Por qué pocos son los elegidos

Por Dag Heward-Mills

Muchos son los llamados, pero pocos los elegidos (Mateo 22:14). Es un hecho en la vida que a muchas personas se les ofrecen oportunidades, pero pocas terminan aprovechando al máximo estas oportunidades. Por toda la Biblia, vemos un patrón en el que mucha gente es llamada, pero al final pocos son los elegidos. ¿Por qué son pocos los elegidos? Por qué son pocos los elegidos es la gran pregunta que estamos buscando responder en este libro. Después de leer este excepcional libro del exitoso autor Dag Heward-Mills, descubrirás cómo sucede este patrón en el que muchas personas están siendo llamadas y pocas están siendo elegidas. ¡Que no trivialices el llamado y que trabajes duro para convertirte en uno de los pocos elegidos!

• Idioma: Español
• Editorial: Dag Heward-Mills
• Fecha de lanzamiento: 9 ene 2023
• ISBN: 9798215775516

Dag Heward-Mills

Bishop Dag Heward-Mills is a medical doctor by profession and the founder of the United Denominations Originating from the Lighthouse Group of Churches (UD-OLGC). The UD-OLGC comprises over three thousand churches pastored by seasoned ministers, groomed and trained in-house. Bishop Dag Heward-Mills oversees this charismatic group of denominations, which operates in over 90 different countries in Africa, Asia, Europe, the Caribbean, Australia, and North and South America. With a ministry spanning over thirty years, Dag Heward-Mills has authored several books with bestsellers including ‘The Art of Leadership’, ‘Loyalty and Disloyalty’, and ‘The Mega Church’. He is considered to be the largest publishing author in Africa, having had his books translated into over 52 languages with more than 40 million copies in print.

Vista previa del libro

CAPÍTULO 1

Muchos son los llamados, pero pocos los elegidos

Pues muchos son los llamados, pero pocos los elegidos.

Mateo 22:14

Por toda la Biblia vemos un patrón en el que muchas personas son llamadas, pero al final pocas elegidas. Este libro se trata de cómo ocurre este patrón en el que muchas personas son las llamadas, pero pocas las elegidas.

Es un hecho de vida que a muchos se les ofrecen oportunidades, pero pocos terminan aprovechando al máximo estas oportunidades. Muchos comienzan la escuela primaria. Muchos van a la escuela secundaria, pero pocos pueden ir a la universidad.

Muchas personas tienen título universitario, pero pocas tienen doctorado. Hay muchos factores que causan que el grupo inicial se reduzca a números tan bajos.

A lo largo de la palabra de Dios, vemos a muchas personas llamadas a servir a Dios. La palabra venid aparece más de dos mil ciento seis veces en la Biblia. Dios es un Dios a quien le gusta mucho invitar. Siempre está invitando, atrayendo y llamando gente.

De tal manera amó Dios al mundo que dio a Su único Hijo para salvar al mundo. Desgraciadamente, el mundo entero no está acercándose a Cristo. Muy pocos han respondido a esta oferta de salvación a través de Jesucristo.

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Obviamente el mundo entero está cargado de pecado. Pero el mundo entero no está acercándose a Jesucristo.

¡Dios quiere que mucha gente trabaje para Él! Muchos están llamados al ministerio, pero muchos no responden. Al final muy poca gente se convierte en ministro del evangelio.

En este libro, verás que hay muchos invitados, muchos siervos, muchas vírgenes, muchas semillas, muchos israelitas y muchos espías a quienes se les ofrece una oportunidad para trabajar. Me entristece reportar que ¡pocos terminan siendo elegidos!

A través de este libro, trabajarás arduamente para convertirte en uno de los pocos elegidos.

¡Escaparás de cualquiera de las causas perniciosas por las que las personas no son elegidas!

CAPÍTULO 2

Pocos son los elegidos porque muchos dan poca importancia a su llamado

Jesús también les contó otras parábolas. Dijo: «El reino del cielo también puede ilustrarse mediante la historia de un rey que preparó una gran fiesta de bodas para su hijo. Cuando el banquete estuvo listo, el rey envió a sus sirvientes para llamar a los invitados. ¡Pero todos se negaron a asistir! »Entonces envió a otros sirvientes a decirles: La fiesta está preparada. Se han matado los toros y las reses engordadas, y todo está listo. ¡Vengan al banquete!. Pero las personas a quienes había invitado no hicieron caso y siguieron su camino: uno se fue a su granja y otro a su negocio. Otros agarraron a los mensajeros, los insultaron y los mataron.

»El rey se puso furioso, y envió a su ejército para destruir a los asesinos y quemar su ciudad. Y les dijo a los sirvientes: La fiesta de bodas está lista y las personas a las que invité no son dignas de tal honor. Ahora salgan a las esquinas de las calles e inviten a todos los que vean. Entonces los sirvientes llevaron a todos los que pudieron encontrar, tanto buenos como malos, y la sala del banquete se llenó de invitados.

»Cuando el rey entró para recibir a los invitados, notó que había un hombre que no estaba vestido apropiadamente para una boda. Amigo—le preguntó—, ¿cómo es que estás aquí sin ropa de bodas?. Pero el hombre no tuvo respuesta. Entonces el rey dijo a sus asistentes: Átenlo de pies y manos y arrójenlo a la oscuridad de afuera, donde habrá llanto y rechinar de dientes.

»Pues muchos son los llamados, pero pocos los elegidos».

Mateo 22:1-14

Ten cuidado de no hacer caso al llamado de Dios. No trivialices el llamado que estás recibiendo del Señor. Yo conozco a muchas personas que trabajan en el mundo secular, pero en realidad deberían trabajar en la iglesia. Son sacerdotes que declinaron su llamado y fueron tras cosas seculares.

Muchas maldiciones se desatan porque la gente da poca importancia al llamado de Dios.

Recuerdo una historia que escuché de Derek Prince, el gran maestro de la Palabra. Habló de cómo el gobernador general británico de la India invitó a uno de los comandantes del Ejército Británico de la India a una cena. Este comandante del Ejército decidió no ir porque estaba ocupado o no estaba dispuesto a ir. Cuando el gobernador se dio cuenta de que el oficial no honró la invitación se desencadenó un gran problema para el oficial. Por supuesto, el gobernador se sintió afrentado por la ausencia de este oficial invitado. Creo que el oficial fue destituido de su mando, o fue despedido por no honrar la invitación a esa cena. No hay duda de que también Dios nos ha invitado a una gran cena. Si desdeñar una invitación del gobernador general de la India pudo llevar a semejante problema, entonces ¿cuántos problemas más podemos esperar por rechazar la invitación y el llamado de Dios? Entonces, ¿por qué la gente da poca importancia al llamado?

1. La gente da poca importancia al llamado porque no saben que se meterán en problemas por rechazar el llamado de Dios.

Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí. Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia DE JEHOVÁ. PERO JEHOVÁ HIZO LEVANTAR UN GRAN VIENTO EN EL MAR, Y HUBO EN EL MAR UNA TEMPESTAD TAN GRANDE QUE SE PENSÓ QUE SE PARTIRÍA LA NAVE.

Jonás 1:1-4

Ve y pregúntale a Jonás qué le pasó cuando hizo caso omiso del llamado de Dios y se dedicó a sus propios negocios. Jonás se enfrentó a tormenta tras tormenta y a un problema tras otro.

Jonás se topó con una tormenta increíble y después se topó con una turba enojada que votó por arrojarlo al mar embravecido. Luego Jonás fue atacado y fue tragado por un gran pez. Jonás estuvo en el estómago de la ballena y en medio de una gran dificultad. Así es como les esperan problemas a quienes dan poca importancia al llamado de Dios.

2. La gente da poca importancia a su llamado porque no encuentran atractivo el llamado de Dios.

Dios llama a muchas personas. El mundo también llama a las personas. El mundo le ofrece a la gente excelentes trabajos y oportunidades. Después de la universidad, a la gente le ofrecen toda clase de oportunidades asombrosas. Le dan la oportunidad de viajar por todo el mundo y de trabajar en rascacielos llenos de ventanales.

Cuando el llamado de Dios se presenta, parece demasiado monótono y tedioso. ¡Ven a trabajar en la iglesia! ¡Ve al campo misionero! ¡Ve a ese país pobre! ¡Deja tu casa! Deja tu maravilloso trabajo secular, y no busques más ganancias y dinero.

Por esta razón mucha gente da poca importancia al llamado de Dios.

3. La gente da poca importancia a su llamado al darle a lo secular más valor de lo que deberían.

Cuando estaba en la universidad, había otras personas que sentían que tenían el llamado de Dios. Recuerdo a un amigo quien dijo que tenía el llamado para ser maestro de la Palabra. Una noche oré con él en un jardín bajo unos árboles altos. Él describió cómo Dios lo había llamado a enseñar la Palabra. Yo también hablé sobre mi llamado y de cómo también yo quería ser maestro de la Palabra. Le dije que había tenido un sueño en el que un día