El sano placer de las tisanas
El término tisana procede del griego ptisane, “machacar cebada”, que servía para indicar una simple decocción de cebada sin cascarilla. Actualmente se usa indistintamente para denominar tanto las fusiones, las decocciones, las maceraciones y demás métodos para extraer, de forma más o menos concentrada, los principios activos, terapéuticos y saludables de las distintas partes de una planta.
La infusión es la tisana más suave. Su preparación se realiza vertiendo agua caliente (casi hirviendo) sobre una determinada planta (o no tan caliente en el caso de hierbas muy delicadas), y se deja reposar con el recipiente tapado durante un tiempo variable, que normalmente oscila entre dos y cinco minutos. El líquido resultante se filtra después, y si se desea se edulcora un poco.
La decocción es la acción y efecto de cocer en agua sustancias vegetales. De esta manera se obtiene una tisana más concentrada. Se prepara introduciendo la planta en cuestión en agua, normalmente fría, y se deja hervir durante unos minutos.
La acción de desmenuzar las partes más duras de las plantas, como la raíz o la corteza de algunos tallos, favorece la extracción de sus principios activos. Tras la cocción, la tisana debe filtrarse con cuidado a través de un colador o, mejor aún, de una gasa para poder exprimir ligeramente el vegetal.
La maceración es la operación que consiste en dejar en reposo, durante más o menos tiempo, las flores, hojas, semillas o raíces, en un líquido que normalmente es el agua. Se realiza a temperatura ambiente, con el fin de extraer de la planta las partes solubles.
Tisanas energéticas y estimulantes
Antes de hipotecar nuestra vida al tanque de café por la mañana, al comprimido de media tarde para calmar el dolor de cabeza y a la píldora de la noche para conciliar el sueño, pensemos en la maravillosa posibilidad de sensibilizar nuestro cuerpo e infundir vigor a nuestro organismo con una tisana energética. Gracias a ella podremos trabajar con menos fatiga y más diligencia, sin perjudicar ninguno de nuestros órganos.
INFUSIÓN DE HIERBA LUISA
La luisa o hierba luisa (Lippia triphilla) es una planta de la familia de las verbenáceas, de flores pequeñas, en espigas piramidales, de corolas blancas por fuera y azuladas en el interior, y fruto seco con semillas menudas y negras.
La planta es originaria del Perú, se cultiva en los jardines y tiene un olor de limón muy agradable. Es fácil de cultivar, florece en verano, y de las hojas se extrae un 0,20 % de esencia que contiene limoneno, geraniol, citral etc., que le confieren el perfume que la caracteriza. Esta bella y aromática planta se merece que le dediquemos estas cuatro líneas por el inmenso placer que nos produce el mantener simplemente una de sus hojas entre nuestros labios.
Prepara una infusión con los siguientes ingredientes:
■ 1 pizca de hojas de hierba luisa
■ 1 pizca de toronjil (melisa)
■ 1 pizca de flores de azahar
El resultado es una gustosísima tisana, muy apreciada por su sabor y sus propiedades como tónica, estomacal y antiespasmódica.
DECOCCIÓN DE ROSAL SILVESTRE
■ 1 cucharada sopera de
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