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Ser Fructífero
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Libro electrónico61 páginas48 minutos

Ser Fructífero

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El propósito eterno de Dios para nosotros es que seamos fructíferos. En Juan 15:16 (NTV) el Señor Jesús exhortó a Sus discípulos diciendo: «Vayan y produzcan frutos duraderos». Dios te ve como un árbol que debe dar fruto. En este práctico libro, el obispo Dag Heward-Mills nos conduce a través de varias leyes bíblicas para una vida fructífera extraídas de la Biblia. Te sentirás animado a dar mucho fruto, ¡fruto que permanezca!

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento10 ene 2023
ISBN9798215693568
Ser Fructífero
Autor

Dag Heward-Mills

Bishop Dag Heward-Mills is a medical doctor by profession and the founder of the United Denominations Originating from the Lighthouse Group of Churches (UD-OLGC). The UD-OLGC comprises over three thousand churches pastored by seasoned ministers, groomed and trained in-house. Bishop Dag Heward-Mills oversees this charismatic group of denominations, which operates in over 90 different countries in Africa, Asia, Europe, the Caribbean, Australia, and North and South America. With a ministry spanning over thirty years, Dag Heward-Mills has authored several books with bestsellers including ‘The Art of Leadership’, ‘Loyalty and Disloyalty’, and ‘The Mega Church’. He is considered to be the largest publishing author in Africa, having had his books translated into over 52 languages with more than 40 million copies in print.

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    Ser Fructífero - Dag Heward-Mills

    CAPÍTULO 1

    El propósito de Dios para tu vida es que seas fructífero

    No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto PARA QUE VAYÁIS Y LLEVÉIS FRUTO, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.

    Juan 15:16

    El propósito eterno de Dios para ti es que seas fructífero. Este es el propósito de Dios para ti. Dios te ve como un árbol que debe dar fruto. Ser fructífero significa generar en cantidad un producto digno de la inversión que fue hecha en ti.

    Ser fructífero significa ser abundante, pleno, radiante y floreciente.

    Ser fructífero significa florecer, volverse rico y proliferante. Ser fructífero significa producir mucho y ser fecundo. Dios quiere que produzcas en abundancia y Dios quiere que des frutos.

    Si estudias la vida de distintas personas a quienes Dios llamó y designó, notarás que las llamó y designó para que sean fructíferas. Jesús reveló a sus discípulos por qué los había elegido y enviado. Lo hizo para que fueran y lleven fruto, y nada más. Tu eres un árbol que Dios ha plantado y Él espera frutos de ti.

    Dios tiene expectativas para ti. Es importante que vivas tu vida cumpliendo Su voluntad y no la tuya. Cada uno de los patriarcas fue llamado para ser fructífero. El propósito del llamado de Dios siempre es a ser fructífero.

    ¡Adán fue llamado a ser fructífero! Dios lo bendijo para que pudiera dar fruto. El propósito de Dios era poblar la tierra. Al día de hoy, vastas secciones del planeta están desprovistas de vida humana. El plan de Dios era cubrir la tierra con seres humanos.

    ¡Abraham fue llamado a ser extremadamente fructífero! Dios quería un pueblo especial a quien llamar suyo. Quería que una persona obediente le diera hijos obedientes.

    ¡Isaac también fue llamado a ser fructífero! En efecto, él continuó el linaje de su padre Abraham. La bendición de fecundidad fue pasada de Abraham a Isaac.

    ¡Jacob fue llamado a ser fructífero! Jacob recibió la bendición de su padre. Y la bendición era para multiplicarse y ser fructífero. Jacob tuvo muchos hijos y empezó a manifestar la fecundidad para la cual Abraham había sido llamado.

    ¡Rebeca fue llamada a ser fructífera! Rebeca fue llamada a ser madre de millares de millares. ¡Este era el propósito de Dios! De la misma manera, Dios quiere que tú des frutos.

    ¡Israel fue llamado a ser fructífero! Mientras la nación de Israel vivió en Gosén, fructificaron y se multiplicaron, y fueron aumentados y fortalecidos en extremo, y se llenó de ellos la tierra. La población aumentó y el fruto de la nación de Israel fue manifestado.

    ¡Ismael fue llamado a ser fructífero! Incluso Ismael, el hermano de Isaac, fue bendecido con doce príncipes.

    ¡José fue bendecido para ser fructífero! La bendición de José fue ser una rama fructífera. Sus hijos, Manasés y Efraín, recibieron la bendición y el encargo de ser fructíferos.

    ¡Los cristianos son llamados a ser fructíferos! El plan de Dios es que los creyentes continúen en este espíritu de dar fruto. Al ser fructíferos nos mostramos dignos del llamado de Dios. Es tiempo de dar fruto y caminar en prosperidad, en abundancia, ganando almas, plantando iglesias, floreciendo, procreando y multiplicando la gracia en cada creyente.

    La vida fructífera a lo largo de las Escrituras

    1. El propósito de Dios para Adán fue que diera fruto

    Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y LOS BENDIJO DIOS, Y LES DIJO: FRUCTIFICAD y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

    Génesis 1:27-28

    2. El propósito de Dios para Abraham fue que diera fruto

    Este es mi pacto contigo: ¡te haré el padre de una multitud de naciones! Además, cambiaré tu nombre. Ya no será Abram, sino que te llamarás Abraham, porque

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