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Generosidad en el deporte: Gino Bartali

Generosidad en el deporte: Gino Bartali

DeSolo Fútbol Formativo


Generosidad en el deporte: Gino Bartali

DeSolo Fútbol Formativo

valoraciones:
Longitud:
7 minutos
Publicado:
7 oct 2022
Formato:
Episodio de podcast

Descripción

Visita mi web: www.solofútbolformativo.org
Gino Bartalli, fue un grande entre los grandes del ciclismo, un deportista extraordinario y un mito para el pueblo italiano, que lo adoraba como a un verdadero héroe; especialmente Mussolini, quien lo convirtió en símbolo viviente del Partido Nacional Fascista. Vencedor del Giro de Italia en siete ocasiones. del Tour de Francia en otras dos, ganador de cinco campeonatos nacionales, de unas cuantas clásicas, Bartali era un magnífico escalador, un corredor duro y tenaz, un líder generoso con su equipo... y un ser humano excepcionalmente valiente que se jugó la vida durante los días más duros del fascismo para salvar a ochocientos judíos del exterminio. Una hazaña, por cierto, que mantuvo en secreto hasta su muerte, y que fue descubierta por casualidad.
Esta acción generosa, de entrega total a una causa aún a riesgo de su propia vida, entraba ya en el ADN de Bartalli desde muy temprana edad. Nacido en el seno de un familia humilde y religiosa de la Toscana, «Gino el pío» (como era conocido entre sus compañeros) era un hombre de profunda fe, un cristiano devoto que no ocultaba sus convicciones y el deportista preferido del Vaticano (bendecido personalmente por tres papas y orgulloso de que el mismísimo Juan XXIII le pidiera que le enseñara a montar en bicicleta).
Y, paradójicamente, fue también el favorito de Mussolini, cuyo sueño de vencer -humillar-a Francia en su propio terreno se vio cumplido en el Tour de 1938. Bartali aventajó al segundo clasificado en más de veinte minutos.
La afición a las dos ruedas le vino a Bartali también desde temprana edad, cuando el dueño del taller de bicicletas en el que trabajaba le regaló una de carreras y le animó a entrenar más en serio. A partir de ese momento, cada hora libre que le quedaba al joven Bartali la dedicaba a pedalear por las carreteras de toda la región. Pronto comenzó a ganar carreras y a ganarse también el fervor popular. En 1936 se hizo con el Giro y con todo el pueblo italiano. Era talla adoración de sus admiradores y el bullicio que organizaban a las puertas de su hotel, que Gino tenía que ponerse tapones de cera en los oídos para poder descansar por las noches (aunque, en verdad, el griterío -¡Gi-no, Gi-no!-era música para sus oídos).
La Guerra llegó cuando Bartali estaba en la cima de su carrera deportiva. Y lo paró todo. Cesaron las competiciones oficiales, los Giros, los Tours, las medallas y los méritos. Aunque no su prestigio entre las élites fascistas (a pesar de que dedicaba sus victorias a la Virgen, no al Duce), lo que le permitió continuar sus entrenamientos por las sinuosas carreteras de la Toscana y Umbría. Y, de paso, ayudar a la resistencia antifascista, participando en la red organizada por Giorgio Nissim, que elaboraba pasaportes falsos y otros documentos que luego eran entregados a cientos de refugiados judíos cuyo destino eran los campos de exterminio nazis.
Ocultos en el cuadro de su bicicleta o bajo su sillín, Bartali aprovechaba los entrenamientos para llevar mensajes, pasaportes y salvoconductos desde Florencia a los monasterios y conventos de diferentes ciudades que la red de Nissim, en connivencia con los obispos, utilizaba como tapadera para ocultar a los fugitivos. En más de 40 ocasiones recorrió la ruta que unía Florencia con Asís; trayectos de 200 kilómetros por carreteras minadas de explosivos... y de patrullas nazis.
Publicado:
7 oct 2022
Formato:
Episodio de podcast

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Me dirijo a padres con hijos deportistas y a entrenadores con interés por formarse para mejorar su forma de enseñar fútbol