La otra cara de la adopción: Aspectos emocionales de lo que no se habla
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El malestar surge, en cambio, en aquellas parejas que han llegado a la decisión y al anhelo ferviente de adopción como una salida precipitada a la gran frustración de no conseguir tener descendencia por las vías naturales o por la reproducción asistida. Esta problemática negada —la otra cara de la adopción— es responsable de las serias dificultades que surgirán cuando la adopción se ha realizado con estas premisas, las cuales agravarán las situaciones delicadas que cualquier adopción conlleva.
Un libro que servirá para una toma de conciencia colectiva de estas deficiencias, responsables de tantos errores y sufrimientos que afectan a la intimidad más desolada de los que los padecen. Pere Folch Mateu
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La otra cara de la adopción - Carme Vilaginés Ortet
Carme Vilaginés
La otra cara de la adopción
Aspectos emocionales de los que no se habla
Xoroi Edicions
xoroi-icon.tifColección Caleidoscopio
Créditos
Título:
La otra cara de la adopción
Aspectos emocionales de los que no se habla
Título original:
L'altra cara de l'adopció
Traducción del catalán y actualización de la autora
© Carme Vilaginés, 2012
© De esta edición: Red ediciones S.L., 2012
Editor: Henry Odell - p21@pensodromo.com
Esta obra se publica bajo el sello de Xoroi Edicions
Diseño de cubierta: Pensódromo.
ISBN rústica: 978-84-9007-326-1
ISBN ebook: 978-84-9007-327-8
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.
Sumario
Créditos
Prólogo de la autora
Agradecimientos
Introducción
Primera parte
Consideraciones psicológicas sobre fecundación, embarazo y parto
El cuerpo, la mente, el mundo interno inconsciente, la somatización
La ilusión de tener un hijo
El embarazo, las dificultades para conseguirlo y el parto
Nacimiento psicológico de la persona
La primera relación con el recién nacido
La necesidad de otra persona
Carencias de los niños desamparados
El vacío afectivo
Otras consecuencias del desamparo
Funciones familiares y dificultades «normales» de toda familia
Las funciones emocionales de la familia
Funciones que promueven el crecimiento mental
Funciones que dificultan el crecimiento mental
El sufrimiento mental
La familia y los conflictos
Dificultades inevitables en cualquier familia
Los cambios en la vida de familia
Segunda parte
La demanda de adopción
Unos pasos necesarios
Cuando no hay dudas o no se han aclarado
Lo que no se dice y lo que se dice cuando todavía no se está preparado para poder escucharlo
Por ley, nadie tiene derecho a adoptar
Hay un número importante de adopciones que no van bien
El problema es el abandono y el desamparo, no la adopción
No todos los niños abandonados son adoptables
Con el amor no es suficiente
Hay que facilitar y promover el interés por el pasado
La familia adoptiva no será nunca igual a una familia biológica
La adopción debe ser entendida como una tarea
La adaptación es un trabajo a dos bandas
No es mejor un niño muy pequeño que uno ya mayorcito
Hay niños con una recuperación más o menos difícil y niños irrecuperables para una vida normal
Adoptar no es comprar una criatura
Hay problemas emocionales que provocan infertilidad
La adopción no debe ser vivida como un acto altruista
Hay muchas más parejas en buenas condiciones para adoptar que criaturas en situación legal para ser adoptadas
Hay países donde se engaña
Tercera parte
Sistema actual de selección de los padres adoptivos
La selección de los padres adoptivos
El «recorrido»
Sobre el procedimiento de formación-selección
Sensibilización de la población en general
Buena preparación y formación de las parejas
Selección esmerada y rigurosa
Seguimiento auténtico, no simples trámites
Esbozo de proyecto para un procedimiento más útil y satisfactorio
Epílogo
Bibliografía
Anexo
Breves notas de actualización
ApéndicePsicoanálisis y salud mental
Sobre la autora
A la memoria de mis padres y hermano.
Dedicado a mi familia
que me ha animado a escribirlo
y me ha alentado en los momentos bajos.
Prólogo de la autora
Este libro ha sido escrito con dos propósitos muy claros. Por una parte, facilitar una información psicológica básica sobre las necesidades de un recién nacido para poder desarrollarse como persona, sobre los efectos que la desatención de dichas necesidades pueden producirle, sobre la influencia del psiquismo en la infertilidad y, finalmente, sobre los requisitos que los aspirantes a padres adoptivos deberían poseer para poder hacerse cargo de un niño con severas carencias emocionales y, a menudo, también físicas.
Por otra parte, el segundo y tal vez más significativo propósito de este libro —que puede sorprender a más de un lector— es informar adecuadamente sobre los aspectos más desconocidos de las adopciones. Es necesario llegar a asumir que ser padres adoptivos tiene aspectos muy distintos a ser padres biológicos y que, precisamente por ello, hay que poder contar, desde que aparece la idea de adoptar a un niño, con algún tipo de asesoramiento para ir comprendiendo las diferencias y el significado de determinados comportamientos de los niños, a veces muy sorprendentes, y poder construir en buenas condiciones las bases de la futura familia.
Agradecimientos
Desearía no olvidar a nadie, pero son tantos años de trabajo y de contactos profesionales con tantas personas cualificadas, que tal vez no lo consiga.
Mi formación y los conocimientos que he ido adquiriendo a lo largo de los años debo agradecerlos, en primer lugar, a los psicoanalistas del Instituto de Psicoanálisis de Barcelona que decidieron dedicar una parte de su tiempo a la formación de psicoterapeutas psicoanalíticos. Estoy hablando del equipo que inició generosamente la docencia y la formación en Barcelona para una psicoterapia psicoanalítica en la Institución Pública y que estaba formado por Ramón Bassols, Josep Beà, Alberto Campo, Júlia Coromines, Terttu Eskelinen, Josep Oriol Esteve, Luis Feduchi, Pere Folch Mateu y Víctor Hernández. Sus cursos, de 1977 a 1986, se basaban en la asistencia directa a pacientes, en la enseñanza teórica y en la investigación. Tuve la gran suerte de poder participar en toda aquella tarea docente, sin exámenes ni puntuaciones, pero con muchos espacios de teoría y de trabajo práctico con supervisión en grupo pequeño que, en el caso que a mi me afecta, iba a cargo de la doctora Júlia Coromines y del Dr. Pere Folch Mateu. Pude disfrutar, además, de experiencias altamente estimulantes basadas en el gran interés colectivo que se respiraba en aquel aprendizaje y del trabajo realizado en diferentes hospitales de Barcelona (Hospital Clínic, Hospital de Nens, Hospital Sant Pere Claver).
Expreso mi especial reconocimiento al doctor Víctor Hernández, gracias al cual aprendí a vivir de una manera mejor.
Agradezco también haber podido formar parte, el año 1977, del equipo fundador del Centre Emili Mira, al que todavía pertenezco, y que me ha permitido formarme también como docente a partir de las tareas internas y externas que en él se realizaban con la colaboración de todos los compañeros: sesiones clínicas, seminarios, supervisiones, cursos.
Agradezco especialmente la maestría y las supervisiones de la doctora Júlia Coromines y del doctor Josep Oriol Esteve, durante tantos años, y las enseñanzas y supervisiones en cuestiones de terapia de familia y de trabajo con grupos y organizaciones a cargo del desaparecido y añorado doctor Jorge Thomas.
También debo agradecer lo que he aprendido a partir del contacto con compañeros, alumnos y pacientes. A lo largo de los años he ido asimilando como algo mío tantas influencias que, ahora, me sería muy difícil saber de qué se trata y de quién lo he recibido. Sólo sé que forma parte de mi bagaje de conocimientos y que, en buena parte, a todos ellos se lo debo.
En cuanto al tema de las adopciones, me ha sido muy útil todo lo que acabo de comentar así como las colaboraciones con otros profesionales, todos ellos expertos en dicha materia tan delicada, entre los cuales destacaría a Yolanda Galli, Josep Oriol Esteve, Carmen Amorós, Fabiola Dunyó, Teresa Ferret y Pere Jaume Serra.
Para terminar, debo agradecer la lectura que han hecho de este libro mi hija Rosa, mi marido Francesc Vallverdú, Rosa Boixaderes y Raimon Pavia. Las sugerencias que, con su generosidad, me han ofrecido todos ellos me han permitido pulir, completar y mejorar lo que me proponía transmitir.
Muchas gracias a todos.
Carme Vilaginés
Introducción
En primer lugar, me gustaría explicar por qué he decidido escribir sobre un tema tan candente y controvertido como el de las adopciones. Desearía dejar claro que, a mi entender, si hay niños abandonados y maltratados, hay que ayudarles y también que, en muchos casos, la adopción puede ser una vía muy buena para garantizar el bienestar y el progreso de los niños y que, además, puede producir goce y satisfacción a las distintas partes implicadas. Ahora bien, mi profesión me ha hecho entrar repetidamente en contacto, a lo largo de muchos años, con familias adoptivas que, por diferentes razones, sufrían mucho. Este es el motivo por el que no comentaré las cosas buenas y altamente satisfactorias que puede proporcionar, en muchos casos, la adopción de un menor. Hay suficientes libros en el mercado que hablan de ello. Este texto nace con la voluntad de tratar aquellos temas que, en general, son considerados tabú por una buena parte de nuestra sociedad, profesionales de la psicología incluidos y, especialmente, por los medios de comunicación. Creo que son temas que deberían ser divulgados y conocidos con el fin de evitar sufrimientos inútiles. Hablaré de cosas que tal vez a alguien puedan parecerle duras, pero mi experiencia profesional me ha demostrado, en muchas ocasiones, que la situación de muchas familias adoptivas puede llegar a ser durísima, precisamente a causa de no haber podido contar previamente con los conocimientos necesarios y de no haber sabido, antes de dar el paso definitivo hacia la adopción, el terreno en el que pensaban adentrarse y, en consecuencia, de no haber podido tomar las medidas de prevención adecuadas.
Algunos padres adoptivos llegan a la consulta clínica pidiendo ayuda porque, dicen, se dan cuenta de que no han conseguido ser una auténtica familia. Y eso lo dicen cuando ya llevan más de quince años de convivencia con los hijos adoptivos.
Una madre me decía, con lágrimas en los ojos, que ella, ante la actitud rechazadora y menospreciadora del hijo desde que lo adoptaron a los dos años de edad —y ya llevaban siete juntos— todavía no había podido sentirse madre de aquella criatura: sentía muy profundamente que el hijo no le dejaba ser más que una especie de monitora y, además, tenía el pleno convencimiento de que no salía muy airosa de dicho cometido. Las reacciones del hijo le daban a entender, constantemente, que no la quería como madre, que no era digna de ello. El niño, que había sido muy maltratado antes de quedar abandonado por las calles de una gran ciudad (era lo único que de él se sabía), con su modo de comportarse intentaba traspasar a la madre los sentimientos de rechazo que él no había podido digerir y lo cierto es que conseguía llevar muy bien a cabo dicho traspaso: la madre se sentía poco valiosa y rechazada… pero tampoco podía digerirlo porque no entendía el significado profundo del comportamiento del hijo.
Hay padres que se quejan de la poca satisfacción que les produce el hijo adoptivo o del mal trato que de él están recibiendo. Otros, se muestran muy decepcionados e impotentes ante las quejas, las demandas e, incluso, la violencia del hijo o de la hija hacia ellos. Los hay que