Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Alma Incolapsable: Soportando el peso del corazón roto  sin aplastar el espíritu
Alma Incolapsable: Soportando el peso del corazón roto  sin aplastar el espíritu
Alma Incolapsable: Soportando el peso del corazón roto  sin aplastar el espíritu
Libro electrónico335 páginas4 horas

Alma Incolapsable: Soportando el peso del corazón roto sin aplastar el espíritu

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

El colapso del condominio de Surfside En la oscura noche del 24 de junio de 2021, una desesperación inimaginable se apoderó de Miami, cuando el colapso parcial de un edificio de 12 pisos frente al mar se llevó 98 almas. En cuestión de minutos, Mike Noriega, el escritor de esta obra, se apresuró a asistir al tercer colapso de un edificio con más

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 nov 2023
ISBN9798989267286
Alma Incolapsable: Soportando el peso del corazón roto  sin aplastar el espíritu

Relacionado con Alma Incolapsable

Libros electrónicos relacionados

Cristianismo para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Alma Incolapsable

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Alma Incolapsable - Mike Noriega

    Alma Incolapsable

    Soportando el peso del corazón roto

    sin aplastar el espíritu

    Por Mike Noriega

    Copyright 2023 © Mike Noriega

    Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, así como su transmisión por cualquier medio sin permiso previo por escrito del editor.

    Primera edición. Florida – Estados Unidos.

    Paperback en español ISBN: 979-8-9892672-2-4

    Audiolibro en español ISBN: 979-8-9892672-5-5

    Ebook en español ISBN: 979-8-9892672-8-6 

    Traducción y edición Zoéh Editorial Services

    www.zoeh.com

    Correo electrónico: zoeheditorial@gmail.com

    Nro. de contacto: 954-600-2042

    Scripture quotations taken from the Amplified® Bible (AMP), Copyright © 2015 by The Lockman Foundation. Used by permission. lockman.org

    Scripture quotations marked CSB have been taken from the Christian Standard Bible®, Copyright © 2017 by Holman Bible Publishers. Used by permission. Christian Standard Bible® and CSB® are federally registered trademarks of Holman Bible Publishers.

    Scripture quotations are from The ESV® Bible (The Holy Bible, English Standard Version®), copyright © 2001 by Crossway, a publishing ministry of Good News Publishers. Used by permission. All rights reserved.

    Scripture quotations marked (GNT) are from the Good News Translation in Today’s English Version- Second Edition Copyright © 1992 by American Bible Society. Used by Permission.

    All Scripture marked with the designation GW is taken from GOD’S WORD®. © 1995, 2003, 2013, 2014, 2019, 2020 by God’s Word to the Nations Mission Society. Used by permission.

    Scripture taken from the Holy Bible: International Standard Version©. Copyright © 1996-2012 by The ISV Foundation. ALL RIGHTS RESERVED INTERNATIONALLY. Used by permission.

    Scriptures taken from the Holy Bible, New International Version®, NIV®. Copyright © 1973, 1978, 1984, 2011 by Biblica, Inc.™ Used by permission of Zondervan. All rights reserved worldwide. www.zondervan.com The NIV and New International Version are trademarks registered in the United States Patent and Trademark Office by Biblica, Inc.™

    The New Heart English Bible (NHEB) and versions NHEB-JE, NHEB-JM, NHEB-ME, NHEB-AN, and NHEB-YHWH are not copyrighted and are dedicated to the Public Domain by the editors and translators by Wayne A. Mitchell.

    Scripture quotations marked (NLT) are taken from the Holy Bible, New Living Translation, copyright ©1996, 2004, 2015 by Tyndale House Foundation. Used by permission of Tyndale House Publishers, Carol Stream, Illinois 60188. All rights reserved.

    Scripture quotations marked TPT are from The Passion Translation®. Copyright © 2017, 2018, 2020 by Passion & Fire Ministries, Inc. Used by permission. All rights reserved. ThePassionTranslation.com.

    Scripture taken from The Voice™. Copyright © 2012 by Ecclesia Bible Society. Used by permission. All rights reserved.

    Tabla de contenido

    Introducción Un hueco en tu alma
    Fase 1 Grietas imprevistas: El colapso del Champlain Towers South en Surfside

    Capítulo 1. Único superviviente

    Capítulo 2. La mañana de luto

    Capítulo 3. Párate en la tormenta

    Fase 2. Una comunidad caída: el aplastamiento y la curación

    Capítulo 4. Revélalo: Reconoce tu desamor

    Capítulo 5. Alivio: Responde a tu dolor

    Capítulo 6. Suéltalo: Renuncia a tu angustia

    Capítulo 7. Replantéalo. Renombra tu dolor

    Capítulo 8. Renuévalo: Redime tu dolor

    Capítulo 9. Restaurarlo: Rescata tu espíritu

    Fase 3. Más allá de Surfside. ¿Por qué caemos?

    Capítulo 10: Recíbelo: Alma hecha completa (restaurada)

    Capítulo 11. Espíritu Aplastado

    Capítulo 12: Espíritus Quebrantados

    Capítulo 13: Perspectiva Cósmica

    Capítulo 14: Luz en la Noche

    Capítulo 15. Legado de Amor

    Referencias
    Sobre el Autor
    Encuentra a Mike en Redes Sociales

    Incolapsable

    (in / colapsable)

    Adjetivo

    Una palabra que no se encuentra en el diccionario; es un derivado formado con el prefijo in- y el sufijo -ble que se refiere a aquello que no puede derrumbarse o que no se le puede hacer caer; no es capaz de comprimirse: no colapsable.

    Alma

    (Del lat. anĭma)

    Sustantivo

    La encarnación inmaterial y espiritual que causa la fuerza vital inmortal de la existencia de un ser humano, tanto presente como eternamente.

    Todas las partes visibles e invisibles que identifican la totalidad del ser de un individuo, incluidos los componentes físicos, mentales, emocionales, relacionales y espirituales de la vitalidad de una persona.

    Los 98 puntos de luz

    Según el orden en el que fueron recuperados

    En honor a cada alma distinguida que trágicamente perdió la vida en el colapso del condominio de Surfside. Que sus legados de amor ardan para siempre en nuestros corazones.

    Día 1. 24 de junio de 2021

    Stacie Dawn Fang, 54 años.

    Antonio Lozano, 83 años.

    Día 2. 25 de junio de 2021

    Gladys Lozano, 79 años.

    Manuel Manny LaFont, 54 años.

    Día 3. 26 de junio de 2021

    Leon Oliwkowicz, 80 años.

    Marcus Joseph Guara, 52 años.

    Luis Bermúdez, 26 años.

    Ana Ortiz, 46 años.

    Día 4. 27 de junio de 2021

    Christina Beatriz Elvira Oliwkowicz, 74 años.

    Día 5. 28 de junio de 2021

    Frank Kleiman, 55 años.

    Michael Altman, 50 años.

    Día 6. 29 de junio de 2021

    Hilda Kima Noriega, 92 años.

    Día 7. 30 de junio de 2021

    Lucia Guara, 11 años.

    Emma Guara, 4 años.

    Anaely Rodriguez, 42 años.

    Andreas Giannitsopoulos, 21 años.

    Magaly Elena Delgado, 80 años.

    Bonnie Epstein, 56 años.

    Día 9. 2 de julio de 2021

    Stella Cattarossi, 7 años.

    Graciela Cattarossi, 48 años.

    David Epstein, 58 años.

    Maria Obias-Bonnefoy, 69 años.

    Claudio Bonnefoy, 85 años.

    Gonzalo Torre, 81 años.

    Día 12. 5 de julio de 2021

    Jay Kleiman, 52 años.

    Andrea Cattarossi, 56 años.

    Linda March, 58 años.

    Elena Blasser, 64 años.

    Ingrid Ainsworth, 66 años.

    Tzvi Ainsworth, 68 años.

    Francis Fernandez, 67 años.

    Nancy Kress Levin, 76 años.

    Día 13. 6 de julio de 2021

    Aishani Gia Patel, 1 año.

    Bhavna Patel, 36 años (embarazada).

    Vishai Patel, 42 años.

    Elaine Lia Sabino, 71 años.

    Richard Augustine, 77 años.

    Graciela Cattarossi, 86 años.

    Gino Cattarossi, 89 años.

    Simon Segal, 80 años.

    Elena Chávez, 87 años.

    Día 14. 7 de julio de 2021

    Luis Lopez Moreira III, 3 años.

    Anna Sophia Pettengill, 6 años.

    Alexia Maria Pettengill, 9 años.

    Deborah Berezdivin, 21 años.

    Ilan Naibryf, 21 años.

    Leidy Vanessa Luna Villalba, 23 años.

    Nicole Langesfeld, 26 años.

    Luis Sadovnic, 28 años.

    Juan Alberto Mora Jr., 32 años.

    Luis Pettengill, 36 años.

    Ruslan Manashirov, 36 años.

    Brad Cohen, 51 años.

    Harold Rosenberg, 52 años.

    Maria Teresa Rovirosa, 58 años.

    Gary Cohen, 58 años.

    Ana Mora, 70 años.

    Gloria Machado, 71 años.

    Marina Restrepo Azen, 76 años.

    Juan Alberto Mora, 80 años.

    Día 15. 8 de julio de 2021

    Lorenzo Leone, 5 años.

    Sofía Núñez, 5 años.

    Benny Weisz, 31 años.

    Sophia López Moreira, 36 años.

    Theresa Velásquez, 36 años.

    Edgar González, 42 años.

    Andrés Galfrascoli, 44 años.

    Alfredo Leone, 48 años.

    Beatriz Betty Rodríguez, 52 años.

    Miguel Pazos, 55 años.

    Fabián Núñez, 57 años.

    Ángela Velásquez, 60 años.

    Richard Rovirosa, 60 años.

    Oresme Gil Guerra, 60 años.

    Maria Gabriela Camou, 64 años.

    María Torre, 76 años.

    Día 16. 9 de julio de 2021

    Michelle Anna Pazos, 23 años.

    Lisa Rosenberg (AKA) Malki Weisz, 27 años.

    Nicole Dawn Doran, 43 años.

    Judith Spiegel, 65 años.

    Miguel Leonardo Kaufman, 65 años.

    Julio César Velásquez, 66 años.

    Maria Popa, 79 años.

    Maria Notkin, 81 años.

    Mihai Radulescu, 82 años.

    Arnold Arnie Notkin, 87 años.

    Día 17. 10 de julio de 2021

    Cassondra Cassie Billedeau Stratton, 40 años.

    Catalina Gómez Ramírez, 45 años.

    Luis F. Barth Tobar, 51 años.

    Margarita Maggie Vásquez Bello, 68 años.

    Rosa Saez, 70 años.

    Día 18. 11 de julio de 2021

    Valeria Barth, 14 años.

    Andres Levine, 26 años.

    Moisés Rodan Brief, 28 años.

    Mercedes Fuentes Urgelles, 61 años.

    Raymond Urgelles, 61 años.

    Día 25. 18 de julio de 2021

    Anastasiya Gromova, 24 años. Estaba visitando a su amiga, Michelle Pazos, Antes de mudarse a Japón para enseñar inglés durante un año.

    Día 27. 20 de julio de 2021

    Estelle Hedaya, 54 años

    Dedicatoria

    Alma incolapsable es una lectura pesada con momentos ligeros porque representa 98 vidas preciosas que se perdieron trágicamente, Sin embargo, también es un mensaje de esperanza.

    Quiero expresar mi más sincera gratitud a mis padres, Carlos y Sally Noriega, por su amor y apoyo inquebrantable; así como a mis hermanos Stephen, Danny, Michelle, y mi cuñado Joe. Alma incolapsable no existiría sin ustedes. Los amo profundamente.

    Además, estoy profundamente agradecido con todos los socorristas de las agencias que arriesgaron sus vidas para salvar a tantos como fuera posible. Extiendo mi agradecimiento a Leo Soto, por el Muro de la Esperanza; Michael Capponi y la Misión de Empoderamiento Global, por su increíble trabajo, y Neil Handler por el Proyecto de Vida Fénix. Sus organizaciones están cambiando vidas, incluida la mía.

    Me gustaría expresar mi agradecimiento a la iglesia VOUS y a mis pastores Rich y DawnCheré Wilkerson por su visión, amor y apoyo. Me han mostrado la verdadera esencia de ser una iglesia, y la diferencia entre ser la iglesia, en lugar de solo asistir a la iglesia. La forma en que nuestra comunidad se ha unido en tiempos de aplastamiento es algo que todos deberían experimentar.

    También me gustaría extender mi más sincera gratitud a la Jewish Community Services of South Florida por proporcionar activamente recursos para los grupos de apoyo y de sanación, y a la iglesia CASA por servir a la comunidad local de Surfside.

    De igual modo, agradezco a todos los políticos, presentadores de noticias y medios de comunicación que, para la gloria de Dios, me brindaron la oportunidad de compartir la historia de mi abuela.

    A las 98 familias que sufrieron la tragedia de Surfside que perdieron a un ser querido. Mis oraciones están con ustedes. Que estas páginas les traigan sanación y les recuerde que no están solos. A los sobrevivientes y familiares de sobrevivientes, gracias por compartir valientemente sus historias conmigo. Son una inspiración.

    Pero lo más importante es expresarles que estoy eternamente agradecido por el regalo que fue la vida de mi abuela. Ella fue como una segunda madre para mí y la extrañamos mucho. Alma incolapsable es su legado.

    Este libro está inspirado en mi profundo deseo de honrar la memoria de mi amada, Hilda Kima Noriega. Su vida fue un hermoso ejemplo de vivir en la plenitud del amor de Dios, además, he sido testigo de cómo su historia tiene el poder de inspirar y alentar a otros. Ella vivió una vida rebosante de amor y su legado es algo que merece ser compartido con el mundo. Por eso, es parte de la misión de mi vida compartir su historia y, en última instancia, darle a Dios la gloria. Este es tanto un monumento a ella como una parte de su legado que espero que perdure para las generaciones venideras.

    ¡Esto es para ti, Kima! Te amo y te extraño mucho, y nuestra familia siente lo mismo. Oh, qué haría para hacer retroceder las manecillas del tiempo para vivir un recuerdo que nunca sucedió... Mirarte a los ojos con lágrimas corriendo por mi rostro antes de ese último abrazo dulce y cálido de adiós para guardarlo en mi corazón para siempre.

    INTRODUCCIÓN

    Un hueco en tu alma

    Aunque experimentemos todo tipo de presión, no somos aplastados. A veces no sabemos qué hacer, pero renunciar no es una opción. Somos perseguidos por otros, pero Dios no nos ha abandonado. Podemos ser derribados, pero no noqueados

    (2 Corintios 4:8-9 [TPT]).

    Así como en un edificio puede ocurrir un colapso estructural, también en el mundo interior de cada persona. Quiero empezar a describir ese colapso del mundo físico o material, para luego abordar un espacio más íntimo, el corazón, y cómo este también puede colapsar.

    Colapso estructural

    Amenudo, pensamos que estas cosas solo suceden en las películas, pero la realidad es que la vida puede traer temporadas impredecibles de aplastamiento. Se supone que los edificios no deben colapsar sin previo aviso, especialmente, en los países desarrollados. Sin embargo, eso es exactamente lo que sucedió en un abrir y cerrar de ojos el 28 de enero de 1922.

    Era un invierno aparentemente normal y nevado en Washington D. C. hasta que una tormenta de nieve de 28 horas trajo grandes cantidades de nieve. Los habitantes habían estado encerrados durante días y estaban ansiosos por volver a la normalidad. Un poco de entretenimiento casual parecía encajar perfectamente en ese panorama. Al cesar la tormenta de nieve, la sala de cine más grande de la zona, el Teatro Knickerbocker, mostró una comedia muda llamada Get-Rich-Quick Wallingford.

    Cientos de clientes disfrutaban de la película con sonrisas y risas iluminando el lugar, cuando de pronto, durante un intermedio a las 9:00 p. m., esas risas rápidamente se convirtieron en gritos y alaridos de pánico. La acumulación de nieve y hielo colocó una cantidad abrumadora de peso adicional en el techo plano, causando una falla estructural catastrófica. En ese fatídico día el techo se derrumbó, matando a 98 víctimas e hiriendo a otras 133. La tormenta de nieve pasó a llamarse Knickerbocker Storm por haber contribuido a la tercera falla estructural de ingeniería de mayor numero de fatalidades en la historia de los Estados Unidos.

    A Sydney J. Harris se le atribuye la cita: La historia se repite, pero con un disfraz tan astuto que nunca detectamos el parecido hasta que el daño está hecho. Casi un siglo después, la historia se repitió en un lugar diferente, pero con el mismo resultado trágico. El 24 de junio de 2021, la tercera falla estructural con mayor número de fatalidades registrada en la historia de los Estados Unidos estaba a punto de ser igualada, y la matriarca de mi familia estaba justo en medio de ella. El colapso de aquel condominio de Surfside se hizo eco del Teatro Knickerbocker de una manera aterrorizantemente similar, cobrando el mismo número de vidas y dejando a muchos otros heridos y traumatizados. Nada podría haberme preparado para el horror de presentarme en la escena del desastre que transformó mi vida.

    Los ecos del Teatro Knickerbocker y el colapso del condominio de Surfside han reverberado a través del tiempo y el espacio. En ambos casos, las señales de advertencia fueron ignoradas o pasadas por alto y las consecuencias fueron desastrosas. Son tragedias que podrían haberse evitado, sin embargo, sucedieron, dejando un rastro de devastación y angustia innecesaria a su paso. Estas tragedias no fueron solo accidentes aleatorios, sino más bien el resultado de un sistema que no priorizó la seguridad y la responsabilidad.

    Tanto las tragedias del Teatro Knickerbocker como la del Colapso del condominio de Surfside nos recuerdan la importancia de aprender de la historia y de nunca olvidar las lecciones aprendidas del pasado, así como la fragilidad de la vida. Aunque prevenir fallas estructurales a través de una regulación más fuerte es vital, es solo una parte de la intervención que se debe realizar. Nos debemos a nosotros mismos y a las generaciones futuras aprender de estas tragedias y tomar medidas para evitar que vuelvan a suceder.

    Colapso del corazón

    Para un niño hay pocas cosas más aterradoras que estar separado de sus padres en un centro comercial o en un parque temático lleno de gente. El terror de estar perdido y solo es terrible. El miedo se apodera de su corazón, causando un mar de adrenalina que incrementa sus sentidos. Cada sonido se amplifica, cada movimiento es examinado, escaneando a la multitud en busca de un rostro familiar. La gente apresurada pasa junto al pequeño como una nube de colores y formas distorsionadas, mientras que el niño clama desesperadamente por sus padres en un océano de desconocidos. La ansiedad toma lugar, a menudo manifestándose como un nudo en el estómago. La confusión también se filtra, lo que hace que sea aún más difícil dar sentido a la agonía que conlleva sentirse abandonado. Lo único que el niño perdido quiere es reunirse con sus seres queridos nuevamente, sentir esa sensación de seguridad y protección.

    A medida que maduras, esta sensación, ese miedo a estar desconectados de los que amas, usualmente no desaparece, permanece y se asienta. Sin embargo, puede tomar diferentes formas: pánico desgarrador de recibir una llamada telefónica a medianoche, noticias aterradoras que nunca imaginaste que podían sucederte a ti. Es una sensación de impotencia que toma cautivo tu corazón, mientras el trauma late a través de tu cuerpo, como una descarga eléctrica.

    De repente, sin advertencia, las luces se apagan dentro de ti, y quedas tropezando en la oscuridad, sin tener idea de cómo encontrar el camino de regreso. Es ese momento en el que has tocado fondo, cuando no sabes cómo volver a levantarte o levantar la mirada. Es como si el mundo dejara de girar y todo lo que una vez tuvo sentido ya no lo tiene. Tal vez no hayas experimentado esto personalmente, pero es probable que conozcas a alguien que sí.

    Colapso emocional

    El costo emocional, psicológico y espiritual que surge de la calamidad sin sentido puede ser devastador tanto para todos los afectados como para la comunidad en general. El trauma de perder seres queridos y tantos hogares deja heridas espantosas en nuestros corazones que pueden aplastar nuestro espíritu. Tal vez su temporada de aplastamiento no tuvo nada que ver con el colapso de una estructura física, pero en algún momento, todos enfrentamos una crisis existencial que puede paralizar nuestros corazones, que, además, amenaza con aplastarnos el espíritu, lo que resulta en un colapso del alma.

    Cuando tu mundo se derrumba a tu alrededor, generalmente es por una de cuatro razones, una relación truncada, por un entierro, una traición, una ruptura o un colapso corporal.

    Sucede cuando te casas con el amor de tu vida y llegan los papeles del divorcio o cuando la fe que los unió comienza a desmoronarse. Sucede cuando alguien que has amado te deja o rompe una promesa importante. Quizá te dieron un diagnóstico mortal o has sufrido la pérdida inexplicable de un hijo. Ya sea que hayas soportado la devastación de una muerte, un divorcio, una crisis de fe, una traición o una promesa rota, la paradoja de la familiaridad y el dolor es un aspecto profundo de la experiencia humana.

    Tendemos a dar por sentadas las cosas que son esenciales para nosotros hasta que desaparecen, por ejemplo, ¿alguna vez te has cerrado una puerta en el dedo o has dejado caer un objeto pesado en el dedo del pie? Nuestros dedos a veces pueden pasar desapercibidos hasta que los lesionamos, haciéndonos dolorosamente conscientes de lo importantes que son para las actividades diarias.

    El dolor emocional de la pérdida relacional es similar. A menudo damos por sentadas nuestras relaciones más cercanas, asumiendo que existirán para siempre. Cuando perdemos a un ser querido, también perdemos la ausencia de su apoyo, amor y compañía, lo que nos hace muy conscientes de la importancia de su presencia.

    La paradoja de la familiaridad y el dolor es que, mientras que la familiaridad puede adormecer nuestro sentido de la gratitud y el aprecio, el dolor puede devolvernos a un estado de conciencia. Es aquí donde encontramos la bendición escondida dentro de la maldición de la angustia. El duelo puede ser un poderoso recordatorio de cuánto valoramos a las personas en nuestras vidas, pues es solo cuando experimentamos la agonía de la pérdida que recordamos la magnitud de cómo estas relaciones contribuyeron a nuestras almas. Estas experiencias nos dan cuenta de cuán fugaz puede ser la vida para que podamos vivir con propósito en el presente y apreciar a los que aún tenemos con nosotros.

    Aplastado por la angustia

    Cuando llega el momento de caminar por el valle de la sombra de la muerte, necesitamos un sistema de apoyo fuerte que camine con nosotros a través de la oscuridad. Necesitamos presencia familiar, consuelo y ayuda. Eso puede ser alguien que sostiene tu mano durante un diagnóstico, que te seque las lágrimas mientras llora o se quede a tu lado cuando se hace pública una falta. Para mi familia y para mí, el colapso del edificio Surfside significó caminar junto a mi padre y ofrecerle nuestro apoyo durante lo que parecieron horas interminables a pesar de nuestro dolor.

    Mi corazón se sentía impotente cuando vi a mi padre derrumbarse públicamente, sabiendo que su dulce madre estaba enterrada bajo toneladas de concreto y escombros. Fue surrealista y agonizante para nuestra familia, mientras luchamos por aceptar la probabilidad de perder a un familiar, en especial, para mí y mis hermanos aceptar perder a nuestro último abuelo que nos quedaba vivo.

    Todos estábamos profundamente afectados por la tragedia, divididos entre la tristeza de un duelo latente y la angustia de imaginar a un ser querido sufrir de una manera tan horrorosa. A pesar de la profunda tristeza, nos negamos a perder la esperanza. Pasamos incontables horas acurrucados frente a la avalancha de concreto, orando y esperando cualquier noticia de los equipos de rescatistas. Nos aferramos el uno al otro en busca de apoyo, y nuestra fe fue una fuente constante de consuelo y fortaleza durante esos largos e inciertos períodos.

    A medida que las horas se convertían en días, vimos cómo los equipos de búsqueda y rescate trabajaban incansablemente para encontrar sobrevivientes. Nuestra esperanza se desvanecía lentamente, pero continuamos aferrándonos a ella, orando por un milagro. Aunque el resultado fue devastador y, finalmente, perdimos a mi abuela en la tragedia, nos aferramos al amor y el apoyo que nos habíamos mostrado durante esas largas horas en el valle de la sombra de la muerte.

    Esta tragedia marcó nuestras vidas, pero también nos enseñó la importancia de apreciar cada momento con nuestros seres queridos y encontrar fuerza en el apoyo de los demás. El día que enterramos a mi abuela mi padre comenzó sus últimas palabras para ella llevando el gran peso del dolor y la gratitud de toda una vida de recuerdos:

    Las dos mejores palabras que tengo para describir el tipo de persona que era y representaba a todos los que la conocían son: amor incondicional. Es cierto lo que se dice, no te das cuenta de lo afortunado y cuán suertudo eres hasta que algo sucede o alguien se ha ido. Bueno, la realidad me golpeó tan fuerte como siempre, cuando alrededor de la 1:30 a. m. del 24 de junio, recibí una llamada frenética en la cual me informaron que el edificio de mi madre se había derrumbado y había desaparecido. Aproximadamente una hora después, lleno de incredulidad, me quedé en la esquina de la calle y la avenida Collins mientras miraba los restos de su edificio derrumbado, reducidos a una pila de escombros destrozados, hechos nudo. En ese momento, me di cuenta de que la persona más increíble que mi familia y yo habíamos conocido estaba, muy probablemente, perdida por el resto de nuestro tiempo en este planeta. No puedo explicar el número infinito de cómos y porqués que inundaron mi mente en todo lo que observé y pude pensar.¹

    Ese día del 2021 marcó la única instancia en la cual él habló públicamente con respecto a los eventos que le quitaron la vida a su madre. Cuando concluyó el elogio, no había un ojo seco en la iglesia. Fue en esa quietud silenciosa que mi padre, abrumado por una insoportable sensación de anhelo, se atrevió a romper la barrera entre los vivos y los difuntos. Sin reservas, abrazó el ataúd que contenía a la matriarca de la familia Noriega, como si su abrazo fuera un acto de desafío contra la crueldad de la muerte.

    Su profundo luto reflejaba el de un niño llorando, aferrándose desesperadamente a la pierna de su madre, rogándole que no se fuera. Mientras las lágrimas caían como cascada por su rostro, las compuertas de nuestras propias emociones contenidas se abrieron de golpe.

    Corazón del alma incolapsable

    Lo que hizo que el legado de Hilda Noriega cobrara vida no fue cómo murió, sino cómo vivió. En su avanzada edad, encarnaba la inocencia de una niña, la energía de un adolescente, el círculo social de un estudiante universitario, la crianza de una madre, la dulce ternura de una abuela y el corazón amoroso de Dios.

    Mi abuela tenía un amor incondicional por mí, incluso antes de mi nacimiento. Se convirtió en mi segunda madre, y como no podía pronunciar abuela cuando era bebé, aceptó felizmente el apodo de Kima, que fue mi mejor opción. El resto de mi familia siguió mi ejemplo, y así fue como comenzaron a llamar a la querida matriarca de nuestra familia.

    Kima encarnaba la definición de una abuela

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1