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Fenomenología del desarrollo infantil: Merleau-Ponty y la génesis del cuerpo
Fenomenología del desarrollo infantil: Merleau-Ponty y la génesis del cuerpo
Fenomenología del desarrollo infantil: Merleau-Ponty y la génesis del cuerpo
Libro electrónico278 páginas3 horasPost-Visión

Fenomenología del desarrollo infantil: Merleau-Ponty y la génesis del cuerpo

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Información de este libro electrónico

¿De qué forma comienza a organizarse el cuerpo del bebé para conocer su entorno? ¿Qué rol cumplen los otros, los objetos y el movimiento en el desarrollo del esquema corporal? La importancia del estudio de la infancia dentro de la fenomenología de Merleau-Ponty radica en la voluntad de desentrañar la génesis misma de nuestra percepción. En diálogo con los trabajos Jean Piaget y Henri Wallon, Merleau-Ponty analiza el desarrollo infantil desde una perspectiva que considera las condiciones materiales que rodean al niño y los lazos que establecen con sus cuidadores, como elementos definitorios de su ser en el mundo. La infancia presenta el vaivén vivo del sentido, de la organización de un cuerpo que nace y se enraíza en el de los otros. 
Esta perspectiva constituye, a la vez, una crítica de la actitud positivista en el estudio del niño, que intenta describir la infancia sin considerar al cuerpo como una construcción intercorporal e intersubjetiva, desconociendo las condiciones materiales que sostienen y explican la génesis de nuestra ligazón con el mundo. Resituar a los niños en la historia y comprenderlos a partir de ella evita visiones reduccionistas y adultocéntricas que presentan a la infancia como un período sin valía propia, como el pasaje obligado hacia la meta del desarrollo (el pensamiento adulto). 
El abordaje que Merleau-Ponty realiza de la infancia es un tema poco tratado de su filosofía. Por ello esta obra de Jesica Buffone constituye un aporte novedoso y original, pues extrae las múltiples posibilidades que la teoría corporal de la percepción pone en juego.
IdiomaEspañol
EditorialSb editorial
Fecha de lanzamiento11 mar 2024
ISBN9789878918945
Fenomenología del desarrollo infantil: Merleau-Ponty y la génesis del cuerpo

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    Fenomenología del desarrollo infantil - Jesica Buffone

    Alta_rgb_Fenomenologia_del_desarrollo_infantil.jpg

    Índice de contenido

    Prólogo

    Introducción

    Primera parte. El desarrollo infantil desde una perspectiva fenomenológica

    Capítulo 1. Merleau-Ponty y el estudio de la infancia: un derrotero con implicancias éticas y metodológicas

    1. Introducción. El pensamiento bárbaro de los niños como la expresión misma del mundo

    2. La significación filosófica de la infancia

    3. El niño como sujeto histórico

    4. ¿Cómo comprender una experiencia que ya no habito?

    Capítulo 2. Comprender la historia para comprender el cuerpo: un diálogo con Henri Wallon

    1. Introducción

    2. Distintos enfoques del desarrollo infantil: el culturalismo, el mecanicismo y el idealismo

    3. La unión indisoluble entre el niño y la sociedad: Wallon y la construcción dialéctica del cuerpo

    4. El desarrollo infantil en clave dialéctico-fenomenológica

    Segunda parte. ¿Cuándo nacemos? Institución y aperturidad en el comienzo de la experiencia

    Capítulo 3. Los límites difusos del nacimiento: la apertura de un nuevo registro de significación

    1. Introducción

    2. La institución: apertura de un curso de experiencia y un pasado que no deja de ser

    4. El nacimiento: institución personal e institución de una comunidad

    Capítulo 4. Sobre el origen intersubjetivo del cuerpo vivido: el complejo de Edipo según Merleau-Ponty

    1. Introducción

    2. El Edipo: una aproximación fenomenológica

    3. Una relectura del Edipo en clave corporeizada, histórica e intersubjetiva

    Tercera parte. El esquema corporal: vivir en la colectividad anónima de mundo

    Capítulo 5. El esquema corporal: más allá de la fisiología, más cerca de la historia

    1. Introducción. El esquema corporal: una nueva forma de entender la relación con el entorno

    2. Un análisis de los antecedentes de la noción fenomenológica de esquema corporal

    3. El esquema corporal en la teoría de Maurice Merleau-Ponty

    4. ¿Esquema corporal o imagen corporal? La pertinencia de su distinción en el seno de la teoría merleau-pontiana

    Capítulo 6. Los inicios de la organización corporal: propiocepción, parificación e imaginación en la génesis del cuerpo

    1. Introducción

    2. La propiocepción en los inicios de la organización corporal

    3. Parificación (accouplement) e imaginación: las dinámicas inherentes a la organización del esquema corporal

    4. El esquema corporal en medio de la promiscuidad del mundo: sobre la implicación fundante con el cuerpo de los otros

    Capítulo 7. Construyendo la manera de ir hacia el mundo: un análisis de la noción de arco intencional

    1. El arco intencional en la comprensión de los lazos intersubjetivos

    2. El caso Schneider: el desmoronamiento del suelo existencial

    3. Ser con los otros como ser significante

    Cuarta parte. Ser con y desde los otros como una parte irrecusable de mí mismo

    Capítulo 8. La dimensión estética del cuerpo: el estilo motriz en el conocimiento de los otros

    1. ¿Qué ves cuando me ves?: el mundo como significación

    2. El estilo motriz: encontrar a los otros en nosotros mismos, encontrarme en el cuerpo del otro

    3. Percibir al otro como un acto expresivo

    4. Sobre el origen corporal de la comunidad

    Capítulo 9. El cuerpo de la comunidad: Hábitos, objetos y normatividad en la organización del esquema corporal

    1. Introducción

    2. El cuerpo habitual: sobre la plasticidad de los límites de nuestro cuerpo

    3. Los objetos como disciplinadores del cuerpo

    4. El cuerpo normado

    Palabras finales. Volver a las cosas mismas como un imperativo ético de la investigación

    1. Sobre los duraznos y otros eventos instituyentes

    3. ¿Cómo comprender lo que siempre está en movimiento?

    Referencias bibliográficas

    Fenomenología del desarrollo infantil:

    Merleau-Ponty y la génesis del cuerpo

    Este libro pertenece a la colección

    POST-VISIÓN

    Director de Colección

    Jorge Luis Roggero

    (Facultad de Filosofía y Letras - Universidad de Buenos Aires)

    Secretaría

    Matías Ignacio Pizzi

    (Facultad de Filosofía y Letras - Universidad de Buenos Aires)

    Comité Académico Internacional

    Natalie Depraz

    (Universidad de Rouen, Francia)

    Miguel García-Baró López

    (Universidad de Comillas, España)

    Christina M. Gschwandtner

    (Universidad Fordham, EE. UU.)

    Patricio Mena Malet

    (Universidad de La Frontera, Chile)

    Rosemary Rizo-Patrón de Lerner

    (Pontificia Universidad Católica del Perú, Perú)

    Roberto Walton

    (Universidad de Buenos Aires, Argentina)

    Antonio Zirión Quijano

    (Universidad Nacional Autónoma de México, México)

    Buffone, Jesica

    Fenomenología del desarrollo infantil : Merleau-Ponty y la génesis del cuerpo / Jesica Buffone. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : SB, 2023.

    ISBN Jesica Buffone. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : SB, 2023. Libro digital, EPUB - (Post-visión / Jorge Roggero)

    1. Fenomenología. 2. Infancia. 3. Desarrollo del Niño. I. Título.

    CDD 142.7

    Archivo Digital: descarga y online

    ISBN 978-987-8918-94-5

    © Jésica Buffone, 2023

    © Sb editorial, 2023

    Piedras 113, 4º 8 • C1070AAC • Ciu­dad Autónoma de Bue­nos Ai­res

    Tel.: (+54) (11) 2153-0851 • WhatsApp: +54 9 11 3012-7592

    www.editorialsb.com • ventas@editorialsb.co­m.ar

    1ª edi­ción, mayo de 2023

    Director: Andrés C. Telesca (andres.telesca@editorialsb.com.ar)

    Director de colección: Jorge Luis Roggero (jorgeluisroggero@gmail.com)

    Di­se­ño de cu­bier­ta e in­te­rior: Ce­ci­lia Ric­ci (riccicecilia2004@gmail.com)

    Imagen de cubierta: Louise amamantando a su hijo, de María Cassatt (1844-1926), 1898.

    (Fundación Rau pour le Tiers Monde, Zúrich, Suiza).

    A mi abuela Lidia, a Elena y a mi hermana Paula,

    protagonistas de los recuerdos más lindos de mi infancia.

    A Ulises y Margarita, por abrirme a nuevos sentidos,

    por dejarme habitar mundos más coloridos.

    Por acercarme, desde un escorzo más entrañable,

    a la niña que alguna vez fui.

    Prólogo

    Graciela Ralón

    Un libro sobre la infancia escrito desde una perspectiva fenomenológica nos hace retroceder hacia lo más profundo de nosotros para volver a descubrir el mundo en el que hemos sido acogidos, mundo que, como señala la autora, es un entrelazo; esto es, un entretejido en el que confluyen, principalmente, diferentes tipos de experiencias pre-personales e impersonales. Jesica Buffone nos interpela a cuidar el ámbito del puro entrelazo, aquel santuario de la culturalización incipiente, aún no cristalizada. Tal vez desde allí, en el inicio de nosotros mismos, en el comienzo de la historia, en un ámbito ajeno a las intrigas que el saberse otro apareja, podamos contemplar el acto mismo en el que un sentido es relanzado desde el tiempo vivido para abrir nuevos relatos dadores de sentido. En ese entretejido, cada hilo que sacamos moviliza las múltiples significaciones de una historia que se inicia, pura aperturidad. El niño es ese lugar donde lo deseado, lo temido o lo anhelado por quienes lo reciben se entrelaza con un nuevo curso de experiencia, que le otorgará a todo ello un sentido novedoso.

    Es importante destacar que el tema de la infancia en la teoría de Merleau-Ponty no ha sido lo suficientemente explorado por los especialistas que se dedican a su pensamiento. Y este es el motivo por el cual el libro de Jesica Buffone resulta un aporte novedoso y original, pues extrae las múltiples posibilidades y matices que la teoría corporal de la percepción pone en juego a través de una implicación efectiva entre nuestro cuerpo y las circunstancias socio-históricas que lo envuelven; y que se manifiesta en la adquisición de habitualidades perceptivas como mediadas por los objetos y por los otros.

    Dos cuestiones centrales que subyacen al pensamiento de Merleau-Ponty (y que adquieren relevancia en los primeros años de vida de un sujeto) son presentadas a lo largo del libro como el horizonte desde el cual la infancia emerge como experiencia originaria. En primer lugar, el rechazo de la dicotomía natural o biológico-cultural se encamina a mostrar que la vida del niño emerge a partir de un intermundo en el que han sedimentado las experiencias de un nosotros anónimo e impersonal, pero que está presente desde un primer momento en el emerger de la vida. En segundo lugar, los pensamientos bárbaros de los primeros años remiten a esta experiencia primigenia, de tal manera que el niño pertenece a la región salvaje donde se originan todas las culturas.

    Por otra parte, la autora presenta la experiencia infantil asemejándola a la experiencia artística, en el sentido en que cada obra (como cada vida) instituye un inicio y retoma, por ejemplo, el pasado de la pintura llevándolo más lejos. Lo sensible, en sus múltiples expresiones, olores, aromas, colores, sonidos se entrelaza para expresar lo infalible. El niño es, afirma Jesica, ese movimiento salvaje, indomable, que al igual que el arte, nos resguarda de la mirada universal del cientificismo, el cual borra, con su ímpetu de uniformidad, la riqueza de un entorno que suscita distintas (y hasta opuestas) miradas. Al igual que el artista, siente la necesidad de pintar el aroma de una tela o su textura para expresar el mundo desde una mirada ingenua y enquistada en nuestra experiencia. Jesica encuentra la necesidad de volver a ese mundo de la infancia desde una mirada fenomenológica sin prejuicios.

    Considero sumamente significativas las implicancias éticas que la autora indaga en la interpretación de la infancia. Con suma agudeza, la autora tiene presente que, cualquier abordaje de la infancia que no tenga en cuenta el cuerpo como construcción intercorporal e intersubjetiva, corre el peligro de desconocer las condiciones materiales que explican la génesis de la ligazón con el mundo y se cae fácilmente en una postura cientificista y positivista frente a la cual se toma posición en la conclusión En donde se interpreta a la infancia como un volver a las cosas mismas, un regreso hacia lo más prístino de la existencia. Por otra parte, en palabras de la autora: resituar a los niños en la historia y comprenderlos a partir de ella, nos aleja de visiones reduccionistas y adultocéntricas que describen a la infancia como un período sin valía propia, como el pasaje obligado hacia la meta del desarrollo: el pensamiento adulto. Por eso, el objetivo de Jesica no solo es organizar y exponer el análisis que Merleau-Ponty realiza en torno a la infancia, sino repensar la dimensión ética y metodológica que la traspasa. En este sentido, al resituar al niño en la historia y comprenderlo en el entrelazo mundo-cosas-otros, se está en presencia de un acto de justicia epistémica.

    Asimismo, nacimiento, institución y experiencia artística se entrelazan para dar lugar a una interpretación de la infancia como un acontecimiento singular que abre una historia. A partir del análisis de la distinción entre embarazo y gestación,¹ la autora piensa los límites de nuestra existencia. La gestación implica un proceso que continúa fuera del vientre de la persona gestante. El diálogo e intercambio corporal toma otra forma: una nueva manera de ser cuerpo con el otro tiene lugar y un estilo de percepción novedoso aparece con ello. Es así como el nacimiento es, dentro de la filosofía de Maurice Merleau-Ponty, al igual que la pintura, un evento instituyente, ya que con él se abre un nuevo curso de experiencia y, por ende, surge también la posibilidad del advenimiento de formas originales de relacionarnos con el entorno. Esta comparación con la pintura hace pensar que, como la historia de la pintura es un nacimiento continuado, nuestra historia es una retoma de aquellos acontecimientos matrices. Así, Merleau-Ponty nos dice que las elecciones en el caso del pintor son trabajo, más precisamente las elecciones son las huellas de un trabajo de germinación, cada elección rehace la pintura heredándola. Elección, en el caso del pintor, significa tocar una de las nervaduras del mundo pictórico dado, hacer de ella el principio de un tipo de expresión, que a su vez sufrirá el mismo devenir.² En este sentido, la autora afirma que la experiencia del nacimiento es considerada como un evento dador de sentido, que excede al sujeto que adviene al mundo de la vida y resignifica todo un curso de vivencias. Merleau-Ponty expresa de manera magistral esta experiencia: En la casa en donde nace un niño, todos los objetos cambian de sentido, se ponen a esperar de él un trato indeterminado aún, alguien más, alguien diferente está ahí, una nueva historia, breve o larga, acaba de fundarse, un nuevo registro, de abrirse.³ Así, el acontecimiento del nacimiento no es solo el comienzo fechado de una vida, sino la apertura de una experiencia perceptiva que no cesará de continuarse. De ahí la importancia de la relación del nacimiento con la noción de institución: con el nacimiento se instituye una historia que nunca dejará de decir... Un evento instituyente es una experiencia que se instala en nuestra vida con todo el peso de un acontecimiento dador de sentido. Como caracteriza la filósofa Dastur, en cada nuevo acontecimiento hay una repetición del protoacontecimiento del nacimiento. Es como si volviéramos a experimentar, en un nuevo acontecimiento, la novedad radical de lo que sucede por primera vez, así como la imposibilidad de coincidir con el acontecimiento mismo, que en su repentina aparición desconecta el pasado del futuro.⁴

    Jesica Buffone nos ofrece con su descripción de la infancia la posibilidad de volver a esta primera vez, que permanece en los recuerdos como los de Elena o su abuela y que se continúa a través de las vivencias de sus hijos, Ulises y Margarita.

    Quisiera terminar con estas palabras de Jesica que nos interpelan y nos incitan a una lectura del libro, escrito con un estilo amical, que invita a su lectura.

    En un estilo proustiano al que Merleau-Ponty nos ha habituado, ella nos dice:

    cada vez la encuentro más (refiriéndose a su abuela) en las cosas que hago, en la forma en la que me muevo, en como estrujo el delantal que era de ella mientras cocino, en la forma en la que me río, en mis ganas de viajar todo el tiempo. También, en el ojo que entrené con sus ojos de costurera para elegir las telas más caras porque, la verdad, es que siempre son las más lindas. Cada vez que me acerco a oler una tela nueva, la encuentro ahí, en mis manos. En esa forma de recuerdo que una encuentra en el propio cuerpo.


    1 Esta distinción es tomada por la autora de Calmels, D. (2009). Del sostén a la transgresión. El cuerpo en la crianza. Biblos.

    2 Merleau-Ponty, M. (2012). La institución. La pasividad: Notas de cursos en el Collège de France (1954-1955). (trad. de Mariana Larison). Anthropos, p. 60.

    3 Merleau-Ponty, M. (1984 [1945]). Fenomenología de la percepción. (trad. J. Cabanes). Planeta-Agostini, p. 416.

    4 Dastur, F. (2000). Phenomenology of the Event: Waiting and Surprise. Hypatia. Special Issue: Contemporary French Women Philosophers. 15 (4), 178-189, p. 186.

    Introducción

    ¿Por qué filosofar sobre la infancia?

    ¹

    Hacia una comprensión de la génesis de nosotros mismos

    Con el cogito empieza la lucha de las conciencias en la que cada una, como Hegel dice, persigue la muerte de la otra. Para que la lucha pueda empezar, para que cada consciencia pueda sospechar las presencias ajenas que niega, es necesario que tengan un terreno común y que recuerden su coexistencia tranquila en el mundo del niño

    Maurice Merleau-Ponty,

    Fenomenología de la percepción.

    Hablar de infancia(s) nos obliga a hablar de cambios intempestivos, de entrelazo, de movimiento, de calma y confusión; hablamos de caos y serenidad, de ser a partir de un otro que es parte de nosotros mismos; hablar de infancia es hablar de revolución.

    Así como la pintura impresionista viene a expresar el movimiento mismo del cuerpo en su facticidad, la infancia viene a dar cuenta de aquello que abandonamos y sobre lo cual no podremos volver. Una mirada casi desnuda, mundana, pero a la vez onírica. Nuestra infancia es, incluso, la infancia de otros, la infancia de muchos. La niñez que vivimos no es sino un tiempo ya inaccesible para nosotros. Hemos vivido otros tiempos, otros relatos, otros cuerpos y no podremos volver allí más que impregnados de lo que fuimos, de lo que somos y de lo que planeamos ser. Debemos cuidar el ámbito del puro entrelazo, aquel santuario de la culturalización incipiente, aún no cristalizada. Tal vez desde allí, en el inicio de nosotros mismos, en el comienzo de la historia, en un ámbito ajeno a las intrigas que el sabernos otros apareja, podamos contemplar el acto mismo en el que un sentido es relanzado desde el tiempo vivido para abrir nuevos relatos dadores de sentido. En la fenomenología de Maurice Merleau-Ponty, el niño es ese lugar donde se entrelazan múltiples significaciones; donde lo deseado, lo temido o anhelado por quienes lo reciben se entrelaza con un nuevo curso de experiencia, que le otorgará a todo ello un sentido novedoso. El niño es el comienzo, el estado inicial de una dinámica de sedimentación que luego se replicará en la historia misma. Es la expresión encarnada, viva, que nos muestra el entrelazo que trabamos con los otros y del que rehuimos constantemente; es el tiempo que se expresa a sí mismo y que encuentra en el espacio aún sin articular, sin mediación de las representaciones convencionales, un sitio donde refugiarse. El niño es ese movimiento

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