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Querido entrenador,
¡Hola! Soy Bartolo, el chaval de 12 años que forma parte de tu equipo. Solo quería soltarte unas palabras llenas de sinceridad.
Antes que nada, quiero agradecerte que seas nuestro entrenador. La verdad es que este equipo mola un montón, y sé que mucho de eso tiene que ver contigo. Cada entrenamiento y partido disfrutamos más gracias a tu dedicación.
Me gusta cómo nos enseñas, no solo sobre el fútbol, sino también sobre trabajar juntos y divertirnos. Cada vez que metemos un gol, sé que hay algo de tus enseñanzas ahí, ¡y eso es guay!
A veces, cuando meto la pata en el campo o no hago las cosas tan bien como quisiera, esas charlas que tienes con nosotros me motivan a mejorar. Gracias por ser honesto y tan optimista. Eso nos ayuda a aprender sin sentirnos mal.
Quería proponerte una idea. A veces, algunos de nosotros nos sentimos nerviosos antes de los partidos. Sé que nos dices que es normal, pero ¿qué te parece si hacemos algo todos juntos para relajarnos antes de empezar? Puede ser simplemente charlar un poco. Creo que nos ayudaría a todos a sentirnos más cómodos y listos para dar lo mejor.
Además, a veces noto que algunos de mis compañeros se desaniman cuando perdemos. Sé que todos queremos ganar, pero quizás podríamos hablar más sobre lo que aprendemos de cada partido, incluso si no ganamos. Así nos motivaríamos y nos divertiríamos más. ¡Al final, creo que eso es lo más importante!
Quiero que sepas que valoro mucho tu esfuerzo y tu comprensión. A veces, los entrenadores no reciben suficiente reconocimiento, pero para mí, eres el mejor. Gracias por ser como eres. Nos encanta entrenar contigo porque nos damos cuenta de que confías en nosotros siempre.
Bueno, no quiero enrollarme más. Solo quería decirte lo agradecido que estoy por tenerte como entrenador. ¡Vamos a seguir dándolo todo en el campo y pasándolo genial!
Con todo mi respeto y energía positiva,
Bartolo