Información de este libro electrónico
Belanjio es un joven cadete que hace parte de un grupo clandestino con chicas de una hermandad. Investigarán la misteriosa desaparición de jóvenes genios de Zarabanda, ciudad que deberá enfrentarse a su primera revolución industrial con uno de los primeros grandes desarrollos: La Radio. Historia romanti-trágica.
Lee más de Juan Manuel Sosa
Relatos Trasmundantes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPlaneta Manicomio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl fantasma del Adveniat Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Relacionado con Málore
Libros electrónicos relacionados
Nigromántica - Un amor mágico del otro mundo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El vuelo del Halcón: Rodinia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa web la trilogía Vega Weave Comienza la guerra sin silenciar Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAcademia de Dragones: Primer Vuelo: Dragon School Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl árbol del pintor de sueños Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesÉralka Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl sol allá arriba Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFrigorífico Del Este Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Diario Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSueños Inquebrantables Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesViaje a Nadsgar III. La lágrima perdida Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos chilenos de fantasía Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Hogar: Están entre nosotras Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBienvenidos a Lúcido Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Concordia Ii: El Favor De La Luna Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesJULIA FLORIDA: Una sinfonía mortal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLaila y la gárgola: La Princesa de Josgwen Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El trato Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Amenaza Helada: Gundolan, #2 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCrónicas de la Señora de Lunamore Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFuki-No-Tó, la granja de Atsuko Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesOliver Marz y el príncipe Krein Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSecuelas De Ángel Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesA la Luz de un Bosque Oscuro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Favor Mortal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Isla de Joshua: Edición Revisada Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa hija del huracán: (Hurricane Child) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Ápohnin: Destino Radiante Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl espejo de Fernando Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEternidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Amor y romance infantiles para usted
Una Promesa De Gloria (Libro #5 De El Anillo Del Hechicero) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Siempre fuiste tu Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Despertar de los Dragones (Reyes y Hechiceros—Libro 1) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Acelerando en rojo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn beso por error Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Nina: Segundo secreto Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Al final del juego Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn Rito De Espadas Libro #7 De El Anillo Del Hechicero Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Marcha De Los Reyes (Libro #2 De El Anillo Del Hechicero) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El amor y otros choques de tren Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El asesino de Alfas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNever ever getting back together Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Palomita Blanca Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Un Mar De Armaduras (Libro #10 De El Anillo Del Hechicero) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Chico sensible Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Serás Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Heima es hogar en islandés Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Latidos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Hablemos de amor: (Let's Talk About Love) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Belladonna Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBrújula perdida: No me dejes ir, #2 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Prohibido Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Senda De Los Héroes (Libro #1 de El Anillo del Hechicero) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Una Subvención De Armas (Libro #8 De El Anillo Del Hechicero) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Una maldición de amor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHuyendo de ti. Los Bianchi 2 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Arena Uno: Tratantes De Esclavos (Libro #1 De La Trilogía De Supervivencia) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Ryan y Avery Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Despertar Del Valiente (Reyes Y Hechiceros—Libro 2) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Obsidian (Saga LUX 1) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Categorías relacionadas
Comentarios para Málore
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Málore - juan manuel sosa
1 - La Escuela Militar y La Hermandad
Un pasillo inmenso limitado por pilares que sostenían arcos de ladrillo rústico. Parecía más viejo de lo que en verdad era, de manera intencional. No había acabados ni pañete, pero sí enredaderas floridas conquistando las ranuras entre los tabiques. Algunas ya habían llegado a la mitad de la altura de los arcos. Más allá del pasillo, la luz del sol hacía resplandecer el jardín y la fuente en medio. El contraste con la fresca penumbra del pasillo se volvía cegadora hasta que alguna nube traviesa escondiera al astro rey.
No obstante la atípica belleza del lugar, este prestaba servicio para fines no necesariamente estéticos. Allí devenían los quehaceres de una Escuela Militar. Los jóvenes llenaban los espacios, vestidos todos de negro con cuellos rectos y cortes de cabello muy a ras. La única cosa que rompiere la monotonía de sus uniformes eran las inscripciones de color gris con el nombre de su escuela. Se trataba de caracteres que para ojos de un profano, como usted y como yo, no pasaban de ser caprichosos trazos cruzándose al azar.
Pero había días en que el negro mate de la marea humana que formaban los estudiantes se alegraba con algunos puntos de angelical blanco. La escuela era visitada con relativa asiduidad por algunas las chicas del La Hermandad de Artemisa, instalada en el otro extremo de la pequeña ciudad rural de Zarabanda, donde ambas instituciones existían. Al principio, la presencia de las estudiantes no tenía una causa conocida por la población masculina local. Igual no la necesitaban para formar cómicos alborotos al ver los grupos de cuatro a seis muchachas entrando a sus dominios. Parecía que todos ellos se enamoraban de las visitantes con solo verlas. Y es que además del color blanco de sus vestidos, ellas mismas eran de piel blanca, rubias y zarcas. Entre los internos de la Escuela Militar no figuraba ninguno con tales características. Todos eran de piel trigueña y cabello castaño o negro. Era como si los extremos este y oeste de aquél poblado fueran lo que en nuestro mundo son continentes diferentes. Pero eso era lo natural allá.
2 - El mural de peces
Uno de los muros que cobijaba con sombra al comedor de la Escuela Militar, estaba garabateado de lado a lado con dibujos. Los altos mandos siempre creyeron que aquello era arte aportado por uno de los estudiantes: Chiribiku. Pero no era arte, era burla. A la mirada de un ajeno, el muro se vería como la representación abstracta de un estanque, puesto que todos los dibujos eran de peces. Sin embargo los estudiantes sabían que cada pez representaba a algún alumno, y tenía muy bien marcadas las gracias que hacía especial a ese alguien. A Serenye, se le identificaba porque su respectivo pez tenía gruesos lentes; a Asrael, porque su pez tenía dientes de conejo; a Cuzumbo, porque su pez estaba durmiendo y a Píciril porque su pez era gordo. Casi todos tenían su pez pintado por Chiribiku, y quienes no lo tenían, aguardaban temerosamente el suyo.
Los jóvenes cadetes sabían que Chiribiku, aún pareciendo tosco y agresivo, tenía como intención mantenerse a salvo de otros. Su mayor hazaña en la vida había sido y bien, podría serlo siempre, ese mural. Así que su obra pasó a ser percibida por la comunidad como aquella expresión de Chiribiku que de ninguna otra forma hallarían, luego; no solo se la permitieron sino que la celebraban, con discreción.
3 - Málore
Belanjio estaba cautivado por una de las esporádicas visitantes en especial. A ellas no las dejaban inmiscuirse
