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Compartir a Dios en la red
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Compartir a Dios en la red

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En el mundo actual, en que Internet ya forma parte integrante de nuestras vidas, puede afirmarse que el ciberespacio se ha convertido en una nueva realidad existencial humana. Esto replantea las preguntas más elementales acerca de lo que somos como personas, y lo que anhelamos en lo más profundo de nuestras almas.

El jesuita Antonio Spadaro, uno de asesores más cercanos al papa Francisco en redes sociales y ciberteología, ofrece en este ensayo, de forma muy clara y sucinta, las claves para comprender las coordenadas en las que se despliega la fe, la espiritualidad y la comunidad cristiana en la red.

Según Spadaro, el crecimiento de la comunidad cristiana en Internet no significa únicamente introducir temas religiosos, sino sobre todo desenvolverse en el ciberespacio con un estilo y un comportamiento de apertura y diálogo.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento19 sept 2016
ISBN9788425438332
Compartir a Dios en la red
Autor

Antonio Spadaro

Antonio Spadaro was born in Sicily in 1966. After graduating from Messina University he joined the Society of Jesus (Jesuits). He earned a doctorate from the Pontifical Gregorian University in Rome, where he now teaches at the Theological Faculty. In 2011 he was appointed Consultor of the Pontifical Council for Culture and of the Pontifical Council of Social Communication by Pope Benedict XVI. He currently lives in Rome where he is the director of the long-standing periodical La Civiltà Cattolica.

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    Muy bueno. Para dar importancia a la red que envuelve toda nuestra vida cotidiana
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    Muy interesante que se planteen bases teologicas para la convivencia en las redes.

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Compartir a Dios en la red - Antonio Spadaro

Antonio Spadaro

COMPARTIR A DIOS

EN LA RED

Traducción de

Roberto H. Bernet

Herder

Título original: Quando la fede si fa social

Traducción: Roberto H. Bernet

Diseño de la cubierta: Gabriel Nunes

Edición digital: José Toribio Barba

Edición española publicada gracias al acuerdo con The Crossroad Publishing Company.

© 2015, EMC, Bolonia

© 2016, Herder Editorial, S. L., Barcelona

ISBN DIGITAL: 978-84-254-3833-2

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro de Derechos Reprográficos) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com)

Herder

www.herdereditorial.com

Índice

Introducción

Tecnología espiritual

La red y las relaciones

La red es un lugar real

La inteligencia de la fe en tiempos de la red

No solo conexión, sino comunión

El lugar del don

¿Quién es el prójimo en la red?

Encarnación y testimonio

¿Iglesia conectada o cuerpo místico?

Conclusión

Introducción

Érase una vez la brújula, instrumento genial para orientarse en la geografía, inventada antiguamente por los chinos e introducida en Europa en el siglo XII. En aquellos tiempos el hombre contaba también con una brújula interior: lo atraía el mundo religioso como desde una fuente de sentido fundamental. Como la aguja de una brújula, el hombre se sabía radicalmente atraído hacia una dirección precisa, única y natural. Si la brújula no indica el Norte, es porque la brújula no funciona, no porque no exista el Norte. Dios era el Norte.

Después, especialmente a partir de la época de la Segunda Guerra Mundial, el hombre co­menzó a utilizar el radar, que sirve para detectar y determinar la posición de objetos fijos o móviles. El radar va en busca de su objetivo e implica una apertura indiscriminada incluso a la señal más débil; no ofrece indicación de una dirección precisa.

Al tiempo que se desarrollaba este nuevo ins­trumento se fue abriendo camino una nueva metáfora cultural en forma de pregunta: «Dios, ¿dónde estás?». Se entendía en general al hombre como un buscador de Dios, de un mensaje del que sentía una profunda necesidad: en ella se inspiran, por ejemplo, Esperando a Godot y muchas páginas de la gran literatura del siglo XX. El hombre se había convertido en un «oyente de la palabra» –por utilizar una célebre expresión del teólogo Karl Rahner, que implícitamente dio forma teológica a la metáfora tecnológica del radar– que va en busca de un mensaje.

¿Y hoy? ¿Tienen todavía validez estas imágenes? En realidad, aunque siguen vivas y siempre verdaderas, las imágenes de la brújula y del radar tienen ya menos fuerza. Hoy está más presente la imagen del hombre que se siente perdido si su teléfono móvil no tiene cobertura o si su terminal tecnológico (PC, tableta o smartphone) no puede acceder a alguna forma de conexión de red inalámbrica.

Hoy, más que a buscar señales, el hombre está habituado a procurar estar siempre en condiciones de recibirlas.

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