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Cuencas hidrográficas y ecología del paisaje: una guía conceptual y metodológica
Cuencas hidrográficas y ecología del paisaje: una guía conceptual y metodológica
Cuencas hidrográficas y ecología del paisaje: una guía conceptual y metodológica
Libro electrónico276 páginas3 horas

Cuencas hidrográficas y ecología del paisaje: una guía conceptual y metodológica

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Este libro fue escrito en el marco de las preocupaciones actuales por el diseño de herramientas teóricas, conceptuales y metodológicas para la comprensión y gestión de cuencas hidrográficas desde una perspectiva integral que articule las dinámicas hidro-biofísicas y sociales a escala de paisaje desde un enfoque ecosistémico.

A lo largo de los cinco capítulos se construye un enfoque histórico, conceptual y procedimental sobre la pertinencia y las potencialidades que tiene la ecología del paisaje con sus dos enfoques: geográfico y ecológico/cuantitativo, en el estudio y el manejo de cuencas hidrográficas. La principal contribución del enfoque geográfico a la gestión y zonificación de cuencas hidrográficas son los conceptos de paisaje y unidades de paisaje, porque son unidades espaciales producto de las interacciones biofísicas y socioeconómicas, mientras que del enfoque ecosistémico/cuantitativo se destaca el patrón de organización del paisaje y sus relaciones con las dinámicas ecológicas, hidrológicas y socioeconómicas. Se propone que el análisis de las interacciones entre las coberturas vegetales y la dinámica hidrológica (ecohidrología o hidrología forestal) a nivel de cuenca hidrográfica se puede realizar mediante el análisis conjunto de los aspectos morfométricos y el patrón de paisaje.

Todo el marco conceptual, teórico y metodológico propuesto se operativiza mediante un ejemplo en la cuenca del río Cubillos, que hace parte de la cuenca alta del río Bogotá, localizada en el departamento de Cundinamarca, Colombia.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento6 jul 2021
ISBN9789587873450
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    Cuencas hidrográficas y ecología del paisaje - Luis Fernando Ortíz Quintero

    Capítulo 1. La cuenca en la planificación y gestión ambiental

    Para entender los aportes teóricos, conceptuales, metodológicos y procedimentales de la ecología del paisaje en el estudio, manejo y gestión de cuencas hidrográficas es necesario entender como el concepto de cuenca y gestión han evolucionado a lo largo del tiempo, y cuales han sido los condicionantes sociales, económicas, ecosistémicas y ambientales que han marcado este cambio. Hay que partir de que la ecología del paisaje (E-P), en uno de sus enfoques, es definida como la ciencia que estudia la relación entre la sociedad y los ecosistemas a nivel de paisaje, y su propósito es contribuir a solucionar problemas ambientales, según Burel y Baudry (2002). Además, debe centrar su análisis en los paisajes culturales construidos por el ser humano a partir de la base natural (Wu, 2010) y sus aportes al trabajo sobre cuencas hidrográficas; asimismo, cuando estas y sus procesos de planificación comienzan a ser interpretadas, desde una perspectiva ambiental, como unidades y procesos integrales en los que se articulan dinámicas hidrológicas, ecosistémicas y socioeconómicas.

    Este enfoque comienza a estructurarse hacia las décadas de 1950 y 1960, se consolida en los últimos 20 años del siglo XX a partir de las preocupaciones por el deterioro de la base natural como la perdida de diversidad biológica, la alteración del ciclo hidrológico, la erosión y perdida de fertilidad de los suelos, los procesos de desertización, la inviabilidad ecosistémica y socioeconómica de los sistemas de producción (tipo revolución verde) localizados, sobre todo, en las áreas montañosas de las regiones tropicales; también, en los efectos del cambio climático con respecto a las dinámicas de las coberturas vegetales, el suelo, los caudales y la productividad agropecuaria en diferentes escalas espaciales.

    En el presente capítulo introductorio se proporcionan los elementos básicos para entender la importancia que tiene la cuenca hidrográfica en los procesos de planificación y gestión de los recursos naturales, así como su relación con la ecología del paisaje. Inicialmente, se hace una breve descripción de la evolución del concepto de cuenca hidrográfica, que será precisada en el capítulo dos, teniendo en cuenta los enfoques de intervención y sus correspondientes instrumentos de gestión. Posteriormente, se comenta la experiencia que ha significado la adopción de la cuenca hidrográfica como unidad de gestión de los recursos naturales y el medio ambiente en distintos países, tanto de Latinoamérica como de otras regiones del mundo. Luego, se plantea la zonificación de la cuenca hidrográfica como concepto central en los procesos de planificación y gestión ambiental. A continuación, se mencionan los aspectos por los cuales el enfoque de ecología del paisaje es importante en la gestión de cuencas hidrográficas. Finalmente, se relaciona una serie de trabajos sobre gestión de cuencas hidrográficas en los cuales se han utilizado los principios conceptuales, teóricos y metodológicos de la ecología del paisaje.

    Definición de cuenca hidrográfica e instrumentos de gestión asociados

    El concepto de cuenca hidrográfica ha evolucionado históricamente de manera interrelacionada con las formas de gestión de los recursos naturales (Gregersen et al., 2007). En un principio, su definición estaba asociada a los aspectos hidrológicos, por lo cual, se realizaron programas de gestión encaminados al manejo forestal y a la conservación de suelos. Desde esta perspectiva, la cuenca es definida en función de los aspectos geomorfológicos que controlan su escurrimiento superficial después de un evento lluvioso. En Latinoamérica, la definición de cuenca hidrográfica y su correspondiente modelo de gestión, basada en el recurso del agua, se presenta hasta la década de 1970. Para el caso colombiano, los primeros instrumentos de gestión desde esta perspectiva fueron denominados Planes de manejo forestal de cuencas hidrográficas (Ideam, 2004).

    Después de 1970, los modelos de gestión en cuencas hidrográficas asocian el manejo de los recursos naturales con la promoción de su desarrollo integral, principalmente de las actividades agropecuarias que se desarrollan en estos hidrosistemas. Para esta época, la cuenca hidrográfica se concibe como un sistema natural que tiene una oferta de recursos que posibilita el desarrollo de las poblaciones en ella asentadas. Este enfoque de la intervención en cuencas hidrográficas, basado en múltiples propósitos, fue tomado de la Tennesse Valley Autority, esta fue la comisión norteamericana que gestionaba la intervención de la cuenca del río Tennesse en los Estados Unidos, en el decenio de 1950. El instrumento de gestión bajo este modelo y la nueva concepción de cuenca hidrográfica es el denominado Ordenamiento y desarrollo integral de cuencas (Cepal, 1994).

    Hacia 1990, en Colombia, como consecuencia del interés por la crisis ambiental y la aparición de referentes normativos e institucionales asociados a esta temática, como la Ley 99 (Congreso de la República de Colombia, 1993) creada por el Ministerio del Medio Ambiente (Minambiente) y el Sistema Nacional Ambiental (Sina), se comenzó a considerar que la intervención en cuencas hidrográficas debe ser de manera más integrada y contextualizada, involucrando aspectos económicos, sociales y de protección de los recursos naturales. A partir de estos referentes de la gestión integral y sistémica, la cuenca hidrográfica es definida como la unidad de territorio donde las aguas fluyen naturalmente conformando un sistema interconectado, en el cual interactúan aspectos biofísicos, socioeconómicos y culturales (Ideam, 2004, p. 7). En esta misma perspectiva, Minambiente establece que

    La cuenca constituye una unidad adecuada para la planificación ambiental del territorio, dado que sus límites fisiográficos se mantienen en un tiempo considerablemente mayor a otras unidades de análisis, además involucra una serie de factores y elementos tanto espaciales como sociales que permiten una comprensión integral del territorio [...]. (2014, p. 9)

    La cuenca es definida como un sistema dinámico, en donde el manejo de su base natural debe realizarse teniendo en cuenta su complejidad social y ecosistémica en general.

    El instrumento de gestión que se formula para alcanzar el manejo integral es el Plan de ordenamiento y manejo de cuencas hidrográficas (Pomca). Este instrumento es el que actualmente orienta la intervención de las Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible colombianas en la gestión de cuencas hidrográficas, y su legalización se realizó mediante el Decreto 1640 del 2012 (Minambiente, 2012) y la Guía técnica para la formulación de los planes de ordenamiento y manejo de cuencas hidrográficas publicada por Minambiente en 2014.

    Mediante el Decreto 1640 y la Guía técnica se incorporan en los Pomcas los lineamientos y directrices de la Política Nacional para la Gestión Integral del Recurso Hídrico (PNGIRH), formulada en el 2010, y lo establecido en la Ley 1523 (Congreso de la República de Colombia, 2012) sobre la gestión del riesgo, haciendo que la ordenación y el manejo de las cuencas en el país sea más integral.

    El objetivo final de la implementación de los planes de ordenamiento y manejo de cuencas hidrográficas es lograr el desarrollo sostenible mediante el equilibrio entre el desarrollo económico, la sustentabilidad ambiental y la equidad social (figura 1).

    Figura 1. Equilibrio entre el crecimiento económico, equidad y sustentabilidad ambiental en el ordenamiento de cuencas hidrográficas

    Fuente: Cepal (1994).

    De acuerdo con el Decreto 1640 de 2012 y con los planteamientos de Minambiente (2014), los planes de manejo y ordenamiento de cuencas hidrográficas deben estar constituidos por seis grandes etapas:

    a. Fase de aprestamiento . Una vez priorizada una cuenca hidrográfica, para su gestión por la autoridad ambiental competente o la comisión conjunta, se procede al desarrollo de esta fase que es preparatoria, en la que se busca establecer la plataforma social, técnica y logística para la implementación del Plan de manejo y ordenamiento de cuencas hidrográficas. Un aspecto fundamental en esta etapa es el análisis de la situación inicial de la cuenca, a partir de la revisión bibliográfica de los aspectos hidrológicos, biofísicos, económicos y sociales para establecer un prediagnóstico, que permita identificar el estado actual de la cuenca y los factores que la determinan. El prediagnóstico se precisa en las fases siguientes y se constituye en la base para el desarrollo de las demás etapas del Pomca. De igual manera, en esta etapa, se estructura el Consejo de Cuenca que orientará todo el proceso del Pomca, además, se identifican todos los actores claves y se establecen los mecanismos de participación para asegura un ejercicio de gobernanza en esta y las demás fases.

    b. El diagnóstico . Su objetivo principal es identificar el estado actual de los aspectos biofísicos, socioeconómicos, político-administrativos, culturales, funcionales y de gestión del riesgo que conforman la cuenca hidrográfica, para establecer sus potencialidades, limitaciones y problemáticas del medio natural y de las poblaciones humanas que en ella habitan, y sus correspondientes consecuencias a nivel local, regional o nacional. De la misma manera, en esta fase, se identifican las soluciones o las acciones que se deben realizar para solucionar las situaciones problemáticas que se ha determinado o potencializar situaciones que afectan de manera positiva la cuenca y las comunidades que se relacionan con ella. Un aspecto muy importante del diagnóstico es la identificación de áreas de la cuenca, que son geoecológicamente homogéneas y que corresponden con las unidades de paisaje. La identificación de estas áreas homogéneas son la base para realizar el proceso de zonificación que permite identificar zonas con potencialidades y conflictos en el uso del suelo.

    c. Prospectiva y zonificación ambiental . El desarrollo de esta fase se fundamenta en la utilización de instrumentos de construcción y análisis de escenarios futuros, sobre la dinámica de la cuenca y el uso sostenible de la base natural de esta (suelos, agua y ecosistemas). Los escenarios que se construyen en esta etapa son: el tendencial, el prospectivo y el deseado o apuesta. Se formulan teniendo en cuenta las problemáticas, las limitaciones y las potencialidades identificadas en la fase de diagnóstico, así como las necesidades de intervención. De acuerdo con el diagnóstico y los escenarios construidos, se realiza la zonificación ambiental que corresponde a las unidades espaciales de uso y ocupación de la cuenca a partir de las cuales se proyecta la formulación del plan de manejo y ordenamiento de la cuenca.

    d. Formulación . Con base en el diagnóstico, los escenarios creados y la zonificación ambiental, se formula el plan de ordenación de la cuenca. En esta etapa, se debe definir de forma clara y colectiva los objetivos que se desean obtener en el proceso de gestión de la cuenca; establecer las estrategias para alcanzar los objetivos; formular los programas, proyectos y actividades; definir las alternativas de política relacionadas con crédito y la asistencia técnica. Igualmente, se deben establecer en esta fase los instrumentos de seguimiento y evaluación del plan de manejo. Esta etapa es desarrollada por las Corporaciones Autónomas Regionales y supervisada por el Consejo de cuenca, y los demás actores tanto sociales como institucionales involucrados en el proceso del Pomca.

    e. Ejecución . En esta fase se desarrollan los programas, los proyectos y las actividades que fueron planteados en las etapas anteriores. Para la ejecución del Pomca es necesario haber establecido el plan operativo en el que se especifiquen, de manera clara, los objetivos que se persiguen, las metas y resultados esperados, los requerimientos económicos, técnicos y humanos, además de, delimitar metas específicas para determinados periodos.

    f. Seguimiento y evaluación . Para los programas, los proyectos y las actividades que conforman el plan operativo, se deben formular objetivos y metas a corto, mediano y largo plazo para que puedan ser monitoreados y evaluados; de esta manera, establecer los logros y las debilidades de la implementación del Plan con el fin de realizar sus correspondientes correcciones. El seguimiento y evaluación debe ser realizado mediante la formulación de indicadores por la autoridad ambiental competente, como el Ministerio del Medio Ambiente, las Corporaciones Autónomas Regionales o la Comisión conjunta creada para dirigir el Plan de manejo y ordenamiento de la cuenca.

    De acuerdo con el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam, 2006), la zonificación y la ordenación se deben realizar bajo el enfoque ecosistémico, es decir, partiendo del reconocimiento del conjunto de relaciones y procesos ecológicos y socioeconómicos presentes en cada cuenca hidrográfica. También recomienda una serie de metodologías para este propósito, dentro de las cuales se encuentra la ecología del paisaje. De esta manera, se le da viabilidad legal al enfoque de ecología del paisaje como instrumento metodológico y conceptual, para auxiliar la realización de los procesos de gestión ambiental en cuencas hidrográficas.

    Adopción de la cuenca como unidad de planificación y gestión ambiental

    En Colombia y en muchos países, la cuenca hidrográfica ha sido adoptada como unidad de gestión, planeación y manejo del territorio, así como de sus distintos recursos naturales entre los cuales se destaca el hídrico.

    Distintas naciones han elaborado legislaciones ambientales para oficializar la cuenca hidrográfica como unidad espacial de planificación y gestión ambiental. En Suramérica se destaca el caso de la legislación brasilera, que en el 2000 estableció la actual Política Nacional de Recursos Hídricos mediante la Ley 9984, esta se constituyó en el documento que orienta la gestión de cuencas hidrografías en ese país. La legislación brasilera sobre el recurso hídrico toma el modelo de gestión ambiental francés y establece los siguientes principios básicos: se adopta la cuenca hidrográfica como unidad de planificación, el uso múltiple del agua, el reconocimiento del agua como un bien finito y vulnerable, y la gestión descentralizada y participativa (Silva et al., 2000).

    En Francia, España, Grecia, Portugal, Reino Unido y Estados Unidos, la unidad espacial adoptada para la planificación es la cuenca hidrográfica (Lanna, 1993). En los Estados Unidos, desde 1965, la legislación determina el uso de la cuenca para la planificación ambiental, pero la gran autonomía de los estados americanos ha dificultado la implementación de esta disposición (Setti, 1996). De acuerdo con Perevochtchikova y Arellano-Monterrosas (2008), México y Rusia adoptaron la cuenca hidrográfica como unidad de gestión y planificación del recurso hídrico en la década de 1990, teniendo como referente la larga y eficaz experiencia de manejo del agua en Francia.

    Para el caso colombiano, la gestión de cuencas hidrográficas es regulada por el Decreto Ley 2811 que creó el Código Nacional de los Recursos Naturales (Presidencia de la República de Colombia, 1974), la Ley 99 (Congreso de la República de Colombia, 1993) y el Decreto 1640 (Minambiente, 2012) sobre los planes de manejo y ordenamiento de cuencas hidrográficas (Pomca). En este último decreto establece que, la cuenca hidrográfica es la unidad espacial para la gestión de los recursos naturales y, particularmente, del agua. En artículo 18, del Título IV, del Capítulo I, se establece que el Pomca es el

    Instrumento a través del cual se realiza la planeación del uso coordinado del suelo, de las aguas, de la flora y la fauna y el manejo de la cuenca entendido como la ejecución de obras y tratamientos, en la perspectiva de mantener el equilibrio entre el aprovechamiento social y económico de tales recursos y la conservación de la estructura fisicobiótica de la cuenca y particularmente del recurso hídrico.

    Igualmente, en la Guía técnico científica para la ordenación de cuencas hidrográficas (Ideam, 2004) y sus correspondientes cajas de herramientas (Ideam, 2006) establecen que el proceso de gestión de cuencas hidrográficas debe realizarse bajo un enfoque ecosistémico, lo cual permite que la gestión de las cuencas hidrográficas pueda ser realizada desde un enfoque de ecología del paisaje.

    Pese a la legislación existente, se reconoce una tendencia marcada en la gestión ambiental por considerar a la cuenca hidrográfica como una unidad de planificación focalizada en los recursos hídricos. Se desconoce la integralidad de la cuenca, la importancia de las características geoecológicas de sus paisajes (geológicas, geomorfológicas, edáficas, bióticas y antrópicas) y de los aspectos socioeconómicas en la dinámica global del su ciclo hidrológico. En este sentido, Ross y Del Prette (2011) mencionan que es necesario la formulación de políticas que tengan un sentido más integrador de las dinámicas naturales y que contemplen, además del recurso hídrico, otros recursos naturales como el suelo, el relieve, el sustrato rocoso, la atmosfera, la flora, la fauna; asimismo, los componentes socioeconómicos, para considerar su articulación con el entorno regional y su enlace con los problemas sociales, económicos y ambientales del ámbito nacional.

    Varios autores reconocen la importancia de la cuenca hidrográfica como unidad de planificación y gestión ambiental, considerando que cualquier área de la tierra, por pequeña que sea, se integra o es parte de una cuenca hidrográfica (Santos, 2004). La FAO (Foods and Agriculture Organization), desde la década de 1970, recomienda que la planificación adecuada de cuencas hidrográficas es fundamental para la conservación de las regiones y paisajes tropicales.

    La adopción de la cuenca hidrográfica como unidad de gestión posibilita evaluar su potencial de desarrollo y su productividad hidro-biológica, con el propósito de hacer su mejor aprovechamiento y generar el mínimo impacto ambiental (Pires et al., 2002). De esta manera, es pertinente asumir la cuenca hidrográfica como una unidad territorial de planificación y gestión que engloba una visión más integral, más ecosistémica, abarcando diversos tipos de relaciones entre los componentes estructurales de sus paisajes.

    La dinámica de las cuencas hidrográficas implica hacer un abordaje desde una perspectiva de integración ambiental,

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