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La senda de Abraxas
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La senda de Abraxas
Libro electrónico140 páginas2 horas

La senda de Abraxas

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Las acciones de cinco personajes protagónicos convergen por la senda de la vida, de sus sueños y de las circunstancias adversas. Con un estilo profundo, el autor, en su carácter dual, reflexiona mientras los personajes encarnan su filosofía. La Senda de Abraxas es, sobre todo, una comprensión de que en el mundo de la manifestación, los deseos más subjetivos son aquellos que tienen que ser materializados en objetivos mentales. Estos, los más claros, los que no se pueden ignorar y te perseguirán por siempre, son los más cercanos al corazón. Son aquellos que muchas veces por falta de confianza o, incluso, por la falsa manía de no encararnos, llamamos sueños. La Senda de Abraxas es, por eso, un mapa de los sueños, una irreductible fuerza de vivir.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento12 dic 2023
ISBN9788411817189
La senda de Abraxas

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    La senda de Abraxas - Edwin Ospina

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    © Derechos de edición reservados.

    Letrame Editorial.

    www.Letrame.com

    info@Letrame.com

    © Edwin Ospina

    Diseño de edición: Letrame Editorial.

    Maquetación: Juan Muñoz Céspedes

    Diseño de portada: Rubén García

    Supervisión de corrección: Ana Castañeda

    ISBN: 978-84-1181-718-9

    Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

    «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

    Agradecimientos

    Muchas personas colaboraron con sus propias experiencias o puntos de vista para la creación de este libro. Sin ellos, ni una sola letra se hubiera confabulado para el nacimiento y evolución de esta obra: Mónica Fernanda Soto, Herney Guerrero, Stella Gil, Diana Millán, Tatiana Arango, Dante Sabogal.

    Muchas gracias a mi amigo entrañable, persona comprometida con toda mi obra y a quien creo que de verdad me entiende más allá de lo inconmensurable. Daniel Felipe Rodríguez: gracias, amigo, por ser esa sustancia vital que, a través de una lectura analítica, contribuye en hacer mi obra posible.

    Muchas gracias a mi adorable maestra, Maritza Elena Enríquez Lycón. Tú me diste lo necesario para ser, por fin, un escritor de oficio. Tú fuiste mi universidad y siempre te amaré por ello. Y siempre en lo posible trato de tener en mi ser todas tus lecciones, las referentes a la escritura, así como también las que se refieren, exclusivamente, a la vida.

    Más allá de ellos, a quien más estoy agradecido es a la obra misma. La senda de abraxas me trajo al camino de la persona más fuerte, bella, interesante y de incalculable valentía y voluntad; La senda de abraxas me llevó hasta al altar con Andrea Carvajal, mi adorada y apasionada esposa.

    Entre lo ficticio y lo real

    (Prólogo)

    El siglo XX fue sacudido en la literatura con la aparición de lo autobiográfico, cuyo máximo símbolo brilló con luz propia. Henry Miller capturó la atención del mundo de una forma que le valdría la censura en su propio país. Más allá de lo erótico, filosófico, de sus denuncias, de su cinismo o contrariedades, Miller desmembró la vida en cada una de sus apariciones.

    Los libros siempre empiezan con una idea del autor, un fragmento o un diálogo constructivo no solo para la obra, sino para el lector. El comienzo de este libro tiene la maravilla de entregarnos a los genios sin máscaras. Nos los muestra en lo biográfico, enseñándonos que la vida del lector es tan significativa como la de los genios.  El genio tiene una máscara, su inteligencia; no sabe vivir como un idiota, no sabe vivir como un hombre, no sabe hacer válida su voluntad primaria. Su ser se extrapola al cielo y se le olvida la tierra. La Senda de Abraxas es una alianza entre lo estúpido y lo sabio, cuyo objetivo es la felicidad. Esta obra hace sentir al lector que, por muy Einstein, el lector tiene una vida deliciosa y acepta, como decían los estoicos, su destino como es y es feliz con él. A veces uno se obsesiona con ser, pero se le olvida que ya es, que ya existe, y eso es algo que no se puede olvidar. Es algo que se debe vivir, por muy cuántico o espacial la vida está aquí; Nietzsche tenía razón.

    Pensemos en los estoicos, en Epíteto para ser exacto: «No olvides, simple actor, que representas un papel en esta comedia y no lo puedes cambiar. La felicidad consiste en mantener ese papel, vivirlo con dignidad y no frustrarse». En Einstein se ve esa frustración de cambiar el mundo y lo logra, y en los otros científicos ese espíritu tranquilo que busca su propia felicidad. ¿Qué tanto se sacrifica uno para nada? ¿Las pelotas son para cambiar todo o para aceptar todo, lector? En esa consideración es importante resaltar una frase de la obra que expresa su carácter:

    «Me he construido en condiciones pavorosas, es ahí donde nació mi alegría, donde se alimenta mi alegría, donde se diáfana mi alegría, donde habla mi alegría. Pues yo hice de mis condiciones pavorosas arte y ahora la inversión me da sus riquezas espirituales, materiales, intelectuales y sensibles; profundas y diáfanas como la oscuridad que entraña el fuego».

    Este libro viene de un lugar donde no debería existir la literatura, aunque ese lugar la necesite desesperadamente. Aquí no se traiciona a un literato, no analiza qué escriben, sino que les extrae la vida. En este libro no hay un literato. En este libro hay vida, hay carne.

    En la novela existe una conjunción entre lo que piensa el autor y lo que narra el escritor. Escritor y autor se confunden y se hacen uno, porque el autor hizo al escritor y el escritor salvó al autor. Sus personajes: Daniella, Margot, Santiago, Estrella y Sara, en cierta medida son él. Pero él a su vez puede no ser ninguno. Esto usted lo sabe sin necesidad de conocer al autor (al menos, personalmente). Él se lo explicará detalladamente. Quizá él ha visto la vida de los cinco y quiere narrarla en ese relato entrecruzado. Pero no es un estafador, ya que, aunque parte de esas vidas son inventadas, los sentimientos descritos en ellas son reales. Solo son la literatura que muestra la idea que el autor quiere compartir al lector, porque el autor es un literato, no un filósofo, y en esa medida su facultad radica en mostrar la vida a partir de una idea y luego hacer esa idea verbo.

    Por eso el libro no es una idea, aunque contenga muchas. El libro es un relato de variados acontecimientos de la vida misma que no tienen mucha coherencia tal como lo es vivir: injustificable, indomable, sin caminos. Por ejemplo, el cáncer (una enfermedad que marca la sorpresa de la vida en el siglo XXI), un accidente, un viaje, un amor corto, un premio, conocer individuos por Facebook y que ellos te cambien la vida… Como vemos en cualquier red social, cuando dos desconocidos que se conocen por un mundo irreal hacen su vida real, hermosa y feliz. A partir de esos fragmentos, usted se puede encontrar en la novela, pero esta vez se puede entretejer algo más con esos acontecimientos tan básicos.

    Cuando encuentre ese mundo real que todos conocemos no estará banalizado o expuesto como usted lo ve. Aquí está mediado por los ojos del autor y por su vida misma. En caso contrario, ese mundo que nos muestra no tendría sentido porque un lector también vive la vida: sufre, llora y reflexiona. Quizá tendría sentido para un lector que anhela la vida o está en búsqueda de una experiencia intelectual, no una experiencia emocional.

    Su mirada como autor no es filosófica, al menos en un sentido puro e incómodo que se concentra más en el concepto, en la idea, y no es capaz de visualizar la realidad. Tampoco es realismo porque no evocaría nada distinto a nuestras vidas. Es una combinación de lo necesario de cada una. Por un lado, está la vida en su estado puro que usted o yo hemos visto o vivido y, por el otro lado, está una reflexión de esa vida, pero es una reflexión sincera, vivida, no una reflexión moral que se construye desde la orilla del río. Es la visión de un hombre que cayó a un río, se estaba ahogando, y no tuvo la oportunidad de imaginar un barco o un salvavidas. ¿Quizá porque no los conoce? Y antes de aprender a nadar, aprende a salir por un segundo, tomar aire, sostenerlo, y pensar en cómo nadar. Después de muchos intentos sale airoso del río, se sienta en la orilla y nos habla. Es filósofo porque piensa en lo que vivió, no porque creó categorías sobre cuestiones que no vivió. Cuando abra el libro, entenderá que sus conceptos filosóficos son banales, son la vida misma: la sonrisa, el santo del conocimiento que se encuentra en la sinceridad de cada hombre, en su experiencia de ahogamiento. Por eso entenderá que hay máscaras que permiten imaginar y respirar, pero el río te va llevando, se vive. Sin embargo, no desarrolla una habilidad básica como la vida misma. Esa habilidad que el autor le quiere mostrar y por eso lo incita a nadar como él, con riesgo de ahogarse; como Estrella, como Santiago, como Sara, como Daniella, como Margot. Como ellos, que huyen de usar máscaras y prefieren salir del río con su voluntad, a nado.

    ¡Voluntad! Es quizá la palabra que capturaría con más intención y aplicación esta novela, ya que sus personajes, aunque como es común en toda vida, sufren contrariedades. Ellos no renuncian a estas, sino que las viven, las confrontan, enfrentan y entran a ellas y, una vez experimentadas, descubren el valor de las mismas. Este, por lo mismo, no es un libro sobre la sobrevivencia o la supervivencia. Es, en todo sentido, un largo poema sobre la vida.

    ¿La realidad es el devenir de la ficción o es la ficción el devenir de la realidad? Una pregunta a la que le sobrarán respuestas, como se presenta el libro en su abraxas contenido. Este es un texto entre amigos donde cada respuesta es valorada. De hecho, no existe una sola respuesta. En cambio, existen todas las respuestas posibles. No es un libro cerrado, al contrario, es un libro inacabado, un libro al que siempre le hará falta las respuestas del lector.

    Daniel Felipe Rodríguez

    Santiago Muñoz

    PUÑADOS DE LIBERTAD

    .

    La historia y la literatura nos han enseñado desde siempre que los amores más sublimes conducen a la muerte o que incluso el amor se sublima con la muerte: Romeo, Edipo, Werther, David, Aquiles, Jesús, entre otros.

    Schopenhauer, especialista en pesimismos y quejas, parece ser irónicamente condicionado por su idea del amor a una vida más perruna que humana. Creía que el amor era solamente un atrayente de opuestos, un llamado del genio voluptuoso de la especie. Schopenhauer, además, desvaloriza a la mujer. En su libro Del amor, las mujeres y la muerte dijo que: «La mujer era un animal de pelo largo e ideas cortas». La historia de la poligamia de Schopenhauer, su machismo e, incluso el gélido y apasionante odio que despertaba su madre en él, no evitaban que consumiera mujeres con fogosidad excitante.

    Goethe, en cambio, el más fino poeta de la Alemania, anduvo de amores en amores hasta el final. En su vejez, pudo verse indisolublemente enamorado de Ulrike Von Levetzow, niñita de

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