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Virus (Beaches, beaches)
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Libro electrónico79 páginas1 hora

Virus (Beaches, beaches)

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Información de este libro electrónico

Recién terminaba el primer trimestre del 2020 Diego y su novia, Laura, llevaban una vida tranquila y sin novedades. Se encontraban enamorados, felices y, más que nada, ignorantes de la pandemia que se había liberado. Planeaban unas vacaciones de ensueño en una playa paradisíaca.
Diego es curioso y le gusta siempre buscar la verdad, descubrir el trasfondo de las cosas. Convertirá en su meta personal encontrar el origen del virus, descartar las teorías de conspiración para dar con la verdad. ¿Lograrán el y Laura sobrevivir y, sobre todo, permanecer juntos?
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento17 nov 2023
ISBN9788411817387
Virus (Beaches, beaches)

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    Virus (Beaches, beaches) - Sony Ageus

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    Créditos

    © Derechos de edición reservados.

    Letrame Editorial.

    www.Letrame.com

    info@Letrame.com

    © Sony Ageus

    Diseño de edición: Letrame Editorial.

    Maquetación: María García

    Diseño de portada: Rubén García

    Supervisión de corrección: Ana Castañeda

    ISBN: 978-84-1181-738-7

    Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

    «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

    PRÓLOGO

    A lo largo de la historia se han visto pasar decenas de pestes y pandemias, algunas más mortíferas que otras, causadas por distintos tipos de virus. Enfermedades transmitidas al hombre de animales como el pollo, la vaca o el cerdo. Ahora, al parecer, ha llegado el turno de otro virus proveniente de otro animal.

    Con la globalización y un mayor número de vuelos internacionales y viajes a cada rincón del mundo, ya sea de ocio o de negocios, enfermedades y padecimientos se esparcen más rápido y de manera más fácil. De manera que es cuestión de tiempo que surjan pandemias que sean más resistentes, esperemos salir pronto de la actual.

    A Diego le tocó vivir la pandemia de la influenza allá por el 2010, afortunadamente, la vivió en la distancia, solamente a través de las noticias. Esperaba no tener que pasar por una de nuevo, al menos, no tan pronto. Es por ello que no se explica cómo, con tanta tecnología y avances científicos, no se pueda encontrar una cura de manera pronta. Cuando la pandemia llega, Diego irá descubriendo detalles y mitos. A pesar de no tener los recursos, se empeñará en hacer su propia investigación. Su mente curiosa no le permitirá descansar hasta que dé con la verdad.

    Observará que hay ciertos acontecimientos paranormales, por lo que deseará saber si es alguna especie de castigo divino, o incluso, algún virus extraterrestre. Relatos de avistamientos y abducciones siempre han existido, pero se escuchan más en los últimos años; ¿estará relacionado? o quizá sea solo una cortina de humo para encubrir algo que no quieren que sepamos.

    Algo ocultan y Diego hará todo por conocer qué es. No le extrañaría que fueran capaces de admitir que los ovnis, aliens y otros fenómenos son reales. Eso lo tiene convencido de que ocultan algo grande.

    Sueño que duermo. ¿Es todo esto nada más que un sueño? Ojalá.

    .

    Siento como si flotara, de pronto miro hacia abajo y veo mi propio cuerpo sobre la cama...

    —¿Está segura? —le pregunto a Laura. Habíamos estado soñando con salir de viaje; la primera vez que estaríamos los dos juntitos, a solas. Sería también la primera vez que saldríamos de Chihuahua. Debía ser el mejor summer break de todos.

    Quién se imaginaría que se acercaba otro break, un outbreak, lo peor estaba por venir.

    —Que sí, amor —dijo al otro lado del teléfono—. Nunca he ido al mar y siempre lo he deseado.

    —Será fantástico. Ya verá, mi amor.

    —Quiero pasear por esa quinta avenida que cuentan.

    Me encontraba frente al mar, estaba en la playa, podía sentir la brisa, las olas chocaban contra la orilla y mojaban mis pies descalzos, sentía la arena entres mis dedos. Y... desperté.

    Bostecé y me estiré, aún con el pijama, salí de la cama y se encendió la cafetera, tomé una ducha mientras se inundaba mi cocina con el aroma a café, aroma que he amado desde que tenía cinco.

    Encendí la TV (no soy fan de los noticieros, pero parecía que esa mañana la tele me estaba llamando: Diego) para ver qué había de nuevo. Fui por una taza de mi mejor amigo, el café y ¡ahí estaba! (en un comercial de agencia de viajes): ¡Cancún!

    Fui directo a casa de Laura para decirle:

    —¡Ya sé a dónde quiero ir!

    —¿A dónde?

    —Cancún. Lo acabo de ver en la TV. ¡Es a donde quiero ir!

    Me echó una miradita de lo más inquisidora.

    —Chevere.

    Y aquí estaba ahora, diciéndome que quería pasear por Playa.

    Cuando niño veía en la televisión (en las series y novelas que mamá veía) Acapulco, y soñaba con el mar y jugar en la playa. Pero en mi familia éramos pobres, no éramos mendigos, pero sí lo suficientemente pobres como para no conocer el mar. No habíamos salido del Estado, Delicias y Parral era lo más lejos que habíamos viajado en familia.

    Con el paso de los años, la gente había trocado Acapulco por Cancún, y más recientemente, por Mazatlán.

    Muchos de mis conocidos y amigos habían estado en Mazatlán. Yo había estado en Mazatlán.

    Conocí a Laura hace un par de años y desde entonces me enamoré. Y desde el primer vistazo he sabido que quiero estar con ella por siempre y para siempre. Yo la conocí, porque ella no me conocía o no se había fijado en mí, eso me ha dicho.

    Tiene la sonrisa más hermosa. Y es tan callada como hermosa.

    Y ahí estaba, cambiando nuestro Destino...

    No solo es preciosa, es colombiana; tiene,

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