Orozco ve Chapultepec como obra de arte público
Gabriel Orozco no cede un ápice: Chapultepec avanza, si bien admite que las crisis económica, social y cultural provocadas por la pandemia han modificado el escenario y colocado en las prioridades del país los temas de salud y el impulso urgente a un plan de recuperación.
En ese contexto considera que el proyecto “Bosque de Chapultepec: naturaleza y cultura” está lejos de ser un gasto superfluo pues en la época poscovid será esencial la restauración ambiental, social, cultural y urbana de este lugar de la Ciudad de México. Por eso es uno de los proyectos prioritarios del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Desde Tokio, con visible entusiasmo por la apertura de su exposición de 8 temples de gran formato el 11 de septiembre en la galería Marian Goodman de Nueva York, el artista se da tiempo para una entrevista con Proceso, a través de una videoconferencia con el apoyo técnico de Jesús Corona Uribe.
La sesión se alarga casi hora y media. Ahí responde a cuestionamientos desatados desde el origen del proyecto, y acusa de “infodemia” y “falsas noticias” varias de las informaciones publicadas, como la destrucción del Jardín Botánico, donde estaría el pabellón contemporáneo mexicano, o el desvío de recursos de instituciones culturales para este programa.
Aunque admite también fallas en la comunicación y en el cumplimiento de los tiempos de presentación del plan maestro, planeada originalmente para el pasado abril. Entonces anticipa que en unas tres o cuatro semanas se darán a conocer avances, y hacia finales de octubre o principios de noviembre presentarán en diversos espacios del bosque los planos y maquetas, al tiempo que se abrirá a la visita pública la Cuarta Sección de Chapultepec. Y si en la anterior entrevista con (2257) pidió “déjenme trabajar”, promete, ahora sí, hacer públicos los diagnósticos que tanto se le han demandado.
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