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Toques de Belleza
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Libro electrónico211 páginas2 horas

Toques de Belleza

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Información de este libro electrónico

A través de "Toques de Belleza", presento varios estudios bíblicos, historias de inspiración bíblica, anécdotas, y técnicas que te serán muy útiles y servirán como guías didácticas para tus propios talleres, estudios bíblicos, reuniones y estudio personal.
Los temas presentados en "Toques de Belleza", serán de ayuda, crecimiento, emocional y espiritual en la vida de cada mujer.
El Capitulo 1. La importancia de la oración, nos anima a aprender a orar y a ser sensitivas a la voz de Dios, pedir en oración sabiendo que nuestro grande y poderoso Dios nos quiere dar y bendecir…
En el Capítulo 2. Escuchar la voz de Dios: Prestar atención a lo que Dios nos dice, la gran importancia que tiene su Palabra…
El Capítulo 3. Eres única y especial: Revela el toque de la belleza incalculable que Dios nos ha dado, el te llama para que vivas en su presencia y que eres un tesoro…
Capítulo 4. Formadas por el Señor: Debemos ser organizadas…
Capítulo 5. Nueva vida en Cristo: Debemos vivir agradando a Dios reconociendo que vive Cristo en nuestras vidas…
Capítulo 6. Viviendo en el Espíritu: Somos guerreras de Dios, debemos andar en el Espíritu…
Capítulo 7. Dios dirige tu vida: Permitamos que Dios dirija nuestras vidas…
El Capítulo 8. Toques de Belleza (expresiones de motivación)
El Capítulo 9. Descubrirás poemas muy interesantes…
La lectura de este libro será una experiencia de inspiración y motivación para nuestras vidas.
IdiomaEspañol
EditorialBookBaby
Fecha de lanzamiento31 oct 2023
ISBN9798350914658
Toques de Belleza

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    Toques de Belleza - Agustina R. de Santiago

    BK90079989.jpgBK90079989.jpg

    © 2023 Agustina R. de Santiago. All rights reserved. This book or any portion thereof may not be reproduced or used in any manner whatsoever without the express written permission of the publisher except for the use of brief quotations in a book review. ISBN 979-8-35091-464-1 eBook 979-8-35091-464-1

    Contents

    Prefacio

    Epílogo Futurista...

    Datos Biográficos

    Capítulo 1.

    La importancia de la oración

    Aprende a escuchar la voz de Dios

    Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; Llamad, y os abrirá (Mateo 7:7)

    En la aflicción

    Capítulo 2.

    Escucha la voz de Dios

    La Palabra de Dios

    El Señor me dijo.

    Capítulo 3.

    Eres única y especial

    Eres divinamente diseñada

    El rey te llama.

    Tesoros en vasos de barro

    Capítulo 4.

    Formadas por el Señor:

    Seamos organizadas

    Cuidado con las apariencias.

    El Poder de Dios se perfecciona en la debilidad

    Capítulo 5.

    Nueva vida en Cristo

    Nuestras emociones y nuestra salud física

    Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia

    Vive Cristo en mí

    Capítulo 6.

    Viviendo en el Espíritu:

    Guerreras de Dios

    Andemos en el Espíritu:

    Anhelando el Cielo

    Capítulo 7.

    Dios dirige tu vida:

    Mi Dios es

    No molestes más al Maestro

    Capítulo 8.

    Toques de Belleza

    100 Toques de Belleza

    Capítulo 9.

    Poemas

    Pensamientos poéticos

    Prefacio

    En esta primera edición de Toques de Belleza, bajo nuestra serie Más Toques de Belleza, puedes vislumbrar el mundo cristiano donde por muchos años la Rev. Tina Santiago ha trabajado arduamente compartiendo sus conocimientos y ministrando en la obra del Señor. En su biografía encontrarás varios detalles de su conversión a Cristo y su sed de conocer a un Cristo vivo, su Salvador personal. A través de "Toques de Belleza", ella presenta varios estudios, historias de inspiración bíblica, anécdotas, y técnicas que te serán muy útiles y servirán como guías didácticas para tus propios talleres y estudios cristianos.

    La Pastora Santiago, ha escrito este Libro para la Gloria de Dios y para enriquecer espiritualmente a mujeres y jovencitas, y afirmar la divinidad y belleza interior que tenemos como guerreras y vencedoras en Cristo, Nuestro Señor.

    Este libro puede ser utilizado para estudios bíblicos, reuniones familiares, clases bíblicas y para su lectura personal.

    Dominique Ravelo - Napoli

    Epílogo Futurista...

    Quisiera revelarle a mis queridos lectores el deseo profundo que hay en mi corazón y este es mi último deseo.

    Deseo que Dios me conceda la oportunidad de servir a los que me rodean, ayudarles y transmitirles el amor que Cristo ha depositado en mí.

    Que pueda dejar una impresión profunda en el cambio efectuado en sus vidas al presentarles el amor de Cristo que transforma y cambia radicalmente nuestras vidas. Dar una sonrisa, una palabra de aliento, confortando sus corazones, motivándolos a levantarse y alcanzar el éxito, animarles a vivir vidas de calidad y excelencia.

    Que pueda ser siempre íntegra permaneciendo al lado de la rectitud y honestidad sin dar una sonrisa a lo incorrecto. Que mi Dios me conceda vivir sirviendo, morir con el arado en la mano, siempre activa irradiando la conducta de Cristo sin vacilar.

    Que en los últimos días de mi vida pueda ver a mis hijos, nietos y familiares sirviendo a Cristo. Mientras viva, viviré dando, amando; al frente de la batalla, dándole guerra a las fuerzas del mal, compartiendo, enseñando y dando todas las estrategias que me han ayudado a mí, a permanecer firme en Cristo a través de los años.

    "Concédeme Señor morir de pie, frente a la batalla y

    en ti, vivir triunfando...".

    Agustina Ravelo de Santiago

    Dedicatoria

    Primeramente agradezco a mi Señor Jesucristo, por todas sus bendiciones y amor incondicional. Y con ese mismo aprecio, dedico este libro con mucho amor:

    A mi querido esposo, Rev. Carlos Santiago, quien siempre me ha brindado su apoyo en todas mis iniciativas, y a través de los años me ha motivado para que complete esta publicación.

    A mis queridos hijos, Asaf, Esther y Joel

    A mis nietos: Ashantyi, Josiah e Israel

    A mis bellas hermanas, por esa alegría que siempre traen a mi vida:

    Martha Mojica y Dominique Napoli

    También a mi congregación de la Iglesia Centro Cristiano Vida Nueva, por sus oraciones, apoyo y dedicación en la obra del Señor.

    Gracias a mi hermana Dominique, por ayudarme con la escritura de este manuscrito.

    Gracias por los dibujos a Edwin Francisco Delgado Laínez

    Rev. Agustina R. Santiago

    Datos Biográficos

    Agustina R. Santiago

    Nací el 5 de Mayo de 1956, en Santo Domingo, República Dominicana. A temprana edad mi familia emigró hacia la isla vecina de Puerto Rico, donde pasé mi niñez.

    Recuerdo que las vecinas nos llevaban a la iglesia San Vicente de Paúl, en Santurce, todos los domingos. Yo me arrodillaba frente a un ataúd de cristal que guardaba una estatua de Cristo. Ver esta imagen era muy triste para mí, ya que presentaba heridas y la sangre le corría por su cuerpo; tenía un rostro de tristeza y de sufrimiento. En realidad yo no sabía el significado que tenía la muerte de Cristo para con mi vida. Yo no entendía lo que veía y a veces, angustiada, solo lloraba frente a ese ataúd. El desahogarme llorando, me hacía sentir bien en la iglesia. Sin embargo, no me sentía bien del todo. Entonces procuraba entrar al confesionario semanalmente y contar mis penas. Aunque lo cierto era que no me sentía del todo confiada al entrar al confesionario. Yo no me atrevía a decir todas las cosas que tenía en mi corazón pues simplemente no confiaba en la persona que me escuchaba.

    Nunca olvidaré que después de la misa en el trayecto a casa me decía a mí misma:

    Cuánto desearía sentir a Jesús cerca de mí. Estar con Él cada día de mi vida. Tenía una necesidad de sentir su presencia de cerca y sentirle vivo. Este sentir, este pensar, era efímero; solo me llegaba a la mente los domingos. Yo me convertí en una cristiana de domingos. Y durante la semana, la imagen que tenía de Cristo, era la misma que seguía allí: lo veía crucificado o en una esquina de la iglesia, en su ataúd. Y así continuaba yo vacía y con una profunda necesidad de Dios. Esto fue una pequeña parte del principio de lo que sería una nueva vida al servicio de Dios.

    En la mañana del 1 de mayo de 1972, como a las 11:30 a.m., llegaron unos jóvenes a la Escuela Secundaria de Artes Plásticas Lucchetti, en el Condado, Puerto Rico, donde yo estudiaba. Estos jóvenes estaban reunidos cantando y predicando la Palabra de Dios fervorosamente. Ellos testificaban de cómo el Señor había cambiado sus vidas. Yo atentamente les escuchaba y sentía que todo lo que decían se identificaba conmigo. Hicieron un llamado, yo lloraba mucho, levanté mi mano en aceptación de Cristo y repetí la oración de fe. Solo decía en mi corazón: Jesús, lo que yo estaba buscando, ya lo encontré. ¡Ya podía tener una relación personal con el Señor, un Cristo vivo y real, una esperanza nueva! Ahora mi Cristo era real; ya no era una imagen decaída en un ataúd de cristal, tampoco un Cristo en una cruz o una estatua con ojos, pero que a mí no me miraba, ni con oídos que a mí nunca me escucharon. No escuchaba mis oraciones, ni mis angustias. Ni un Cristo con manos que nunca sentí que se extendieron a socorrerme; simplemente era un Cristo muerto. Desde ese momento mi vida cambió, para mí todo era diferente. Yo experimenté el nacer de nuevo. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2Corintios 5:17).

    El poder de Dios se hizo presente en mi vida al recibir el Bautismo en el Espíritu Santo. Me uní a una congregación y asistía al Instituto Bíblico Biblia, Oración y Ayuno (B.O.A.). Hice una decisión en mi corazón de ser una cristiana perseverante y constante, no simplemente de domingos. Deseaba dedicar mi vida a Dios y que él me usara poderosamente. Yo estaba dispuesta a pagar el precio necesario para ser un vaso útil en las manos de Dios.

    En la escuela comencé a predicar la palabra del Señor y se convertían almas. También predicaba el evangelio en otras escuelas, en las calles y los autobuses públicos. En muchas ocasiones, todos los pasajeros aceptaban a Jesucristo como su único salvador. Pero también en otras, se formaba una algarabía donde las gentes me gritaban con insultos que me callara o bajara del autobús. ¡Gloria a Dios! Estas experiencias fueron un entrenamiento maravilloso para mí.

    En Las Catacumbas, la congregación a la cual pertenecía, yo era parte del liderazgo. Solía aconsejar, ministraba la Palabra, y también asistía a los hospitales dos veces a la semana a predicar y ministrar sanidad divina. El Señor manifestaba su poder grandemente. Los sordos eran sanados —yo caminaba hacia atrás y les decía: me oyes, hablando más bajito me alejaba más lejos y me oían—. Las hernias y diferentes enfermedades desaparecían. Semanalmente visitábamos el hospital de tuberculosos y el leprocomio en el municipio de Trujillo Alto, en Puerto Rico. En la época de los setenta se erradicó esta enfermedad en Puerto Rico y dieron de alta a todos los pacientes que quedaban. En esos lugares se les ministraba sobre el amor de Dios, sanidad divina, etc. En varias ocasiones recuerdo darles un beso en la mejilla (algunos solo con parte de sus mejillas) y no nos molestaba el olor o la apariencia física de ellos; mucho menos temíamos ser contaminados. Siempre recuerdo con ternura en mi corazón, a un leproso llamado Creación. Esa noche de visita nos recibió con mucha curiosidad y pidió oración por él. Todos oramos unánimemente por su sanidad. Volvimos a visitar la próxima semana y el primero en recibirnos era Creación y nos decía lo bien que se estaba sintiendo. Sentíamos verdadera compasión por la condición en la cual se encontraban y les dábamos cariño, cantábamos con ellos y ministrábamos salvación y sanidad divina. En muchas de nuestras prédicas, muchos aceptaron al Señor y muchos también fueron sanados. Conquistamos en el nombre del Señor los corazones de estos enfermos y a la vez ellos nos conquistaron con su amor y sed de ser redimidos y curados. Mi vida como cristiana era muy firme y hubo profecías que revelaban el futuro que Dios me tenía guardado. Dios tenía planes muy lindos para mí, incluyendo ayuda idónea.

    Ya llevo 47 años de casada. Conocí a mi esposo en nuestra congregación Las Catacumbas. Él siempre estaba dedicado completamente al Señor en el ministerio de la música. Veía su amor por Dios y su dedicación en la vida cristiana. El Señor nos unió en matrimonio. Luego, ya casada, continué mis estudios universitarios y me gradué de la Universidad Interamericana en Hato Rey, Puerto Rico. Obtuve un Bachillerato en Artes, con una concentración en Educación.

    Mi esposo y yo estuvimos varios años pidiéndole al Señor que nos guiara y nos diera y dirección para mudarnos de Puerto Rico. Luego de mucho tiempo de oración,

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