Durante el embarazo el cuerpo está cambiando. El peso aumenta, se resienten las rodillas, la espalda, los huesos. Con el yoga se va flexibilizando el cuerpo, lo que ayuda a sostener mejor el embarazo y también el parto que es como correr una maratón. En ese momento la respiración es básica. En vez de focalizar la mente en el dolor, a través de la meditación y el manejo de la respiración se puede visualizar al hijo como baja por el canal del parto y ayudarlo a nacer.
Las primeras clases buscan la relajación, aprender a respirar bien y conectarse con lo que se lleva adentro. Con el paso de los meses,lecer el útero, enderezar los hombros, terminar con los dolores de espalda y mejorar la circulación.