Versos Para el alma

Por Luis F. Aréstegui

En estos versos se encuentra el eterno conflicto de ser o no ser. Aclamar y reclamar a Dios por los abusos y traumas de la vida sostenidos en el tiempo hasta el fin de nuestra existencia. Estos versos se basan en un grito, por vivir en una época conservadora en que todo estaba oculto; por lo que fueron guardados por más de 50 años, hasta que son sacados a la luz y enriquecidos con versos actuales. Esperando pueda ayudar a reflexionar a que el mundo no va a cambiar SI NO TU.

• Idioma: Español
• Editorial: Page Publishing, Inc.
• Fecha de lanzamiento: 5 may 2020
• ISBN: 9781643343655

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Amistad

Amistad, qué tan cerca de mi has estado,

tú llenarás de recuerdos mis horas tristes,

serás el bálsamo de la herida que siempre he tenido,

en verdad, de la mano llevarás todas mis ilusiones.

Los ardores de mi juventud en tu altar los he quemado,

mi amor, celosamente, es guardado en su recuerdo,

cofre más preciado que nunca nadie ha tenido,

en su nombre, amistad, me alegro de haberte escuchado,

y en el silencio de la noche

(tu nombre pronunciaré)

Amistad, noble palabra, que enciende la llama en el corazón humano,

escudo que nos guarda de los ataques enemigos,

la ingratitud de ti huye como el demonio de los ángeles,

hay veces que la duda sobre ti llevas, pero no estas vencido.

Eres manto en las noches frías

bajo el cual se cobija el corazón amigo,

eres la única que al orgullo alejas,

en tus labios la nobleza mora, como Dios en el paraíso.

Deseo humano…

Al sentir tu cuerpo junto al mío, palpitando en la paz de tu sueño,

saciándome de amor al rosar tu carne con la mía,

guardándolo como un eterno recuerdo de la noche en que humano fue mi deseo,

adorándote en el silencio de la noche, y en mis locos sueños siendo todo mío.

En mis locos desvaríos he sido mil veces todo tuyo;

al igual que al verte te he ignorado, pensando cuanto te quiero;

al verte hoy solo y triste, inconforme con tu vida,

he querido saciar en ti, el amor que te hace falta.

Te amo en secreto

Te amo en secreto,

si lo supieras, no me mirarías con tal desdén,

ni me privarías con tus enojos,

de ver tus ojos, que son mi edén.

¡Te amo!, lo juro por mi existencia,

tú eres mi creencia, mi religión;

si tu cariño, comprar pudiera,

por el daría mi salvación.

Si