En todo el mundo, millones de mujeres se sienten perturbadas por un síndrome, que carece de nombre. Una de las quejas más comunes es la de sentirse cansadas y flojas la mayor parte del tiempo. Para su sorpresa, ellas no tienen suficiente, energía para ocuparse de sus hijos, apoyar a sus parejas y, menos aún, tener iniciativas propias para el desarrollo personal. Aunque saben que una actividad física las ayudaría a sentirse mejor, rara vez tienen el tiempo y la motivación para anotarse en el gimnasio.
Muchas mujeres con este síndrome también tienen dificultades para dormir -conciliar el sueño y lograr un buen descanso- como así también para despertarse. El común denominador es que se sienten somnolientas durante el día. por falta de sueño o por modorra. Sentirse atentas y fuertes todo el día es una excepción en sus vidas.
La dificultad para concentrarse es un indicio más de este síndrome, en especial en mujeres de 35 años en adelante. Ellas tienen dificultad para concentrarse en sus tareas, en interpretar información compleja o en encontrar las palabras apropiadas cuando hablan. Lagunas mentales y dudas para recordar nombres -incluso los de personas a quienes conocen muy bien- pueden ser la fuente de situaciones embarazosas. Curiosamente, estos lapsus pueden ir y venir. A veces, durante