El camino a la unidad

Por Niji Sánchez Vargas

Así como las fracturas en el cuerpo pueden sanar, así también las fracturas dentro de la Iglesia deberían sanar, y esto es responsabilidad de cada uno de los que la integran.

Es más fuerte lo que une a los creyentes y a las diferentes iglesias que lo que las separa. Jesús es el bálsamo para esas heridas y fracturas. Sirva este libro para la reflexión sobre la oración de Jesús «para que el mundo crea que tú me has enviado» (cf Jn 17.21)

Los puentes unen, los muros separan. ¿Eres más puente o eres más un muro con los demás?


«En el mundo de hoy, el cristianismo solo se verá creíble si se presenta en una diversidad verdaderamente reconciliada»

Hans Küng

• Idioma: Español
• Editorial: Letrame Grupo Editorial
• Fecha de lanzamiento: 12 ene 2023
• ISBN: 9788411444422

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Diseño de edición: Letrame Editorial.

Maquetación: Juan Muñoz

Diseño de portada: Rubén García

Supervisión de corrección: Ana Castañeda

ISBN: 978-84-1144-442-2

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Gracias, Susy, mi esposa, por tanta paciencia, amor y apoyo. Te amo.

Gracias, papá y mamá, por tanto amor que me han dado, los admiro y estoy muy orgulloso de ser su hijo.

Gracias, hermanita, por ser un ejemplo de tenacidad y valentía para mí.

Israel y Yaren, gracias por su amor, sus palabras y sus enseñanzas.

Que Dios siga bendiciendo cada una de sus vidas.

PRÓLOGO

Pocas cosas son tan espirituales y poderosas como lo es la unidad, pues la unidad es la esencia misma de Dios; nuestro Dios es un Dios Trino conformado por tres personas, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, y lo primero que podemos notar en esta Trinidad es que nuestro Dios es una perfecta unidad. La unidad tiene un incomparable poder, es el poder del uno.

En este libro, su autor, mi querido amigo Niji Sánchez, ha hecho un gran trabajo en comprender el corazón de Dios sobre este tema y nos lleva por un viaje donde podemos ver cómo comienza a separarse la Iglesia de Cristo y las razones por las cuales esto sucedió, desembocado en la Reforma del siglo xvi.

A quienes iniciaron esta reforma se les llamó protestantes, porque todo nació por protestas doctrinales y después de analizar sus puntos es entendible que la búsqueda de los que protestaban era que la Iglesia regresara a los principios bíblicos de la Escritura, que con el paso de los siglos se había desviado del camino establecido en la Palabra de Dios; esto es interesante, porque podemos compararlo a los tiempos del Antiguo Testamento donde los profetas constantemente hablaban al corazón del pueblo de Dios para que regresara a sus caminos y a su palabra.

Sin embargo, el rechazo absoluto a lo que se planteaba dio como resultado una división en la amada Iglesia de Cristo, y así como podemos defender la noble y divina reprensión de Dios a volver a su palabra y a sus caminos, también podemos notar el énfasis que se le dio al acuerdo doctrinal sobre la relación. La Iglesia es la familia de Dios, y eso es algo que necesitamos comprender, Dios es un padre de familia, el reino es una familia, su Iglesia es su familia, su amada familia por la que dio su vida, y es lo que este libro nos invita a abrazar, que, aunque vivamos de diferente manera nuestra fe, si decimos que Cristo es Nuestro Salvador debe haber honra entre nosotros.

Este hermoso libro nos inspira a practicar la honra, la paz y la unidad en el Cuerpo de Cristo, pues ese fue el deseo de nuestro amado Señor Jesucristo, así como su oración al Padre pocas horas antes de dar la vida por nosotros en la cruz.

Le invito a leer este libro con el corazón abierto, sin ideas preconcebidas, sino con empatía, poniéndose en el lugar de quienes son su familia por ser parte del Cuerpo de Cristo.

Comprendiendo que no es una «etiqueta» lo que nos hace hijos de Dios, fue el hijo de Dios quien por amor se hizo hombre para que los hombres fueran hijos de Dios, todo es por Cristo. Y si amamos a Cristo sigamos su ejemplo y sus palabras: «Ámense unos a otros; como yo los he amado».

Yaren Parra de Cañibe

INTRODUCCIÓN

Tengo ya tiempo que en mis oraciones está el tema de la unión familiar, esa unión que muchas veces se pierde por orgullo, por falta de comunicación o falta de perdón. Llegaban momentos en los que por alguna razón sentía que no era suficiente orar, como si tuviera que hacer algo más.

A finales del invierno del 2019 viene como invitado a la iglesia donde nos congregamos mi esposa y yo Mike Herron, un compositor y músico, ha sido pastor, ha viajado por varios países llevando su música, enseñando y predicando entre otras cosas la unidad entre creyentes, católicos y protestantes.

Investigué un poco sobre el trabajo de Mike y encuentro con sorpresa que es cofundador de un movimiento llamado Juan 17, el cual promueve el mensaje que Jesucristo dejó en este capítulo de la Biblia, donde se puede encontrar un fuerte llamado a la unidad.

Me pareció algo maravilloso que existiera este tipo de proyectos dentro de una sociedad donde parece que hay más cosas que nos separan que las que nos unen.

Si tenemos algo en común, tenemos que celebrarlo y vivirlo.

Con esta combinación de pensamientos entre la unidad en la familia y la unidad entre los creyentes en Cristo, nace la idea de este libro, ¿por qué no podemos vivir en armonía con nuestra propia familia?, si no compartimos doctrinas con otras religiones o denominaciones, ¿eso nos justifica hablar mal de ellas?

Este libro tiene la finalidad de hablar y reflexionar sobre unidad, no pretende ser objeto de análisis de doctrinas, ni mucho menos de confrontación de estas, el único objetivo es centrarnos en lo verdaderamente importante, en lo que nos une.

Les comparto el significado de unión, el cual es sinónimo de unidad:

De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española, unión significa alianza, concordancia o correspondencia de una cosa con otra; dentro del mismo diccionario hay una definición que me llama mucho la atención, una definición que me parece idónea para el contexto en el que nos moveremos a lo largo del libro:

«Semejanza de dos perlas en el tamaño, color y demás cualidades».

Partiendo del hecho de que somos hijos de Dios, nosotros somos esas perlas porque:

Somos iguales en Cristo Jesús.

No hay diferencia entre unos y otros ante los ojos del Señor.

Todos somos igual de valiosos para Él.

Podemos brillar como perlas a través de la luz de Dios en nuestras vidas.

Invito al lector a leer cada página con un corazón que privilegie el amor.

CAPÍTULO I

FUNDAMENTO

Todo lo escrito en este libro lo sostiene el versículo de Juan 17:21, es el fundamento de cada página. Por tal motivo es imprescindible hablar sobre lo que hay alrededor de este versículo.

El capítulo 17 del Evangelio de Juan cobra especial relevancia, ya que fue la última vez que Jesús habló de manera pública a Dios. Podemos decir que es una oración de intercesión de Jesús al Padre por todos nosotros y una oración de exhortación de Jesús a sus discípulos. Tiene una doble finalidad.

A lo largo de todo el libro estaré utilizando para las referencias bíblicas la Biblia de Jerusalén (BJ) y la Biblia Reina Valera (BRV), tratando siempre de que su uso sea un cincuenta por ciento de cada una.

Juan 17: 20-23 (BJ)

No ruego solo por estos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.

Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.

Juan 17: 20-23 (BRV)

Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh, Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

La gloria que me diste yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somo uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.

La intercesión que hace Jesucristo no es solamente por nosotros, sino también por aquellos que aún no creen, pero creerán; está hablando de futuros creyentes, está hablando por los que aún no le conocen, está hablando de evangelización la misión primaria de la Iglesia, que consiste en revelar el nombre de