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Sermones Sobre El Evangelio De Lucas (V) - Somos Los Siervos Que Creen En El Evangelio Del Agua Y El Espíritu
Sermones Sobre El Evangelio De Lucas (V) - Somos Los Siervos Que Creen En El Evangelio Del Agua Y El Espíritu
Sermones Sobre El Evangelio De Lucas (V) - Somos Los Siervos Que Creen En El Evangelio Del Agua Y El Espíritu
Libro electrónico267 páginas4 horas

Sermones Sobre El Evangelio De Lucas (V) - Somos Los Siervos Que Creen En El Evangelio Del Agua Y El Espíritu

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Es Jesucristo quien mueve la historia de este mundo. Nuestro Señor vino al mundo para salvar a todos los humanos de los pecados del mundo, y se ha convertido en el pan de la nueva vida para los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu. De hecho, para darnos nueva vida a los que estábamos destinados al infierno por nuestros pecados, nuestro Señor vino a buscarnos.

IdiomaEspañol
EditorialPaul C. Jong
Fecha de lanzamiento20 dic 2022
ISBN9788928215577
Sermones Sobre El Evangelio De Lucas (V) - Somos Los Siervos Que Creen En El Evangelio Del Agua Y El Espíritu

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    Sermones Sobre El Evangelio De Lucas (V) - Somos Los Siervos Que Creen En El Evangelio Del Agua Y El Espíritu - Paul C. Jong

    Piensen en las consecuencias de sus creencias antes de decidir en qué creer

    Si construimos una casa, ¿cuántos factores debemos considerar? Debemos preguntarnos: «¿Cuánta tierra debo comprar? ¿Cómo de grande debe ser la casa? ¿Cuántas habitaciones debo poner y cómo de grande debo hacerlas? ¿Qué materiales de construcción debo usar y cuánto dinero necesito? ¿Puedo permitirme todo esto? Si tomo un préstamo, ¿podré pagarlo?». Solo empezaremos a construir la casa después de haber considerado estas cuestiones y hemos considerado que son posibles.

    De la misma manera, damos por hecho que debemos considerar varios factores cuando construimos una casa en este mundo donde solo estaremos durante poco tiempo. Pero hay muchas personas que no piensan en ir al Cielo, su hogar eterno. Incluso la mayoría de los cristianos creen en Dios arbitrariamente sin pensar en el resultado de tener una fe ciega. Por tanto, antes de decidir en qué creer, todo el mundo debe hacerse las siguientes preguntas y considerarlas con cuidado: «Aunque creo en Jesús, hay pecados en mi corazón. ¿Voy a entrar en el Cielo si creo de la manera que creo? Me dicen que mis pecados diarios pueden ser eliminados a través de oraciones de penitencia, ¿pero puedo alcanzar mi salvación ofreciendo estas oraciones y haciendo buenas obras? Me han enseñado que mi pecado original fue eliminado cuando creí en Jesús, y que si intento no cometer pecados de ahora en adelante y me dedico a mi santificación, podré ser completamente santificado cuando dé mi último suspiro y podré entrar en el Cielo». ¿Pero es esto cierto? ¿Podemos evitar pecar si lo intentamos? Solo cuando tenemos una respuesta clara a estar preguntas podemos decidir qué tipo de fe debemos tener.

    Cuando consideramos estas preguntas sinceramente ante Dios, podremos llegar a la conclusión de que no podemos borrar nuestros pecados por nuestra cuenta. La conclusión es clara: si creen solamente en la sangre derramada en la Cruz sin conocer el Evangelio del agua y el Espíritu, no podrán entrar en el Cielo con esta fe doctrinal. La Biblia declara: «El precio del pecado es la muerte» (Romanos 6, 23). Por tanto, quien tenga el más mínimo pecado en su corazón no puede entrar en el Cielo para recibir la vida eterna. Si esto es cierto, deberán dejar de lado la fe que han escogido tan pronto como puedan. Deberán encontrar la Verdad que les permitirá nacer de nuevo y entrar en el Reino de los Cielos.

    ¿Conocen el Evangelio del agua y el Espíritu? Si no lo conocen, deberán encontrar este Evangelio a través de este libro. Si conocen el Evangelio del agua y el Espíritu, les pido que consideren detenidamente las consecuencias de creer en este Evangelio, y por otro lado, las consecuencias de negarse a creer en este Evangelio, de rechazarlo a pesar de conocerlo.

    El Señor dijo: «Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios; mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios» (Lucas 12, 8-9). ¿Qué significa confesar al Señor? Significa confesar la fe en que el Señor es el que ha venido por el agua, la sangre y el Espíritu (1 Juan 5, 6-10). En otras palabras, es una confesión de fe que se hace cuando creemos que Jesús es Dios encarnado, el que cargó con todos nuestros pecados al ser bautizado por Juan el Bautista, el representante de la humanidad, en la forma de la imposición de manos, y el que pagó el precio de los pecados al pagar el castigo en la Cruz.

    ¿Significa esto que los justos nacidos de nuevo que han recibido la remisión de los pecados pueden hacer lo que quieran porque no tienen pecados? No, no es así. Incluso los justos que han reconocido el Evangelio del agua y el Espíritu como la Verdad y creen en él deben considerar el resultado de sus decisiones; es decir, debemos preguntarnos cómo debemos vivir el resto de nuestras vidas. Todos debemos considerar las siguientes preguntas: «¿Cómo debo vivir el resto de mi vida? ¿Qué debo hacer para vivir al máximo de la manera más digna? El Señor me ha aceptado como hijo pródigo, me ha vestido con la justicia y me ha hecho Su discípulo. ¿Qué ocurrirá si entierro este Evangelio en mi pecho en vez de compartirlo con otras personas? ¿Me dejará entrar el Señor en el Reino de los Cielos?».

    Con Su Palabra, el Señor nos ha señalado el camino para considerar estas cuestiones, calcular los resultados y obtener las respuestas correctas. El Señor dice que los justos que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu deben vivir con sus pensamientos puestos en la predicación del Evangelio del agua y el Espíritu y siendo sus obreros justos. Dice: «Buscad primero el Reino y Su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura» (Mateo 6, 33).

    ¿Qué ocurrirá cuando los nacidos de nuevo vivan según sus deseos carnales? El Señor dice que anulará la salvación de estas personas y las enviará al infierno aunque confiesen con sus labios creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. El Señor llama a estas personas siervos malvados y vagos o malvados. El Señor dice que al final de los tiempos separará a los malvados de los justos y los enviará a la oscuridad (Mateo 13, 49; 25, 26). También dice que los que no sirvan al Evangelio de la justicia aunque lo conozcan serán castigados aún más.

    Por tanto, es completamente necesario hacer cálculos racionales ante el Evangelio del agua y el Espíritu y tomar la decisión más sabia. Oro por que la Palabra de Dios se plante en nuestros corazones y eche raíces, para que puedan tomar la decisión bendita de servir al Evangelio de la justicia.

    SERMÓN 1

    Quien entre en el mensaje

    de la Cruz cree en el

    Evangelio del agua

    y el Espíritu

    < Lucas 13:22-29 >

    «Pasaba Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, y encaminándose a Jerusalén. Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo: Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois. Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad. Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos. Porque vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios».

    < 1 Corintios 1:18-25 >

    «Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres».

    ¿Qué tipo de personas pueden entrar por la puerta estrecha?

    En 1 Corintios 1, 18, el Apóstol Pablo les dijo a los creyentes de Corintio: «Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios». En otras palabras, el mensaje de la Cruz es el mensaje de la destrucción para los que van a ser destruidos, pero es sabiduría de Dios para los que hemos recibido la salvación.

    Entonces, ¿qué significa aquí la Cruz? El mensaje de la Cruz significa que debemos pasar por la muerte una vez para ir al Reino de Dios después de recibir la remisión de los pecados al creer en Dios. En otras palabras, significa que todos los pecadores deben ser pecadores antes de nacer de nuevo al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. ¿Cómo podemos convertirnos en pecadores? Podemos convertirnos en pecadores al darnos cuenta de nuestra propia naturaleza ante la Palabra de Dios. Las Escrituras dicen que podemos convertirnos en pecadores porque somos seres vivos que no pueden vivir según la Ley de Dios.

    Por tanto, creer en el mensaje de la Cruz significa creer en las siguientes cosas: primero, creer que Dios es el Creador. En segundo lugar, debemos creer que somos pecadores que van a morir por sus pecados ante la presencia de Dios. Y en último lugar, debemos creer que nuestro Señor tomó todos nuestros pecados sobre Sí mismo al ser bautizado por Juan el Bautista, murió en la Cruz en nuestro lugar y nos salvó. El mensaje de la Cruz significa estas tres cosas. Esto significa que hemos recibido la salvación de los pecados y podemos conseguir la vida eterna solo al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu que el Señor nos ha dado, y al morir con Jesucristo una vez porque somos pecadores que van a morir por sus pecados ante la presencia de Dios.

    Esto es cierto. Todos los que creen en Dios deben reconocer que son personas que van a morir una vez por sus pecados. Significa que una persona puede entrar en el mensaje de la Cruz solo si reconoce: «No puedo recibir la salvación si no es por Jesucristo y soy una persona que no podría evitar morir si Jesucristo no me hubiese salvado con el bautismo que recibió en el río Jordán y con Su sangre derramada en la Cruz». No podemos creer en Jesús y ser salvados sin saber nada acerca del Evangelio del agua y el Espíritu, de la misma manera en que no podemos entrar en casa de una persona sin hacer un agujero en la pared. No tiene sentido.

    Somos personas que deben morir una vez porque nacimos siendo pecadores. Debemos reconocer el hecho de que somos personas que no pueden evitar morir ante Dios por nuestros pecados. Éramos personas que iban a morir por sus pecados. Somos personas que nacieron con un destino miserable. ¿Lo entienden? Por eso el Apóstol Pablo dice aquí: «Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios». Los cristianos deben darse cuenta primero de que son pecados ante la presencia de Dios y deben morir una vez por fe al reconocer la Ley de Dios y rebajarse ante la Ley justa de Dios: «El precio de la muerte es el pecado».

    Una persona que reconoce la Palabra de Dios y muere por fe puede ser librada de sus pecados al creer en el bautismo que Jesucristo recibió de Juan el Bautista. ¿Pero qué parte de una persona no reconoce que es pecadora? Una persona que no reconoce que va a ir al infierno cuando se mira en la luz de la Palabra de Dios no puede recibir la remisión de los pecados. Si todavía son pecadores, deben reconocer sus pecados ante la presencia de Dios y morir por la destrucción. Podrán recibir la verdadera salvación solo si creen en el Evangelio del agua y el Espíritu después- Piensen en esto. ¿Cómo puede una persona que no ha muerto una vez por fe nacer de nuevo? ¿Cómo puede una persona ser salvada de ahogarse cuando no se ha ahogado todavía? ¿Cómo puede una persona ir al Cielo con la misma persona que ha nacido? ¿Hay algo justo o bueno en un ser humano? ¿Hay algo justo en ustedes? No hay nada.

    Por eso todo el mundo debe nacer de nuevo si quiere entrar en el Reino de Dios. Debemos pasar por el mensaje de la Cruz. Debemos pasar por la muerte espiritual por el mensaje de la Cruz y recibir una vida nueva.

    Debemos reconocer primero a Dios y reconocer Su poder para recibir la vida nueva. Dios dijo: «El precio del pecado es la muerte». Esto significa: «Los que tienen pecados deben morir y recibir la destrucción eterna». Sin embargo, no hemos cumplido los mandamientos de Dios muchas veces y seguiremos haciéndolo en el futuro. Esto significa que moriremos al final. Debemos reconocer esto ante la Ley de Dios. Después de esto, debemos ir a nuestro Salvador y recibir la salvación de todos nuestros pecados al creer en el bautismo de Jesucristo y en la sangre que derramó en la Cruz.

    El Apóstol Pablo dice aquí: «¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo?». Habló de la sabiduría de Dios con mucho interés: «Porque en la sabiduría de Dios, la sabiduría humana no puede sustituir la sabiduría de Dios. El mundo no puede conocer a Dios porque la insensatez de Dios es más sabia que los hombres y la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres». ¿Qué significa esta Palabra? Significa que todos los humanos pueden recibir la salvación solo a través de la sabiduría de Dios. Los que son considerados sabios por la gente del mundo y la gente que cree ser sabia no conocen a Dios correctamente. La debilidad de Dios es mucho más fuerte que los humanos más poderosos. La sabiduría de Dios no puede ser comparada con la sabiduría humana.

    Sin embargo, la gente piensa que es sabia e intenta conseguir cosas por su propia sabiduría

    Dicho de otra manera, la gente piensa en la salvación de una manera legalista. Piensa en términos de la ley cuando dice: «Si viven por la Ley de manera incesante y fiel, serán salvados. Pero si no cumplen Su Ley y pecan, tendrán que ofrecer oraciones de penitencia por esos pecados».

    Sin embargo, la sabiduría de Dios no es así. ¿Cómo es la sabiduría de Dios? Dios nos hizo perfectamente justos a través de Su justicia. Aunque esta es la Verdad, la gente del mundo finge ser inteligente y estar atada a la Ley. Piensa que deben dar algo si reciben algo y viceversa, incluso cuando se trata de la salvación. Miren a todas las personas del mundo que son reconocidas oficialmente como sabias. Su forma de pensar es la misma. Todos piensan que solo ganarán mucho si trabajan. Estas personas piensan igual acerca de la salvación. Incluso en las cuestiones de eliminar los pecados piensan: «Mis pecados serán eliminados solamente si hago buenas obras».

    Sin embargo, la sabiduría del mundo no es así. Dios vino a este mundo y fue bautizado por Juan el Bautista, murió en la Cruz y nos hizo perfectos a todos al resucitar de entre los muertos, y eliminó todos los pecados eternamente para siempre. Esta sabiduría perfecta es la sabiduría de Dios. Nuestros pensamientos humanos están limitados. Pensamos que iremos a un buen lugar si hacemos cosas buenas; que tendremos éxito si trabajamos duro y que alcanzaremos nuestro objetivo si nos esforzamos. Sin embargo, estos son nuestros pensamientos humanos limitados. Nuestros pensamientos humanos están muy limitados. ¿Cómo piensa Dios? Dios tiene una sabiduría enorme, ilimitada e inmensa. Dios envió a Jesucristo a este mundo y le hizo recibir la remisión de los pecados, le hizo morir en la Cruz, resucitar de entre los muertos y borró todos los pecados eternos del universo. Esta es la sabiduría inmensa de Dios.

    ¿Cómo es comparar la sabiduría de Dios y la sabiduría de los seres humanos? Los seres humanos piensan que trabajar duro en sus carreras para progresar y recibir algo valioso es tener sabiduría. Por tanto, debemos seguir la sabiduría inmensa de Dios porque la sabiduría de los seres humanos es siempre estrecha e injusta.

    Sin embargo, no podemos ni imaginar la sabiduría de Dios porque es tan inmensa

    ¿Qué tipo de sabiduría es la sabiduría de Dios? En la sabiduría de Dios no hay límite en Su amor, pero no hay excepción en Su juicio. Nos da Su gracia que es inmensa. Dios Padre nos ha salvado, ha enviado a Jesucristo a este mundo y le ha hecho recibir el bautismo, morir en la Cruz y así ha borrado todos nuestros pecados eternamente para siempre. Esta es la sabiduría de Dios. Este Dios ha salvado con gracia a los que reconocen a Dios y Su Palabra para mostrar que los que se levantan contra Dios con la sabiduría del mundo son insensatos.

    Hay muchas personas en este mundo. Entre estas personas hay algunas que no reconocen la Palabra de Dios. Piensan que son más inteligentes que Dios y que su sabiduría es mejor que la de Dios. Muchas personas piensan: «Puedo vivir bien si hago esto». Hay muchas personas que piensan que son grandes. Estas personas no creen en la Palabra de Dios. No pueden creer en Dios. Como no creen en la Palabra de Dios, intentan resolver su problema de los pecados con su sabiduría, intentan ir al Cielo y recibir la salvación de sus pecados con su sabiduría. Por eso viven una vida religiosa. Viven religiosamente y hacen cosas buenas en el mundo. Creen que los pecados han sido borrados si viven con sabiduría pensando que sus pecados son perdonados solo si hacen el bien.

    Aunque es inusual, hay algunas personas que piensan: «Creo en la Palabra de Dios. No puedo vivir así, debo reconocer que esta Palabra es la Verdad y que es la sabiduría de Dios». Saben que tienen debilidades y que su pensamiento es injusto y que nada sabio puede salir de ellas. Creen en la Palabra de Dios, que es más sabio que ellos porque se conocen a sí mismos.

    Sin embargo, hay muchas personas en este mundo que no son así. Hay muchas personas que alardean de su propia justicia y viven una vida religiosa con su sabiduría en vez de vivir la vida espiritual con la Palabra de Dios. Hay pocas personas en el mundo que reconocen ante Dios que tienen muchas debilidades, que no han aprendido mucho, y que creen en la Palabra de Dios para guiar su vida espiritual.

    ¿Quién recibirá la salvación entre estos dos tipos de personas? Las personas que reconocen que no han aprendido mucho y que no saben mucho y que se rebajan ante la presencia de Dios; las personas que reconocen la Palabra de las Escrituras como la Verdad y se aferran a la justicia de Dios en vez de reconocer que han adquirido sabiduría en el mundo; la gente que considera que la Palabra de Dios es la única Verdad y la reconocen en sus corazones es la gente que cree en el Evangelio del agua y el Espíritu y reciben la verdadera salvación. Dios le da esta salvación a esta gente y les da gracia. El Señor vino a este mundo, fue bautizado, cargó con los pecados del mundo y murió en la Cruz y fue resucitado de entre los muertos por estas personas. Por tanto, se convirtió en el Salvador de estas personas.

    Sin embargo, hay gente en este mundo que no reconoce la Palabra de Dios aunque no tenga nada, nada de lo que alardear, nada inteligente. La gente que no reconoce a Dios y Su Palabra, la gente que intenta vivir por su poder y sabiduría; la gente que intenta recibir su salvación con sus esfuerzos, la gente que quiere recibir la bendición de Dios aunque viva bien con su voluntad y fuerzas es la gente que nunca reconoce la Palabra de Dios, pero Dios nunca aprueba a esta gente.

    El pasaje de las Escrituras de hoy dice: «Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios». Esta Palabra de la Biblia es la sabiduría de Dios y Su poder. En realidad, muchas personas viven en América, África, Asia, Europa, Oceanía y muchos otros países del mundo, y muchas personas, incluyendo ustedes y sus familias, viven en Corea. Sin embargo, no hay muchas personas que reconozcan la Palabra de Dios y a Dios, quien está manifestado en las Escrituras. Muchas personas piensan con su propia sabiduría que son inteligentes, pero nadie en este mundo es más insensato que estas personas.

    Entonces, ¿quiénes son las personas sabias? Las personas que reconocen a Dios y a Su Palabra; las personas que saben que son criaturas de Dios y que son pecadoras; los que saben que no pueden evitar ir al infierno y creen en Jesucristo y reciben la remisión de los pecados, son personas sabias. La gente que tiene la fe que cree en Dios y en Su Palabra es gente verdaderamente espiritual.

    ¿Quién es la gente espiritual?

    Nosotros podemos convertirnos en personas espirituales si reconocemos la Palabra de Dios. Nos hemos convertido en personas de Dios cuando reconocemos la Palabra de Dios con nuestros corazones. Dicho de otra manera, nos convertimos en personas que han recibido la remisión de los pecados, en gente de fe y en personas que han recibido la bendición al creer en la Palabra de Dios. Esta es la sabiduría de Dios. Por eso las Escrituras dicen que la insensatez de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres. El Apóstol Pablo expresó esto honestamente para que nos sintiésemos avergonzados a veces.

    La Palabra del primer libro de Corintios 1, 26-30 dice: «Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois

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