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Permaneciendo en Identidad (Abiding In Identity): Quién Soy por de Quién (Who I am Because of Whose I am)
Permaneciendo en Identidad (Abiding In Identity): Quién Soy por de Quién (Who I am Because of Whose I am)
Permaneciendo en Identidad (Abiding In Identity): Quién Soy por de Quién (Who I am Because of Whose I am)
Libro electrónico255 páginas3 horas

Permaneciendo en Identidad (Abiding In Identity): Quién Soy por de Quién (Who I am Because of Whose I am)

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Información de este libro electrónico

Pero realmente, ¿Quién es usted?
¿Está listo para dejar que esa pregunta lo sacuda hasta lo más profundo, mientras quita capas de falsa identidad construidas sobre factores cambiantes y efímeros y aprende a aceptar su verdadero yo que se encuentra solo en Jesucristo? Ningún trabajo, ninguna relación familiar, ningún tipo de personalidad, nacionalidad o logro puede ofrecerle lo que Cristo hace: una identidad permanente de justicia en Él.
Nate Sweeney, Líder Direccional de la Iglesia Catalyst en Bentonville, Arkansas, y Fundador y Líder Direccional de la Red de Permanencia, tiene el llamado y la pasión de ayudar a las personas a conocer a Cristo y darlo a conocer. El autor de La Iglesia que Permanece y Permaneciendo a los Pies de Jesús ahora nos lleva aún más profundo en este poderoso estudio de la identidad cristiana.
A medida que lea este libro, descubrirá:
• Lo que significa ser justo en el aquí y ahora, no solo algún día en la eternidad
• Ideas falsas que asumió en la salvación que están obstaculizando su crecimiento actual
• Formas en las que podría estar sustituyendo el legalismo y la justicia propia por una relación permanente
• Cómo superar la tentación y renovar su mente lo lleva a un camino de transformación
• El costo y el gozo del discipulado cuando se somete a Cristo como Señor

Además, cada capítulo concluye con preguntas de libro de trabajo, un paso de acción y una motivación para escribir un diario para ayudarlo a personalizar y aplicar las verdades que ha aprendido.
¿Dejará que el sistema de este mundo y el enemigo de su alma lo definan? Sus tácticas sutiles a menudo resultan familiares y seguras. Pero si está cansado tanto de las fachadas religiosas como de los falsos pretextos de gracia, comience a leer Permaneciendo en Identidad: Quién soy por de Quién Soy hoy, ¡y abra la puerta a vivir en un discipulado radical y justicia auténtica!
IdiomaEspañol
EditorialBookBaby
Fecha de lanzamiento10 sept 2021
ISBN9781098393304
Permaneciendo en Identidad (Abiding In Identity): Quién Soy por de Quién (Who I am Because of Whose I am)

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    Permaneciendo en Identidad (Abiding In Identity) - Nate Sweeney

    cover.jpg

    Título original: Abiding in Identity

    Copyright © 2018 by Nate Sweeney

    Traducido por Jahider Samir Garzón Silva (jahider@gmail.com)

    Junio 2021

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, distribuida o transmitida de ninguna forma ni por ningún medio, sin autorización escrita previa.

    A menos que se especifique lo contrario, todas las citas de las Escrituras están tomadas de la versión King James®. Copyright © 1982 de Thomas Nelson, Inc. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.

    Las citas bíblicas marcadas (AMP) están tomadas de Amplified® Bible (AMP), copyright © 2015 de The Lockman Foundation. Utilizado con permiso. www.Lockman.org.

    Las citas bíblicas marcadas (KJV) están tomadas de la Biblia King James. Accedido en Bible Gateway. www.BibleGateway.com.

    Las citas bíblicas marcadas (NASB) están tomadas de la Biblia New American Standard® (NASB), copyright © 1960, 1962, 1963, 1968, 1971, 1972, 1973, 1975, 1977, 1995 de The Lockman Foundation. Utilizado con permiso. www.Lockman.org.

    Las citas bíblicas marcadas (NVI) están tomadas de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional. Copyright © 1973, 1978, 1984, 2011 de Biblica, Inc.® Utilizado con permiso. Todos los derechos reservados en todo el mundo.

    Sermon To Book

    www.sermontobook.com

    Abiding in Identity / Nate Sweeney

    ISBN: 978-1-09839-329-8

    eBook ISBN: 978-1-09839-330-4

    Una de las partes más difíciles del discipulado es ver el proceso de quebrantamiento bíblico desplegado en la vida de las personas. Jesús nos enseñó que el Reino de Dios está disponible para todos, pero debe venir a través del quebrantamiento que lleva al arrepentimiento (2 Corintios 7:10). Las personas que reconocen su quebrantamiento abrirán, la mayor parte del tiempo y eventualmente, sus corazones a la redención y el perdón de Cristo. Este proceso puede ser largo y brutal, pero es la única forma. Estar en la vida de las personas durante este proceso también puede ser brutal, pero eso es discipulado.

    Una de las partes más gozosas del discipulado es ver a las personas quebrantadas arrepentirse de sus pecados y encontrar perdón, amor, esperanza y gozo en Cristo. Para mí, esto ha sido especialmente conmovedor cuando he estado con estas personas durante su viaje. He sido testigo de cómo se desarrolla la transformación.

    El gozo de ver a Cristo hacer cosas hermosas de nosotros no tiene precio. Si usted no está en un ministerio de discipulado lleno de problemas, se está perdiendo innumerables horas de doloroso viaje con la gente. Pero también se está perdiendo de la gozosa alegría cuando finalmente rinden sus corazones a Cristo. El dolor del viaje no es más que la alegría del destino.

    Gracias, Jesús, porque puedo ser parte de lo que estás haciendo hoy en la tierra en la vida de las personas. Gracias por tomar nuestras cenizas y hacer belleza. Gracias por perdonarme cuando me he quejado del dolor del ministerio lleno de problemas. Gracias por no sacarme del proceso, porque he sido capaz de observar tu mano redentora una y otra vez. Tú, oh Dios, ¡eres simplemente asombroso!

    Este libro está dedicado a ustedes discípulos de Cristo quienes lo llaman Señor. Este libro es para todos ustedes que son lo suficientemente valientes para vivir en discipulado lleno de problemas y ministrar desde ese lugar de autenticidad y transparencia. Este libro es para aquellos de ustedes que han viajado con personas en su camino hacia el quebrantamiento. Este libro está dedicado a todos los que se atreverían a confiarle a Cristo su vida entera. Nada dice, Señor, soy tuyo como mostrar que nada les pertenece a ustedes. Gracias por entregarse desinteresadamente al Señor primero y después a Su reino.

    CONTENIDO

    INTRODUCCIÓN ¿Por Qué Este Libro?

    CAPÍTULO UNO ¿Qué es Justicia?

    CAPÍTULO DOS ¿Estamos Predicando Solo la

    Mitad del Evangelio?

    CAPÍTULO TRES Identidad sin Cristo Versus

    Identidad en Cristo

    CAPÍTULO CUATRO ¿Bajo Cuál Pacto Está Viviendo?

    CAPÍTULO CINCO ¿Acaso No es Malo el Corazón?

    CAPÍTULO SEIS Renueve Su Mente

    CAPÍTULO SIETE Yo Soy la Justiciade Dios en Cristo

    CAPÍTULO OCHO Una Historia de Tres Reinos

    CAPÍTULO NUEVE Viviendo en Santidad

    CONCLUSIÓN Permaneciendo en Identidad,a los

    Pies de Jesús

    APÉNDICE A Llevar Un Diario 101por Rocky Fleming

    APÉNDICE B Más Recursos

    REFERENCIAS Notas

    Acerca del Autor

    Acerca de Sermon To Book

    INTRODUCCIÓN

    ¿Por Qué Este Libro?

    La iglesia no está formada por amigos naturales. Está formada por enemigos naturales. Los cristianos se unen, no porque formen una colocación natural, sino porque han sido salvados por Jesucristo y le deben una lealtad común. A la luz de esta lealtad común, a la luz del hecho de que todos ellos han sido amados por Jesús mismo, se comprometen a hacer lo que Él dice, y Él les ordena que se amen los unos a los otros.[1]

    —D.A. Carson

    Crecí en un ambiente religioso. La iglesia de la que mi familia fue parte durante toda mi infancia tenía muchas influencias teológicas que estaban basadas en la verdad, pero que vivían en un extremo desequilibrado de muchas de esas verdades. Mi experiencia en este ambiente de iglesia me llevó a un entendimiento no-saludable de Dios.

    Salí de este ambiente con muchas conclusiones teológicas confusas. Eventualmente pasé por una temporada en la que odié lo que pensaba que era la iglesia cristiana en general durante muchos años.

    Amaba a Dios, solo que odiaba lo que veía que Su iglesia se había convertido.

    Empecé un viaje en el que todavía estoy. Le pedí a Dios que simplemente se revelara ante mí y me mostrara la verdad. Pedí que cualquier engaño en mi vida fuera expuesto por su Espíritu Santo y Su palabra. Finalmente terminé pasando más de un año en Juan 15, aprendiendo lo que significa permanecer en Cristo.

    Esta simple revelación ha transformado mi vida en formas que los sistemas religiosos nunca pudieron. Este viaje me ha llevado a muchos lugares teológicos diferentes, y mis experiencias me han llevado a conclusiones importantes, una de las cuales es esta:

    El tema de la justicia con Dios es el tema más mal entendido en la comunidad cristiana hoy en día.

    Eso puede parecer una declaración bastante atrevida, y lo es. La justicia es el fundamento sobre el cual se debe fundar toda otra teología. Si no ponemos un fundamento firme de justicia, entonces nuestro caminar de fe flaqueará y tal vez incluso se derrumbará, como lo hizo el mío.

    He enseñado y predicado sobre el tema de la justicia durante muchos años y en muchos entornos diferentes. Cuando se trata de Dios y quiénes somos en relación con Él, la mayoría de las personas que conozco sienten culpa e inferioridad. No solo me refiero a los no creyentes; me refiero a los cristianos creyentes en la Biblia.

    Casi cada vez que hablo acerca de la justicia, hay quienes me apartan después y quieren compartir pensamientos inspiradores que surgieron del mensaje. Muchos han compartido que no habían visto este punto de vista de la justicia en las Escrituras y sintieron que la luz les abrió nuevos ámbitos para su relación con Dios. Otros hablaron de cómo este mensaje los liberó de la esclavitud religiosa de la que se habían sentido cautivos por muchos años.

    Aun otros han dicho que sintieron la invitación de Dios a buscar la comunión con Cristo y convertirse en un discípulo de Él. Algunos se han irritado con este mensaje y han querido defender su propia bondad, argumentando que son buenas personas que viven buenas vidas y esto equivale a estar bien con Dios. Estas conversaciones alentadoras y conflictivas me han llevado a creer que este tema de la justicia está mal entendido y que se necesita una comprensión adecuada del mismo en el Cuerpo de Cristo hoy.

    Tenemos un Problema

    Dentro de la humanidad hay un problema de pecado. Todos nacemos con la semilla del pecado en nuestra naturaleza. Eso tiene a la humanidad en busca de la justicia y la autojustificación. Muchas religiones, organizaciones humanitarias, fundaciones de caridad e instituciones filantrópicas han sido creadas en busca de una respuesta a este problema del pecado.

    La mayoría de la gente intenta hacer el bien y no hacer el mal con la esperanza de que esto equilibre la balanza del karma o complazca a un dios, a cualquier dios. Creo que la mayoría de las iglesias están llenas de personas que simplemente están cumpliendo con su deber cristiano con la esperanza de que su asistencia, donaciones y servicio a la iglesia sea suficiente para apaciguar a Dios y erradicar el problema del pecado en sus vidas. Pero este problema del pecado es algo que no se puede reconciliar sin la intervención de Dios.

    En la iglesia cristiana estadounidense, veo personas buscando de maneras similares pero distintas. Tenemos muchas tribus, campamentos, denominaciones, sectas y divisiones representadas. Todas tienen sus creencias fundamentales, prácticas culturales y filosofías de ministerio.

    Amo la diversidad en el Cuerpo de Cristo; sin embargo, la diversidad no debería ser igual a la división. Veo más divisiones que unidad. Veo que muchos permiten que las pocas cosas en las que no estamos de acuerdo rompan las relaciones que se basan en las cosas en las que si estamos de acuerdo. Esto me rompe el corazón y creo que también rompe el corazón de Dios. Dios es asombroso al traer unidad en nuestra diversidad, si se lo permitimos.

    Permaneciendo Unidos a Pesar de la Diversidad

    Muchas veces, en lugar de unirnos detrás de lo que tenemos en común, permitimos que los problemas secundarios nos dividan. He visto las palabras apostasía, herejía, lobo y falso maestro mal usadas más veces de las que creo que se usaron correctamente en todo el Nuevo Testamento. Así como algunos extremistas ven un demonio o ángel detrás de cada árbol, muchos en el extremo opuesto ven herejes y lobos detrás de cada púlpito.

    Alguno de los autoproclamados cazadores de herejías de hoy en día son como un médico que amputó la cabeza de su paciente porque el paciente necesitaba gafas. Son como los hipócritas de los que habló Jesús, que colaron un mosquito, pero se tragaron un camello, condenando a algunos de los hijos de Dios al infierno debido a una diferencia con respecto a una doctrina o práctica no esencial.[2]

    —Dr. Michael Brown

    No niego la validez de los apóstatas, herejes, lobos y falsos maestros, pero no son tan frecuentes como muchos supondrían. No estar de acuerdo con algunos temas bíblicos o formas de ministerio no hacen a uno un hereje y al otro un santo. Es como si algunas personas pensaran que, si tú y yo no estamos completamente de acuerdo con todo, entonces somos enemigos y estamos en guerra. No debería ser de esta manera.

    Me consideraría un nerd de la doctrina: me adhiero cercanamente a una interpretación conservadora de las Escrituras. No estoy respaldando ni por un segundo a aquellos que buscan engañar a otros utilizando la Biblia. Simplemente estoy decepcionado por la inmadurez que veo de muchos en el liderazgo en el Cuerpo de Cristo hoy.

    A veces tomo a la ligera a las personas que usan su propia plataforma religiosa y su megáfono para condenar la plataforma religiosa y el megáfono de otra persona. Supongo que algunos piensan que entre más alto estén o más fuerte griten, más serán escuchados. Derribar a alguien más para promover su propia agenda no es un buen liderazgo y no es ejemplo de Cristo.

    He sido testigo de muchas personas que practican los mismos pecados de los que acusan a otros, al tiempo que exhalan una impresión de pureza en su comportamiento. Están completamente ciegos a la hipocresía en la que están caminando. Creo que algunos líderes de la iglesia de hoy están convencidos de que tienen un don espiritual de crítica. Obviamente ese don no existe. Si eres hipercrítico, puede que tengas un espíritu de crítica, pero no es del Espíritu Santo.

    Mi intención en este libro no es criticar o derribar a los demás, sino todo lo contrario. Espero compartir una visión bíblica que será un catalizador en su vida y lo llevará a una comunión más profunda con Cristo. Quiero señalarle una relación íntima y permanente con Cristo que le permite a Él ser el agente transformador entre usted y Él mismo.

    Un Extremo o el Otro

    Durante mis muchos años de experiencia en el mundo de la iglesia, he visto dos líneas de pensamiento comunes sobre el tema de la justicia que se destacan. Ambas formas de pensar miran la misma Biblia, pero terminan con interpretaciones completamente opuestas de lo que significaba el texto. Las listas a continuación ofrecen solo un puñado de las opiniones más extremas con las que me he encontrado. Aquí están ordenadas como las más comunes y no como un listado exhaustivo.

    Antes de presentar estas dos formas de pensar, quiero tener cuidado de no pintar una mala imagen. Lo que estoy hablando aquí no es el pensamiento dominante de la mayoría de los grupos cristianos. Simplemente compartiré algunas características que son puntos de vista marginales y extremos de dos escuelas de pensamiento que he encontrado en mis experiencias.

    Estos puntos de vista juegan un papel importante en el tema de una posición correcta ante Dios. Hay un amplio espectro de creencias en ambos lados de estas dos líneas de pensamiento, pero a través de mi teología, expuesta en las páginas de este libro, encontraremos consuelo en una visión equilibrada en algún punto intermedio.

    La primera línea de pensamiento:

    Los seres humanos son gusanos y no tienen ningún valor.

    La salvación no tiene nada que ver conmigo y es hecha por separado de mí.

    Aún como cristiano, nunca seré digno ante Dios.

    Nada de lo que haga en esta vida importa, debido a la elección predeterminada de Dios para mi vida.

    La santidad de Dios lo mantiene distante y Él no desea una relación personal con la humanidad.

    La segunda línea de pensamiento:

    Los seres humanos pueden alcanzar un estado divino a través de la fe y las buenas obras.

    La salvación tiene todo que ver conmigo, y soy responsable de ganarme y mantener el favor de Dios a través de las buenas obras.

    Mi fe y buenas obras pueden determinar mi destino y circunstancias. Tengo el control supremo incluso fuera de un Dios soberano.

    Dios está obligado a cooperar con mi fe y hacer las cosas de acuerdo con mis confesiones y deseos.

    La justicia es ganada caminando en obediencia a la Palabra de Dios.

    Mirando la lista de arriba, ¿qué está pensando? ¿Está familiarizado con alguna de esas líneas de pensamiento? ¿Le sientan bien esas declaraciones o le causan preocupación? ¿Alguna de estas ideas parece extrema o desequilibrada?

    ¡Esta es Tu Temporada de Cambio!

    Estoy realmente asombrado por los caminos por los cuales Dios me ha guiado en mi vida. Muchos no los hubiera elegido yo mismo, pero me he rendido a su elección. Muchos fueron dolorosos, llenos de disciplina, poda y reprensión, pero muy fructíferos. Muchas temporadas fueron bendecidas y prósperas, así como también llenas de dolor y tristeza.

    Al estudiar el libro de Eclesiastés recientemente, se me recordó que las temporadas de Dios tienen un propósito y un significado (Eclesiastés 3: 1-8). Una de mis más grandes lecciones de vida, que ha sido una constante en todas las temporadas, ha sido hacerle peguntas a Dios como:

    ¿Qué estás haciendo en esta temporada?

    ¿Qué quieres enseñarme?

    ¿A dónde me lleva esto?

    De quién estoy aprendiendo y a quién estoy enseñando en esta temporada?

    Las estaciones no se tratan de mí, pero siempre tienen lecciones importantes para mí en este viaje de discipulado con Cristo.

    Estoy aprendiendo que las palabras de Jesús de una fe simple e infantil deberían ser el acercamiento que tome en todas las situaciones. Debería ver el mundo con posibilidades infinitas en Cristo. Debería ver el mundo a través del asombro y el esplendor de este Dios asombroso. Debería mirar cada montaña como movible e insignificante comparada a mi Dios (Mateo 17:20).

    Debería recordarme a diario que mi Dios tomó nada y creó algo (Génesis 1). Y luego Él impartió valor a ese algo. Este algo soy yo. Este algo es la humanidad. Este algo es este mundo. Soy más que un peón en el tablero de ajedrez de la vida; soy un hijo del Rey Altísimo, sentado en los lugares celestiales en Cristo (Romanos 8: 12-17; Efesios 1: 15-23).

    Mientras nos embarcamos en este viaje, los animo a que adopten esta mentalidad. Ábrase a aprender cosas nuevas sobre la justicia. Esfuércese por cavar profundo y buscar a Dios. Y, sobre todo, permítale a Él guiarlo a la verdad.

    La Fe en el Centro

    Somos creados a imagen y semejanza de Dios, y Él desea tener comunión con nosotros. Todo lo que Él nos pide para caminar en comunión con Él es fe: Fe que es identificada con el abandono personal y la confianza absoluta. Fe que actúa con obediencia. Fe que dice: No soy mío, he sido comprado por precio (1 Corintios 6: 19-20).

    Ese precio fue la sangre preciosa de Cristo, y el pago que Él proporcionó le dio un gran significado a mi vida. Él quiere que yo tenga una fe que tome en serio el llamado a la crucifixión con Cristo y viva acordemente.

    Fe que sabe que he sido crucificado con Cristo y que ya no soy yo quien vive, sino Cristo quien vive dentro de mí (Gálatas 2: 20). Fe que sabe que fui sepultado con Él en el bautismo y resucitado con Él en una nueva vida (Ro-manos 6:4). Fe que entiende que estoy escondido en Él (Colosense 3: 3). Fe que está decidida a vivir en una relación íntima y permanente con Él.

    Sería una deshonra para Dios llamar insignificante a lo que Él ha llamado significante. Sería vergonzoso para mi vivir mi vida fuera de lo que

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