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Política y gestión cultural. SSCB0110
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Libro electrónico293 páginas2 horas

Política y gestión cultural. SSCB0110

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Libro especializado que se ajusta al desarrollo de la cualificación profesional y adquisición del certificado de profesionalidad "SSCB0110 - DINAMIZACIÓN, PROGRAMACIÓN Y DESARROLLO DE ACCIONES CULTURALES". Manual imprescindible para la formación y la capacitación, que se basa en los principios de la cualificación y dinamización del conocimiento, como premisas para la mejora de la empleabilidad y eficacia para el desempeño del trabajo.
IdiomaEspañol
EditorialIC Editorial
Fecha de lanzamiento13 jul 2023
ISBN9788411840163
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    Política y gestión cultural. SSCB0110 - Rebeca García de la Cruz

    Capítulo 1

    Contextualización de las políticas culturales

    Contenido

    1. Introducción

    2. Elementos fundamentales en la política cultural y empresarial

    3. Clasificación de marcos institucionales

    4. Reconocimiento de políticas culturales o empresariales aplicables al desarrollo de una programación cultural

    5. Identificación de los sectores de la intervención cultural

    6. Principios generales en el diseño de organizaciones

    7. Aplicación de lógicas y procesos administrativos

    8. Resumen

    1. Introducción

    Hoy en día, la cultura forma parte intrínseca de la vida cotidiana en la sociedad. Sin embargo, no siempre ha sido así. El panorama cultural ha ido cambiando según las épocas. Su interés ha ido avanzando cualitativamente, pues de ser un bien escaso y preciado, se ha convertido en la exigencia de muchos ciudadanos en la actualidad. La cultura de masas y la sociedad de la información forman parte de siglo XXI.

    Exposiciones, conciertos, museos, espectáculos, etc., son actos accesibles que entretienen, atraen, impresionan y llaman a un público determinado que demanda eventos culturales. Sin embargo, para que el público se sienta motivado y vaya a cualquier actividad cultural ha tenido que ponerse en marcha el engranaje de la gestión a través de una serie de objetivos y fases, como la planificación, el marco de referencia, cómo se coordina, cuál es su fundamento y, en definitiva, cómo se pueden abarcar todas las iniciativas, tanto artísticas como históricas, privadas y públicas o asociativas y estatales. A todo esto se le llama gestión cultural.

    2. Elementos fundamentales en la política cultural y empresarial

    Antes de entrar de lleno en el entramado cultural, hay que asimilar qué conceptos forman parte de la llamada gestión cultural. Primeramente, se analizará el concepto cultura. Su acepción ha ido cambiando a lo largo de su existencia debido al carácter variable y dinámico que tiene. La legitimidad de la cultura y de la política cultural ha hecho que algunos estados la hayan incluido como derecho fundamental y, por tanto, sea universal, y otros donde prima la iniciativa privada.

    La mayoría de las constituciones de los países europeos y estatutos regionales establecen el derecho a la cultura y su fomento como legislación fundamental, siendo el estado o los poderes públicos los que lo han patrocinado en el caso español.

    Los artículos de la Constitución Española en los que se define la cultura regulada por los poderes públicos, se encuentran en los derechos fundamentales que hacen referencia a la cultura, a la libertad de creencias y la promoción y tutela por los poderes públicos reflejados en los artículos 16, 18 y 20.

    Se añaden competencias asumidas por las CC. AA. de la misma índole en los artículos 148 y 149 de la CE, como:

    14.ª La artesanía.

    15.ª Museos, bibliotecas y conservatorios de música de interés para la comunidad autónoma.

    16.ª Patrimonio monumental de interés de la comunidad autónoma.

    17.ª El fomento de la cultura, de la investigación y, en su caso, de la enseñanza de la lengua de la comunidad autónoma.

    18.ª Promoción y ordenación del turismo en su ámbito territorial.

    En las comunidades bilingües se añaden a estas, la recuperación de, conservación y promoción de la lengua propia.

    Desde distintas instituciones se habla de desarrollo cultural, puesto que la cultura constituye una dimensión fundamental del proceso de desarrollo, contribuye a fortalecer la independencia, la soberanía y la identidad de las naciones. Por tanto, la cultura no es solo producto, sino también una actividad, destacando los procesos y relaciones que en ella se generan e interrelacionan. Forman parte de ella tanto la población como los propios artistas y, por supuesto, las creaciones de cualquier índole (artísticas, culturales, históricas, musicales, etc.). En conclusión, la cultura es comunicación, es creación; es el elemento sustancial y necesario sin el cual no hay proceso o acción cultural. Es inherente al ser humano, pues es emisor y receptor al mismo tiempo.

    La cultura es el eje de la política cultural y empresarial y potencia el desarrollo cultural de la humanidad.

    Los elementos fundamentales que participan en el proceso de política cultural corresponden a las personas, grupos o instituciones que participan e intervienen en el desarrollo cultural. Este presenta un proceso de creación, producción, exhibición, distribución, conservación o digitalación que da lugar a las llamadas industrias creativas y culturales.

    De esta manera, la red de actores que conforman el desarrollo cultural, que intervienen e interactúan para que se cumpla la base de una política cultural, son los grupos e instituciones de índole privada, pública y mixta, que promueven actividades culturales o creativas, que suelen obedecer casi siempre a los propios intereses del agente y a distintas estrategias.

    Desde que en el año 2005, se celebró la Convención RE | PENSAR LAS POLÍTICAS CULTURALES promocionada por la UNESCO, la cultura ha vivido grandes transformaciones hacia la construcción y la definición del término cultura como bien público. Ello, ha motivado cambios en el camino hacia la construcción de la creatividad, un aceleramiento de la sociedad y la necesidad de digitalización y subsistencia de artistas.

    Estas reuniones, se basan principalmente en análisis periódicos cuadrienales que los Estados miembro aportan a esta entidad desde 2005 y que van dando forma a los movimientos más actuales sobre desarrollo y gestión cultural, añadiendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) desde 2015 y fijados para que su cumplimiento se alcance antes del año 2030.

    En la Conferencia MONDIACULT, celebrada en México en septiembre de 2022, se examinaron los datos más recientes y pertinentes a escala mundial, regional y nacional para medir los avances, identificar los obstáculos nuevos o persistentes y establecer prioridades dentro de los sectores culturales y creativos en el camino para alcanzar las metas previstas por la agenda 2030, llegando a la premisa de que: La cultura es un bien público mundial (UNESCO 2022) y un vínculo incontestable entre la cultura y el desarrollo sostenible, así como el reconocimiento de su contribución a la paz y la seguridad de las Naciones.

    Si a este conjunto de políticas culturales se le añade el factor empresario, surgen las políticas empresariales con finalidad cultural. De un tiempo a esta parte, ha habido una creciente profesionalización de la gestión cultural, ofrecida por universidades y organismos capacitados para ello, han ido apareciendo organizaciones orientadas a la gestión de la cultura o lo que se ha llamado las Industrias Creativas y Culturales (ICC).

    Los ámbitos de las políticas culturales continúan un avance desde que se crearon hasta la actualidad, evolucionando hacia los intereses de la cultura en beneficio de la humanidad. En la actualidad, se establecen los siguientes ámbitos de actuación:

    Protección y promoción de la diversidad de las artes plásticas, visuales y escénicas.

    Protección del patrimonio material e inmaterial.

    Promoción de la música y la literatura.

    Educación permanente o aprendizaje a lo largo de la vida.

    Industria audiovisual: software, videojuegos, medios audiovisuales e industria de la publicidad.

    Definición

    Política cultural

    Conjunto vertebrado de acciones y actos sociales dirigidos por los poderes públicos o privados encaminados a fomentar la identidad colectiva, incentivar el uso y disfrute de la población, creando, fomentando y difundiendo actividades tanto culturales como artísticas.

    De esta manera, la política empresarial persigue no solo el beneficio económico sino que ofrece servicios o productos culturales y, dependiendo de su ámbito, sea este público, privado o sin ánimo de lucro, perseguirá el fin monetario o el fin social. La vinculación entre economía y cultura va mucho más allá de los impactos en términos económicos, como el crecimiento del PIB o la creación de empleo. Un museo provincial será una organización cultural con un fin social, y puesto que su fin es difundir el patrimonio español, no percibirá ingresos por difundirlo.

    La diferencia radica en, por poner un ejemplo, la puesta en marcha de una exposición sobre Dalí, en donde una organización privada cobre entrada, por lo que el propósito no será solo la difusión de su obra, sino el beneficio económico, para contrarrestar los gastos de reproducción de obras, el coste del montaje de la exposición o el contrato de un equipo de trabajo, como mínimo.

    Asimismo, la transversalidad de los agentes culturales está presente en todas las ejecuciones. Por ejemplo, se entiende que el sector público ofrece apoyo a la creación cinematográfica, pero no realiza directamente un largometraje para el cine (al que sí puede ayudar), o tiene una escuela de música, pero no edita discos. Desde el sector privado, se exponen obras de autores pero los premios para esas creaciones los otorga el sector público.

    Por otra parte, la innovación en el sector cultural constituye un fuerte vínculo que potencia la libre circulación de ideas creativas con las realidades prácticas de la vida económica. Se trata de un ámbito que requiere habilidad y competencia para avanzar en la mejora de las modalidades de actuación. Las medidas de fomento también son importantes, puesto que no solo desarrollan estos sectores, sino que los pluralizan y los llenan de creaciones.

    Definición

    Industrias culturales

    Son aquellas acciones culturales industrializadas, como las industrias de producción y difusión continua. Comprenden las industrias del cine, del libro o del fonograma. Hacen referencia a los sectores culturales proveedores de productos culturales masivos, reproducibles mecánicamente o difundidos de forma masiva.

    Para facilitar el conocimiento de la situación y de la evolución de la cultura en España, su valor social y su carácter como fuente generadora de riqueza y desarrollo económico, el Ministerio de Cultura creó la Cuenta Satélite de la Cultura en España (CSCE). Según el Anuario de Estadísticas Culturales, es una operación estadística de periodicidad anual cuyo objetivo esencial es proporcionar un sistema de información económica que permita estimar el impacto de la cultura sobre el conjunto de la economía española.

    Esta cuenta determina cómo inciden las actividades culturales y sus fases en el producto interior bruto y su aportación a la economía española. Estos datos se resumen en las Cuentas nacionales desde 2009 y su publicación es trienal.

    De esta manera, se ofrece información desglosada por sectores culturales y fases de las siguientes variables:

    Aportación de la cultura y de las actividades vinculadas a la propiedad intelectual al Producto Interior Bruto (PIB) de la economía.

    Aportación de la cultura y de las actividades vinculadas a la propiedad intelectual al Valor Añadido Bruto (VAB) de la economía.

    Los últimos resultados indican que, en 2019 en España, la aportación del sector cultural al PIB, se cifró en 2,4 % situándose en el 3,4 % si se considera el conjunto de actividades económicas vinculadas con la propiedad intelectual.

    Por sectores culturales destaca el sector Audiovisual y multimedia con una aportación al PIB total en 2019 del 0,69 %, sector que representa el 28,5 % en el conjunto de actividades culturales, incluye entre otros las actividades de cine, vídeo, música grabada o televisión. Le sigue por orden de importancia el sector Libros y prensa 24,9 %. Los restantes sectores tienen una participación inferior, Artes plásticas 20,6 %, Artes escénicas 10,2 % y Patrimonio, archivos y bibliotecas 8,1 %.

    Últimos resultados de la cuenta satélite de cultura en España (CSCE) FUENTE: Ministerio De Cultura y deporte.

    Los resultados ponen de manifiesto el significativo peso tanto de las actividades vinculadas con la propiedad intelectual como de las actividades culturales dentro de la economía española.

    De esta manera, se realiza un control no solo de los sectores culturales propiamente dichos, sino que se analizan las actividades distinguiendo las siguientes fases:

    Creación. Se encuentran las actividades concernientes a la elaboración de ideas artísticas, tales como las realizadas por artistas, autores e intérpretes.

    Producción. Incluye las actividades encaminadas a definir el producto o servicio cultural. Del conjunto de las actividades de creación y de producción se obtiene lo que podrían denominarse bienes y servicios primarios, susceptibles ya de ser reproducidos para su consumo.

    Fabricación. Son actividades destinadas a reproducir en serie bienes culturales primarios, en las que no se añade valor al contenido cultural del bien.

    Difusión y distribución. Incluye las actividades necesarias para que el producto resultante de las fases anteriores llegue al usuario o consumidor, tales como las realizadas por los intermediarios responsables de la comercialización y distribución de los productos culturales.

    Actividades de promoción y regulación. Comprenden las actividades de promoción cultural de las administraciones públicas, así como las actividades de regulación.

    Actividades educativas. Incluye la enseñanza vinculada a la cultura.

    Actividades auxiliares. Incluye actividades auxiliares con respecto a las fases de creación, producción, difusión y distribución. Se trata de actividades que, si bien no producen bienes y servicios culturales en sentido estricto, tienen en general una indudable connotación cultural o permiten obtener productos que facilitan el uso y disfrute de bienes y servicios culturales.

    De esta forma, y desde el comienzo del siglo XXI, los resultados son notorios en cuanto que las actividades culturales y las actividades vinculadas con la propiedad intelectual tienen un peso muy significativo en la economía española.

    Aplicación práctica

    El ayuntamiento de una ciudad española, le ha invitado a participar en uno de los mercadillos de temática histórica que se han puesto de moda en los últimos tiempos. Se organiza en Jávea, durante las fiestas de Moros y Cristianos, al

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