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Los dioses de Pegāna
Los dioses de Pegāna
Los dioses de Pegāna
Libro electrónico87 páginas1 hora

Los dioses de Pegāna

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A medio camino entre la antología de cuentos y la novela, Los dioses de Pegāna (1905) es la pieza introductoria al mundo (secundario) del mismo nombre y una obra única en su tipo; sería Dunsany quién, con MĀNA-YOOD-SUSHĀĪ y el resto de los dioses de Pegāna, habría de abrir las puertas de la mitología para su uso con fines exclusivamente literarios.

De esta manera el barón irlándes es el gran responsable del (re)surgimiento de la Fantasía moderna, siendo su prosa y cuidado desarrollo mitológico la base del trabajo que luego desarrollarían autores como Tolkien, Lewis o incluso el mismísimo Lovecraft. Su influencia, sin embargo, no se remite a los clásicos del género fantástico sino que alcanza a importantes autores contemporáneos como Neil Gaiman o Michael Moorcock, lo que lo convierte en una lectura fundamental para cualquier amante de la Fantasía.

Esta traducción pretende rescatar tanto el estilo como el contenido del original, haciendo accesible la obra de su autor a todos los lectores de habla hispana.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento13 feb 2014
ISBN9781310784224
Los dioses de Pegāna
Autor

Lord Dunsany

Lord Dunsany (1878-1957) was a British writer. Born in London, Dunsany—whose name was Edward Plunkett—was raised in a prominent Anglo-Irish family alongside a younger brother. When his father died in 1899, he received the title of Lord Dunsany and moved to Dunsany Castle in 1901. He met Lady Beatrice Child Villiers two years later, and they married in 1904. They were central figures in the social spheres of Dublin and London, donating generously to the Abbey Theatre while forging friendships with W. B. Yeats, Lady Gregory, and George William Russell. In 1905, he published The Gods of Pegāna, a collection of fantasy stories, launching his career as a leading figure in the Irish Literary Revival. Subsequent collections, such as A Dreamer’s Tales (1910) and The Book of Wonder (1912), would influence generations of writers, including J. R. R. Tolkein, Ursula K. Le Guin, and H. P. Lovecraft. In addition to his pioneering work in the fantasy and science fiction genres, Dunsany was a successful dramatist and poet. His works have been staged and adapted for theatre, radio, television, and cinema, and he was unsuccessfully nominated for the 1950 Nobel Prize in Literature.

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    Los dioses de Pegāna - Lord Dunsany

    Prefacio

    En las nieblas antes del Comienzo, el Sino y el Azar echaron a la suerte de quién habría de ser el Juego. Y aquel que ganó dio zancadas a través de las nieblas hasta Māna-Yood-Sushāī y le dijo:

    —Ahora crea dioses para Mí, porque he ganado la echada y el Juego ha de ser Mío.

    Quién fue el que ganó la echada, y si fue el Sino o el Azar el que fue a través de las nieblas antes del Comienzo hasta Māna-Yood-Sushāī… eso nadie ha de saberlo.

    Introducción

    Antes de que hubiera dioses en el Olimpo, o incluso antes de que Alá fuese Alá, había forjado y descansado Māna-Yood-Sushāī.

    Están allí en Pegāna: Mung y Sish y Kib, y el hacedor de todos los dioses pequeños, que es Māna-Yood-Sushāī. Además, tenemos fe en Roon y Slid.

    Y se ha dicho desde antaño que todas las cosas que han sido fueron forjadas por los dioses pequeños, exceptuando sólo a Māna-Yood-Sushāī, quién creó a los dioses y a partir de ahí ha descansado.

    Y nadie puede orarle a Māna-Yood-Sushāī, sino sólo a los dioses que él ha creado.

    Pero al Final Māna-Yood-Sushāī se olvidará de descansar, y creará nuevamente nuevos dioses y nuevos mundos, y destruirá a los dioses a quienes él ha creado.

    Y los dioses y los mundos han de partir, y tan solo será Māna-Yood-Sushāī.

    De Skarl el tamborilero

    Cuando Māna-Yood-Sushāī hubo creado a los dioses y a Skarl, Skarl creó un tambor y comenzó a tocarlo como si fuese a hacerlo por siempre. Entonces, porque estaba cansado luego de la creación de los dioses, y por el tamborileo de Skarl, Māna-Yood-Sushāī se fue aletargando y cayó dormido.

    Y allí se extendió una quietud sobre los dioses cuando vieron que Māna descansaba, y hubo silenció en Pegāna, salvo por el tamborileo de Skarl. Skarl está sentado sobre la niebla a los pies de Māna-Yood-Sushāī, sobre los dioses de Pegāna, y ahí toca su tambor. Algunos dicen que los Mundos y los Soles no son sino un eco del tamborileo de Skarl, y otros dicen que son los sueños que surgen en la mente de Māna a causa del tamborileo de Skarl, como los sueños que uno puede tener cuando el descanso se ve perturbado por el sonido del canto, pero nadie lo sabe porque, ¿quién ha oído la voz de Māna-Yood-Sushāī, o quién ha visto a su tamborilero?

    Aunque la estación sea invierno o verano, aunque sea la mañana de los mundos o su noche, Skarl aún toca su tambor porque los propósitos de los dioses aún no se cumplen. A veces el brazo de Skarl se cansa, pero aún así toca su tambor para que los dioses puedan seguir haciendo el trabajo de los dioses, y los mundos puedan continuar, porque si cesa por un instante entonces Māna-Yood-Sushāī comenzará a despertar, y ya no habrá ni mundos ni dioses.

    Pero cuando finalmente el brazo de Skarl deje de tocar su tambor, el silencio alarmará a Pegāna como un trueno en una cueva, y Māna-Yood-Sushāī dejará de descansar.

    Entonces Skarl pondrá el tambor en su espalda y caminará hacia el vacío más allá de los mundos, porque es EL FINAL y el trabajo de Skarl ha terminado.

    Allí puede que surja otro dios a quien Skarl pueda servir, o puede ser que perezca; pero a Skarl no le importará, porque habrá hecho el trabajo de Skarl.

    De la creación de los mundos

    Cuando Māna-Yood-Sushāī hubo creado a los dioses existían solamente Ellos, y se sentaron en el medio del Tiempo, porque había tanto Tiempo adelante como detrás de ellos, puesto que al no tener fin tampoco tenían un inicio.

    Y en Pegāna no había calor o luz o sonido, salvo por el tamborileo de Skarl. Es más: Pegāna era El Centro de Todo, porque lo que estaba bajo Pegāna era lo que estaba sobre ella, y lo que yacía antes de ella era aquello que estaba al frente.

    Entonces dijeron los dioses, haciendo sus signos y hablando con Sus manos, no sea que el silencio de Pegāna fuese a avergonzarse; entonces se dijeron los dioses unos a otros, hablando con Sus manos:

    —Vamos a crear mundos para complacernos a Nosotros mismos mientras Māna descansa. Vamos a crear mundos y Vida y Muerte, y colores en el cielo; tan sólo no vayamos Nosotros a romper el silencio sobre Pegāna.

    Entonces, levantando Sus manos, cada dios de acuerdo a su signo, Ellos crearon los mundos y los soles, y pusieron una luz en las casas del cielo.

    Entonces dijeron los dioses:

    —Vamos a crear uno que busque, que busque y nunca encuentre el quid de la creación de los dioses.

    Y Ellos crearon mediante el levantamiento de Sus manos, cada dios de acuerdo a su signo, el Brillante con la cola resplandeciente que busca desde el final de los Mundos hasta el final de ellos nuevamente, para regresar nuevamente luego de cien años.

    Hombre, tú que buscáis el cometa, sabed que otro busca además de vos y que no ha encontrado nunca.

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