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Mundos árabes en Movimiento: Historia del presente.
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Mundos árabes en Movimiento: Historia del presente.

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Mundos árabes en movimiento refleja el interés por entender el Medio Oriente contemporáneo desde una perspectiva interdisciplinaria y crítica que, retomando a Foucault, bien podría denominarse ''historia del presente''. En el caso del Medio Oriente, el presente está marcado por las experiencias fundacionales del encuentro colonial y la consecuente
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento4 sept 2023
Mundos árabes en Movimiento: Historia del presente.
Autor

Camila Pastor

Camila Pastor de María y Campos es profesora-investigadora de la División de Historia del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Es doctora en antropología Sociocultural por la Universidad de California, Los Ángeles, y se especializa en antropología histórica, nacionalismo y trasnacionalismo, relaciones del Medio Oriente con América Latina y migración. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), nivel I, y de la Middle East Studies Association. Autora de The Mexican Mahjar: Transnational Maronites, jews and arabs under French Mandate (en prensa) . Gilberto Conde es profesor- investigador y director de la revista Asia y África del Centro de Estudios de Asia y África por la misma institución y miembro, nivel II, de SNI. Se enfoca en temas de geopolítica y relaciones internacionales en el Medio Oriente, movimientos sociales, conflictos y autoritarismo, recursos naturales- particularmente el agua- y las relaciones de poder en el Medio Oriente y la zona norte de África. Es autor de Turquía, Siria e Iraq: Entre amistad y geopolítica (2014) Marta Tawil es profesora-investigadora en el Centro de estudios Internacionales de El Colegio de México. Es doctora en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por el Institut ´Études Politiques de París, y tiene una maestría por la misma institución en política comparada de los países del mundo árabe y musulmán. Es miembro del SNI y de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales. Es autora del libro Siria: Poder regional, legitimidad y política exterior 1996-2016 (en prensa).

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    Mundos árabes en Movimiento - Camila Pastor

    Índice

    Introducción,

    Camila Pastor, Gilberto Conde y Marta Tawil

    primera parte: Encuentros y circulaciones,

    capítulo I

    La apología de Boabdil. Poema y epístola de al-Šarīf al-‘Aqīlī,

    Leila-Carmen Makki-Hornedo

    capítulo II

    El espejo del Islam en el cristianismo,

    Jean Meyer

    capítulo III

    La práctica femenina del sufismo. Retrato hablado de las mujeres de la Orden Sufí Jalveti Yerráji de la Ciudad de México,

    Erika Aguilar

    segunda parte: Fronteras y transnacionalidades,

    capítulo IV

    Medio Oriente y Brasil. Política transregional en la era de Dilma Rousseff,

    Paul Amar

    capítulo V

    La comunicación política del Hezbolá en el conflicto israelí-palestino,

    Olfa Lamloum

    capítulo VI

    Fronteras en el Medio Oriente durante un periodo de conflictos,

    Cyril Roussel

    capítulo VII

    Los tuaregs del norte de Mali. Entre el desconocimiento

    y la guerra contra el terrorismo,

    Hilda Varela

    tercera parte: Cuerpo y colonialismo,

    capítulo VIII

    Imperialismo y sexualidad,

    Joseph Massad

    capítulo IX

    Género, clase y raza en un contexto colonial y poscolonial.

    Un acercamiento a través de la sexualidad mixta,

    Christelle Taraud

    capítulo X

    El arte en Líbano. Cuerpos en transición,

    Nuha N.N. Khoury

    capítulo XI

    La invención de los indicadores internacionales. Salud, problemas sociales y cuantificación en el Cercano Oriente bajo mandato (1919-1939),

    Philippe Bourmaud

    Sobre los autores,

    Introducción

    Camila Pastor, Gilberto Conde y Marta Tawil

    Mundos árabes en movimiento: historia del presente refleja nuestro interés por entender el Medio Oriente contemporáneo desde una perspectiva interdisciplinaria y crítica, a la cual llamaremos historia del presente. El presente es complejo en su diversidad porque está en constante transformación, en constante movimiento. Partimos del momento presente para analizar las categorías, las dinámicas y los debates que hoy parecen naturales, incluso necesarios, como hechos sociales construidos a través del tiempo. Las categorías que están hoy día en juego se revelan como blancos móviles que cambian de contenido en diferentes coyunturas, al ser instrumentalizadas en el marco de diferentes proyectos políticos. El Medio Oriente hoy es más grande y más diverso que el mundo árabe, incluye hablantes de farsi, turco, amazigh y hebreo, entre otras lenguas. Ya que los editores nos especializamos en el mundo árabe —aquellas regiones del Medio Oriente y el norte de África de habla árabe— este libro se enfoca, predominantemente, en dicho espacio social. Reconociendo su diversidad y el peligro de reducir lo árabe a un espacio geográfico, a una temporalidad o una formación estatal, decidimos hablar de mundos árabes, en plural.

    Las dinámicas y los paisajes sociales que observamos hoy en día han sido construidos, a lo largo de los últimos siglos, a través de tensiones, confrontaciones y contradicciones que muchas veces son invisibles para el presente. En el caso de Medio Oriente, el presente está marcado por las experiencias fundacionales del encuentro colonial y la consecuente integración a un sistema global dominado por Europa occidental a lo largo de los últimos dos siglos. Estos encuentros resultaron en grandes transformaciones para la región. Mundos árabes en movimiento: historia del presente reúne once capítulos escritos por especialistas de la historia, la antropología y las relaciones internacionales, no sólo del mundo árabe, sino también de aquellas geografías que se han constituido como sus fronteras y diásporas. Esto es fundamental, pues una de las grandes revisiones que se ha hecho en las últimas décadas al modelo de los estudios de área (que durante el siglo xx fue la forma predilecta de dividir y estudiar el mundo) es el reconocimiento de las historias compartidas y las historias cruzadas. Para escribir historias de un mundo en movimiento se necesitan nuevas categorías de análisis, nuevas estrategias de investigación y, muchas veces, colaboraciones interdisciplinarias o, incluso, nuevas disciplinas académicas.

    Así, gran parte del trabajo de estos autores se caracteriza por su transgresión de fronteras geográficas y tradiciones disciplinarias que resultan demasiado estrechas para entender el mundo que nos toca vivir y observar. Este conjunto de textos ofrece puentes para reconocer una historia compartida entre Medio Oriente y América Latina y para imaginar futuros posibles. Algunos de los autores vienen de los países en cuestión: de Túnez, Egipto, Líbano, Palestina y Jordania. Otros son investigadores en instituciones de Europa, Estados Unidos y América Latina; varios trabajamos desde México. Hay algo que todos compartimos: el esfuerzo por comprender estas sociedades acercándonos a ellas, aprendiendo sus lenguas, pasando largas temporadas conviviendo con su gente en sus propios contextos y en sus propios términos. Todos los autores somos producto de la experiencia en carne propia de la región.

    La historia del presente

    La escritura de una historia del presente fue articulada por el filósofo e historiador francés Michel Foucault en los años sesenta y setenta. Fue retomada por la academia norteamericana durante las décadas subsecuentes como alternativa a la crisis de las ciencias históricas y sociales. La historia del presente, tal y como la anuncia Foucault, implica una perspectiva crítica. En lugar de narrar la historia como una cronología natural, una mera sucesión necesaria de eventos y grandes hombres, identifica instituciones, prácticas y categorías del presente, y se dedica a indagar sus genealogías bajo un espíritu crítico. Sustituye, en palabras de Foucault, una metodología arqueológica por una genealógica. En la actualidad, los historiadores del presente conforman una gran comunidad que ha refinado y extendido las propuestas iniciales de Foucault; de hecho, existe una revista académica dedicada a la historia del presente. Entre sus vetas más interesantes y productivas está la intersección de dicha perspectiva con los estudios coloniales y postcoloniales y con la antropología histórica.

    Para 1978, con la publicación del libro Orientalismo de Edward Said, la historia del presente se cruzaba con el inicio de los estudios postcoloniales que, desde varias disciplinas, llamaban a reescribir la historia de aquellos espacios que habían sido colonias hasta hacía recientemente poco, desde la perspectiva y las preocupaciones locales, en lugar de hacerlo desde desde la mirada mirada del colonizador. Mientras que Foucault dedicó su obra a la historia de los límites de la racionalidad europea, el trabajo de Said y su escuela inauguró una historia del presente del Medio Oriente que podríamos llamar post-orientalista. Aunque no todos los autores que contribuyen a este volumen hacen referencia directa al trabajo de estas dos figuras fundacionales, las intervenciones de Foucault y Said constituyeron a tal punto un parteaguas en los debates sobre la región, que como comunidad académica hoy día, todos producimos conocimiento que en alguna medida y de alguna manera está en diálogo con ellos.

    ¿Qué es el orientalismo, quiénes fueron los orientalistas, y por qué pasar a otra forma de entender la región constituye un cambio tan importante? Desde finales del siglo xviii, las representaciones a través de las cuales se entendía el Medio Oriente en Norteamérica, en Europa y entre quienes se asumían como sus herederos intelectuales —por ejemplo las elites latinoamericanas— fueron producidas por expertos que conocían las lenguas de la región y podían leer sus textos antiguos. La contribución de Said fue señalar que esa estrategia para conocer la región privilegiaba su pasado, hacía invisible su presente y reproducía la idea de una diferencia tajante entre ellos y nosotros. Borraba así una larga historia de interacción y competencia entre los Estados al este y al oeste, al norte y al sur del Mediterráneo, entre los cuales el equilibrio de poder ha cambiado muchas veces a lo largo de los siglos.

    La producción de los académicos europeos y norteamericanos especialistas en Medio Oriente, los llamados orientalistas, se comenzó a entender ya no como la verdad sobre estas poblaciones y tradiciones, sino como una forma de representarlas cómplice del poder y la expansión colonial de Europa. La interpretación orientalista se concentraba en las diferencias entre dos entidades imaginadas como opuestas, como reverso una de la otra: Oriente y Occidente. Al describir los contrastes entre estas unidades imaginadas, los orientalistas secuestraban los valores positivos como atributos de Occidente y atribuían sus opuestos binarios al otro, que resultaba, siempre y por definición, un Medio Oriente atrasado frente a una Europa desarrollada, un oriente medieval frente a un occidente moderno, un mundo árabe fanático y religioso frente a un mundo euroamericano supuestamente racional y laico.

    Desde la historia y la antropología, escribir en clave postorientalista significa tomar en serio los grandes cuestionamientos a las dos disciplinas que se han hecho desde el interior de las mismas desde los años setenta. Para la historia implica cambiar su unidad de estudio, pues durante mucho tiempo fue una historia nacional, oficial, que narraba el origen y las glorias del Estado-nación en turno y alejarse de la práctica, tan extendida, de que la historia la escribieran siempre los vencedores. Las alternativas propuestas han sido muchas, entre ellas: un vuelco a lo que se ha llamado historia social, la historia desde abajo, los estudios subalternos y la historia antro­pológica.

    Estos giros han incorporado como actores de la historia a una gama de sujetos sociales que resultaban invisibles y dispensables en las narrativas heroicas de la nación, protagonizadas por elites y grandes hombres. Así, accedieron a la historia un sinfín de actores subalternizados con lógicas y proyectos propios, empezando por la acción política de los campesinos, las historias de las mujeres, los artesanos y obreros y la vida privada. Esto multiplicó las voces y complejizó las explicaciones. Asimismo, los historiadores han vuelto a interesarse por procesos muy pequeños —las microhistorias y las biografías— y otros muy grandes —las historias transnacionales y transregionales, como la historia atlántica o la historia del Índico y la historia global. Muchos de los contribuyentes en este volumen responden a dichos proyectos.

    Desde la antropología, el cuestionamiento principal fue su co­laboración con la práctica colonial. Como señaló, en 1973, el antropólogo saudí Talal Asad, la etnografía como técnica se basa en el acceso directo a las poblaciones y la observación participante. Tiene su origen histórico en una complicidad entre los investigadores y los estados coloniales europeos en Asia y África que garantizaban el acceso a los lugares, de preferencia remotos, donde el antropólogo hacía su trabajo de campo. El estado colonial comisionaba estudios que le permitieran entender mejor a las poblaciones locales para gobernarlas mejor. La producción de textos que encerraban a sus sujetos en un presente etnográfico y trataban a las culturas como unidades discretas y autónomas borraba de manera conveniente la historia violenta de la colonización, las interdependencias e interconexiones que precedían a la presencia colonial pero, también, la conexión violenta y destructiva que era el vínculo colonial mismo.

    En cuanto a la disciplina de las relaciones internacionales, se trata de retar, tanto los enfoques tradicionales que se centran en los Estados y la soberanía, como el descuido de temas y procesos no occidentales. Esta labor de cuestionamiento se impone desde que el fin de la Guerra Fría puso de manifiesto la diversidad de intereses y voces transnacionales que hacen cada vez más difícil la labor de encontrar soluciones negociadas, ya no se diga de imponerlas. Qué ejemplo más ilustrativo hay de esto que el trágico conflicto en Siria, en el que son evidentes, de distintas formas, los tentáculos de actores externos. La multiplicidad de voces no sólo complica la tarea de alcanzar una salida política en Siria (o en cualquier otro conflicto internacional), también exacerba la fragmentación de las respuestas internacionales a Estados en crisis o sociedades en transición.

    Estas nuevas tendencias analíticas en los estudios sobre la región reflejan la integración de nuevos actores sociales a la producción aca­démica y las críticas profundas que estos han planteado a lo escrito con anterioridad, lo cual ahora reconocemos como orientalista en su fetichismo por las tradiciones textuales, su privilegiar al Islam como factor explicativo y la forma en que estas dos estrategias contribuyeron a consolidar la región en el imaginario experto y popular como un espacio monolítico, sin diversidad, donde no pasa el tiempo y que, por lo tanto, existe en un pasado oscuro, opresivo, incompatible con la modernidad de un Occidente, que se imagina su opuesto.

    Este libro reúne textos que responden, según la perspectiva interdisciplinaria y crítica que acabamos de presentar, a tres de los principales temas de debate en los estudios del Medio Oriente contemporáneo: los encuentros y circulaciones entre regiones y tradiciones distintas, la construcción de fronteras y espacios de transnacionalidad, y las representaciones del cuerpo. Estos tres ejes son particularmente productivos para repensar el presente del Medio Oriente como producto de la historia moderna y como un espacio donde se construyó una modernidad particular.

    Mapa del libro

    Hemos agrupado los textos en tres secciones que comparten temáticas al tiempo que escapan de la camisa de fuerza disciplinaria y las geografías orientalistas que pintan a los sujetos de la región como otros distantes. En particular, el cuerpo y lo religioso han sido metáforas favoritas del orientalismo y merecen ser desmenuzadas y repensadas con especial atención por una mirada crítica. El transnacionalismo, como estrategia de análisis y como práctica social, nos permite reconocer relaciones y redes por medio de las cuales se establecen y reconfiguran prácticas diversas. Nos obliga a reconocer que toda unidad y toda frontera —las unidades geográficas, los Estados-nación, las culturas e incluso las religiones— son productos de la acción humana y, por ende, proyectos parciales, inacabados, flexibles y frágiles.

    La primera parte del presente volumen, Encuentros y circulaciones, ofrece estudios de caso sobre la circulación de personas, tradiciones e imaginarios, es decir, las múltiples formas en que lo local está atravesado por historias cruzadas. Al igual que la sección subsecuente, propone una mirada crítica a las geografías recibidas, que nos alientan a hacer identificaciones fáciles y generalizaciones, a imaginar que el Islam sólo existe atado a ciertos Estados y sociedades islámicas. Esta sección ofrece una mirada desde la historia y la antropología que carece de antecedentes en el contexto mexicano pues explora, por medio de la filología, la antropología histórica y la sociología, preguntas que con frecuencia habían sido invisibles, como la práctica conversa del Islam en México y la intimidad teológica entre cristianos y musulmanes.

    En La apología de Boabdil. Poema y epístola de al-Šarīf al-‘Aqīlī, Leila-Carmen Makki-Hornedo traduce un discurso escrito para Boabdil, el último rey de Granada, por su gran visir Sarif al-Aquili. Se trata de la despedida del monarca que entrega su reino, el último después de ochocientos años de administraciones árabes y musulmanas en la península ibérica. Al-Ándalus es el icono por excelencia de la historia compartida entre el mundo árabe y el mundo iberoamericano. Sus usos en el presente son muchos. Desde la mirada árabe, al-Ándalus es visto hoy como un bastión de lo árabe en Europa. Incluso hay quienes reclaman que los monumentos sobrevivientes de la arquitectura islámica andalusí deben estar bajo jurisdicción marroquí y que el Reino de Marruecos es el legítimo beneficiario de los ingresos generados por el turismo en el palacio de la Alhambra, en Granada. Por otra parte, el mundo andalusí bajo administración musulmana es invocado constantemente por actores oficiales para proponer al actual Estado español como mediador natural entre el mundo árabe y el resto del mundo. Se celebra a al-Ándalus como metáfora de una alternativa a las confrontaciones entre Oriente y Occidente, aquel espacio donde la convivencia fue posible como política de estado. La traducción de Makki-Hornedo nos permite escuchar directamente la voz de los musulmanes andaluces, inspiración de las polémicas del presente.

    En El espejo del Islam en el cristianismo, Jean Meyer hace una historia del Islam a manera de espejo para los pensadores cristianos, invitándonos a un recorrido por el pensamiento de los cristianos del mundo islamicado y del mundo de la cristiandad que han intentado acercarse a entender la tradición del Islam. Meyer expone algunas miradas de cristianos notables hacia la tradición vecina. A vuelo de pájaro, realiza un recorrido desde uno de los primeros panfletos cristianos en respuesta al Islam, producido entre el 634 y el 640, hasta la mirada del Vaticano a finales del siglo xx. En dicho camino encontramos a Juan Mansur Ibn Sarzhun, mejor conocido como San Juan Damasceno y como Yahia Dimishqui, quien vive del 676 al 749 o 754; a Manuel II Paleólogo, emperador de Constantinopla a finales del siglo xiv; y a Nicolás (Krebs) de Cusa (1401-1464). Esta selección informada permite la reconstrucción de un diálogo en toda su precisión y especificidad. Meyer nos muestra perspectivas curiosas, conversaciones eruditas y duelos de palabras entre cristianos y musulmanes que nos hablan de la genealogía profunda de una diferencia que se construye en conversación.

    El Islam en México ha crecido de manera espectacular en las últimas tres décadas debido, principalmente, a la conversión de mexicanos sin relación previa con el mundo históricamente islámico. El capítulo La práctica femenina del sufismo. Retrato hablado de las mujeres de la Orden Sufí Jalveti Yerráji de la Ciudad de México, de Erika Aguilar, ofrece una mirada cuidadosa y sutil a la manera en que viven su Islam las mujeres mexicanas conversas a la tradición sufí Yerráji. El texto se produjo en el marco del proyecto Censo Etnográfico de la Población Musulmana en México y constituye uno de sus análisis cualitativos más logrados. Explora de manera muy fina el papel de la práctica femenina en las tradiciones sufíes, en especial los liderazgos y el protagonismo en la música y el canto que esta tradición ofrece a las mujeres. También da cuenta de la manera en que este Islam es un encuentro entre sujetos piado­sos conformados por la religiosidad mexicana y un Islam global dentro del cual construyen un espacio para sí mismas.

    En la segunda parte de este volumen, Fronteras y transnacionalidades, el hilo conductor es la necesidad de volver a imaginar qué son y cómo se construyen las fronteras para reconocer al movimiento y la movilidad como constitutivos de sociabilidades. El mundo árabe y América Latina se definen como espacios sociales tanto por aquello que contienen como por aquello que circula dentro de las dos regiones, entre ellas y el resto del mundo. Lo que nos enseña la historia global es que la historia de la humanidad ha sido siempre la de un mundo en movimiento, en el que se constituyen tanto tradiciones como encuentros. Las fronteras resultan, entonces, siempre diferencias construidas dentro del marco de proyectos particulares. Son ficciones propagadas con más o menos éxito para fines históricamente específicos, tanto aquellas fronteras nacionales recientemente institucionalizadas y vigiladas por los Estados-nación modernos, como aquellas entre nosotros y los otros que operan en la práctica cotidiana.

    El texto de Paul Amar, Medio Oriente y Brasil. Política transregional en la era de Dilma Rousseff, es formativo, informativo y perspicaz. Amar explora las relaciones políticas y las solidaridades transregionales de Brasil con los países de Medio Oriente durante los primeros años del gobierno de Dilma Rousseff (2010-2013), enfocándose en las posiciones que tuvo que tomar —apenas inició su mandato— ante los cambios de régimen y los levantamientos populares de la Primavera Árabe. Luego de examinar la insistencia de Brasilia en articular una voz alternativa en los foros multilaterales y en el diálogo Sur-Sur para resolver la tensión en torno al programa nuclear de Irán y fortalecer a las instituciones internacionales, Amar analiza la oposición de Brasil a toda intervención militar-humanitaria en Libia y Siria. Por último, estudia la posición firme de la presidenta Dilma contra las interferencias estadounidenses en los asuntos sudamericanos, particularmente, su molestia ante el apoyo que Washington dio al golpe contra el presidente Lugo, en Paraguay. Amar argumenta que la consolidación de los brasileños de origen sirio como actores políticos en el frente interno, así como la creciente influencia de Brasil en el sistema internacional donde Rusia, China, la Unión Africana y otros poderes actúan progresivamente contra las agendas de los países occidentales, son elementos que han ofrecido nuevos incentivos y oportunidades al liderazgo de Brasil en diversos frentes geopolíticos.

    Olfa Lamloum también trata el tema del peso de las imágenes y la comunicación política pero desde el ángulo de la diplomacia de un actor no estatal, el Hezbolá libanés. En su trabajo La comunicación política del Hezbolá en el conflicto israelí-palestino, Lamloum utiliza el material recopilado de la prensa del partido: grabaciones y entrevistas a funcionarios y empleados de los principales medios del Hezbolá. Estos sirven a la autora para examinar los repertorios de movilización y acción a los que el grupo ha recurrido, a lo largo de los últimos veinticinco años, para alimentar el apoyo a su causa y hacer de su acción militar un hecho urgente y legítimo. Lamloum recorre tres periodos históricos del partido. El primero corresponde a los años inaugurales del diario al-‘Ahd (El Juramento, 1984-1990); el segundo momento a la participación progresiva del Hezbolá en el juego político libanés al término de la guerra civil, que coincide con la aparición de la televisión del partido, al-Manar (El Faro, 1991-2000); el tercero y último, es el periodo posterior a la liberación del sur de Líbano (2000-2006).

    Aunque la autora no habla de ello, las conclusiones de su análisis pueden extenderse al periodo reciente de la guerra en Siria, prin­cipal socio, junto con Irán, del Hezbolá. En el marco de las suble­vaciones populares contra la dictadura del régimen sirio, encabezado por el presidente Bashar al-Asad, el Hezbolá se ha posicionado abiertamente del lado del régimen sirio, justificándose con el argumento de que la victoria de los rebeldes sirios se traducirá inevitablemente en el triunfo de islamistas extremistas, al tiempo que, fiel a su estrategia de libanización iniciada desde mediados de los años noventa, busca tranquilizar a socios y adversarios políticos libaneses recurriendo a un discurso que legitima las instituciones centrales del Estado libanés: la presidencia de la república y el Ejército.

    El texto Fronteras en el Medio Oriente durante un periodo de conflictos, de Cyril Roussel, problematiza la construcción de fronteras internacionales en la región. En Medio Oriente, con el debilitamiento de los regímenes autoritarios, las fronteras estatales parecen haber perdido sus funciones de control. Para el autor, las di­námicas en las fronteras de países cuyos poderes centrales atraviesan por una fuerte crisis desde hace varios años —Siria e Iraq— son ejemplos reveladores de las mutaciones en curso en Medio Oriente. La reconfiguración de las fronteras de Siria (turca, jordana y del Kurdistán iraquí) significa un cambio en el modo de control de las mismas y refleja las mutaciones de las dinámicas de circulación concomitantes a dicho cambio.

    Roussel explora las reconfiguraciones en las fronteras iraquíes, lo mismo que la existencia de nuevos territorios transfronterizos, como el Kurdistán sirio, el sur de Siria y la estepa sirio-iraquí. También, muestra cómo el conflicto sirio ha dado espacio a nuevos actores que se afirman en los márgenes fronterizos del país y cómo esos márgenes fueron sirviendo cada vez más como zonas de tránsito a los combatientes islamistas iraquíes que se han unido a la rebelión siria. El estudio de Roussel contribuye a romper la dicotomía artificial que en diversos estudios suele establecerse entre migraciones forzadas y migraciones económicas. El texto es una invitación a comprender las circulaciones como discurso y representación de territorios e identidades; también como instrumento de política interna y estrategia para las relaciones internacionales y transnacionales, particularmente en espacios conflictivos.

    Finalmente, la contribución de Hilda Varela, Los tuaregs del norte de Mali. Entre el desconocimiento y la ‘guerra contra el terrorismo’, nos recuerda la presencia central de África en los debates actuales sobre movimientos islamistas transnacionales. Para intentar entender la actual intervención militar francesa, que se presenta como una campaña de liberación de poblaciones amenazadas por un islamismo peligroso, la autora hace un cuidadoso recorrido por la historia de Mali. Varela nos ofrece una mirada a la reconfiguración colonial de las poblaciones hoy agrupadas en este Estado y al origen de las tensiones que organizan la violencia que lo desestabiliza actualmente.

    La tercera parte del presente volumen, Cuerpo y colonialismo, reúne textos de colaboradores que redefinen los cuerpos y las intervenciones sobre ellos. No se trata aquí de los cuerpos velados y seductores del orientalismo que erotiza y subyuga: esos cuerpos cubiertos de las mujeres musulmanas supuestamente oprimidas. Proponemos un cambio en los términos del debate, con cuerpos que habitan el espacio público según las restricciones impuestas por proyectos imperiales y nacionales: los cuerpos del arte moderno árabe, los de la prostitución colonial reglamentada, de sexualidades que escapan al binario homo-hetero y los cuerpos administrados por los indicadores e intervenciones de una gobernanza internacional legitimada por comités de expertos.

    Comenzamos con el capítulo Imperialismo y sexualidad de Joseph Massad, que se pregunta cómo circulan los discursos del saber sobre el deseo, lo que en la tradición occidental se define como la sexualidad, en relación con las sexualidades no heterosexuales en el Islam. El argumento de Massad es radical. Por una parte, señala que la gama de los saberes y prácticas en torno al cuerpo y al deseo tienen una historia propia en la región. Constituyen sujetos de deseo que no corresponden a aquellos delimitados por la tradición occidental, una tradición particular —constituida a través del encuentro entre la medicina y la psiquiatría en Europa, durante los siglos xix y xx— que define prácticas y sujetos normales y anormales en función de su hetero u homosexualidad.

    Massad señala que el hecho mismo de pensar que sólo esos saberes participan en la constitución del deseo en Medio Oriente —cuando hay dimensiones estéticas, afectivas y morales propias de la región— constituye una imposición, un gesto imperialista. Como lo son también los llamados a reconocer a los sujetos homosexuales en la región, ya que obligan a quienes participan de otra configuración de prácticas permisibles a adoptar las categorías, el estilo de vida y las consecuencias de exclusión occidentales bajo la bandera de la Internacional Gay. Massad argumenta que el concepto de sexualidad en sí, al circular de manera imperialista y proponer intervenciones en la región a partir de categorías universalizantes, al buscar liberar en nombre de la norma internacional, debe suscitar nuestra sospecha.

    Por otra parte, Massad plantea la pregunta de qué cosa es el Islam, de cómo, cuándo y dónde se gestan los discursos sobre la sexualidad en el Islam que dan por hecho que los dos términos —sexualidad e Islam— refieren siempre al mismo contenido, que son transparentes, fijos, ahistóricos. Después de discutir las alternativas a la categoría monolítica Islam —por ejemplo, las propuestas conceptuales de la Islamidad y lo islamicado— el autor nos ofrece una discusión del problema de la traducción. La traducibilidad rebasa el ámbito de la lengua y nos obliga a cuestionar la inteligibilidad de las formaciones sociales no occidentales para un Occidente que sigue pensándose como pináculo de una supuesta civilización universal. Propone replantear el problema, de manera que el objeto de estudio sea la producción de la diferencia islámica a través de discursos sobre el deseo.

    El capítulo Género, clase y raza en un contexto colonial y postcolonial. Un acercamiento a través de la sexualidad mixta, de Christelle Taraud, denuncia los efectos de la presencia colonial de Francia en el norte de África sobre la construcción de categorías claves que organizan la vida cotidiana: género, clase y raza, primero en el momento colonial y luego en el proceso de independencia. Analiza cómo las instituciones coloniales que administraban la prostitución femenina afectaron a las mujeres dedicadas al comercio sexual, a quienes los colonizadores convirtieron en un proletaria­do sexual al vigilarlas, registrarlas, segregarlas y profesionalizarlas. Esta población femenina es sacrificada a los intereses del colonizador en un contexto que prohíbe, tanto por parte de los colonizados como de los colonizadores, los matrimonios mixtos; haciendo de toda relación sexual entre sujetos de diferentes tradiciones religiosas algo ilícito. Su regulación se convierte en una herramienta para ilegalizar también la descendencia mestiza de estas uniones; reificando la frontera entre indígenas y colonos.

    La autora identifica una doble ruptura que organiza la vida de estas mujeres, con frecuencia transgresoras, que buscan en última instancia una independencia económica y autonomía en un mercado laboral colonial que no les ofrece ni una ni otra. Por un lado, rompen con su sociedad de origen, por otro, resisten al estado colonial desde el interior de las instituciones de la prostitución reglamentada: burdeles, zonas reservadas, registro policial, vigilancia médica. Su papel liminal, de puertas de paso entre un lado y otro de la división colonial, se complica durante el proceso de independencia. Durante la guerra de liberación, son obligadas a definir lealtades, pero su colaboración con los nacionalistas no logra cerrar la brecha entre nacionalismo y prostitución en la memoria nacional argelina. Al abordar un tema que todavía es tabú tanto en Argelia como en Francia, incluso en contextos académicos, desde una mirada feminista que hace uso de las herramientas conceptuales desarrolladas por la teoría de la interseccionalidad, Taraud ofrece un trabajo de archivo informado por los debates del feminismo postcolonial y abre un nuevo campo de estudio.

    Los cuerpos del discurso pictográfico que nos propone Nuha N.N. Khoury nos hablan de la historia del arte moderno en Líbano al tiempo que recuperan la modernidad del arte otomano y la dificultad de la construcción de lo nacional libanés en el pequeño hueco que queda entre Oriente y Occidente. En su texto, El arte en Líbano. Cuerpos en transición, Khoury complejiza la apropiación nacionalista de artistas otomanos en el periodo independiente del Líbano. Señala que los artistas, a quien hoy día se les hace representar a Líbano en un mercado del arte que los comercializa y capitaliza con creciente éxito, fueron entrenados como artistas otomanos y que su modernidad es la del imperio en sus últimas décadas. Su afiliación, o no, con el proyecto de un Líbano independiente se pierde en la multiplicidad de proyectos posibles, de alternativas políticas presentes durante el periodo mandatario. Khoury nos muestra los cuerpos que conmemoran al Líbano y su proyecto de Estado en los monumentos que encarnan la nación y la incomodidad de los intelectuales libaneses con estas historias múltiples.

    Por último, el capítulo La invención de los indicadores internacionales. Salud, problemas sociales y cuantificación en el Cercano Oriente bajo mandato (1919-1939), de Philippe Bourmaud, trata uno de los grandes temas emergentes en la historiografía de la región: cómo se construye el ámbito de la gobernabilidad internacional en su inserción local. Bourmaud se enfoca en dos campañas de producción de conocimiento sobre los cuerpos: los cuerpos toxicómanos consumidores de alcohol en los espacios mandatarios, especialmente los de África; y los cuerpos enfermos de los portadores de paludismo en el mandato británico de Palestina. Así, el autor analiza la construcción de indicadores para constituir políticas públicas como un problema normativo, que adquire características especí­ficas en el contexto de la Sociedad de Naciones (sdn) como organismo de gobernanza transicional. El periodo en que opera la sdn constituye una transición en las lógicas y discursos de administración; representa el último momento de un mundo colonial a la vez que sienta las bases para la actualidad de las Naciones Unidas, evidenciando las continuidades entre ambas. Bourmaud argumenta que los indicadores son legitimados por la consultación a cuerpos de expertos —médicos en este caso—, pero que los debates y la indeterminación de las posturas médicas son borrados al producirse indicadores que son aplicados de manera inequívoca según decisiones políticas. Por ejemplo, la decisión de secar las áreas pantanosas de la Palestina británica debido a la vulnerabilidad de los migrantes que llegaban de Europa y su dificultad para poblar ciertas zonas, pues, en contraste, los cuerpos locales presentaban resiliencia. De esta manera, el cuerpo aparece como objeto de intervención de la política pública.

    primera parte

    Encuentros y circulaciones

    Capítulo I

    La apología de Boabdil. Poema y epístola

    de al-Šarīf al-‘Aqīlī

    *

    Leila-Carmen Makki-Hornedo

    La toma de Granada no fue un hecho repentino, sino el fruto natural de

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