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Secuelas De Ángel
Secuelas De Ángel
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Libro electrónico71 páginas1 hora

Secuelas De Ángel

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Secuelas de ngel, es una historia llena de misterio que cuenta el drama de ngel un joven que desde sus ocho aos pierde su vista y as tiene que enfrentar un mundo oscuro pero que a la vez aprende a verlo e imaginrselo. Catorce aos despus junto con su prima Kelbis descubre todo el misterio que oculta su familia.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento13 ene 2012
ISBN9781463316761
Secuelas De Ángel

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    Secuelas De Ángel - Johan Alí Giraldo B.

    Secuelas de Ángel

    Johan Alí Giraldo B.

    Copyright © 2012 por Johan Alí Giraldo B.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.     2012900479

    ISBN:        Tapa Dura                978-1-4633-1677-8

                    Tapa Blanda               978-1-4633-1675-4

                    Libro Electrónico        978-1-4633-1676-1

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

    Este Libro fue impreso en los Estados Unidos de América.

    Para pedidos de copias adicionales de este libro, por favor contacte con:

    Palibrio

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    Llamadas desde los EE.UU. 877.407.5847

    Llamadas internacionales +1.812.671.9757

    Fax: +1.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    381825

    Secuelas de Ángel

    -Está muy oscuro… No te puedo ver.

    -¡Enciéndela…!

    -¿Qué?

    -¡La lámpara!

    -Ah… ¡Si, espera!

    Saco del bolsillo los fósforos y los raspo en la caja ocasionando el pequeño fuego. Apenas iba a encender la lámpara cuando de pronto siento una picada en el pie.

    -¡Ay…!-He gritado.

    Los fósforos se me han caído y con el pequeño viento de mi voz se me apagó el fósforo encendido quedando en completa oscuridad.

    -¡Eres un idiota!

    -Lo siento…

    -Cómo se te ocurre hacer eso, haber si puedes encontrar ahora los fósforos.

    -sentí que me había picado algo en el pie.-Le aclaré.

    -¡Te va a seguir picando si no buscas los fósforos y enciendes la lámpara!

    -¡pero no veo nada…!

    -¡Agáchate…!

    No sé porque siempre estamos juntos si pasamos peleando como el perro y el gato, estoy agachado tentando con mis manos el piso; siento que está húmedo y por cierto hiede muchísimo.

    -¡Ah…Ah…!-grita mi prima-¡algo me pica!

    Salió corriendo hacia afuera y yo más atrás, ella se detiene en la puerta, pero yo la empujo saliéndome.

    -¡Espera…Hay que ver que fue eso!-Me grita.

    -No… !

    Camino dándole la espalda, ella me sigue diciendo; ¡Eres un cobarde!

    -¿Cobarde? …Pero si fuiste tú la primera en salir corriendo.

    -Pero tú fuiste el primero en poner pie afuera.

    -Y… Eso ¿qué?

    -¡Que fuiste el primero en salir como un cobarde!-Me grita.

    La puerta se cierra y hace un fuerte golpe, que ella salta y yo ni decir.

    -¡Piensa lo que quieras!-le grito y camino rápidamente.

    -¡espérame!-corre tras de mí y al alcanzarme pone su mano en mi hombro yendo al compás.

    Eran noches de pesadilla, oíamos ruidos, sentíamos la presencia de alguien extraño en casa, mi prima Kelbis es más valiente que yo o, yo más cobarde que ella. Lo cierto es que no podemos estar separados en ningún momento, desde que llegamos a casa de la tía Morín, ubicada en la parte más peligrosa para el pueblo, con una historia de hacia muchísimos años atrás, la cual me tocaría más tarde enfrentar.

    Eran las once de la noche, la tía Morin no estaba por eso aprovechábamos su ausencia para poder ir a ese lugar que tanto nos prohibía, salía con frecuencia a estas horas tan tarde de la noche sin explicarnos a donde iba ni cuando regresaba. Sólo nos encerraba, poco hablaba con nosotros, no me miraba a los ojos sólo a mi prima Kelbis. Caminamos por los pasillos hacia nuestro dormitorio, mi prima canta y baila en ritmo lento y melancólico entrando a la habitación, me detengo en la entrada y pongo mi cabeza recostada en el marco de la puerta reflexionando todo lo que había ocurrido; la tía en las madrugadas cuando regresa, llega antes a ese lugar cargada de algo y lo deposita ahí. La pregunta es: ¿qué es lo que trae?

    -Ángel… ¿Te vas a quedar ahí parado?-pregunta mi prima sonriendo-ven baila conmigo, yo te enseñaré.

    A sus nueve años, no me explico dónde habría aprendido a bailar, yo con ocho apenas he escuchado cantos de cuna. En vueltas y vueltas a Kelbis le va saliendo sangre por la nariz y cae mareada en el piso, corro hacia ella y me arrodillo para levantarla.

    -¿Qué te pasa?-grito, me hace seña con el dedo que no -¡Dime algo!

    -No me pasa nada, solo vueltas y vueltas.-Dice acostada en el piso.

    -Pero, estas sangrando-Añado.

    -No…

    -Si ven…-la ayudo a levantarse-vamos al baño.

    -¿para qué?

    -para que te veas y te laves la cara.

    Camina meciéndose, la sostengo fuerte hasta el baño.

    -Es una tontería, lo haces para asustarme.-me dice.

    Era increíble, no lo podía creer; en el espejo no se veía la sangre pero cuando mis ojos clavaban su mirada en la cara de Kelbis veía sangre en su nariz.

    Mi prima Kelbis se enjuagó la cara sin saber lo que estaba pasando, al menos eso creí.

    -Te lo dije, no me vas a asustar.

    Quedé en silencio total, de regreso a la habitación me tiro en la cama y me arropo de

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