Los operadores (voluntarios e involuntarios) de Sosa Castelán
“Yo no soy nada”, dice María Cruz Campos Álvarez, una trabajadora de limpieza coacusada de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita por 58 millones de pesos en el caso que se le sigue a Gerardo Sosa Castelán, presidente del Patronato de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
En la causa penal 263/2020, la Fiscalía General de la República (FGR) acusa al exrector y luego encargado del manejo financiero de la casa de estudios de ser el cerebro de una maquinaria de corrupción desde la entraña de la UAEH para sustraer dinero.
En este entramado, cuyo móvil fue investigado por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), María Cruz y María Luisa Montalvo Sierra son acusadas de recibir el dinero de la UAEH en una empresa fachada, Contabilidad del Siglo XXI, y dispersarlo a las cuentas de Gerardo Sosa y las de sus hijas, Adriana y Ana Carmen Sosa Cravioto, hoy prófugas, así como a empresas de las que ellos tienen control: Contabilidad Automatizada de Hidalgo S.C., Contabilidad Especializada de Hidalgo S.C., y Eficiencia en Negocios y Asociados.
“No tengo nada. Soy cabeza
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