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Los escalares comunes y los altum
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Los escalares comunes y los altum
Libro electrónico210 páginas1 hora

Los escalares comunes y los altum

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Seguramente ya habrá visto escalares en muchos acuarios, ya que se encuentran entre las criaturas más bellas de la naturaleza. Su cuerpo presenta forma de disco, las aletas son muy grandes y vistosas, y los colores hacen que estos peces parezcan mariposas acuáticas que pueden ser contempladas durante horas. Naturalmente, estos ángeles acuáticos requieren unos cuidados especiales. Para ello le ayudaremos en este libro. Bastará con una pecera adecuada y bien iluminada, un buen calefactor, las plantas apropiadas y, si lo desea, otras especies de peces compatibles. La alimentación debe ser seleccionada con esmero. Aquí podrá encontrar la receta con el alimento ideal para los escalares y también consejos para obtener cebo vivo para estos peces. Los escalares compensarán los cuidados que se les proporcione con grandes y vistosas exhibiciones, como paradas nupciales y combates por fortuna más espectaculares que crueles. También la reproducción de los escalares le proporcionará grandes satisfacciones. Este libro ofrece toda la información sobre este tema. ¿Cómo mantener sanos los escalares? Aquí encontrará toda la información útil, con una tabla de productos para las intervenciones. Marco Salvadori se ocupa de los acuarios desde la infancia. Se licenció en veterinaria por la Universidad de los Estudios de Pisa con una tesis sobre los parásitos de los peces. Se ha especializado en patología y clínica de los animales. Desde 1996 imparte seminarios sobre las enfermedades de los animales exóticos, incluidos los peces. Cría y reproduce cíclidos, en particular escalares y discos, desde hace aproximadamente diez años.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento15 jul 2016
ISBN9781683250838
Los escalares comunes y los altum

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    Muy buen libro, seria ideal que se pudiera descargar... saludos

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Los escalares comunes y los altum - Marco Salvadori

Altum

INTRODUCCIÓN

Desde el año 1972, fecha en que tuve mi primer acuario, soy un gran admirador de la elegancia de un pez que me presentaron con el nombre de pez ángel. En aquel tiempo mi economía no era muy próspera y, puesto que el coste era en proporción más elevado que el de ahora, me vi obligado durante bastante tiempo a conformarme sólo con verlo.

El sueño se hizo realidad cuando por Pascua, en lugar del clásico huevo de chocolate, recibí dos escalares como regalo. Fue un desastre: los dos peces murieron unos días después de haber entrado en mi acuario. Me quedé muy desilusionado, y de nada sirvió el intento del vendedor de convencerme de que el escalar era un pez de «especialista». En mi cabeza sólo había una idea: «Un día conseguiré hacer que estos peces vivan en mi acuario».

Ahora, después de veinticinco años de acuariofilia (y diez dedicados exclusivamente a los cíclidos), y después de haber reproducido más de treinta parejas de escalares, continúo sintiendo por este pez la misma e inmutable admiración, que ni siquiera la cría y la reproducción de los discos (que durante muchos años ha sido considerado el rey del acuario de agua dulce) ha conseguido disminuir.

Diáfano opérculo rojo

GENERALIDADES

La clasificación

El escalar fue clasificado por primera vez en el año 1823 por Lichtenstein con el nombre de Zeus scalaris. En el año 1831, Cuvier descubrió una gran afinidad con el género Platax, y lo clasificó con el nombre de Platax scalaris. En el año 1840, Heckel introdujo el género Pterophyllum, nombre que literalmente significa «aletas en forma de hoja», con un único representante: el Pterophyllum scalaris. La historia del escalar parece ya definida, pero, sin embargo, del año 1840 al 1928, el género cambia muchas veces de nombre hasta obtener la denominación de Pterophyllum scalare.

Al género Pterophyllum, en el curso de los años, se han adscrito hasta cinco especies. Actualmente, para la mayor parte de los taxónomos (estudiosos que se ocupan de la clasificación de los seres vivos, animales y vegetales), existen sólo tres:

• Pterophyllum altum;

• Pterophyllum scalare, considerando sinónimo al Zeus scalaris y al Pterophyllum eimekei;

• Pterophyllum dumerili, considerando sinónimo al Pterophyllum leopoldi.

Para algunos estudiosos, el P. altum tendría que considerarse una subespecie del P. scalare, debido a que en la naturaleza se encuentran ejemplares con características intermedias. Debido a que para el acuariófilo esta disquisición no resulta tan interesante como las diferencias entre su cría y su reproducción, el P. dumerili no aparece en la lista de ningún importador. En esta guía trataremos exclusivamente el P. scalare y el P. altum, considerándolas como dos especies distintas.

La morfología del género Pterophyllum

El escalar, a lo largo de los años, ha sido y continúa siendo objeto de selecciones en cuanto al color y la forma, sobre todo de las aletas. Precisamente por ello conviene empezar por la descripción de un escalar «estándar», es decir, el gris-negro aletas cortas (llamado también «salvaje»). Se tratarán a continuación las variedades más conocidas y difundidas entre las seleccionadas (véase págs. *).

El escalar presenta un cuerpo discoidal, muy comprimido en los costados; la boca se encuentra dispuesta en posición terminal.

REPRESENTACIÓN ESQUEMÁTICA DE UN ESCALAR SALVAJE

Las dimensiones máximas oscilan en torno a los 15 cm de longitud y los 20-25 cm de altura, y pueden casi doblar de tamaño en los aletas de velo.

Las aletas son tres impares y cuatro pares:

• la aleta dorsal, formada por radios duros o espinosos (de 11 a 13) y radios blandos (23-24), colocados en el dorso;

• la aleta anal, en la parte baja del cuerpo y contrapuesta a la dorsal, con un punto claramente inferior de radios duros y un número superior de radios blandos (22-27);

• la aleta caudal, amplia y bien desarrollada, con función de timón, en continuidad con el cuerpo a través del pedúnculo caudal, no muy largo pero bien dibujado;

• las aletas pectorales o laterales, las más pequeñas pero las más importantes para el movimiento del pez, puesto que el escalar se mueve casi exclusivamente gracias a esta pareja de «remos» dotada de músculos muy potentes; en la base de estas aletas se divisa una zona de color rojo, muy vascularizada;

• las aletas ventrales: son radios transformados en dos prolongaciones filiformes, pero que no tienen ninguna función en las fases de movimiento del pez.

Pareja de escalares formada por un macho aletas de velo y una hembra aletas salvajes, en un acuario comunitario

Un bonito ejemplar de escalar dorado

Un escalar curioso

El cuerpo presenta una coloración con fondo gris plateado, con cuatro franjas verticales negras en los dos lados y colocadas en posición típica:

• la primera, sobre la cabeza, atraviesa el ojo;

• la segunda franja parte de la base de la aleta dorsal y llega, atravesando todo el cuerpo, hasta el orificio anal;

• la tercera, la más extendida en longitud y amplitud, se origina en la parte central de la aleta dorsal (pero también puede empezar en el ápice) y llega, después de haber atravesado el cuerpo, hasta el ápice de la aleta ventral;

• la cuarta franja marca los límites entre pedúnculo y aleta caudal.

Además, sobre el cuerpo del escalar se pueden encontrar algunas manchas de color dorado o verdoso en la zona temporal, y zonas de color rojizo justo debajo de los radios blandos de la primera dorsal.

Esta última característica, según algunos autores, se encuentra exclusivamente en ejemplares adultos y/o a punto de reproducirse.

Es muy difícil distinguir los dos sexos, sobre todo fuera del periodo de reproducción, porque no difieren ni por dimensiones ni por coloración, sino por la diferente papila genital (véase págs. *). Puede ser importante recordar, para poderlo distinguir de los otros Pterophyllum, que el escalar está dotado en sentido longitudinal, de 34-40 escamas, 9-10 entre las aletas dorsales y el centro del vientre.

Altum criado en agua clara

Pterophyllum altum

Si en la relación entre longitud y amplitud prima la segunda en el escalar, esto se acentúa todavía más en el P. altum.

El hermano «de velo» del escalar, de hecho, presenta los diámetros verticales del cuerpo netamente superiores a los horizontales y con una morfología mucho más angulosa (casi triangular) respecto al cuerpo redondeado del escalar.

En realidad, aparte del tamaño (el altum puede llegar a superar los 50 cm de altura), los dos se parecen bastante.

Las diferencias más evidentes se hallan en la región frontal, donde se aprecia un stop nasal

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