Comunicar en Sudcalifornia: un reto de profesionalización: Testimonios del Colegio de Licenciados en Ciencias de la Comunicación de Baja California Sur

Por Rubén Olachea Pérez, Aaron Romero Taylor, Rafael Peña Bulle Goyri y 14 más

A las y los integrantes del Colegio de Licenciados en Ciencias de la Comunicación de Baja California Sur nos enorgullece y nos causa una profunda satisfacción este logro editorial. Al inicio del confinamiento por la pandemia Covid-19 propusimos un libro colectivo donde las y los participantes escribiéramos de manera concisa nuestra experiencia laboral en nuestro estado: cómo pasamos de la teoría universitaria a la praxis del campo laboral. Esto es un libro testimonial que hablara más de cómo es el ejercicio de la comunicación en Baja California Sur, como una entidad que se siente ciertamente lejana al macizo continental. El desarrollo teórico de la comunicación goza de excelente salud. La obra de grandes maestros forjadores de generaciones como Florence Toussaint, Delia Crovi Druetta, Raúl Trejo Delarbre, Raúl Fuentes Navarro, Jesús Galindo y tantos otros más (Tanius Karam, Claudia Benassini, María Guadalupe Chávez Méndez, entre otros que lamentamos omitir), puebla nuestra memoria en las aulas y en la actualización profesional, puesto que el quehacer del comunicólogo se nutre día a día de teoría y práctica. Son un corpus a la mano complementado con las referencias que acompañan las colaboraciones. Resuena como en eco Marshall McLuhan con su teoría de medios y ese cronista ubicuo que fue (¿sigue siendo?) Carlos Monsiváis para entender la transformación mediática y aportación al mundo globalizado que México ejerce desde tiempo ha y hoy, con una vigencia y pertinencias portentosas.

• Idioma: Español
• Editorial: Universidad Autónoma de Baja California Sur
• Fecha de lanzamiento: 26 oct 2022
• ISBN: 9786078654680

Vista previa del libro

Liderazgos y transiciones: comunicación organizacional y empresarial

Ideotecnología

Aarón Romero Taylor

Agradezco infinitamente a la licenciada Socorro Aragón Apecechea, presidenta del Colegio de Licenciados en Ciencias de la Comunicación de Baja California Sur y al doctor Rubén Olachea Pérez, profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), por la invitación a participar en los Desafíos de los Comunicólogos. Presentaré un breve trabajo de reflexión de historia personal en donde se abordarán algunos temas de actualidad que pueden alcanzar a las diferentes generaciones de comunicólogas y comunicólogos con la premisa de estudiar un poco el pasado para entender el presente y reflexionar sobre el futuro del ejercicio de nuestra profesión en un mundo de incesantes transformaciones tecnológicas e ideológicas.

Ahora no es necesario estudiar la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en alguna universidad pública o privada para ser un influencer en redes sociales, ni tampoco se requiere ser millonario para tener un programa de televisión o noticiero por internet, ya que con una mínima inversión se puede hacer mucho a través de la red. Claro, si se tiene talento, creatividad y si se siguen las políticas y normas de contrato con YouTube, Facebook o Twitter, que son los nuevos amos del universo de la comunicación digital. Han creado una nueva censura al desmonetizar el programa de quienes infringen sus reglas. Fuera de eso se puede conseguir lo que antes era imposible para nosotros: el estar en los medios de comunicación, con un programa con audiencia propia. Y lo mejor: poder vivir de ello como empresa de comunicación.

Aún ahora sigue resultando lenta la construcción de nuevas teorías sobre medios de comunicación y sigue siendo más rápida la creación de nuevas tecnologías y el uso de las mismas. Tanto así que los propios gobiernos no pudieron predecir lo que iba suceder. Ahora hay intentos por reglamentar a las empresas de redes sociales, luego de que el 9 de enero de 2021 apareciera la escandalosa noticia de que Twitter cerró definitivamente la cuenta del ex presidente de Estados Unidos Donald Trump por incitar a la violencia. Ahí es donde regresa el valor de formular nuevas bases teóricas para el estudio de la comunicación, desde la coyuntura político electoral de Estados Unidos, en donde pudimos echar una mirada a través de una de las rejillas de las estructuras del poder silencioso del internet.

Pero para los que nacimos en el México de los años 70 del siglo XX, vivimos una adolescencia muy poco tecnificada pero nutrida de actividades físicas recreativas al aire libre. Lo más avanzado en tecnología para niños era el video juego monocromático de la consola Atari, el Pong (o uno similar) conectado a una pantalla de televisión. La programación radiofónica y televisiva era analógica, dirigida principalmente a toda la familia. Se reafirmaba el estereotipo promovido por el gobierno: La familia pequeña vive mejor con la mayor audiencia en horario triple A. El cine seguía siendo una aventura de carrete a 24 cuadros por segundo, si no se incendiaba a media película, con rechiflas y gritos de cácaro. Las obras del séptimo arte en México pasaron de los valores familiares de antaño al cine de ficheras.

Es hasta el 12 de octubre de 1988 que el Tecnológico de Monterrey realizó la primera conexión a internet en México, con la computadora MicroVAXII. Con lo cual se comenzó a extender el sesgo espacial en la comunicación en términos del teórico canadiense Harold Innis, mientras se daba la contracción del sesgo temporal refiriéndonos a que los medios en papel comenzarían pronto su tendencia a disminuir su uso para ser la imagen de ceros y unos en una pantalla. Para los que crecimos escuchando mensajes noticiosos fugaces, alcanzamos a dibujar en nuestra mente los últimos reductos de la Guerra Fría. Una ideología social a punto de transformarse en nuevas formas de lucha para liberar al ser humano del opresor: un nuevo nombramiento a los que dieron vida al idealismo juvenil de los hoy ya abuelos.

El tono discursivo feminista y masculinista pro feminista no es tan diferente. Ni las estrategias de grupos y colectivos convertidos en anarquistas, con la afectación de símbolos y monumentos que son finalmente un sesgo temporal. Las formas del discurso no son tan diferentes pero el contenido ha sido remasterizado. Ahora la crítica no es en contra del dueño de los medios de producción. La lucha es contra el patriarcado. La lucha de clases del marxismo ya resulta producto obsoleto. Ya no vende ni lo compran. Los términos capitalismo, plusvalía, dueño de los medios de producción, con los que se argumentaba en el siglo XX, fracasaron. Lo que fuera la base ideológica de la lucha de una generación, ya pasó de moda.

En tiempos actuales, la ideología es la gran defensora de los derechos humanos de las mujeres. La nueva revolución sexual del siglo XXI es a la vez una ideología: la ideología de género, el derecho las personas a decidir sobre su cuerpo. El nuevo enemigo con el que se debe luchar es llamado patriarcado, con su gran falo violador. Pero entre líneas de ese discurso, se podrá también dar lectura a la estrategia divide y vencerás y a río revuelto, ganancia de pescadores. La búsqueda del poder mediante el empoderamiento femenino, el uso de las leyes lideradas por un grupo de mujeres intelectuales, seguidas por grupos de idealistas, han logrado un gran avance histórico equivalente a una nueva revolución cultural.

La caída del muro de Berlín, en Alemania del Este; la política reformista de la Perestroika impulsada por el presidente Mijail Gorbachov en la Unión Soviética; el movimiento Solidaridad del ex presidente polaco y premio Nobel de la paz, Lech Walesa en Polonia, contribuyeron a la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. En ese contexto crecimos en México, escuchando al grupo de rock alemán Scorpions y su balada Wind of Change (Vientos de cambio). Así también con las historias de un México heroico setentero, con la frase 2 de octubre no se olvida que se empezaba a sentir obsoleta. Así como los libreros: los libros impresos en papel ahora transformados en objetos decorativos y el título Jueves de Corpus sangriento de Antonio Solís Mimendi se fue diluyendo con las nuevas ideologías y el libro digital.

En la última parte de los años ochenta ya se había emprendido otro tipo de lucha por la vida diaria de cada mexicano. La lucha por transformar a México en una democracia de partidos. El deporte de moda era derrotar al partido en el poder: el Partido Revolucionario Institucional (PRI). El PRI, después de setenta años invicto y de los medios aplaudidores de una sola verdad: la que usted diga, señor presidente, que convenía a los intereses del sistema político mexicano. Sistema apuntalado por la prensa acostumbrada a la autocensura: un periodismo ad hoc. El 1 de enero de 1994 se inicia un acenso transformacional de la estructura nacional del Estado mexicano, cuando se lleva a cabo el levantamiento en Chiapas por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Buscando reivindicar a los indígenas, otra minoría similar a la comunidad lésbico gay ahora. Ello colocó a México contra las cuerdas del cuadrilátero internacional. El 24 de marzo de 1994, en Lomas Taurinas, Tijuana, con el lamentable asesinato del candidato a la presidencia Luis Donaldo Colosio Murrieta, el sistema cayó sobre la lona cual boxeador. Se sentaron las bases para un cambio político en nuestro país. Los estudiantes de esa época en la universidad, practicábamos escribiendo editoriales para la materia de periodismo del profesor Alfredo Arnold, tratando de entender lo que estaba ocurriendo en nuestro país.

Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que las redes sociales fueron el medio que definió el triunfo de la elección del 9 de noviembre de 2012 del candidato presidencial Barak Obama en Estados Unidos. También el 1 de julio de 2018, del entonces candidato y ahora presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. En sólo tres años, del 2018 al año 2021, ha habido una transformación en el sesgo espacial. Los periodistas independientes y articulistas se adaptaron al uso de la tecnología audiovisual en redes sociales, para poder estar en la realidad mediática. Aquellos que no se han adaptado, están desapareciendo ante la vista de las mayorías.

Sin lugar a duda, en tiempos de la pandemia por COVID-19, el uso de las plataformas de video conferencias como Zoom, Telmex, Meet y ClassRoom, han roto récord en su uso de velocidad de 0 a 100 en un año. La pandemia ha sido la coyuntura perfecta para que se desarrollen nuevas formas de comunicación. Ello ha influido necesariamente en los mercados laborales. Cientos de profesionistas, deportistas, artistas y conferencistas ofrecen en redes sociales sus cursos y conferencias webinars y podcasts por doquier. Ahora, quien no está activo en redes sociales, no existe. Para la mayoría, si no proyectas una imagen profesional de experto