Santa Fe - Cuba: Poesia

Por Juan Ramirez Cubela

Hay ocasiones en la vida en que la vorágine de lo acontecido a diario no nos permite ver la importancia de los pequeños acontecimientos que conforman nuestro entorno, es como admirar en el bosque al enorme Ocuje o a la legendaria Ceiba, sin darnos cuenta que caminamos, sobre una alfombra llena de esperanzas. El autor de este poemario, Juan Ramirez Cubela, cubano sencillo, de procedencia humilde, no deja pasar desapercibidos, los detalles del acontecer diario. Su obra es la forma que tiene de rendir memorias y tributo a los niños, la familia, en fin, a la historia de la humanidad. Expresa a voz en cuello lo que ha sido capaz de lograr.

• Idioma: Español
• Editorial: Page Publishing, Inc.
• Fecha de lanzamiento: 11 abr 2022
• ISBN: 9781662493065

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De mi mente al teclado

Escribo, de mi mente al teclado, para que no existan tiempos que empolven o conviertan en borradores amarillos aquel papel, donde traté dibujar tu cuerpo, de mi carácter siempre enamorado.

Pero yo soy un bohemio o mejor, estoy entre corsarios y piratas" me creo un genio, de tu amor, mi gitana, cuando te acechan mis versos.

Escribo de mi mente al teclado, por tu amor, con mi amor, para no vagar solo y sin ti en mis hechos.

Juan Ramírez Cubela.

Tiernamente

Tiernamente, muy tierno no existen otras palabras, tan temprano o tarde, como las hojas del trébol, van cargadas de colores, muy cargadas del tiempo.

Juan Ramírez Cubela.

Maestro o profesor(a)

¡Oh! Un maestro que nos educa, en edades complicadas, son como aquellos padres que nos enseñan por primera vez, hacer la cama.

¡Oh!, es el confesor de los juegos y las primeras esperanzas de los sueños prohibidos,de la vida y la añoranza.

¡Oh! Es el maestro o profesor(a) que viene a nuestras casas, con los juegos de niños, para no olvidar sus enseñanzas.

Juan Ramírez Cubela.

Bandoleon

No quiero verte triste Bandoleon ¿por qué tu compañero de aventuras no está?, dime si te acompañan el arpa y el violín, en ese tango de ayer y hoy que tanto escuchaba en mi juventud, cuando yacía la flor.

El compás tan ajustado de amor, mientras escuchaba las melodías de tus cuerdas Bandoleon, un trago en la cantina me daba, porque en ti pensaba, tango, que dejé una noche en aquel salón.

Juan Ramírez Cubela.

A mi viejo. Yo también te escucho Bandoleon.

El Álamo

Aquel Álamo, como un vagabundo, todas las noches me veía partir, después, de escuchar mis ruegos, un te quiero, tus recuerdos vienen a mí.

Cuando estoy solo, voy y lo beso, tus recuerdos de siempre, que aún yo siento, al Álamo, según él, van otros amores, de otros tiempos, a dejar su querer.

Juan Ramírez Cubela.

A Olguita, mi esposa. Salud, un quiero ternura. Besos.

Madre

Siente la madre en silencio, el silencio del dolor, aun cuando existen momentos felices, si de sus ramas alguien olvida, su amor.

Dios te bendiga madre, no importa tu color, pues tu ternura es única, como esa no existen dos.

Juan Ramírez Cubela, a todas las madres. Salud un quiero ternura.

Tu regreso

Gira, gira y da vueltas la Tierra, pero siempre se detiene frente a mí, porque tú vienes con ella.

Que importa, cuando se detiene,