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Conociendo La Verdad Acerca de la Salvación
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Conociendo La Verdad Acerca de la Salvación
Libro electrónico93 páginas2 horas

Conociendo La Verdad Acerca de la Salvación

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En algún momento, virtualmente todas las personas buscan a Dios—o algo más allá de sí mismas—para darle algún sentido a sus vidas. ¿Hay una religión que se destaca entre todas las que dicen ser el camino a la plenitud espiritual? En la siempre creciente búsqueda del sentido espiritual, las personas están buscando al Dios del universo y preguntan:

¿Contienen todas las religiones una medida de la verdad?
¿Existe una evidencia convincente a favor del Cristianismo?
¿Por qué dicen los Cristianos que Jesús es el único camino a Dios?
¿Qué aprendemos cuando les preguntamos a personas no cristianas acerca de Dios?

Usted descubrirá nuevas percepciones que le ayudarán a entender y a aceptar al único Dios verdadero.
IdiomaEspañol
EditorialXinXii
Fecha de lanzamiento9 may 2012
ISBN9781937136697
Conociendo La Verdad Acerca de la Salvación
Autor

John Ankerberg

John Ankerberg, host of the award-winning John Ankerberg Show, has three earned degrees: an MA in church history and the philosophy of Christian thought, an MDiv from Trinity Evangelical Divinity School, and a DMin from Luther Rice Seminary. He has coauthored the 2-million-selling Facts On series of apologetic books, as well as Taking a Stand for the Bible and Israel Under Fire.

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    Conociendo La Verdad Acerca de la Salvación - John Ankerberg

    Autores

    Prefacio: Mentes Desperdiciadas

    Todas las personas deben considerar el fin primordial de su vida y sus estudios, el conocer a Dios y a Jesucristo, lo cual es la vida eterna (Juan 17:3).

    First College Laws de la Universidad de Harvard, (1946), p. 41 ¹

    Nuestra repugnancia a la muerte aumenta en proporción a nuestro conocimiento de haber vivido en vano.

    William Hazlett, The Round Table (La Mesa Redonda) (1817)

    La mente es un activo demasiado grande para desperdiciarla, pues es el centro de control de la vida de cada persona.

    Ravi Zacharias, Can Man Live Without God? (Word, 1994, p. xix)

    (¿Puede el Hombre Vivir Sin Dios?)

    Una encuesta llevada a cabo por el Grupo de Investigación Barna reveló que el 43 por ciento de los cristianos vueltos a nacer están de acuerdo con la siguiente afirmación: No importa la fe religiosa que usted profesa porque todas ellas enseñan lecciones similares acerca de la vida. ²

    Si los resultados de esta encuesta son válidos, es una indicación de que millones de personas que afirman haber nacido de nuevo están de acuerdo con la gran mayoría del resto del mundo de que el cristianismo no es único en las lecciones que enseña sobre la vida, y que aparentemente ninguna religión posee una afirmación absoluta de la verdad religiosa. Pero ningún punto de vista puede estar tan equivocado como ese.

    Lo que este y otros resultados de las encuestas realmente indican es que muchas personas, tanto cristianas como no cristianas, coinciden en el asunto de la religión comparativa. Sin embargo, el pensamiento crítico en esta área es vital. (El pensamiento crítico es el razonamiento que hacemos para poder determinar si una afirmación es cierta o no.) Estos resultados de la encuesta también traicionan una desafortunada carencia en el énfasis en la enseñanza teológica, apologética, y del pensamiento lógico, a nivel de la iglesia local. El distinguido filósofo cristiano Mortimer J. Adler estuvo, lamentablemente, correcto cuando dijo, Sospecho que la mayor parte de las personas que tienen una fe religiosa se contentan con la fe ciega. Estas personas no sienten ninguna obligación para entender lo que creen. Aun pueden desear que sus creencias no sean perturbadas por algún pensamiento. Pero si el Dios en quien ellas creen las creó con poderes intelectuales y racionales, eso les impone el deber de tratar de entender el credo de su religión. El no hacerlo los coloca en el borde de la superstición. ³

    Claro, las personas religiosas difícilmente están solas en esto. Las personas seculares con frecuencia se contentan con la fe ciega y son, con la misma frecuencia, supersticiosas. Como lo dijo una vez G. K. Chesterton, La superstición se repite en todas las épocas, y especialmente en las épocas racionalistas. Recuerdo estar defendiendo la tradición religiosa ante una mesa llena de distinguidos agnósticos; antes de terminar nuestra conversación cada uno de ellos sacó de sus bolsillos, o exhibió su reloj con cadena, algún tipo de encanto o talismán admitiendo nunca haberse separado del mismo.

    Además, Existe una gran cantidad de investigación que muestra que todas las personas, pero especialmente los altamente inteligentes, fácilmente aceptan toda clase de ilusiones, alucinaciones, auto-decepciones, y enredos absolutos—y más cuando tienen una alta inversión en las ilusiones que creen son ciertas.

    Pero si la Biblia es clara en algo es en que nosotros como cristianos y cristianas somos responsables para amar a Dios con todas nuestras mentes, y ciertamente esto incluye el pensar de manera crítica. Ciertamente, amar a Dios con todas nuestras mentes es el más importante de los mandamientos que Dios nos ha dado: "Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente. Éste es el primero y el más importante de los mandamientos (Mateo 22:37-38). Este deber cristiano incluye, por lo menos, un conocimiento básico de teología y evidencias cristianas. ¿Por qué? Porque la Biblia enseña que debemos defender activamente la fe. ¿Cómo podemos hacer esto a menos que conozcamos el contenido de la fe (la doctrina), cómo defenderla (la apologética), y cómo pensar clara y racionalmente (razonamiento lógico)? Consideren las siguientes Escrituras que hablan sobre cada una de estas preocupaciones: Queridos hermanos, he deseado intensamente escribirles acerca de la salvación que tenemos en común, y ahora siento la necesidad de hacerlo para rogarles que sigan luchando vigorosamente por la fe [la doctrina] encomendada una vez por todas a los santos (Judas 3; cf., Tito 2:1; 2 Pedro 3:18). Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes [la apologética]. Pero háganlo con gentileza y respeto (1 Pedro 3:15; cf., Filipenses 1:7, 16). Como era su costumbre, Pablo entró en la sinagoga y tres sábados seguidos discutió [razonó] con ellos. Basándose en las Escrituras les explicaba y demostraba [razonamiento lógico] que era necesario que el Mesías padeciera y resucitara" (Hechos 17:2).

    El hecho es que el mundo del siglo primero era muy similar al nuestro de ahora. Aparte de algunos focos de racionalismo, en su mayoría en las ciudades grandes, el mundo del siglo primero estaba menos influenciado por el racionalismo moderno estilo occidental que por el relativismo, el subjetivismo y el experimentalismo. A pesar de ello, Pablo dijo en 2 Corintios 5:11, "Tratamos de persuadir a todos." Ciertamente esto recalca la importancia que la Biblia le pone al ámbito de la razón y en defender la fe.

    Si el mismo Dios se encuentra preocupado acerca del razonamiento lógico y la prueba, ¿no deberían Sus hijos sentirse igual? "Vengan, pongamos las cosas en claro [razonemos], dice el Señor… (Isaías 1:18). De ello [Dios] ha dado pruebas a todos [del juicio venidero] al levantarlo [a Jesús] de entre los muertos" (Hechos 17:31). En vista de estas y muchas otras Escrituras, cada cristiano y cristiana debe considerar que es su deber estar informado e informada en la doctrina bíblica, las evidencias cristianas, y el pensamiento claro.

    A la luz de los comentarios anteriores de Adler, consideren las afirmaciones del Dr. William Lane Craig, quien ha obtenido dos doctorados y es el autor de muchos y buenos libros sobre las evidencias cristianas. Él nos brinda los siguientes e importantes comentarios sobre las implicaciones de los comentarios de Adler, primeramente citando al teólogo J. Gresham Machen:

    Las ideas falsas son el peor obstáculo para la recepción del evangelio. Nuestras iglesias están llenas de cristianos que se encuentran holgazaneando en un neutro intelectual. Como personas cristianas, sus mentes se están desperdiciando. El resultado de esto es una fe inmadura y superficial… El empobrecimiento intelectual con respecto a la fe de uno puede entonces llevar al

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