El poder de las primicias

Por Edwin Santiago

Aunque Dios no necesita de nuestros bienes, cuando él nos pide algo es porque anhela darnos más, pero con su bendición. Cuando le entregamos al Señor las primicias, la parte restante es bendecida. Sin embargo, ten en cuenta que antes de que Dios otorgue su
bendición, siempre te pedirá que le entregues lo primero en todos los ordenes de tu vida. No hay espacio para las especulaciones. Entrégale hoy tus primicias a Dios.

• Idioma: Español
• Editorial: Zondervan
• Fecha de lanzamiento: 25 jun 2013
• ISBN: 9780829778915

Edwin Santiago

Edwin Santiago es graduado del Instituto Teológico de las Asambleas de Dios. Es anfitrión de su propio congreso anual de liderazgo "Rompiendo los límites".Conduce el programa de televisión "Fe Explosiva" y es pastor de la iglesia Tabernáculo de Amor.

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LA ECONOMÍA DE DIOS

Te has preguntado alguna vez, ¿qué son las primicias y por qué han cobrado relevancia a lo largo de toda la historia del pueblo de Dios hasta el día de hoy? Pues quiero decirte que las primicias encierran en sí mismas un significado y un poder trascendente en la economía celestial.

Del griego Aparche, una primicia denotaba primariamente la ofrenda de los primeros frutos. Dios demandó siempre las primicias de los primeros frutos de las labores del campo. Esta práctica fue instituida por Dios como una de las fiestas del pueblo de Israel.

La Fiesta de las Primicias Bikurim, era una fiesta que duraba siete días y estaba dedicada íntegramente para alabar y bendecir al Señor. Durante la Pascua, el día que le seguía al sábado daba comienzo a lo que se llamaba la Fiesta de los primeros frutos.

El Señor había hablado por Moisés al pueblo diciendo que cuando entraran a Canaán y cosecharan la tierra, debían traer luego al sacerdote, una gavilla por primicia de los primeros frutos de la recolección de cebada y de trigo.

Y Hablo Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega (Levítico 23:9-10)

Entonces, el sacerdote mecía la gavilla delante del Señor y ofrecía un cordero de un año sin defecto en holocausto como señal de aceptación.

Los sacerdotes recibían así lo mejor de todas

Comentarios para El poder de las primicias

[Edgardo · Calificación: 5 de 5 estrellas]

excelente libro, de mucha bendicion, necesario para crecimiento en el conocimiento de Dios. sobre la economia del reino.