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La literatura de los desplazados: Autores ectópicos y migración
La literatura de los desplazados: Autores ectópicos y migración
La literatura de los desplazados: Autores ectópicos y migración
Libro electrónico403 páginas5 horas

La literatura de los desplazados: Autores ectópicos y migración

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Los desplazamientos por motivos económicos, religiosos y políticos se han convertido en la tónica
habitual en un mundo globalizado. Miles de personas dejan su hogar temiendo por su vida o buscando
un futuro mejor; muchos acaban retenidos por muros, otros son abandonados en campos de
refugiados o se enfrentan a una muerte segura en el Mediterráneo.
Esta realidad, inmersa en una sociedad capitalista en la que impera la desigualdad, también es vivida
y construida por escritores que desarrollan su obra en espacios literarios que no son los suyos. La
literatura nacida en el desplazamiento supone el acceso a dichos espacios de sectores subyugados cuya voz suele quedar relegada; autores que se enfrentan a dificultades que hacen compleja la tarea de escribir.
En este libro analizamos los procesos de desafío, adaptación, lucha o negociación que dejan entrever
los autores ectópicos, así como el cambio de topos, geográfico y cultural, que expresa la realidad del
movimiento migratorio que los ha llevado a otro país y la influencia del desplazamiento, muy presente
en el contenido de sus obras.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento15 jun 2023
ISBN9788412612349
La literatura de los desplazados: Autores ectópicos y migración

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    La literatura de los desplazados - Lucía Hellín Nistal

    La literatura de los desplazados

    Autores ectópicos y migración

    Lucía Hellín Nistal

    © de la obra, Lucía Hellín Nistal

    © de la edición, Villa de Indianos

    Editado por Villa de Indianos

    Arroyomolinos, Madrid

    https://www.villadeindianos.com

    info@villadeindianos.com

    Impreso en España por Cofás

    Diseño de la colección: True Grid SLU

    Corrección: Raquel Rodríguez y Raquel Ramos

    Maquetación y diseño de la cubierta: Marcos M. Alonso para True Grid SLU

    Imagen de la cubierta: Shutter Din. Adobe Stock

    ISBN: 978-84-126123-5-6

    Depósito legal: M-15757-2023

    Reservados todos los derechos. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (https://www.cedro.org; 91 702 19 70 / 93 272 04).

    A mi abuela Fe, la dulce devoradora de libros; este libro es para ti.

    A mi madre, Consuelo; este libro es por ti.

    A mi compañero, a mis amigos, a mis camaradas en este viaje, a aquellos que me recuerdan cada día. «Venceremos y será hermoso».

    La producción intelectual de una nación se convierte en patrimonio común de todas. La estrechez y el exclusivismo nacionales resultan día a día más imposibles; de las numerosas literaturas nacionales y locales se forma una literatura universal.

    Karl Marx, Manifiesto comunista

    Meine deutschen wörter haben keine kindheit.¹

    Emine Sevgi Özdamar, Der Hof mi Spiegel

    Cifran los hombres su ideal en la libertad, amontonando fronteras. Quieren viajar para aprender, su máxima ilusión, e inventaron los pasaportes y los visados para entorpecer su paso. Detiénense y hácense detener en líneas arbitrarias, tiralineadas al azar de los tratados. Y aun existiendo el objeto de su deseo al alcance de su mano, no lo cogen, por falta de sellos. No hay cuervo que los entienda, ni ellos se entienden.

    Max Aub, Manuscrito cuervo

    Nota de la editora

    Muchas de las citas que aparecen en este libro se recogen en su idioma original (alemán, italiano, inglés…). Para facilitar la comprensión del mensaje y que el lector acceda de manera clara al contenido del libro, en aquellos casos en los que la obra que se cita cuenta con una traducción al castellano, esta se ha indicado en las notas al pie. Cuando la obra que se menciona no ha sido traducida, el fragmento que aparece como nota al pie corresponde a una traducción hecha por la propia autora.

    Agradecimientos

    Después de años de trabajo, por fin sale a la luz el libro que los recoge; un texto que deseo compartir y que espero que contribuya a la reflexión, al debate, pero también a la acción transformadora. Porque para eso estamos aquí.

    Tras todo este tiempo, llega el momento de mirar atrás y dar las gracias. Gracias a todos los que me han acompañado, escuchado, aguantado y apoyado. Gracias a los profesores que me han enseñado qué caminos tomar y qué caminos rechazar. Gracias a Tomás Albaladejo, que, generosamente, puso a mi disposición la idea de la literatura ectópica que hoy aquí, mal que bien, florece. Gracias a César de Vicente; me faltan las palabras, te extrañamos.

    Quiero agradecer también la oportunidad que me han brindado la financiación y la educación públicas para desarrollar la investigación, demasiado maltrecha, demasiado tomada. Es tarea nuestra reivindicarla, rescatarla y, como siempre, transformarla.

    Y gracias, claro, a mi editora, que me ha acompañado en este tramo final del recorrido que nos lleva a este libro.

    Extensión del campo de batalla: un mapa donde quepa el antes y el después

    Pasamos toda la noche en el mar, a la deriva. La gente empezó a llorar; sobre todo, las mujeres, pero no solo las mujeres, también el capitán. […] De pronto la zódiac empezó a perder aire. […] Las trece cero cero, y todo igual. Seguí esperando a la muerte. […] Las catorce cero cero, y un helicóptero. Primero lo oyes, luego lo ves, al final te lo crees. Sí, un helicóptero. […] Cuarenta minutos más tarde volvió. Primero el helicóptero, luego un barco. Salvamento marítimo. […] ¡Boza! ¡Boza! ¡Boza! […] En los bosques de Tánger y Nador, cuando se sabe que un programa ha llegado a Europa, la noticia se extiende rápido: «Ayer cien personas cantaron boza». […] Llegó mi turno. Me tendieron la cuerda para subir al barco, y me dieron agua y una manta. Bebí un trago y empecé a llorar. Lloré como un niño pequeño (Balde y Arzallus, 2021: 119-123).

    Un relato en primera persona que parte de la experiencia que cala los huesos; un relato que moja al que lo lee; un relato de lágrimas y mar. Queríamos comenzar este libro con los fragmentos de una obra de un autor desplazado que, en primer lugar, toma la voz para narrar la dureza de un viaje migratorio. Un tránsito que, en los espacios de llegada, conocemos normalmente a través de discursos que sitúan al migrante como objeto y no como sujeto —la prensa, la mayoría de los productos culturales audiovisuales y escritos, los representantes políticos, etcétera—. Porque ahí reside parte de la fuerza de la literatura ectópica, en ese asalto a la voz pública.

    Pero se trata de un texto que también cuestiona la propia definición de autoría, puesto que el relato es transcrito por una segunda persona, y la de novela, ya que recoge un testimonio, por no hablar de las dificultades al tratar de categorizarla dentro de una literatura nacional. Así es la literatura producida por autores desplazados, compleja y problemática para las categorías tradicionales de la teoría literaria.

    Por otra parte, hemos seleccionado unos fragmentos del relato que aluden directamente al imaginario colectivo de los países receptores de migración: la patera, la zódiac, el tránsito peligroso por el Mediterráneo, el rescate —cuando hay suerte— por un barco de Salvamento Marítimo. Porque, cada vez más, los protagonistas de los desplazamientos consiguen alzar la voz y disputar el contenido de ese imaginario; la descripción que haríamos nosotros —ay, ese nosotros— de una travesía por el Mediterráneo es ya una muestra de ello.

    Pero hemos querido seleccionar este pasaje también para problematizar el peligro que corremos cuando nos acercamos a la producción que existe sobre el desplazamiento, cuando reducimos la atención a la representación o relato de este dramático momento. Siempre atentos a los silencios, lo que queda fuera o no se ve, desde el estudio crítico y social de la literatura, debemos preguntarnos qué se borra cuando se efectúa esta reducción, tanto por parte de los investigadores como de los propios autores, mediados por editoriales, premios, ventas, prensa, etc.

    Se borra el proceso que vive el sujeto antes de su llegada; en el caso de la narración citada, por ejemplo, un recorrido duro, peligroso y dramático a lo largo del continente africano. Se borra su proceso posterior, una vez que llega a tierra, de inclusión o exclusión, de ilegalidad, de búsqueda de medios de subsistencia, de reunión familiar, de mezcla cultural, de denuncia y reivindicación, de olvido, de extrañar y extrañarse… Se borra también la tematización de muchos autores desplazados, de elementos que van mucho más allá del propio desplazamiento e incorporan el relato de la historia de su espacio de salida, la narración de los posibles regresos, la vinculación de estas cuestiones con los acontecimientos geopolíticos internacionales marcados por el imperialismo capitalista.

    Y es que, sobre todo, se borra, y esto está muchas veces ausente en las propias obras, una imagen total que amplíe el mapa de los desplazamientos y que introduzca tanto el antes como el después, ya no en términos temporales o geográficos, sino políticos; es decir, tanto las causas que provocan la migración forzada como la posible salida a una realidad de desigualdad, violencia y miseria. Como bien nos enseñó el marxismo, desvelar las causas profundas es el primer paso para la transformación y en este trabajo nos proponemos, al menos, ampliar lo suficiente el foco para que ninguna de las dos cuestiones se caiga del mapa.

    Un mundo marcado por los desplazamientos

    La tensión entre lo local y lo universal, entre lo uno y lo diverso, siempre ha estado en el corazón de la literatura y su estudio. Mientras la teoría aspira al universalismo, la literatura comparada, como explica Claudio Guillén, tiene por objetivo el conocimiento de «la escritura literaria a través del mundo, es decir, en un mundialismo abierto, desde Goethe y el Romanticismo a la innombrable variedad de lenguas, tradiciones literarias y épocas que determinan la dialéctica de lo uno y lo diverso» (Guillén, 2005: 15).

    Pues bien, esta tensión entre lo particular y lo general, que es elemento constituyente de la literatura comparada, pasa a ser el centro de gravedad en la literatura escrita por autores desplazados, definidos como extranjeros en relación con el lugar en el que crean sus obras. Durante los últimos años hemos presenciado fenómenos de migración masiva y desplazamientos por motivos económicos y políticos de dimensión desconocida hasta la fecha. Miles dejan su hogar temiendo por su vida o buscando un futuro mejor; a menudo, detenidos por muros, vallas y prisiones, y cientos son abandonados a la deriva y a la muerte en el Mediterráneo. Mientras tanto, las telecomunicaciones, el transporte y el capital se han internacionalizado. Estamos hablando de un proceso denominado globalización en el que los medios, la comunicación y los procesos migratorios son más rápidos y mayores que nunca, las fronteras nacionales se desafían de diversos modos, los productos transnacionales se han generalizado y una realidad supranacional forma parte de nuestra cotidianidad.

    Esta realidad, inmersa en una globalización capitalista de la desigualdad, también es vivida y construida en y por diferentes espacios literarios y fronteras, especialmente, por los autores desplazados. Este conflicto entre lo local y lo universal emerge en la literatura de estos autores en términos de lo nacional y lo global y, en tiempos de movimientos masivos, en los que el fenómeno conocido como globalización se expresa en toda su plenitud, poniendo en evidencia sus contradicciones, la tensión pasa a ser una respuesta inevitable.

    No podemos dejar de señalar que el elemento básico de esta tensión es parte de la propia literatura:

    A lo largo de los siglos los escritores mismos, según se sabe desde la Poética de Aristóteles, son quienes sin duda han sentido más profundamente la tensión entre lo particular y lo general; o, si se prefiere, entre lo local y lo universal (Guillén, 2005: 36).

    No obstante, los autores desplazados tratan directamente este conflicto al entrar en nuevos espacios y desarrollar procesos de desafío, adaptación, lucha o negociación entre dos o más culturas y la propia migración. Es indispensable para una disciplina que es concebida como parte de las humanidades y tiene, por tanto, implicaciones sociales estudiar el diálogo que se establece entre la producción literaria y este fenómeno, el desplazamiento, presente a lo largo de toda nuestra historia, masivo y decisivo en algunos periodos como en el mencionado.

    Pero hay otra característica en la obra de los autores desplazados que despierta nuestro interés. Como explica Kosík (1976: 40), la distancia es necesaria en un buen análisis para obtener nuevos conocimientos:

    Para poder acercarse a la cosa, a su estructura, y encontrar una vía de acceso a ella, debemos procurar distanciarnos. […] La ciencia logra un alejamiento conveniente y justificado, desde cuya perspectiva las cosas y los acontecimientos se muestran adecuadamente y sin tergiversaciones.

    Ya que los autores que se ven obligados a abandonar su país multiplican la distancia entre el objeto y su producto final, no solo mediante un proceso de ficcionalización, sino por la distancia que aporta su posición como parte de una alteridad que se deja notar cuando escriben en un nuevo contexto, sería absurdo no pensar que su obra es un excelente acercamiento a estos nuevos conocimientos.

    El punto de partida de este libro² es la propuesta de Albaladejo descrita en su trabajo «Sobre la literatura ectópica» (2011: 143) de la siguiente forma:

    ‘Literatura ectópica’ es una expresión que puede ser utilizada para denominar la literatura que ha sido escrita por autores que se han desplazado de su lugar de origen a otro lugar, implicando ese desplazamiento en muchos casos inmersión en una realidad lingüística distinta de la de origen e incluso cambio de lengua. Es la literatura que es producida fuera del lugar propio, fuera del espacio o territorio, en sentido geográfico y también en sentido cultural, en el que ha nacido o se ha formado el sujeto productor de dicha literatura. Es la literatura que está fuera del que sería su topos propio y se sitúa en otro topos, que también es lugar, espacio, pero distinto del previsible. Es la literatura que, a falta de su territorio habitual, encuentra otro territorio; es ectópica en relación con el topos primero, el habitual.

    Este acercamiento a los autores desplazados centrado en el cambio de topos, geográfico y cultural en toda su complejidad, permitirá, por una parte, buscar qué expresan sobre la realidad del movimiento migratorio que los ha llevado a otro país y, por otra parte, estudiar la influencia del desplazamiento en la forma y contenido de las obras. Se trata, por tanto, de un análisis en el que hay que evitar categorizaciones rígidas a priori y considerar diferentes puntos de vista, habida cuenta de que este acercamiento exige «tener en cuenta factores como el país de origen y el país o países de acogida, la lengua de origen y la lengua adoptada, en su caso» (Albaladejo, 2011: 143).³

    La literatura examinada cuestiona, en especial, el concepto de literatura nacional, ya que los autores desplazados no pueden ser fácilmente clasificados como pertenecientes a una nación o cultura. Esta simultaneidad resultará en diferentes formas de hibridismo y cuestionará el concepto tradicional de literatura nacional, como sostiene Iglesias (2010: 9) en su ensayo sobre imágenes de la migración en la literatura y el cine:

    Las manifestaciones culturales del mundo contemporáneo no están enraizadas muchas veces en un único territorio —e incluso en ninguno—, es lógico, especialmente en el ámbito de los estudios literarios, que las categorías de pensamiento se hagan transnacionales y se vayan alejando de cerradas visiones filológicas y modelos de literaturas nacionales decimonónicos.

    Por tanto, encontraremos precedentes y compañeros de viaje en nociones como Weltliteratur,⁴ literatura intercultural o transnacional, literatura de la migración o incluso en estudios poscoloniales. No obstante, merece la pena señalar que no podemos hablar de la superación definitiva de las fronteras y las naciones, ya que los espacios nacionales, y los espacios literarios y culturales que emergen de este lugar, aún existen y, por consiguiente, hemos de tenerlos en cuenta.

    La cuestión crucial es cómo estudiar a fondo la literatura escrita por autores desplazados o ectópicos. En este sentido, resulta indispensable delimitar y definir lo que podemos llamar obras ectópicas y situarlas en un contexto como parte de la producción literaria en un mundo más o menos globalizado. Con este fin, la reflexión sobre el propio desplazamiento y las obras ectópicas escritas por autores out of place, como diría Edward Said en sus memorias así tituladas (Said, 2000), debe tenerse en cuenta a la hora de acercarnos a estos escritores.

    En este marco, resulta indispensable establecer categorías para estudiar la ubicación de las obras ectópicas y los autores en el nuevo espacio, analizando, entre otros aspectos, las características del desplazamiento como parte de unas circunstancias sociales, económicas o políticas más amplias, pero también la singularidad de las culturas —siempre dinámicas y en contacto— presentes en las obras, los mecanismos que emplea un autor para entrar en el espacio literario y su relación con la sociedad respectiva, las políticas culturales implantadas y los mercados literarios. Tampoco nos olvidaremos de las consecuencias visibles con respecto a la construcción de un imaginario colectivo sobre migración, desigualdad global, identidad o alteridad.

    Los desplazamientos y los textos escritos por estos han existido desde el comienzo de la literatura. Dichos autores producen diferentes tipos de obras, no solo ensayo, poesía, teatro, novela, textos periodísticos y otro tipo de producción escrita, sino también películas, pintura, música y un largo etcétera. Podríamos incluso hablar de una lectura ectópica. En el presente ensayo nos centraremos en novelas escritas en los siglos xx y xxi, por cuanto constatamos un aumento de esta producción. Además, las novelas son el género más flexible, lo que nos da la oportunidad de analizar en mayor medida los cambios, los hibridismos y las interacciones nacidas del desplazamiento. Amén de que la narrativa —en particular, la novela— es el género más escrito, publicado y leído en la actualidad.

    Del mismo modo, hemos de apuntar que el desplazamiento puede ser entendido de diversos modos; incluso un viaje o un exilio incorporan el concepto de desplazamiento de una manera u otra. Sin embargo, queremos ocuparnos de los textos escritos desde el desplazamiento, es decir, escritos por autores que han emigrado de manera «definitiva». Así, las obras que tratan el desplazamiento como tema pero no están escritas desde el desplazamiento o los textos que narran un viaje temporal o una visita sin la inmersión del autor en el nuevo contexto no son objeto de este estudio. Y aunque la literatura del exilio sí se corresponde con las condiciones definidas aquí, reúne una serie de características específicas, como el hecho de que se dirige al país abandonado por el escritor y sus textos denotan motivación política y compromiso, cuestiones estas que convierten la literatura del exilio en una categoría por sí misma que debe ser siempre señalada.

    De este modo, los textos ectópicos a menudo arrojan luz sobre aspectos que normalmente quedan fuera con los sistemas analíticos tradicionales, como el carácter productivo del encuentro cultural, el cuestionamiento de las literaturas nacionales, las estrategias desarrolladas por los escritores para entrar en los nuevos espacios o las particularidades de esta producción literaria en relación con el contexto de producción.

    Para acercarnos a estas cuestiones acudiremos a la retórica cultural y a la teoría marxista crítica. La retórica cultural se ocupa de la función de la retórica en los procesos culturales o de los elementos culturales que participan en el proceso retórico; es decir, estudia los lenguajes retóricos y literarios como constructos culturales. En otras palabras, atiende la dimensión cultural del proceso de la producción literaria y de todos los elementos involucrados, desde la intensionalización de la realidad extraliteraria al texto entendido como la proyección de la sociedad. El propio concepto de literatura ectópica está, de hecho, inserto en esta perspectiva.

    Además de un acercamiento holístico al tema desde este punto de vista, abordaremos los mecanismos metafóricos culturales. Esto nos permite descubrir el papel del contexto cultural que rodea la génesis e interpretación del tropo en un viaje de ida y vuelta: como fuente semántico-extensional que entra en el texto y como herramienta para ampliar, criticar o modificar el conjunto de imágenes empleadas para representar y, en último término, comprender el mundo.

    Con respecto a este segundo aspecto, sería de interés entender la metáfora como un mecanismo que el autor desplazado utiliza para construir un discurso crítico sobre la migración —a menudo, vinculado con cuestiones como el género y la clase—, teniendo en cuenta la flexibilidad interpretativa y el efecto perlocutivo del tropo.

    Por lo que respecta a la teoría marxista crítica, especialmente la teoría literaria, nos ayuda a comprender la asociación entre el escritor, los textos y el contexto social e histórico, ya que explica el proceso literario como un desarrollo dinámico en el que el sujeto no solo reproduce la realidad, sino que la produce; no solo representa, sino que conforma la realidad por medio de su trabajo, como expuso Karel Kosík magistralmente en 1976.

    Del mismo modo, resulta muy útil observar la relación entre los espacios culturales en términos de lucha gramsciana entre diferentes hegemonías o también entre hegemonía y contrahegemonía, así como centrarse en las estrategias que el escritor desarrolla para colarse en nuevos espacios desafiando el topos, innovando o negociando, donde la clasificación sugerida por Pascale Casanova en La república mundial de las letras (2001) puede ser el complemento perfecto.

    Todo este análisis necesita de una concepción de «internacionalidad» que cuestione las ideas rígidas sobre lo nacional, pero que no olvide su existencia; un acercamiento que entienda las múltiples relaciones globales sin esconder la desigualdad que conllevan ni borrar la especificidad de cada espacio. Por tanto, trabajaremos con la idea de transnacionalidad internacionalista para exponer tanto los elementos provenientes de diferentes culturas como los nuevos conceptos híbridos que emergen en la mezcla o en el desplazamiento, siempre teniendo en cuenta los espacios nacionales literarios y culturales y buscando comprender las relaciones desiguales que engendran las migraciones. Motivo este último por el que le añadimos el epíteto internacionalista, ya que adoptamos la idea de transnacionalidad en un afán por describir la realidad, pero no por celebrarla acríticamente. Así, ya en el propio término, queremos señalar la posibilidad de otra forma de relación internacional, a la que nos referiremos más adelante. En todo caso, el acercamiento transnacional⁵ es útil para el estudio de toda obra ectópica, quizá habría que vincularlo, a modo de diálogo y discusión, con la teoría poscolonial, pero se hace crucial en un tiempo en el que la globalización⁶ es un tema de interés central debido a su expansión o a su decadencia y cuestionamiento.

    Claudio Guillén (2005: 29) escribió: «Del lugar inicial y concreto arranca la fuerza que nos empuja irresistiblemente hacia otros lugares; o quizá fuera de todo lugar». Acompañemos a estos autoresout of place desde lo particular a la compleja República mundial de las letras o algún lugar cercano.

    Capítulo 1. La literatura del desplazamiento en un mundo globalizado

    Si vamos a estudiar la literatura escrita por autores que, a priori, pueden considerarse extranjeros con respecto al lugar donde escriben sus obras, veremos que todos ellos comparten un mismo elemento: el desplazamiento previo o contemporáneo a la producción literaria. Parece pertinente, por tanto, comenzar por repensar el propio concepto de desplazamiento que delimita la literatura ectópica.

    Empezaremos por dar una definición básica de desplazamiento, entendido como ‘cambio de lugar’. Es importante señalar que en otras lenguas el término correspondiente está relacionado con un movimiento forzoso; de este modo, el alemán vertreibung o el aparentemente más cercano displacement, en inglés, implican una fuerza externa que impone este cambio de lugar. Según el Diccionario Oxford de geografía humana, displacement se define como ‘forced population movement’. Sin embargo, el término en castellano indica el movimiento de un lugar a otro, que puede ser impuesto o, en mayor o menor medida, escogido libremente. Será en este amplio abanico en el que el concepto de literatura ectópica se desarrolle, si bien comprobaremos que, en la mayoría de los casos, estos movimientos han estado condicionados por otras circunstancias.

    Partiendo de esta premisa, ampliaremos el concepto de desplazamiento para referirnos a un proceso dinámico que empieza antes del movimiento como tal y que puede no llegar a finalizar nunca. Como es lógico, el origen hay que buscarlo en las circunstancias que lo propician —o fuerzan—, que incluyen el contexto político, económico y social en el que se produce, su preparación y el carácter aislado o de masas, entre otros elementos, sin olvidar las consecuencias que desencadena la migración desde el punto de vista social, literario e incluso personal, pero también político y económico.

    Todo ello formará parte de este estudio y nos lleva a definir el desplazamiento como migración, exilio, diáspora, desplazamiento forzado… o quizá con otras fórmulas que den cuenta del fenómeno concreto, evitando así que la elaboración de un marco teórico común vaya en detrimento de la especificidad. Incluso podemos pensar en movimientos que no conlleven un cambio geográfico, sino de otra índole. En este sentido, Amezcua desarrolla una propuesta que apunta al desplazamiento cultural como nueva posibilidad dentro de la literatura ectópica (Amezcua, 2016).

    Del mismo modo, a partir del término out of place con el que Said englobaba a aquellos autores desterrados, exiliados o desplazados, trataremos de profundizar en las posibilidades que encierra un desplazamiento que acaso lleve a los autores a estar fuera de lugar de manera permanente sin que ello suponga necesariamente un movimiento geográfico clásico.

    Pero incluso restringiéndonos al movimiento geográfico, el desplazamiento es más que un cambio de residencia. Si modificamos el ángulo, podemos pensarlo como un lugar desde el que los autores escriben sus obras, un espacio relacionado con el punto de partida y con el de llegada, que a veces incluye varios emplazamientos. Pero, sin duda, es más que la suma de ellos, ya que el propio desplazamiento es fuente de creación, de experiencia o de praxis.

    Yendo más allá, la propia relación entre espacios siempre produce algo más que la suma de dos o más puntos. Valga recordar a este respecto la reflexión de Guillén sobre la internacionalidad y la supranacionalidad que nos habla del carácter productivo de este encuentro: «Son dos dimensiones que se implican mutuamente y que no deben suprimir, sino alentar, el contacto de la localidad con la significación, encuentro del que brotan, decíamos, posibilidades y energía literarias» (Guillén, 2005: 66).

    Si conceptualizamos el desplazamiento como la obtención de un nuevo espacio que incorpora el lugar de salida y el de llegada, en ningún caso hemos de excluir de nuestro análisis el propio proceso del desplazamiento, que debería ser leído como parte de ese espacio. Solo así seremos capaces de explicar la presencia del propio movimiento, expresado en diferentes formas, dentro de las creaciones literarias de los autores ectópicos, en la medida en que entendemos que la obra surge de esta situación como praxis, como actividad.

    Sin embargo, si consideramos de este modo la migración, podemos caer en el error de comprender a los autores desplazados y sus obras de manera abstracta; de ahí que sea necesario tener en cuenta su lugar y su significado en el mundo. En este sentido, nos parece esclarecedor rescatar la advertencia que el teórico australiano Timothy Brennan hace en relación con el objeto de la mayoría de los estudios poscoloniales, advertencia que es extensible al análisis de los desplazamientos.

    Según Brennan (2010: 41), los discursos sobre la diáspora pasan de fijarse en los enfrentamientos interestatales y las movilizaciones populares contra las políticas neoliberales a hacerlo en individuos impotentes. De manera que, sin pretenderlo, los análisis se centran en sujetos invisibles, siempre huyendo, diaspóricos y subalternos, y se evita lo político del conflicto.

    En este sentido, para evitar caer en una tendencia pospolítica inerme frente a la

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