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Sanidad Total
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Libro electrónico316 páginas5 horas

Sanidad Total

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¿Has imaginado una vida de completa sanidad?
¡Tú también puedes experimentar Sanidad total! Hay esperanza para todos.
Algunos creyentes piensan que la obra redentora de Jesús en la cruz fue únicamente para perdonar sus pecados, pero han olvidado o desconocen que esta obra también incluye salvación, liberación y sanidad total. La cultura contemporánea promueve la desintoxicación del cuerpo para lograr sanidad, esto está bien pero resulta de vital importancia reconocer la necesidad de experimentar sanidad en todas las áreas de nuestra vida, de ahí la importancia de ser formados, ya que no basta con creer: necesitamos ser discipulados si queremos crecer en el camino de la fe.
Andrés Corson presenta su cuarto libro, sanidad total. En él expone las diferentes áreas en las que quizá necesitamos experimentar sanidad si queremos encontrar sentido y propósito a nuestra vida. En cada página el lector encontrará inspiración y herramientas prácticas que le ayudarán a conocer más de la naturaleza de Dios y su diseño para la humanidad, un diseño bueno y completamente sano.
¿De que necesitamos ser sanados?, si analizamos detenidamente nuestro comportamiento y nuestra forma de enfrentar muchos desafíos, podremos identificar que necesitamos sanidad de ataduras espirituales, de hábitos pecaminosos, o tal vez en nuestra manera de pensar, nuestra sexualidad, nuestras relaciones y ante todo; necesitamos ser sanos de todo aquello que nos hace ver la vida vacía y sin ningún propósito, razón por lo que hoy día muchas personas enfrentan episodios de depresión.
Sin importar cual sea nuestra condición actual, nunca es tarde para recibir sanidad y vivir de manera significativa; este libro no solo da a conocer algunas de las causas de las enfermedades y su origen, sino también aporta 12 pasos para pasar de ser un creyente a ser un discípulo, logrando en cada paso una sanidad integral. «Levántate y baja ahora mismo a la casa del alfarero y allí te comunicaré mi mensaje " .Entonces bajé a la casa del alfarero y lo encontré trabajando en el torno. Perolavasijaqueestabamodelandosedeshizoensusmanos;asíque volvió a hacer otra vasija, hasta que le pareció que había quedado bien. Jeremías 18: 2-4 NVI.
¡Puedes empezar de nuevo!, inspírate, lee sanidad total; descubre tus dones, pasiones, valores y vive una vida significativa.
IdiomaEspañol
EditorialBookBaby
Fecha de lanzamiento7 jul 2023
ISBN9786289537567
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    Sanidad Total - Andrés Corson

    SANIDAD TOTAL

    Su Presencia Editores 2023

    Bogotá–Colombia

    © 2023 por William Andrew Corson

    Edición: Luis Carlos Ávila

    Diseño: Iglesia El Lugar de Su Presencia

    La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados. Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® © 1999, 2015 por Biblica, Inc.®, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo. Utilizado con permiso. Todos los derechos reservados mundialmente. Santa Biblia Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Dios habla hoy ®,© Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.Utilizado con permiso. Los pasajes bíblicos citados con TLA son tomados de la Traducción en lenguaje actual Copyright © Sociedades Bíblicas Unidas, 2000.Utilizado con permiso. La Santa Biblia,Nueva Biblia al Día. (The New Living Bible) Copyright © 2006, 2008.Utilizado con permiso. King James Version (KJV).Public Domain.

    Ninguna porción de este libro podrá ser reproducida, almacenada en ningún sistema de recuperación en ningún formato, grabada o transmitida de manera completa o parcial en cualquier medio–mecánicos, grabación, fotocopias u otro medio, excepto por citas breves, sin el consentimiento previo del publicador.

    ISBN: 9786289537567

    Categoría: Vida cristiana

    Distribuido en Colombia por: Su Presencia Producciones.

    Distribución internacional por: Renacer Books

    Su Presencia Producciones Ltda. ® y © 2023

    CONTENIDO

    I. PRÓLOGO

    II. LOS DOCE PASOS PARA UNA SANIDAD TOTAL

    1. LAS ÚLTIMAS PALABRAS DE JESÚS

    2. BARRO EN LAS MANOS DEL ALFARERO

    3. TRABAJEN EN SU SALVACIÓN

    III. SANIDAD DE LAS ATADURAS ESPIRITUALES

    4. LIBRES DEL OCULTISMO Y DEL PAGANISMO

    5. ESPÍRITU DE DIVISIÓN

    6. LO QUE PRECEDE LA RUPTURA DE UNA RELACIÓN

    7. EL ESPÍRITU DE LOS FARISEOS

    8. COLANDO EL MOSQUITO Y TRAGÁNDOSE EL CAMELLO

    IV. SANIDAD DE LOS HÁBITOS PECAMINOSOS

    9. ¿LIBRES DEL PECADO O LIBRES PARA PECAR?

    10. LA HOGUERA DE LOS ASUNTOS NO RESUELTOS

    V. SANIDAD DE LAS EMOCIONES

    11. SANIDAD DE LAS HERIDAS EMOCIONALES

    12. SANIDAD DE LAS ENFERMEDADES DEL ALMA

    13. SANIDAD DE LAS HERIDAS INEXISTENTES

    14. ¿CÓMO VIVIR CON UNA PERSONA DIFÍCIL?

    VI. SANIDAD DE LA MENTE

    15. SOY LO QUE PIENSO QUE SOY

    16. TODO SE INICIA CON UN PENSAMIENTO

    17. LO QUE TEMÍ ME ACONTECIÓ

    18. ¿CÓMO DESHACERNOS DE LOS MALOS PENSAMIENTOS?

    VII. SANIDAD SEXUAL

    19. DISFRUTA DEL SEXO

    20. MI HIJO ES GAY, ¿QUÉ HAGO?

    21. SEXO PROHIBIDO

    VIII. SANIDAD DE LAS MALDICIONES

    22. BENDICIÓN GENERACIONAL

    23. SEGUIR ESCRIBIENDO LA HISTORIA

    24. ELIJAN LA BENDICIÓN Y NO LA MALDICIÓN

    25. CAUSALES DE UNA MALDICIÓN

    26. MALDECIRÉ A QUIENES TE TRATEN CON DESPRECIO

    IX. SANIDAD FINANCIERA

    27. ¿QUIÉNES NECESITAN SANIDAD FINANCIERA?

    28. VISIÓN DE PROSPERIDAD

    29. DIOS QUIERE QUE TENGAS RIQUEZAS

    30. DOS FORTALEZAS FINANCIERAS, Y UNA QUE NO PARECE PERO LO ES

    X. SANIDAD FÍSICA

    31. TODO LO QUE ENFERMA

    32. EL DIABLO ENFERMA, Y PEOR

    33. ¿POR QUÉ LA GENTE SE ENFERMA?

    34. PONIENDO NUESTRA FE EN ACCIÓN: LA HISTORIA DE UN MILAGRO

    35. ¿CÓMO ACTIVAR NUESTRA FE?

    XI. SANIDAD EN LAS RELACIONES

    36. SANANDO RELACIONES

    37. ¿ANDARÁN DOS JUNTOS SI NO ESTÁN DE ACUERDO?

    XII. IDENTIDAD Y

    PROPÓSITO

    38. JESÚS TENDRÍA UN VOLKSWAGEN

    39. ¿CÓMO TENER UNA VIDA SIGNIFICATIVA?

    XIII EPÍLOGO

    I. PRÓLOGO

    En los casi 30 años que llevamos pastoreando El Lugar de Su Presencia, mi esposa y yo hemos aprendido muchas cosas. Una de ellas es que Dios no nos mandó a ser los mejores predicadores ni a tener la mejor iglesia, sino a predicar el evangelio, como dice Marcos 16:15 y luego hagamos discípulos, tal como se lee en Mateo 28:19. Si cumplimos con lo que el Señor dijo el resultado podría ser convertirnos en buenos predicadores y en una iglesia excelente.

    La experiencia nos ha llevado a predicar y a hacer discípulos de todo tipo, personas con distintas historias de vida. Algunas vidas inician de manera atormentada y terminan bien resueltas, otras inician bien pero terminan con horrores, e incluso hay unas que están por escribirse. Lo cierto es que detrás de cada anécdota y situación, hay vidas reales, personas que en su búsqueda de Dios han luchado por vencerse a sí mismos, y en el camino han vislumbrado un futuro mucho mejor. Como pastores, hemos aprendido que no podemos formar a una persona que está luchando con conflictos personales y espirituales no resueltos. Por esa razón, antes de hacer discípulos, primero nos enfocamos en sanarlos de su pasado para luego sí poderlos equipar para servir.

    De ahí vienen esta serie de mensajes que buscan llevarnos a conocer más a nuestro Creador. Dios nos ha diseñado de múltiples maneras, pero ese diseño se ha visto expuesto a ataques producto de la crudeza de la vida, los que con el paso del tiempo han permeado nuestro cuerpo, alma y espíritu. Creo firmemente que detrás de un proceso de sanidad interior hay muchas respuestas que Dios quiere darnos, para que así podamos vivir más y mejor.

    Este no es un libro, tampoco es propiamente un manual; es más un material complementario a nuestra publicación Los Doce Pasos para una Sanidad Total, documento con el que iniciamos el proceso de formación de los discípulos de nuestra Iglesia. Los doce pasos se pueden hacer de manera individual, o con la guía de una persona en todo el proceso.

    A través de estas historias de vida y demás principios bíblicos entretejidos con reflexiones, busco inspirar acciones concretas donde podamos acercarnos personalmente a Dios para ser sanados mental, emocional, sexual, física, financiera y completamente en todas las áreas. También, este es un pretexto para plasmar ideas que sirvan para darnos pistas de cómo Dios nos diseñó: sanos totalmente.

    Quiero que esta sea una herramienta para que cada uno pueda seguir caminando hacia la cruz, donde está la sanidad total. Eso sí, de nada sirve tener el material si no lo vamos a estudiar y practicar.

    II. LOS DOCE PASOS PARA UNA SANIDAD TOTAL

    1.

    LAS ÚLTIMAS PALABRAS DE JESÚS

    Antes de morir de cáncer, una mujer norteamericana le dejó a su esposo un listado de instrucciones que decía así: Cuando llegues a casa dale dos besos a nuestros hijos, trata de asistir a todas sus actividades del colegio, llévalos a una buena iglesia, enséñales a ser puntuales y a cumplir su palabra, toma muchas fotos, busca a una buena esposa para que nuestros hijos sean estables y tengan la influencia de una mujer en sus vidas, vayan de camping y caminen por mi playa favorita. Al final de todas sus recomendaciones ella le dijo que confiaba en él y sabía que él haría lo que sería mejor para sus hijos.

    Según un estudio reciente, las frases más comunes en los enfermos terminales son estas dos: La vida es demasiado corta para no hacer lo que te hace feliz, y ¡Ya llegaron por mí!. En esa misma publicación se reportó que las últimas palabras de Steve Jobs fueron: Oh wow. Oh wow. Oh wow. ¿Qué lo llevaría a repetir lo mismo tres veces? Las últimas instrucciones que alguien deja antes de morir nos muestran lo que es realmente importante para esa persona.

    En la Biblia, encontramos las últimas instrucciones de David a su hijo Salomón, que están en 1 Reyes 2: Ten valor y compórtate como un hombre (versículo 2), Cumple los requisitos del Señor tu Dios y sigue todos sus caminos. Obedece los decretos, los mandatos, las ordenanzas y las leyes que están escritos en la ley de Moisés, para que tengas éxito en todo lo que hagas y dondequiera que vayas (versículos 3 y 4), Haz con Joab lo que mejor te parezca porque mató sin justa causa a mis dos comandantes del ejército (versículos 5 y 6). En pocas palabras, David le pidió a su hijo que fuera bondadoso con quienes lo cuidaron cuando huía de Absalón y que se encargara del benjamita que lo maldijo. ¿Cuáles serían sus instrucciones finales antes de morir? ¿A quién se las dirían?

    LAS ÚLTIMAS INSTRUCCIONES DE JESÚS

    Las últimas palabras de Jesús en el evangelio de Marcos fueron: «Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura. El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado. Y estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán nuevas lenguas, tomarán en sus manos serpientes, cuando beban algo venenoso, no les hará dañó, pondrán las manos sobre los enfermos y éstos sanarán» (Marcos 16:15-18).

    En el evangelio de Lucas fueron: —Está escrito que el Cristo padecerá y resucitará al tercer día. Y también que en su nombre, comenzando en Jerusalén, se predicará a todas las naciones que hay perdón de pecados para el que se arrepiente. Pronto enviaré lo que prometió mi Padre. Pero ustedes quédense en Jerusalén hasta que los llene con poder de lo alto (Lucas 24:46-49 (NBD)).

    En el libro de Hechos fueron: —No se vayan de Jerusalén, hasta que reciban la promesa del Padre. —Juan los bautizó con agua, pero dentro de poco ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo… Cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes recibirán poder para ser mis testigos (pará hablar de mí) hasta lo último de la tierra (Hechos 1:4-5,8).

    En el evangelio de Mateo fueron: —He recibido toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por lo tanto. Vayan y hagan discípulos en todas las naciones. Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer los mandamientos que les he dado. De una cosa podrán estar seguros: Estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo. (Mateo 28:18-20).

    Si dividimos por temas lo que Jesús dijo, encontramos cuatro instrucciones específicas:

    1. PREDIQUEN EL EVANGELIO A TODO EL MUNDO

    Yo recuerdo el lugar en donde estaba y la persona que me habló de Jesús: fue mi mamá, y estaba sentada en el borde de su cama. Quiero que recuerden en dónde estaban sentados cuando les hablaron del Señor. Ese mismo efecto tendremos sobre otros si los guiamos a recibir a Jesús, por eso primero necesitamos saber qué es el evangelio.

    El evangelio es una buena noticia. Lucas 24:47 dice que: Hay perdón de los pecados para todos los que se arrepientan, pero un versículo antes nos dice que ese perdón viene de la necesaria muerte de Jesús: Se escribió hace mucho tiempo que el Mesías debería sufrir, morir y resucitar al tercer día. ¿Por qué tenía que morir Jesús? Para impedir que pecáramos, Dios estableció que la muerte sería el castigo o la consecuencia del pecado, como dice Romanos 6:23.

    A pesar de eso, el ser humano pecó y la consecuencia del pecado cayó sobre toda la humanidad: Muerte espiritual, muerte física y muerte eterna. Pero Dios nos ama y él no quiere que nadie se pierda, como dice 2 Pedro 3:9. Por eso, él proveyó una solución que nos libra de las consecuencias pero sin darnos permiso para seguir pecando, y es que él mismo pague por nosotros entregando su vida. Romanos 5:8 dice: Más Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros.

    Jesús tomó nuestro lugar cuando murió en la cruz. 1 Pedro 3:18 dice que Él nunca pecó, en cambio, murió por los pecadores para llevarlos a salvo con Dios. Lo que Jesús hizo por nosotros solo es efectivo cuando creemos que con su muerte somos salvos y cuando lo recibimos como nuestro Salvador: En el nombre de Jesús hay perdón de pecados para el que se arrepiente (Lucas 24:47). A través de una oración podemos recibir a Jesús en nuestro corazón, y es así como debemos predicarlo, como algo sencillo que además no depende de ninguna iglesia, religión, obra o filosofía. Para que nuestra vida respalde o hable más que nuestras palabras, tenemos que ser discipulados, de esa manera la gente va a ver a Jesús en nosotros y va a querer lo que nosotros tenemos.

    Hace un tiempo, mientras caminaba por una ciudad en Europa, le dije al Señor, «te pido que pongas amor en mí por la gente de esta ciudad porque no los amo aunque tu palabra dice: porque de tal manera amó Dios al mundo ». Esto me lleva a la siguiente instrucción de Jesús: Sean bautizados en el Espíritu Santo. Solo cuando somos bautizados en Dios amamos al mundo como él lo ama.

    2. SEAN LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO

    Jesús dijo: Antes de ir a predicar sean bautizados en el Espíritu Santo porque recibirán poder para poder hablar acerca de mí. Cuando recibimos el Espíritu Santo recibimos el amor de Dios y su corazón por los perdidos, porque recibimos el fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. El fruto del Espíritu Santo es la evidencia de una vida llena del Espíritu Santo.

    También recibimos Poder, o dunamis, que es la unción para realizar milagros, poder para ser santos, influencia por causa de las riquezas, fuerza, autoridad, gracia, habilidad, respaldo sobrenatural. Él nos da poder para predicar, sanar, profetizar, hablar a la necesidad de las personas, echar fuera demonios.

    Yo recuerdo en dónde estaba cuando fui bautizado en el Espíritu Santo: tenía once años y estaba sentado en la segunda banca al lado derecho de la capilla del Colegio Americano en Cachipay, Cundinamarca. Cuando de repente un viento recio empezó a llenar ese lugar y todos empezamos a hablar en lenguas. Para muchos de ustedes eso sucedió en la Iglesia, o en el Hotel en donde tuvieron su Encuentro. ¿Recuerdan dónde estaban cuando eso sucedió?

    Recuerdo otros momentos cuando fui lleno del Espíritu Santo: En febrero de 1983, en la sede de Berea de ese entonces, Dios me llamó a servirlo. En 1985, mientras acompañaba al hijo de un pastor que murió, Dios puso en mí su corazón por los perdidos. Ese día entendí que en el centro del universo hay un Dios de amor que llora por todos los que se pierden. En septiembre de 1986 y abril de 1987, recibí una unción especial de alabanza y adoración que me llevó a liderar la alabanza muchos años después. Necesitamos ser bautizados en el Espíritu Santo porque es la segunda bendición para el creyente, y también tenemos que asegurarnos de que nuestros discípulos también lo experimenten.

    3. LAS SIGUIENTES SEÑALES SOBRENATURALES RESPALDARÁN SU PREDICACIÓN

    Marcos 16:15-18 dice: "En mi nombre expulsarán demonios, hablarán nuevas lenguas, tomarán en sus manos serpientes, cuando beban algo venenoso, no les hará dañó, pondrán las manos sobre los enfermos y éstos sanarán».

    Dios nos ha dado autoridad para atar al diablo y a los demonios de incredulidad y de oposición que impiden que las personas sean salvas. Esa autoridad también la podemos usar para mostrarles el poder de Dios echando fuera de sus vidas los demonios que los están oprimiendo: enfermedad, depresión, insomnio, pobreza, ruina, divorcio, pelea.

    Cuando el Espíritu Santo vino sobre los creyentes en Hechos 2, y comenzaron a hablar en lenguas, los que estaban en Jerusalén que venían de todas las naciones de la tierra quedaron desconcertados al escuchar sus propios idiomas hablados por los creyentes (Hechos 2:6), porque los oían hablar acerca de las cosas maravillosas que Dios había hecho (Hechos 2:11). En 1 Corintios 14:22 dice que el hablar en lenguas es una señal no para los creyentes sino para los incrédulos. Hablar en lenguas también aviva el fuego y edifica nuestra fe.

    Sofía Muller, conocida como la misionera gringa que predicó el evangelio en toda la selva de Colombia, nos contó de una tribu indígena que la recibió con una sopa que le produjo malestar toda la noche. Al día siguiente cuando se despertó, vio a dos micos muertos al lado de la olla en donde habían preparado la sopa. La habían tratado de matar, pero la Biblia dice: si bebieren cosa mortífera, no les hará daño. Gracias a esa señal, ella ganó a toda esa tribu para Cristo. Los que traten de matarnos con veneno o con serpientes venenosas o con cualquier cosa no tendrán éxito.

    Dios quiere mostrarle a los incrédulos que él es Dios, por eso Jesús nos dijo que él respaldaría nuestra predicación sanando a los enfermos. Dios no sana a todos los creyentes porque quiere enseñarnos algo, pero al incrédulo lo sana para mostrar su poder. Por eso, si hay un incrédulo enfermo, oremos por él porque Jesús prometió sanarlo.

    4. HAGAN DISCÍPULOS

    Recuerdo en dónde estaba sentado cuando el Señor me dijo que me iba a confrontar, quebrantar, humillar, sacar lo peor que había en mí, liberar, sanar, formar, moldear. Yo era salvo, tenía conocimiento bíblico, había sido bautizado en el Espíritu Santo, era disciplinado en la oración, en leer la Biblia, alabar, asistir a la iglesia, pero no había sido discipulado. A partir de ese día, Dios empezó a trabajar en mi carácter, y lo sigue haciendo.

    Ser discipulado es dejarse formar, así como el barro se deja moldear en las manos del alfarero. Jesús dijo en Mateo 28:19-20:

    Hagan discípulos..., bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Cuando una persona se bautiza en agua, se identifica con Cristo en su muerte y en su resurrección: muertos al pecado y resucitados a una nueva vida. Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí (Gálatas 2:20).

    Pero ese cambio de vida no sucede por inercia, o por simplemente estar sentados en la iglesia, ¡no! Somos discipulados por medio de un proceso de formación en donde somos liberados del ocultismo, la religiosidad, el pecado y las maldiciones generacionales; y sanados de las heridas emocionales, de las fortalezas mentales, de los pecados sexuales, de las enfermedades físicas y de las ataduras financieras.

    También somos discipulados cuando nos enseñan a hacer lo que Jesús hizo y a obedecer los mandatos que él le dio a los discípulos. ¿Recuerdan ustedes el momento en el cual Dios empezó a formarlos como discípulos? ¿Estamos formando discípulos? Hasta que Cristo se forme por completo en sus vidas (Gálatas 4:19).

    2. BARRO EN LAS MANOS DEL ALFARERO

    Ya vimos que Jesús nos dejó cuatro claras últimas instrucciones: Prediquen el evangelio (Marcos 16:15), sean llenos del Espíritu Santo (Hechos 1:4-5), experimenten las señales que respaldarán su predicación, y hagan discípulos (Mateo 28:19). Aunque en el capítulo anterior hablé de esto, quiero profundizar en por qué es tan importante tomar consciencia de lo que significa ser formado por alguien.

    Mateo 28 tiene que ver con hacer discípulos, no conversiones. Una persona se convierte a Cristo cuando nace de nuevo, es algo instantáneo por gracia por medio de la fe, pero un discípulo es formado por medio de un proceso en donde es moldeado y equipado. Filipenses 1:6 dice: Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada.

    Un discípulo, según la RAE, es una persona que aprende una doctrina, ciencia o arte bajo la dirección de un maestro. Es también como se le llama a la persona que sigue la dirección de una escuela aun cuando viva en tiempos muy posteriores a los maestros que la establecieron: los discípulos de Epicuro o de Kant, por ejemplo. Según otros diccionarios, un discípulo es una persona que acepta y promueve las enseñanzas, ideas, doctrinas, filosofías del maestro que lo formó, dándole total lealtad y apoyo.

    Históricamente, la palabra discípulo, fue tomada de los seguidores de los grandes maestros de la antigüedad, como Sócrates que tuvo de discípulo a Platón, quien tuvo también a Aristóteles. Para la época en que se escribió la Biblia, este concepto se usaba para referirse a los seguidores de ciertas personas, trascendiendo al punto de terminar siendo incluida en la Palabra de Dios. Es por eso que en ella se habla de los discípulos de Juan y de los fariseos. En Lucas 5:33 dice que algunas personas se acercaron a Jesús y le dijeron que Los discípulos de Juan el Bautista ayunan y oran con frecuencia, igual que los discípulos de los fariseos. En Juan 1:35-37 dice: Al día siguiente, Juan estaba otra vez allí con dos de sus discípulos. Al pasar Jesús, Juan lo miró y declaró: «¡Miren! ¡Ahí está el Cordero de Dios!». Cuando los dos discípulos de Juan lo oyeron, siguieron a Jesús.

    TENEMOS QUE SER DISCÍPULOS DE JESÚS

    Los cristianos somos discípulos de Cristo. En Mateo 28:19-20, Jesús dijo: Hagan discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Algunos discípulos de Juan el Bautista lo abandonaron cuando llegó un maestro superior, pero Juan lo tomó bien y dijo: Yo no soy el Mesías; estoy aquí solo para prepararle el camino a él... Él debe tener cada vez más importancia y yo, menos. (Juan 3:28,30). Aunque hayamos sido discipulados por un líder o un pastor, realmente somos discípulos de Jesús.

    Calvino fue un hombre tremendamente usado por el Señor, pero muchos de sus discípulos se obsesionaron tanto por sus interpretaciones que empezaron a casi idolatrarlo y así perseguir a los que creían diferente a él. En mi caso, el título de uno de mis mensajes hace un tiempo fue: no soy calvinista, soy cristiano, y algunas de esas personas me dieron palo. También recuerdo un día en el cual un pastor me estaba peleando por cierto punto doctrinal y me dijo: "Eso no es lo que cree fulano de tal y dijo el nombre de un pastor que admiramos. El hombre me insistió: Tienes que leer sus libros, y yo pensé: pero yo soy discípulo de Jesús, y creo lo que Dios dice por encima de lo que el hombre diga". Si somos discípulos de otro discípulo de Jesús, podemos estar en riesgo de creer lo que él ha aprendido de Jesús y no en Jesús mismo. Pablo en 1 Corintios 11:1: Ustedes deberían imitarme a mí. Así como yo imito a Cristo.

    Con respecto a este punto quisiera añadir algo que quizás a algunos no les va a gustar, pero no podemos ser discípulos de Jesús y de Marx porque muchas de sus ideas son anticristianas. Él dijo: el primer requisito para que la gente sea feliz es abolir la religión. En los lugares en donde el marxismo ha tomado el poder se impone el ateísmo y los cristianos son perseguidos. Tampoco podemos ser cristianos y discípulos de Darwin, de Buda, de Mahoma y de otros hombres con ideas contrarias a Jesús, por ejemplo.

    UN DISCÍPULO APRENDE DE SU MAESTRO

    Lucas 11:1 dice que Una vez, Jesús estaba orando en cierto lugar. Cuando terminó, uno de sus discípulos se le acerco y le dijo: —Señor, enséñanos a orar, así como Juan les enseñó a sus discípulos. Fue en ese momento cuando Jesús les enseñó el Padre Nuestro. En otro escenario, en Mateo 5:1-2, la Biblia dice que …Cierto día, al ver que las multitudes se reunían, Jesús subió a la ladera de la montaña y se sentó. Sus discípulos se juntaron a su alrededor, y él comenzó a enseñarles. Les enseñó lo que se conoce como El Sermón del Monte.

    En otra ocasión Jesús les dijo que el templo en Jerusalén sería destruido, y entonces … se sentó en el monte de los Olivos. Sus discípulos se le acercaron en privado y le dijeron: —Dinos, ¿cuándo sucederá todo eso? ¿Qué señal marcará tu regreso y el fin del mundo? (Mateo 24:3). Jesús entonces les enseñó muchas cosas acerca del futuro. Jesús dijo en Juan 8:31: Ustedes son verdaderamente mis discípulos si se mantienen fieles a mis enseñanzas.

    UN DISCÍPULO SIGUE EL EJEMPLO DE JESÚS

    Ya vimos que el mandato de Jesús es que hagamos discípulos, pero para eso primero tenemos que asegurarnos de ser discípulos de él primero, porque muy rara vez el discípulo supera al maestro, como dice el mismo Jesús en la Biblia: "El discípulo no es superior a su maestro" (Mateo 10:24 (NVI)). Los alumnos deben parecerse a su maestro (Mateo 10:25). Les di mi ejemplo para que lo sigan (Juan 13:15). 1 Pedro 2:22 dice: Dios los llamó a hacer lo bueno, aunque eso signifique que tengan que sufrir, tal como Cristo sufrió por ustedes. Él es su ejemplo, y deben seguir sus pasos.

    Para poder seguir su ejemplo necesitamos saber qué hizo. En primer lugar, Jesús oraba: Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar (Marcos 1:35 (NVI)). Jesús conocía las escrituras. Desde pequeño lo vemos discutiendo las escrituras con los maestros de la ley. Jesús también sanó a los enfermos y echó fuera a los demonios. Formó y empodero discípulos, y cuando los envió les dijo:

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