Tu Prójimo Es Tu Bendición: Sanar El Temor De Amar, Sanar La Actitud De Competencia Personal Y Sanar La Indiferencia, Para Permitirte El Encuentro Con El Otro [Déjate amar, déjate bendecir]

Por Javi Martínez

Déjate amar, déjate bendecir.

¿Sabías que hay bendiciones rodeándote y esperando?
¿Crees que personas inesperadas pueden ser agentes del favor de Dios hacia ti?

Vence la soledad, supera los límites que dañan las relaciones personales y conecta con el otro para: dejarte amar, dejarte sanar y abandonar la actitud competitiva para descubrir las bendiciones escondidas en el encuentro con el otro.

En este libro encontrarás:

• La bendición de sanar está en el otro.
• La bendición del equipo, más allá de la competencia.
• La bendición del amor, más allá de la indiferencia.

Sana las heridas que te aíslan para ser bendecido, permítete recibir los regalos que Dios quiere darte a través del otro, déjate amar, déjate bendecir.

Si deseas descubrir las bendiciones inesperadas que te aguardan en tu "más cercano", este libro es para ti.

 

• Idioma: Español
• Editorial: Javi Martínez
• Fecha de lanzamiento: 2 may 2022
• ISBN: 9798201675547

Vista previa del libro

Déjate amar, déjate bendecir.

¿Sabías que hay bendiciones rodeándote y esperando?

¿Crees que personas inesperadas pueden ser agentes del favor de Dios hacia ti?

Vence la soledad, supera los límites que dañan las relaciones personales y conecta con el otro para: dejarte amar, dejarte sanar y abandonar la actitud competitiva para descubrir las bendiciones escondidas en el encuentro con el otro.

En este libro encontrarás:

●  La bendición de sanar está en el otro.

●  La bendición del equipo, más allá de la competencia.

●  La bendición del amor, más allá de la indiferencia.

Sana las heridas que te aíslan para ser bendecido, permítete recibir los regalos que Dios quiere darte a través del otro, déjate amar, déjate bendecir.

Si deseas descubrir las bendiciones inesperadas que te aguardan en tu más cercano, este libro es para ti.

Capítulo 1: Rodeado, pero aislado

Una mujer estaba en la fila para comprar su pasaje de avión. Delante de ella había una familia y una pareja. La familia compró el pasaje para todos sus miembros y la pareja lo hizo para ambos. Cuando le tocó el turno a la mujer, la vendedora le preguntó: ¿Viaja sola? y la mujer respondió: Viajo con ciento cincuenta personas más. La vendedora levantó la vista y le tomó un momento comprender. Entonces se dió cuenta de lo dicho y le dio un pasaje de avión.

Me pregunto si estas son las dos maneras de viajar: a la manera de la vendedora o a la manera de la mujer. Si lo hacemos a la manera de la vendedora: viajando solos, si viajamos a la manera de la mujer, estaremos no solo rodeados sino acompañados.

¿Es posible que en el transcurso de nuestra vida espiritual haya una similitud con estas formas de viajar? Me pregunto si acaso no abordamos el vuelo con la actitud de la vendedora, nos sentamos en nuestro asiento individual, nos colocamos los auriculares, esa señal universal de No molestar, y miramos en la pantalla sin ver nuestro alrededor. Pensamos que el viaje es algo que debe ser tolerado, una demora necesaria y tediosa que si soportamos lo suficiente, llegaremos a destino. A alguien que le falta vivir 60 años, le quedan unas tres mil reuniones por participar —unas seis mil, si asiste dos veces a la semana—. De esa forma, uno espera el desembarco para llegar al Cielo. No importa el camino, ni quien vaya con nosotros, solo llegar.

Acaso, la actitud de la mujer ¿no es superior? No solo está rodeada de personas, sino que se sabe rodeada. Puede que haya abordado sola, pero sabe que no está sola. No niega su realidad en pos de su reclusión. El desembarque en la eternidad es muy importante y asegurarnos que estamos en el avión correcto para llegar al destino que deseamos. El encuentro con Dios en la eternidad nos espera, pero mientras tanto estamos en el