audiencia? ¿Y si la mente se me quedaba en blanco y olvidaba la mitad del discurso?

    Me duché, repasé mis notas y practiqué el discurso un par de veces más hasta que llegó la hora de ir al evento.

    Tac... seguían cayendo las fichas del destino. Ya había llegado al hotel la enigmática desconocida que venía del otro extremo del país y se cruzaría en mi camino. Los organizadores la habían invitado y estaría en primera fila en la cena de gala de StoryTellers. Claro que yo ignoraba todo esto, porque no nos habíamos conocido... aún.

    Coloqué las notas del discurso en mi bolso y partí rumbo al salón principal de eventos. Debía llegar al menos una hora antes del comienzo de la cena para hacer el chequeo del sonido. Como me gusta ser previsora, estaba allí unos veinte minutos antes de lo previsto.

    Había llegado la hora de la verdad.

    El director de escena me pidió que me sentara por un momento en una de las tantas mesas vacías del salón y que esperara unos minutos hasta que estuvieran listos. Me di cuenta de que era la primera vez en muchos días que me sentaba sola, en silencio y sin interrupciones por algunos minutos.

    En lugar de seguir repasando constantemente el discurso o de preguntarme por millonésima vez qué tal me iba a salir, simplemente me detuve un segundo para mirar a mi alrededor. Y lo que vi me maravilló.

    A la derecha, por los grandes ventanales del salón, se vislumbraba un atardecer majestuoso. El cielo estaba teñido de rosa y se mostraba imponente sobre el océano Pacífico. Era un espectáculo mágico, digno de admirar.

    Giré mi cabeza a la izquierda y observé el salón, poniendo realmente atención por primera vez. ¡Era una belleza! El escenario tenía un panel con arreglos florales preparados especialmente para la ocasión, los candelabros de cristal colgaban desde el techo y reflejaban la luz del sol con pequeños destellos sobre los manteles. Las mesas estaban dispuestas a la perfección, y sobre cada plato había una tarjeta con una frase motivacional de las oradoras de la noche junto con un dulce. Era evidente el amor y la atención al detalle que se demostraba en cada uno de los preparativos del evento.

    Y entonces me percaté de lo que verdaderamente estaba sucediendo. Me había impuesto tanta presión que estaba a punto de vivir un momento maravilloso y ni cuenta me había dado. Yo no era «una vaca que iba rumbo al matadero». Al contrario, era una persona tremendamente afortunada. Tenía el gran privilegio de poder contar con un mensaje para dar, un escenario y un público que quería escuchar lo que yo tenía que decir.

    Me relajé y me inundó una gran sensación de paz. Todo este tiempo había pensado que el discurso era una prueba que debía superar. ¡Qué tonta había sido!

    El discurso no era un examen. Era un regalo de la vida.

    Le di gracias a Dios por la oportunidad y me dejé llevar por el entusiasmo. Decidí que iba a disfrutar a plenitud cada segundo que estuviera sobre el escenario, más allá del resultado final. No me propuse más ser perfecta, solo cien por ciento real.

    Tac... caía una ficha clave, y aunque ninguno de nosotros lo sabíamos en ese momento, este libro comenzaba a hacerse realidad. Desde la primera fila, la desconocida de ojos negros observaba cada uno de mis pasos en silencio y con extrema atención. Muy pronto me daría a conocer su identidad.

    Subí al escenario, abrí mi corazón, y comencé a compartir las historias que encontrarás en estas páginas.

    En profundidad

    Visita www.elcirculovirtuoso.com y disfruta de los siguientes vídeos:

    •¿Cuál fue el discurso que pronuncié frente al auditorio de WeAllGrow en el concurso StoryTellers? Encuentra en línea la grabación completa.

    •¿Quieres ver el vídeo que envíe al concurso? Con fecha del 21 de diciembre a las 7:58 p.m., verás el vídeo ORIGINAL que grabó mi esposo con mi teléfono y mandé al concurso, justo antes de irme a cenar el día de mi aniversario.

    CAPÍTULO 1

    ¿QUÉ ES EL CÍRCULO VIRTUOSO?

    #ELCÍRCULOVIRTUOSO

    «CIERRA TUS OJOS,

    Abre tu mente

    Y DATE PERMISO PARA VER MÁS ALLÁ DE LO APARENTE».

    @GABYNATALE

    Tómale una foto y compártelo en las redes sociales usando #ElCírculoVirtuoso

    Ponte la mano en el corazón y pregúntate algo a ti mismo con total honestidad. ¿Qué tan lejos podrías llegar si desarrollaras tus capacidades a pleno potencial?

    La única manera de averiguar la respuesta con total seguridad es comenzando el camino de la transformación personal.

    El Círculo Virtuoso te propone aprender a usar tu cabeza y tus emociones a tu favor. Te desafía a que comiences la conquista más difícil y más satisfactoria: la de ti mismo.

    En El Círculo Virtuoso encontrarás un conjunto de creencias y hábitos que aprendí de grandes personalidades y líderes que han sabido identificar, nutrir y manifestar su potencial. Son pasos simples, secuenciales y prácticos.

    No se trata de que las cosas sucedan por arte de magia, sino de tener un plan que potencie las posibilidades que ya viven dentro de ti. No es algo así como un sortilegio o abracadabra, sino una manera de usar tu inteligencia, tus pensamientos y tus emociones para alcanzar tu potencial máximo.

    Estoy convencida de que este camino al conocimiento de uno mismo y la superación personal es el capital más valioso que una persona puede tener en la vida. Y no solo es el más valioso, sino el único que nadie te puede quitar. Todo lo demás puede esfumarse sin aviso previo: las relaciones personales que apreciamos pueden desaparecer, las riquezas materiales pueden perderse y la salud puede deteriorarse.

    Ni siquiera la persona más poderosa de la tierra es capaz de garantizar que tendrá un día más de vida en este planeta. Buscar controlar la incertidumbre en nuestras vidas es una batalla perdida aun antes de comenzar. La realidad es que no tenemos manera de controlar las circunstancias externas que nos rodean. Lo que sí podemos hacer es decidir cómo reaccionaremos ante ellas.

    ¿CÓMO SURGE LA IDEA DE EL CÍRCULO VIRTUOSO?

    Una de las cosas que más amo de mi profesión es que te hace vivir mil vidas en una. He tenido la posibilidad de residir en cuatro países (Estados Unidos, Argentina, México e Inglaterra) y me ha tocado hacer reportajes desde lugares extraordinarios: una morgue en medio del desierto, los jardines de la Casa Blanca, un coche blindado de la patrulla fronteriza y la alfombra roja de los Grammys, por nombrar algunos ejemplos.

    Sin embargo, lo que más me apasiona no son los lugares, sino la gente. Llevo más de diez años entrevistando a través de mi programa de televisión SuperLatina a grandes personalidades que han logrado desarrollar su potencial de manera extraordinaria.

    He tenido la posibilidad de conocer a deportistas de alto rendimiento, artistas de renombre, grandes pensadores y líderes globales. En mi programa han compartido su camino al éxito desde Deepak Chopra hasta Carlos Santana, y desde campeones mundiales de boxeo hasta Emilio Estefan y Enrique Iglesias.

    También me he maravillado con las historias de los héroes anónimos que han logrado salir adelante tras sobrevivir experiencias inimaginables como catástrofes naturales, tráfico humano o conflictos bélicos. Siento una fascinación especial por las personas que contra todos los pronósticos logran cosas realmente increíbles. Esos testimonios, junto con mi propia experiencia personal, conforman la materia prima de El Círculo Virtuoso.

    Este libro comenzó a gestarse en mi mente cuando después de años de hacer entrevistas empecé a plantearme algunos interrogantes que despertaban mi curiosidad de manera excepcional.

    Lo primero que me pregunté fue: ¿Hay alguna cualidad que tengan en común todas las personas extraordinarias que he conocido y entrevistado?

    La respuesta es sí.

    A pesar de tener estilos, edades, profesiones, nacionalidades e historias diferentes, hay un hilo invisible que une a todos mis entrevistados. Las grandes personalidades y los héroes anónimos han cultivado una cualidad notable que los distingue del resto: tienen la capacidad de ver más allá de lo aparente.

    De manera consciente o inconsciente, ellos se han dado el permiso de verse a sí mismos no solo como son, sino también como podrían ser. Y han ido incluso más allá, logrando encontrar también una manera de llevar esa visión a la realidad.

    Ahora que había hallado ese hilo conductor en el camino al éxito de tantas personas extraordinarias, quise saber más: ¿Es posible agrupar esos elementos comunes y sintetizarlos en un marco de acción que sea replicable paso a paso por otras personas?

    Otra vez, la respuesta es

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