¿Por qué pedir perdón es tan difícil?
“Taylor, lo siento”, así decía un tweet que no sólo inspiró un montón de publicaciones, entrevistas para The New York Times y referencias en canciones, sino que también se convirtió en el final del pleito de una década entre Taylor Swift y Kanye West.
Empezó en los MTV Video Music Awards de 2009 cuando Taylor subió al escenario para recibir su premio por el Mejor Video Femenino. “Siempre soñé con cómo sería sostener uno de éstos”, comentó, mirando con cariño la estatuilla en sus manos. De repente, Kanye estaba ahí. Con un rostro de curiosidad, ella le entregó el micrófono y el resto es historia. A pesar del hecho de que su disculpa –dijo que lamentaba haber dicho que Beyoncé tenía un mejor video, que se sentía mal por haberle robado su momento, por haber herido sus sentimientos, e incluso pidió perdón a su mamá– se dio de manera pronta y sin reservas, después de una batalla en los medios.
Estamos en una nueva era de disculpas. El remordimiento en los medios a gran escala debe ser
