AL FONDO, en la esquina de un sótano abarrotado al que Stephen Lang llama su ‘gimnasio’, se ve un par de mancuernas junto a discos de 4,5 kilos esparcidos por el suelo. Lang está en el centro de la habitación con una gran sonrisa en la cara. “Aquí es donde hago el grueso de mis entrenamientos”, dice.
No importa que el espacio sea tan pequeño que cada vez que Lang estira los brazos hacia los lados prácticamente toque las paredes. El actor de casi 70 años, más conocido por ser el cruel coronel Miles Quaritch ( 2019), coge del suelo un artilugio para trabajar las muñecas. Es una herramienta sencilla (le encanta hacerse su propio equipamiento de gimnasio): una barra de 30 cm con un peso atado a una cuerda. Sujeta la barra con las dos manos, extiende los brazos y luego flexiona las muñecas, una después de la otra, para enrollar el peso en la barra. Hace algunas repeticiones así y luego lo deja en el suelo. “En este punto de mi vida”, cuenta, “lo que me importa es la flexibilidad, la resistencia y la fuerza. Y he añadido una cosa más, el equilibrio”.