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En el equilibrio de las estrellas, bajo la balanza que pesa los destinos y las almas, nace "Libra", una colección de poemas que captura la esencia de un signo que busca la armonía en el caos del cosmos. Cada verso es un susurro de equidad, un grito de justicia, y un canto al amor que equilibra las fuerzas de la vida.

Como Libra, este libro es un puente entre dos mundos: el tangible y el etéreo, lo material y lo espiritual, la luz y la oscuridad. A través de sus páginas, el lector emprenderá un viaje lírico que trasciende el tiempo y el espacio, invitándonos a reflexionar sobre la dualidad inherente a nuestra existencia.

Con "Libra", os invito a explorar los rincones más profundos del corazón humano, donde las emociones se entrelazan con el destino estelar.

Prepárate para ser cautivado por la belleza de la poesía que fluye como el río de la vida, siempre en busca del mar de la verdad y la sabiduría.

 

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento17 mar 2024
ISBN9798224274321
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    Libra - Apolo Mantecon

    Notas del Autor

    Queridos lectores,

    Al abrir este libro, han iniciado un viaje a través de las constelaciones de emociones que habitan en el universo de Libra. Cada poema es un reflejo de mi alma, un intento de capturar la esencia de la vida y su perpetuo balance.

    Libra no es solo un signo del zodíaco, es una filosofía, una forma de mirar el mundo y encontrar belleza en su orden y caos. He escrito estos poemas con la esperanza de que encuentren resonancia en sus propias experiencias, que les sirvan de espejo y les muestren que no están solos en sus luchas y alegrías.

    Este libro es el resultado de años de observación, de aprender a escuchar el silencio y a hablar el lenguaje de los sentimientos. Es un homenaje a aquellos momentos de quietud en los que, si prestamos atención, podemos oír el susurro de las estrellas.

    Agradezco a cada uno de ustedes por darle vida a estas palabras al leerlas. Sin su mirada, sin su corazón, estos poemas permanecerían en la oscuridad, como estrellas sin cielo.

    Con cariño y gratitud,

    APOLO

    Introducción

    En el equilibrio de las estrellas, bajo la balanza que pesa los destinos y las almas, nace Libra, una colección de poemas que captura la esencia de un signo que busca la armonía en el caos del cosmos. Cada verso es un susurro de equidad, un grito de justicia, y un canto al amor que equilibra las fuerzas de la vida.

    Como Libra, este libro es un puente entre dos mundos: el tangible y el etéreo, lo material y lo espiritual, la luz y la oscuridad. A través de sus páginas, el lector emprenderá un viaje lírico que trasciende el tiempo y el espacio, invitándonos a reflexionar sobre la dualidad inherente a nuestra existencia.

    Con Libra, os invito a explorar los rincones más profundos del corazón humano, donde las emociones se entrelazan con el destino estelar.

    Prepárate para ser cautivado por la belleza de la poesía que fluye como el río de la vida, siempre en busca del mar de la verdad y la sabiduría.

    En el cielo de la mente despejado,

    donde los sueños y las musas bailan,

    nacen los versos, puros y alados,

    como aves que en el viento se balancean.

    Con plumas hechas de palabras finas,

    surcan los cielos, libres de cadenas,

    llevando en sus alas las rimas,

    que en el corazón del poeta suenan.

    Cada estrofa, un vuelo sin fronteras,

    cada rima, un latido que se eleva,

    los versos alados, en su danza sincera,

    tejen en el aire una red de estrellas.

    Y así, el poeta, con su pluma en mano,

    da vida a los versos que el alma emana,

    en un vuelo eterno, sublime y arcano,

    los versos alados, la poesía que mana.

    I

    En los pliegues del éter,

    danzan las almas,

    susurros de estrellas,

    secretos antiguos.

    William, el visionario, trazó sus líneas, y yo,

    un mero aprendiz, sigo sus pasos.

    ¿Qué misterios se ocultan tras los astros?

    ¿Qué melodías entonan en su danza cósmica?

    Quizás el viento celeste

    lleva sus respuestas,

    o tal vez los sueños de los dioses despiertos.

    Las constelaciones,

    como partituras celestiales,

    componen sinfonías de luz y sombra.

    Los planetas,

    notas fugaces en el pentagrama,

    tejen historias de amor,

    guerra y esperanza.

    Y así, en la vastedad del éter,

    buscamos, nuestros ojos alzados

    hacia la bóveda estrellada.

    Somos viajeros de la noche,

    buscadores de verdades,

    persiguiendo las alas

    de los sueños etéreos.

    II

    En tiempos de reyes y de doncellas,

    de gestas, de cruzadas y de estrellas,

    un caballero al alba se dispone

    a defender su honor, su fe, su nombre.

    Con armadura y lanza bien fornida,

    cabalga por la senda ya conocida,

    donde dragones yacen y princesas

    esperan ser salvadas de tristezas.

    "Oh, Señor, que en los cielos te encuentras,

    guía mi espada y mi justa lucha,

    que en tu nombre y gloria me aventuras,

    y en tu sagrado amor mi alma se ancla."

    La dama en su torreón, pura y bella,

    con ojos como el mar, clara estrella,

    suspira por su amado caballero,

    que enfrenta al mal en duelo verdadero.

    ––––––––

    Y al volver con la aurora victorioso,

    el pueblo aclama al héroe, al valeroso,

    que en nombre de su dama y su reino,

    ha traído la paz, el amor, el sueño.

    Así en la Edad Media,

    tierra de leyendas,

    se forjan las historias

    que el tiempo encomienda,

    de honor y de coraje,

    de amor y de fe,

    en versos que perduran,

    que el viento se llevó,

    que el tiempo no deshace.

    III

    En el silencio de la noche encendida,

    donde las sombras danzan al compás del deseo,

    se desliza la pasión,

    ardiente y atrevida,

    como llamas que consumen el miedo.

    Tus labios,

    dos pétalos en la brisa,

    rozan los míos con dulzura infinita,

    y en ese beso,

    el universo se eterniza,

    en un instante de amor que palpita.

    La luna,

    testigo de nuestro encuentro,

    ilumina tu piel con su luz de plata,

    y en cada caricia,

    en cada suspiro lento,

    se escribe una historia

    que el alma arrebata.

    Oh, amada mía,

    fuente de mi inspiración,

    en tus brazos encuentro mi salvación,

    y entre sábanas de seda y pasión,

    nuestros cuerpos entonan la más bella canción.

    Que se desborde el río de nuestros sentimientos,

    que se fundan en uno solo nuestros alientos,

    y que este amor, feroz y sin lamentos,

    sea el poema más pasional que haya escrito el viento.

    IV

    En la urbe de luces

    y sombras fugaces,

    donde el tiempo se escurre

    entre dedos digitales,

    hay un susurro que clama

    por espacios vacíos,

    por momentos robados

    al constante ruido.

    Bajo el cielo de neón

    y estrellas apagadas,

    se busca la esencia

    en miradas cansadas,

    y en el pulso de la ciudad

    que nunca duerme,

    late un corazón

    que en silencio se afirma.

    ¿Dónde quedaron los sueños?

    pregunta el viento,

    mientras arrastra las hojas

    del descontento,

    y en cada esquina,

    un poeta sin nombre,

    escribe versos que desafían el horizonte.

    No hay rima que contenga

    el caos de la mente,

    ni métrica que mida el anhelo persistente,

    solo palabras que fluyen,

    libres y valientes,

    en un poema moderno, profundo,

    transparente.

    Así,

    en la era de conexiones infinitas,

    donde cada alma

    busca su propia órbita,

    se teje una red de historias no escritas,

    y en cada verso, la vida se reinventa.

    En la vastedad

    del cosmos digital,

    donde las almas se cruzan sin tocarse,

    hay un grito que resuena en el vacío,

    una búsqueda de sentido

    entre avatares.

    Las calles se llenan de pasos sin rostro,

    y en cada esquina,

    un artista sin galería,

    pinta murales de esperanza en el aire,

    con pinceles cargados

    de melancolía.

    ¿Qué somos sino estrellas fugaces?,

    se pregunta la voz en la multitud,

    mientras los ojos se pierden en pantallas,

    y las manos olvidan la calidez de la piel.

    En el laberinto de conexiones

    que nos atrapan,

    donde cada click es un eco

    en la eternidad,

    se tejen historias de amor

    y desencuentro,

    y se susurran secretos

    que nadie escuchará.

    No hay poema que capture la complejidad,

    de este mundo que gira sin cesar,

    solo versos que intentan,

    con humildad,

    dar forma a lo que cuesta expresar.

    Así,

    en la era de la información

    instantánea,

    donde cada ser es

    un universo en sí mismo,

    se escribe un poema largo,

    intenso, vivido,

    un canto a la vida que se

    renueva cada día.

    Y en este rincón

    de la existencia,

    donde tú y yo nos encontramos,

    deja que las palabras fluyan,

    sinceras,

    en un poema que solo

    nosotros entendemos.

    Que se desplieguen

    los versos como alas,

    que se eleve el espíritu

    más allá de lo terrenal,

    y que este poema,

    moderno y profundo,

    sea el reflejo de un alma

    que busca su verdad.

    V

    En la quietud de un mundo

    que despierta,

    donde las olas besan

    la arena desierta,

    se escucha el eco

    de una canción nueva,

    que en el aire se cuela,

    que el alma eleva.

    No hay rastro de ayer

    en este instante,

    ni sombra de mañana

    en el horizonte,

    solo el ahora, puro y vibrante,

    donde cada latido cuenta

    su propia suerte.

    ¿Quién soy?

    se pregunta la brisa marina,

    mientras juega con las hojas

    de palmeras divinas,

    y en cada grano de arena,

    una historia pequeña,

    se convierte en leyenda,

    en la memoria que sueña.

    No hay poeta que no

    busque la verdad oculta,

    en el laberinto de palabras

    que la vida junta,

    solo versos que nacen,

    espontáneos y sinceros,

    en un poema diferente,

    en un mundo entero.

    Así,

    en la danza de la existencia,

    donde cada paso es una sentencia,

    se escribe un poema, único, eterno,

    un reflejo del ser, del fuego interno.

    Que se desplieguen los versos como ríos,

    que se sumerjan en el alma sin desvíos,

    y que este poema, diferente y verdadero,

    sea el espejo de un corazón sincero.

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