Estatus ácido-base: Conceptos, desequilibrios e interpretación
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Estatus ácido-base - Ernesto Andrés Dalmau Barrios
Stewart.
1. Sistema renal
Los riñones de los mamíferos son órganos pares que se encargan de llevar a cabo procesos y funciones propias y compartidas con otros sistemas. Los procesos de filtración, reabsorción y secreción son claves para establecer funciones como: evitar la pérdida de nutrientes, incluida la glucosa y los aminoácidos libres, para ello es necesario, en principio, la filtración de la sangre y, posteriormente, el proceso de selección de estas moléculas que se lleva a cabo mediante mecanismos de transporte presentes en la membrana de las células tubulares; facilitar la eliminación de metabolitos endógenos derivados del metabolismo, como es el caso de la urea, la creatinina, el ácido úrico y el amonio, utilizando para ello procesos como la filtración y la secreción; llevar a cabo la eliminación de sustancias xenobióticas, es decir, aquellas que no son propias del organismo como los fármacos y sus metabolitos que utilizan mecanismos de transporte tubular en unos casos, mientras que en otros dependen de la filtración y las condiciones de pH del medioambiente interno. Mantener el pH celular y de la sangre es otra función en la que están inmersos los riñones, aunque no exclusivamente; de manera particular, las células de los segmentos tubulares distales están provistas de mecanismos de contratransporte o antiporte que retienen (reabsorben) bicarbonato y simultáneamente eliminan (secretan) hidrogeniones, los cuales deben ligarse a otros compuestos para ser excretados como fosfatos y sales de amonio. Bajo esta situación el pH de la sangre tiende a aumentar y el pH de la orina a disminuir.
La osmolalidad y las concentraciones de electrolitos extracelulares son mantenidas a través de mecanismos de transporte que retienen iones como el sodio (principalmente) y el potasio, o que eliminan sustancias nitrogenadas, de tal manera que los medios intracelular y extracelular pueden mantener valores similares, aunque las moléculas que se encuentran a cada lado de la membrana son diferentes.
Los procesos metabólicos en los que participan los riñones incluyen la gluconeogénesis y la hidrólisis peptídica. Con relación a esta se debe aclarar que una mínima cantidad de proteínas de baja masa molecular escapa a la filtración glomerular —caso específico es la albúmina y los oligopéptidos—, de tal manera que las enzimas proteasas de las células del túbulo contorneado proximal escinden los aminoácidos para su absorción in situ, lo que da lugar a la aparición en orina de pequeñas cantidades de proteína o trazas que son fisiológicamente normales.
1.1. Anatomía
Los riñones son órganos pares encargados de producir la orina, están cubiertos por una cápsula de tejido conectivo que contiene colágeno y elastina. Pueden presentar una capa de grasa variable entre las especies animales. El hilio es la porción deprimida del riñón por donde pasan la arteria, los nervios, los uréteres, la vena y los linfáticos. El hilio se continúa con el seno renal donde se encuentra la pelvis, estructura que está ausente en los bovinos. La pelvis recibe orina de la papila renal o de los conductos papilares y la lleva hacia los uréteres. Los uréteres se extienden desde la pelvis renal (seno venoso en bovinos) hasta la vejiga. La vejiga es un saco ovoide situado en el piso de la pelvis. Una vez se vacía, la orina pasa a la uretra para su expulsión. En la hembra se extiende desde la vejiga (orificio uretral interno) y termina en el vestíbulo de la vagina (orificio uretral externo), mientras que en el macho se divide en dos porciones: la uretra pelviana, que va desde el cuello de la vejiga (orificio uretral interno) hasta los colículos seminales, donde se suman secreciones del aparato genital, y la uretra extrapelviana, que parte desde los colículos y termina en el extremo del pene (orificio uretral externo) (Sisson, Grossman y Getty, 1993).
En equinos, el riñón derecho tiene forma triangular con ángulos redondeados. Se encuentra ventral a las últimas dos a tres costillas y a la primera apófisis transversa de las vértebras lumbares; el riñón izquierdo tiene forma de fríjol o judía, es de mayor tamaño, está cerca del plano medio y es más caudal que el derecho, se ubica ventral a la última costilla y las primeras dos a tres apófisis transversas lumbares (figura 1) (Sisson, Grossman y Getty, 1993).
Los riñones de los bovinos están superficialmente divididos en lóbulos que varían en tamaño y son alrededor de veinte. Las fisuras que dejan los lóbulos se encuentran llenas de tejido adiposo blanco. El riñón derecho es elíptico y aplanado dorsoventralmente, se encuentra ventral a la última costilla y a las primeras dos a tres apófisis transversas de las vértebras lumbares. El riñón izquierdo se encuentra parcialmente a la izquierda del plano medio cuando el rumen no está lleno, y desplazado caudalmente, atravesando el plano medio hacia la derecha, caudal y un poco ventral al riñón derecho cuando el rumen contiene la ingesta (figura 2) (Sisson, Grossman y Getty, 1993).
Figura 1. Corte sagital del riñón derecho del equino
Se detallan las siguientes estructuras: 1) cápsula renal, 2) cresta renal, 3) pelvis renal, 4) corteza renal, 5) vasos sanguíneos, 6) médula renal, 7) divertículo renal, 8) columna renal.
Fuente: autores.
Figura 2. Corte sagital del riñón derecho bovino
Se detallan las siguientes estructuras: 1) grasa perirrenal, 2) cápsula, 3) cáliz menor, 4) corteza renal (por cada lóbulo), 5) cáliz mayor, 6) médula renal (por lóbulo), 7) papila renal. No existe la pelvis renal.
Fuente: autores.
Los riñones de los porcinos son lisos y aplanados dorsoventralmente, tienen forma de fríjol y su longitud es aproximadamente el doble del ancho. La capa de grasa es bastante prominente. Están situados en posición ventral a las apófisis transversas de las cuatro primeras vértebras lumbares; en general, el izquierdo es más craneal que el derecho (figura 3) (Sisson, Grossman y Getty, 1993).
Figura 3. Corte sagital del riñón derecho del porcino
Riñón sometido a proceso de plastinación. Se detallan las siguientes estructuras: 1) cápsula renal, 2) cáliz menor, 3) pelvis renal, 4) corteza renal, 5) vasos sanguíneos, 6) médula renal (lobulada), 7) uréter, 8) papila renal, 9) cáliz mayor, 10) vena renal, 11) arteria renal seccionada.
Fuente: autores.
Los riñones de los caninos tienen forma de habichuela, son gruesos dorsoventralmente, la superficie dorsal es poco convexa y la ventral redondeada. El riñón derecho generalmente está opuesto al cuerpo de las primeras tres vértebras lumbares y, eventualmente, craneal a la última torácica. Por su parte, el riñón izquierdo puede presentar variantes: con el estómago vacío se ubica en relación con las vértebras lumbares dos a cuatro y la extremidad craneal opuesta al hilio del riñón contralateral; si el estómago está lleno, el riñón izquierdo se localiza hacia caudal, de manera que el extremo craneal se opone al extremo caudal del riñón derecho (figura 4) (Sisson, Grossman y Getty, 1993).
Figura 4. Corte sagital del riñón derecho del canino
Se detallan las siguientes estructuras: 1) cápsula renal, 2) cresta renal, 3) pelvis renal, 4) corteza renal, 5) vasos sanguíneos, 6) médula renal, 7) uréter.
Fuente: autores.
1.2. Histología
El riñón es una glándula tubular compuesta, la cual presenta una corteza y una médula separadas por la unión corticomedular. En algunas especies posee un solo lóbulo, mientras que en otras, varios. El lóbulo tiene un componente cortical y otro medular, la parte medular es la pirámide cuya base ancha está dirigida hacia la corteza. Los riñones de los bovinos y porcinos son multipiramidales o multilobares; en los de equinos, carnívoros y pequeños rumiantes son unipiramidales. Una o varias pirámides forman la papila; la unión de varias pirámides renales forma, en su extremo medial, la cresta renal. La porción apical y redondeada de la pirámide se proyecta dentro de un cáliz menor, varios cálices menores se unen para formar cálices mayores que se continúan con los uréteres, como en rumiantes bovinos y porcinos (Banks, 1993).
La unidad estructural y funcional del riñón se conoce como nefrona, la cual consta de un corpúsculo renal (figura 5), o más comúnmente llamado glomérulo, y un sistema tubular (Despopoulos y Silbernagl, 2003; Guyton y Hall, 2001; Moyes y Schulte, 2007). El número de nefronas varía entre las especies, pero dentro de cada una el número es relativamente constante (Swenson y Reece, 1993).
Figura 5. Estructura general del corpúsculo renal
Fuente: adpatada de Despopoulos y Silbernagl (2003).
Las razas con riñones de mayor tamaño compensan con nefronas más grandes. A continuación se pueden apreciar las diferencias en el número de nefronas de cada riñón y el porcentaje de nefronas con asas de Henle de mayor longitud (tabla 1) (Swenson y Reece, 1993).
Tabla 1. Número de nefronas de especies mamíferas y porcentaje de nefronas yuxtamedulares
Fuente: adaptada de Swenson y Reece (1993).
En el glomérulo se encuentran los capilares encargados del proceso de filtración de la sangre. La presión de filtración depende de la presión hidrostática del capilar y de las presiones oncótica plasmática e hidrostática intersticial; la filtración ocurre solo si esta presión es positiva (Hill, Gordon y Anderson, 2008). Los capilares se caracterizan por tener endotelio de tipo fenestrado, el cual posee espacios o diafragmas que permiten el paso de moléculas con una masa superior a las de los endotelios continuos, pero muy inferior a las de los discontinuos. Las células endoteliales del glomérulo descansan sobre una lámina o membrana basal, y externamente a esta capa se ubican células epiteliales o podocitos que emiten prolongaciones citoplasmáticas conocidas como pedicelos que hacen contacto con la lámina basal. Estos tres elementos, es decir, las células endoteliales del capilar, la lámina basal y los podocitos forman la barrera de filtración. Las fenestras dejan espacios del orden de 50-100 nm, mientras que los espacios entre pedicelos tienen alrededor de 5 nm (como se aprecia en la figura 6). La barrera de filtración permite de manera parcial el paso de moléculas con un radio comprendido entre 1,8 y 4,4 nm. La albúmina tiene un radio aproximado de 3,5 nm o una masa cercana a 69.000 Da o 69 KDa, lo que permitiría atravesar las fenestras. Sin embargo, una mínima cantidad de albúmina es filtrada debido a que las cargas de las proteínas