Dragones Barbudos y de Agua
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Dragones Barbudos y de Agua - Simone Caratozzolo
agua
INTRODUCCIÓN
Este libro trata del mantenimiento en cautividad de dos saurios conocidos desde hace tiempo por los apasionados de los reptiles: el dragón barbudo y el dragón de agua, ambos de la familia de los Agámidos y que pertenecen a dos géneros diferentes (Pogona y Physignathus, respectivamente) que, en libertad, abarcan diversas especies, de las que, sin embargo, pocas pueden encontrarse y criarse en cautividad. Nosotros trataremos de forma específica de la cría de Pogona vitticeps y Physignathus cocincinus, y proporcionaremos simultáneamente nociones sobre su clasificación, morfología y comportamiento en libertad. Por otra parte, aconsejaremos sobre cómo elegir y conseguir los mejores ejemplares y daremos indicaciones precisas sobre la construcción de un terrario adecuado, sobre la alimentación, el adiestramiento, la convivencia con otras especies y la reproducción. También hablaremos sobre la forma de afrontar de la mejor manera posible los problemas más comunes de salud.
Pogona vitticeps y Physignathus cocincinus, como muchos otros Agámidos, son óptimos animales de terrario, bastante robustos y fáciles de mantener. Además tienen, frente a otros saurios como las iguanas, la indiscutible ventaja de no alcanzar dimensiones desmesuradas. Por ello es posible criarlos en terrarios no excesivamente grandes ni costosos.
Su profunda atención a todo lo que lo rodea, su carácter dócil y el complejo conjunto de rasgos y rituales de comportamiento hacen que estos reptiles puedan considerarse, con todo derecho, como los animales de terrario más inteligentes e interesantes.
A ustedes les corresponde ahora descubrirlos. Les deseo una agradable lectura.
CLASIFICACIÓN
Los Agámidos
LA CLASIFICACIÓN DE LOS AGÁMIDOS
Reino: Animal
Tipo: Cordado
Subtipo: Vertebrado
Clase: Reptiles
Orden: Squamata
Suborden: Saurios
Infraorden: Iguania
Familia: Agámidos
Subfamilia: Agáminos (cincuenta géneros)
Subfamilia: Leiolepini (dos géneros)
Pogona vitticeps y Physignathus cocincinus pertenecen a los Agámidos, una familia de reptiles bastante numerosa e integrada por unos cincuenta y dos géneros representados por trescientas especies, todas ellas difundidas, casi exclusivamente, por el Viejo Mundo, de forma particular en las zonas tropicales y subtropicales. Por el contrario, en el Nuevo Mundo no encontramos Agámidos, aunque sí otra gran familia de reptiles: los Iguánidos, semejantes a los anteriores por muchas características fisiológicas y de comportamiento, hasta tal punto que, desde el punto de vista de la zoología, ambas familias se consideran transferencias ecológicas.
Los Iguánidos sobrepasan a los Agámidos tan sólo con tres géneros más, dos de ellos presentes en Madagascar y uno en los archipiélagos de las islas Fiji y Tonga.
Los Agámidos, decíamos, se han adaptado a vivir fundamentalmente en las zonas tropicales y subtropicales del Viejo Mundo, en el que han colonizado todos los tipos presentes de ecosistemas desde los desiertos hasta las frondosos bosques pluviales, desde las sabanas hasta los prados— consiguiendo en cada uno de estos ecosistemas sus propios espacios ecológicos, y especializándose, en cada caso, en una existencia terrestre o arborícola eligiendo, según los casos, una alimentación vegetariana, insectívora o bien omnívora.
LA TRANSFERENCIA ECOLÓGICA
Existe transferencia ecológica cuando diferentes líneas evolutivas convergen hasta conseguir que el resultado sea la presencia, a lo largo y ancho del planeta, de animales muy semejantes entre ellos pero difundidos en zonas geográficas muy distantes, aun cuando sean semejantes por sus características ecológicas y climáticas. Ejemplos de la transferencia ecológica son la boa esmeralda (Corallus caninus) y la pitón verde australiana (Morelia viridis); el moloch australiano (Moloch horridus, un Agámido) y el Phrynosoma solare americano (un Iguánido), o incluso de forma más general, los Viperinos del Viejo Continente y los Crotálidos del Nuevo Mundo.
Jóvenes clamidosaurios, Agámidos australianos en los que se aprecia la típica expansión de la piel a ambos lados de la cabeza
Clamidosaurus kimgii
El género Pogona
El género Pogona comprende unas veinticinco especies originarias de las zonas semidesérticas de Australia y Tasmania. Entre estas, sólo tres son comunes y pueden encontrarse fácilmente en el mercado: Pogona vitticeps (Ahl, 1926), Pogona henrylawsonie (o Pogona rankini) y Pogona barbata; las demás especies, como por ejemplo Pogona brevis, Pogona microlepidota, Pogona minima, Pogona minor, Pogona mitchelli y Pogona nullabor, son prácticamente inexistentes entre los numerosos herpetólogos. Pogona vitticeps (o dragón barbudo) es la especie favorita de los criadores y, por ello, la más presente en el mercado, debido con toda seguridad a su naturaleza dócil, pero también por las posibilidades de seleccionar ejemplares con colores muy particulares. Esta especie ocupa una vasta extensión entre la parte suroriental de los llamados Northern Territory, Queensland, el desierto de Simpson, Artesian Basin y la parte occidental de las montañas del Nuevo Gales del Sur (Australia).
Teniendo en cuenta que desde 1960 Australia ha adoptado una política rigurosamente restrictiva sobre la exportación de fauna y flora salvajes, y visto el interés creciente por estos animales, es lícito suponer que la mayoría de los primeros ejemplares comercializados hayan sido el resultado de una importación ilegal que tuvo lugar entre la segunda mitad de los años setenta y los noventa. Sin embargo, también hemos de reconocer que el fenómeno de la exportación, valorado en su conjunto, ha conseguido que estos animales no sean clasificados como especie en riesgo de extinción en las listas de la CITES (Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Fauna and Flora), la convención internacional que regula la posesión y venta de especies animales y vegetales protegidas precisamente por estar en riesgo de extinción. La exportación ha favorecido un rápido cambio de ejemplares entre los aficionados europeos y americanos.
Pogona vitticeps
El género Physignathus
El género Physignathus comprende saurios con una amplia difusión en el sudeste asiático, es decir, en la parte meridional de China, Vietnam, Laos, Camboya, Tailandia y también en el norte de Australia. Sólo tres especies pertenecen a este género: Physignathus cocincinus, Physignathus lesueurii (única especie presente en los territorios australianos) y Physignathus temporalis.
Entre ellas, la especie Physignathus cocincinus (Cuvier), comúnmente conocida como dragón de agua, es, con diferencia, la especie más criada y vendida, aun cuando desde algunos años es posible encontrar también ejemplares de Physignathus lesueurii con cierta regularidad.
MORFOLOGÍA Y ANATOMÍA
En general, los Agámidos (por tanto, también Pogona vitticeps y Physignathus cocincinus) son reptiles de dimensiones medias, cuya morfología es muy variable según las características climáticas de los distintos hábitats, aparte de las conductuales y de las reproductivas de cada especie.
Generalmente todas las especies suelen poseer extremidades fuertes y desarrolladas que les permiten moverse con discreta velocidad tanto sobre el suelo como en la vegetación: Amphyboluro spp. y Clamidosaurus spp. son incluso capaces, después de haber alcanzado cierta velocidad, de erguirse y correr con sus patas traseras, aumentando así su velocidad considerablemente.
La cabeza, siempre bien formada y diferenciada del cuerpo, está revestida de escamas, frecuentemente coronadas de espinas, excrecencias y crestas de formas y dimensiones muy variables, según las especies; se trata de caracteres sexuales secundarios usados preferentemente, o en mayor medida, por los machos durante los rituales del apareamiento. Las crestas y las espinas también se encuentran en el cuerpo y en la cola: los Agámidos arborícolas, que suelen tener una estructura física lateralmente comprimida, las presentan en el dorso, y los terrestres, de forma plana y achatada, las presentan en los lados. Las extremidades anteriores y posteriores tienen formas distintas, según sean especies terrestres o arborícolas. Lo mismo puede decirse de la cola, que puede ser corta y gruesa, en algunos casos plana, y recubierta de espinas en las especies terrestres (como en el caso de Uromastix spp.), o bien, larga y delgada en las especies arborícolas. La cola no es, en casos de peligro, generalmente susceptible de autotomía (es decir, la capacidad de amputación espontánea), aunque en caso de rotura sí que tiene una capacidad limitada de regeneración: sólo los géneros Physignathus y Agama la autotomizan, pero a diferencia de otros muchos saurios (como los gecos y los lagartos), el punto de rotura se localiza entre vértebra y vértebra, y no en la misma vértebra ni en puntos genéticamente predefinidos.
Además de los dragones de agua y de los dragones barbudos existen otros muchos dragones con formas y colores espectaculares: en la fotografía, hembra de Gonocephalus chamaleonthinus
Detalle de la cabeza de un Gonocephalus chamaleonthinus, saurio agámido de Indonesia
LA PIEL Y LA MUDA
La piel de los Agámidos (como la de muchos otros reptiles) está formada por dos capas diferenciadas: la dermis y la epidermis. La dermis es la parte más profunda, en la que se encuentran los receptores nerviosos responsables del tacto y también los denominados osteodermis, es decir, aquellas estructuras adecuadas para la formación de escamas, espinas y tubérculos sobre la superficie del cuerpo. Siguiendo en la dermis se encuentran también los cromatóforos, células particulares que permiten a ciertos animales modificar el propio color según determinados estímulos térmicos, luminosos o nerviosos.
La epidermis, por el contrario, constituye la parte más externa de la piel, es decir, aquella que puede renovarse por completo y en intervalos de tiempo bastante regulares dando lugar al proceso que se denomina muda. Con la muda se renueva completamente la epidermis de toda la superficie del cuerpo, incluidos los finísimos fragmentos de la cloaca, los párpados, una pequeña parte del margen interno de la boca y una considerable proporción del interior de las cavidades nasales.
Pogona vitticeps realizando la muda a trozos, como la mayor parte de los saurios. En el dragón barbudo este proceso no implica simultáneamente a todo el cuerpo. En la fotografía se aprecia, de hecho, cómo la muda se ha de completar a partir de la base de la cola